viernes, 30 de agosto de 2013

¿Decides lo correcto o lo conveniente?

Cuantas veces a la hora de tomar decisiones, de hacer un trabajo, de valorar lo que debemos hacer, dudamos y nos acomodamos más al qué dirán, a lo que pensarán los demás de mi persona, a las cosas que alegren el ego de los demás, a ser en realidad nosotros mismos.

Vamos con otra propiedad que debe cumplir toda decisión y cuyo conocimiento nos ayudará tomar decisiones eficaces.


A la hora de decidir hay que empezar considerando dónde está el bien, lo que es lo correcto, antes que estimar lo aceptable o quién está en lo cierto. La razón es que al final habrá que alcanzar un compromiso y si uno no conoce aquello que satisface las especificaciones y condicionantes, no es posible distinguir entre el compromiso adecuado y el equivocado.


En efecto hay dos tipos de compromisos. El primero caracterizado por la expresión “más vale pan y ensalada que no comer nada”. El segundo se corresponde con el juicio de Salomón y el reconocimiento de que quedarse con medio hijo es peor que renunciar a tenerlo. En el primer caso se cumplen los requisitos implícitos que condicionan la decisión (algo de comida, aunque sencilla, nos sostiene en la vida) mientras que en el segundo caso no (quedarse con medio niño es negarle la vida).

En el proceso de toma de decisiones, es inútil preocuparse por discernir aquello que sería más aceptable, lo que no herirá susceptibilidades, para tratar así de evitar enfrentamientos. Es una pérdida de tiempo: la mayoría de las cosas por las que nos preocupamos nunca acaban teniendo lugar; y aquello que desdeñábamos por insignificante de repente se vuelve un obstáculo infranqueable.


De modo que a la hora de decidir, por norma, hemos de tener siempre en cuenta lo importante, sin detenernos en considerar lo que parecería más admisible. O de otro modo nunca tomaremos una decisión eficaz y mucho menos, correcta.
Nadie dijo que dirigir fuera cómodo…

Actuar correctamente no significa hacer lo que nos conviene. Estamos presionados por las reglas sociales, las normas internas con las que hemos funcionado desde la infancia y los criterios morales que han presidido nuestra vida desde siempre. Nos cuesta mucho entrar en ellos. Nuestra infancia es un camino tortuoso entre la normativa que la sociedad nos reclama y el deseo de libertad y espontaneidad con el que nacemos. Y si parece que los primeros años de escolarización logran aminorar estas actitudes, la adolescencia se vuelve a presentar como un período indómito en el que de nuevo queremos afirmarnos contra el resto. Pero la entrada en las pautas, reglamentaciones, modos y maneras del grupo al que pertenecemos es imparable. Todo ello nos lleva a mantener una idea de “corrección” que, a veces, supera lo que a nosotros mismos nos interesa o nos conviene. Incluso también es cierto que lo que una época, grupo o estamento establece como norma solamente es válido en un momento histórico concreto porque estamos cansados de ver cómo todo cambia y lo que hoy es punible y criticable, mañana es absolutamente valioso y aceptado.

Lo que nos conviene, aquello que sentimos en el interior que es el camino de nuestra “corrección”, la norma que sale del corazón…es la que hay que seguir. La sabiduría es un estado de conciencia al que se llega a fuerza de amar el esfuerzo de vivir en coherencia con nosotros mismos. Hay que aplicar lo que uno aprende a través del dolor, fundamentalmente, porque se aprende mucho más con los errores y fracasos que con las alegrías y el bienestar. Hay que ser inteligentes para gestionar la vida propia. Hay que poner el corazón para poder vivirla con plenitud. Y a partir de ahí…poco importan las normas, de poco valen las críticas y de menos aún, los prejuicios. Si uno está bien consigo mismo, está seguro de no hacer daño intencionado a nadie y cree en aquello por lo que lucha podemos asegurar que no habrá barreras que no puedan superarse, ni caminos que no sean transitables, ni impedimentos que no se conviertan en objetivos conquistables. A partir de ahí, estaremos con el mejor defensor de nosotros mismos pero sobre todo, con la persona que más nos cuida y nos protege, la que tiene al final de su brazo, la mejor ayuda.

