Según las hipótesis de geofísicos la edad de la atmósfera y de los océanos es de 4000 millones de años. Los océanos se habrían generado por actividad volcánica a partir de la misma masa gaseosa arrancada al sol; dicha masa al condensarse dió como resultado el agua líquida y la corteza sólida. La Tierra tiene 4600 millones de años y se formó a partir de pequeños trozos desprendidos de la gran masa gaseosa. En los primeros 1000 millones de años ocurre un proceso de desgasificación a través de actividad volcánica que inyecta agua en la atmósfera y que se precipita en los océanos. La corteza que se solidificó en la Tierra es de 180 km de espesor y permite el volcanismo.
A partir del rift de las dorsales centro - oceánicas (lugares en que el fondo del océano está expandiéndose a velocidad de varios centímetros por año), emergen lavas basálticas con aguas juveniles que contienen en solución muchos de los principales componentes del agua de mar: Cloro, Bromo, Yodo, Carbono y Nitrógeno.
Según una antigua leyenda Escandinava, el mar es salado porque en alguna parte del fondo oceánico un molino mágico está constantemente moliendo sal y lanzándola hacia afuera. El molino, como se hace visible en la teoría geofísica de las corrientes de convección, es el rift centro - oceánico que se extiende a lo largo de 64000 Km a través de todas las principales cuencas oceánicas.
La existencia de agua al estado líquido es una de las características más originales e importantes de nuestro planeta. En sus tres estados (sólido - líquido - gaseoso), el agua libre se divide en tres fracciones de masa desigual:
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