Qatar, un destino increíble…
Lic. Alfredo Castañeda Flores ANALISTA
14 enero 2023.-En dos entregas anteriores he señalado datos precisos sobre este pequeño, pero poderoso país asiático. Ahora continúo con eso.
La vestimenta de los hombres es indistinta, tanto para cubrir la cabeza como el cuerpo, así como los colores.
Turbante: También llamado imamah, es una prenda que ya no es tan frecuente su uso, los hay negros, lo utilizan solamente los que se dicen descendientes de Mahoma, y el blanco, que lo utilizan los demás, incluidos políticos y líderes. Mide hasta 5 metros, por eso lo esponjado que se ve cuando se lleva puesto.
Kufiya: Ghutra o shumagh, es la chalina o pañuelo blanco o rojo a cuadros de algodón o lino finos, también le llaman cofia. Es de 125 cm. por lado, cuyos bordes cuelgan 500 flecos por lado. Para usarlo se dobla de tal manera que forme un triángulo y la línea por donde se dobla debe quedar al frente.
Agal: Es un cordón que se utiliza para sujetar la cabeza cuando se coloca la kufiya.
Abaya: Túnica suelta que llega hasta los pies, que se usa sobre la vestimenta y se complementa con lo anterior. Las hay de distintos colores, aunque el más usado es el blanco porque es el de gala.
Generalmente, en los países del mundo árabe, los hombres utilizan como prenda diaria una túnica ancha de mangas largas que llega hasta los tobillos, llamada thawb o suriyah, que en verano es de algodón blanco y en invierno de lana oscura, además, lo acompañan con un turbante o kafiyyeh (kufiya) que usan en la cabeza, representando uno de los símbolos árabes. Pueden ir acompañadas de chanclas, huaraches, tenis (en su mayoría) y zapatos casual o de vestir, dependiendo de la ocasión en que se utilice.
En la actualidad, los hombres pueden llevar la cabeza descubierta, la protección en la cabeza, originalmente fue para cubrirse del intenso calor del desierto, posteriormente, con el Islam, se le dio una connotación de índole religiosa, sin embargo no es obligatorio su uso, en ninguna de las distintas formas.
Contrario a las mujeres, es raro encontrar cataríes vestidos con ropa occidental, la mayoría utiliza las túnicas. Cada país o región tiene distintas formas de vestir.
En Catar, algunas de las empresas son compartidas entre los originarios, y por supuesto las ganancias y pérdidas son repartidas proporcionalmente entre todos, aunque es muy raro que algo que ellos emprenden sea un fracaso.
El número de días festivos oficiales suele estar entre 8 y 20, dependiendo del sector en el que se trabaje. Normalmente, se concede un mes de vacaciones pagadas.
Los ciudadanos extranjeros que deseen trabajar en Catar deben estar patrocinados por un empresario y no pueden trabajar para otro empleador, salvo que obtengan un permiso especial. La honestidad se privilegia. Sin una carta de liberación de este patrocinio los empleados deben abandonar el país durante, como mínimo 2 años, antes de retornar para buscar allí otro empleo.
La prioridad en el empleo la tienen los ciudadanos qataríes. No se podrá contratar a un extranjero si hay un ciudadano catarí disponible para desempeñar el puesto de trabajo. Lo cual es importante.
Asimismo, en Catar no hay inspecciones laborales, no hay sindicatos y es casi imposible interponer un recurso de protección. Algunos describen a los trabajadores como esclavos. Pero la realidad, no es así.
La educación es fundamental en Qatar, existen tanto escuelas públicas como privadas y los niveles van desde la primaria hasta la formación superior.
Actualmente, existen colegios de enseñanza americana, europea, indios y filipinos.
Las colegiaturas a nivel primario rondan entre los 7 mil a 14 mil dólares anuales, mientras que la secundaria y la superior, entre 8 mil a 19 mil.
El año escolar suele iniciar en los últimos días de agosto y termina a mediados de junio.
Qatar tiene muchas atracciones turísticas, entre estas, museos, parques, jardines y playas, además de varios centros comerciales y exposiciones de arte.
El vasto desierto del país, las playas naturales y las aguas circundantes son los sitios favoritos de los turistas, ideales para todo tipo de actividades al aire libre, como acampar, jet ski y buceo.
A la vez, son muy comunes los viejos deportes patrimoniales que reflejan la identidad cultural de Qatar, incluidas las tradicionales carreras de camellos, carreras de caballos y cetrería (caza de halcones).
El fútbol es considerado el deporte más popular en Qatar, pero recientemente, el tenis también está ganando popularidad.
Las parejas en Catar tienen que ser muy discretas, ya que el contacto físico más allá de tomarse de las manos no se acepta socialmente. No están permitidos los abrazos o los besos en público.
Las familias son bastante cerradas y se vuelve casi imposible que acepten el matrimonio entre un musulmán y un cristiano.
La comida típica de Catar es el pescado. Todos los musulmanes se abstienen de consumir cerdo y de beber alcohol. Pero también muy pocos fuman. Aunque bajo una clave, algunas carnicerías venden carne de cerdo a los ciudadanos que no pertenecen al islam y los extranjeros, pero lo hacen de forma discreta, diría yo, a escondidas.
El desayuno tradicional está compuesto por aceitunas, queso, yogurt y café.
Son muy cooperativos entre ellos y con los extranjeros que trabajan y viven allá, si necesitan dinero para emprender un negocio, lo prestan sin interés, pero son respetuosos de la fecha en la que, se dijo, les sería devuelto, porque si no lo hacen, salvo que se adelanten a mencionar una nueva fecha, se comunican entre ellos y nadie vuelve a confiar en ellos, prácticamente los destierran del país, por lo que pocos quedan mal, la honestidad es privilegiada por ellos. Eso los hace grandes como país y como seres humanos.
Durante el mundial, muchos países árabes y, por supuesto, empresarios, prestaron a sus empleados para que acudieran a apoyar a Catar, como voluntarios, llegaron con su salario normal cubierto, por lo que solo se les apoyó con los uniformes, hospedaje, transporte local y comidas. A ese grado llega la grandeza de esa región del mundo. Ellos, felices, porque conocieron mucha gente, razas distintas y desafortunadamente, antivalores que desconocían, ya que ellos están acostumbrados a vivir de distinta manera. Afortunadamente, lo más grave era que no recibían el saludo de muchos aficionados pobretones, o respuesta al que ellos alegremente nos hacían en el lugar que estuvieran (autobuses, metro, estadios, zona del fanático, lugares de convivencia, de hospedaje, etc.). algunos, de su propio salario, regalaban café, dulces o dátiles, sin esperar pago o gratificación, ellos no las piden ni las aceptan. A la primera oportunidad, comenzaban a platicar con nosotros, preguntando sobre el país de origen, y dependiendo de la respuesta recibida, continuaban preguntando o quedándose callados, por eso es que me enteré de muchas cosas que la mayoría, por arrogantes, no. Y que poco a poco te he ido compartiendo, amable lector. Ojalá te sirva de acervo cultural y para eliminar los mitos negativos que existen respecto a este país y región del mundo. ¡Sonríe!
Tercera parte.
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