La historia de Alejandro.
Esta oportunidad, hablaré de un ser humano, que a base de experiencias, poco agradables, alcanzó el estatus de madurez que actualmente posee.
Nuestro protagonista, nació en una familia tradicional, en la que, desde niño su mamá le enseñó el respeto hacia las mujeres, que no debía abusar de su confianza, ni considerarlas de su propiedad.
Así transcurrió su etapa de adolescente, ya entrado en la juventud, tuvo una primera novia, de esas que son solo para sentirse acompañados, para salir a pasear, a jugar, a correr, andar en bicicleta, etc. y muy de vez en cuando, se dan un besito de los llamados de piquito. Duró con ella casi dos años, después por irse a estudiar a la ciudad, terminaron, ahí no tuvo distracciones y concluyó su carrera, pero unos meses antes de hacerlo, conoció a una hermosa joven del primer grado de carrera, empezaron a salir, se hicieron novios, una vez concluida, empezó a trabajar en una dependencia de gobierno del ámbito federal, ella, le pidió que en la primera oportunidad que hubiera, la recomendara para laborar y agarrar experiencia, a lo que él accedió.
Mientras prestaba sus servicios, continuó con su relación, él cada día que pasaba, sentía que se enamoraba más, pues ella, lo trataba bien, le decía que lo amaba, le encantaba estar con ella; eso lo animaba a pensar en planes a futuro, se quería casar con el amor de su vida (eso creía en ese tiempo).
Recordando los consejos de su madre, respetaba a su novia, aunque ahora los besos eran más efusivos, no intentaba llegar más allá de lo permitido en los lugares públicos, ya que quería que su novia y posible futura esposa, llegara virgen al altar, respetándola en todo momento, tanto física como vocalmente, pues tampoco delante de ella pronunciada frases y palabras que pudieran atentar contra su pudor.
Mientras tanto, en su empleo, se abrió un espacio para su novia y no dudó en acercarse al delegado de la dependencia, para que fuera considerada, el cual, tras conocer sus antecedentes laborales y buen historial profesional que mostraba, no dudó en ningún momento en concederle la vacante ofertada.
Por la noche, al pasar a recoger a su novia en la facultad de Derecho, cuya carrera estudiaron, le dio la noticia, indicándole que el siguiente lunes, tenía una entrevista de trabajo, solo como formalidad, pero que ya pronto comenzarían a laborar en el mismo lugar.
Mientras esto sucedía, le empezó a dar algunas recomendaciones de los compañeros que tendría en su estancia por la institución federal, para que se cuidara y no cayera en las manos equivocadas, que pudieran afectarla en lo laboral y en su persona, porque en todas las áreas laborales, la ociosidad y hacinamiento, por tanta gente conviviendo provoca chismes, enfrentamientos, incluso hasta golpes, porque se inventan tantas cosas que afectan la reputación de hombres y mujeres, además de que la convivencia se vuelve desgastante para todos los involucrados, convirtiéndose esos centros de trabajo, en algo peor que un reclusorio.
Finalmente, se llegó el día de iniciar su carrera laboral, transcurrieron los días, semanas y meses, todo parecía normal, pero nunca faltan los comentarios mal intencionados, los compañeros de ambos sexos, comenzaron a hablar indirectas hacia Alejandro, él, al principio, no hacía caso, porque ya conocía como era el mundo de las intrigas del lugar, sin embargo, no se sentía tranquilo, porque lo hacían sentir un hombre engañado por su novia.
Un día, mientras creía que su inocente novia, estaba en la escuela, estudiando, tuvo una reunión de trabajo, en un café del centro de la ciudad, pero enorme fue su sorpresa cuando al entrar al lugar, lo primero que vio fue a su novia, besándose con un compañero de trabajo. Un ingeniero de esos que jamás se titulan, casado, que fácilmente le duplicaba la edad, estatura baja, calvo, seguido se embriagaba, pocas veces tenía dinero al final de la quincena, pero con la experiencia suficiente para engatusar a una jovencita de veinte años, inexperta en las lides de la intriga, pero deseosa de sentirse mujer. Esto provocó en nuestro personaje, una terrible decepción, que casi alcanza el grado de depresión, pero su fortaleza física y mental, lo sacó adelante, con el mínimo daño.
Los mandos medios y superiores, de la Delegación, que ya sabían de lo que estaba sucediendo, lo reconfortaron, dándole muchos consejos, sobretodo, porque Alejandro, siempre hablaba emocionado e ilusionado de lo que planeaba hacer a futuro con su novia y no se merecía esa gran traición recibida, pero tampoco eran lo suficiente valientes o crueles, para haberle dicho antes la verdad.
Lo que era de esperarse, terminó en ese momento con su novia, sin hacer mayor escándalo, ella, sabedora de lo que perdía, lloró, se arrodilló, pero nada le valió para que fuera perdonada.
Han pasado muchos años, Alejandro es un hombre feliz, casado, con dos hijos con un previsor futuro, maduro, sólo como anécdota recuerda lo que le ocurrió en su juventud, ella, su ex novia inmadura e infiel, se casó, se divorció, ha tenido innumerables parejas inestables, no ha podido ser feliz, no supo valorar lo que un verdadero hombre, a pesar de su juventud, le ofreció, respeto y gran amor, se dejó guiar por la pasión y el deseo, perdiéndolo todo desde ese momento.
Esto
amable lector, desafortunadamente, hasta la actualidad, no ha cambiado, incluso
ahora se ha vuelto peor, muchas jóvenes con novio, andan con hombres casados,
mayores, por dinero, deseos de tener bienes materiales, no les importa el amor,
se dejan llevar por su ambición, sin fijarse en el futuro. Se vuelven
bisexuales, no les importa tener relaciones con los distintos sexos, simplemente
quieren alcanzar sus objetivos. Por eso y otras cosas más, es necesario hablar
con nuestros hijos varones, para que tengan especial cuidado al escoger a la
pareja que los acompañará el resto de sus vidas. ¡Cuidalos!
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