Hacer lo correcto no siempre es fácil ni conveniente, que hay que hacer entonces ante esta disyuntiva, pero haciendo lo correcto tiene el mayor impacto en los demás como nos dispusimos a vivir un ejemplo de nuestra fe en Dios.
Lo correcto y lo incorrecto forman una fuente común de disputa y lucha. Esto se relaciona muy de cerca con los actos hostiles y ocultaciones y con la secuencia del acto hostil-motivador.

El esfuerzo por tener razón es el último esfuerzo consciente de un individuo de su extinción. “Yo tengo razón y ellos están equivocados” es el concepto más bajo que puede formular una persona inconsciente.


Lo que es correcto y lo que es incorrecto no es necesariamente definible para todo el mundo. Esto varía de acuerdo a los códigos morales y disciplinas existentes, a pesar de que se les usaba como prueba de “cordura” en jurisprudencia, no se basaban en hechos, sólo en la opinión.


Un acto hostil no es sólo dañar a alguien o a algo: un acto hostil es un acto de omisión o comisión que hace el menor bien al menor número de personas o áreas de la vida, o el mayor daño al mayor número de personas o áreas de la vida. Esto incluiría la propia familia, el grupo o equipo propio y la humanidad como un todo.
Por lo tanto, una acción incorrecta lo es, al grado en que daña al mayor número. Una acción correcta lo es, al grado en que beneficia al mayor número.
Muchas personas piensan que una acción es un acto hostil sólo porque es destructiva. Para ellas, todas las acciones u omisiones destructivas son actos hostiles. Esto no es verdad. Para que un acto de comisión u omisión sea un acto hostil, debe dañar al mayor número de personas y áreas de la vida. Por lo tanto, no destruir algo podría ser un acto hostil. Ayudar a algo que dañara al mayor número, también puede ser un acto hostil.


Un acto hostil es algo que daña ampliamente. Un acto benéfico es algo que ayuda en general. Puede ser un acto benéfico dañar algo que pudiera ser dañino para muchas personas y áreas de la vida.

Dañar a todo o ayudar a todo pueden ser, de la misma manera, actos hostiles. Ayudar a ciertas cosas y dañar a otras, pueden ser por igual, actos benéficos.

La idea de no dañar nada y ayudar a todo es también bastante demente. Es cuestionable pensar que ayudar a los que esclavizan es una acción benéfica y es igualmente cuestionable considerar que la destrucción de una enfermedad es un acto hostil.

En lo relativo a tener razón o estar equivocado, pueden desarrollarse muchos pensamientos confusos. No hay bien absoluto ni mal absoluto. Tener razón no consiste en no estar dispuesto a dañar y estar equivocado no consiste sólo en no dañar.
Hay cierta irracionalidad en “tener razón” que no sólo descarta la validez de la prueba legal de la cordura, sino que también explica por qué algunas personas hacen cosas muy incorrectas e insisten en que están haciendo lo correcto.
La respuesta está en un impulso, innato en todos, de tratar de tener razón.

Esta es una insistencia que rápidamente se separa de la acción correcta y va acompañada de un esfuerzo por hacer que los demás estén equivocados, como vemos en las personas hipercríticas. Un ser que aparentemente está inconsciente, aún sigue teniendo razón y haciendo que los demás estén equivocados: es la última crítica.

Hemos visto a una “persona defensiva” explicar las equivocaciones más descaradas. Esto también es una “justificación”. La mayoría de las explicaciones de la conducta, no importa lo inverosímiles que sean, parecen perfectamente correctas a la persona que las da, ya que sólo está afirmando el hecho de que ella tiene razón y los demás están equivocados.

Parece ser que los científicos que son irracionales no pueden desarrollar muchas teorías. No lo hacen porque están más interesados en insistir en su propia extraña corrección, que en encontrar a la verdad. Así, tenemos extrañas “verdades científicas” de hombres que deberían tener mejores conocimientos. La verdad la construyen los que tienen la generosidad y el equilibrio de ver también dónde están equivocados.
Usted ha escuchado algunas disputas muy absurdas entre la multitud. Dese cuenta de que el orador estaba más interesado en afirmar su propia corrección, que en estar en lo correcto.

Un Tetuán (el ser espiritual, la persona misma) trata de tener razón y lucha contra estar equivocado. Lo hace sin tomar en cuenta si tiene razón en algo o hacer lo correcto en realidad. Es una insistencia que no tiene ninguna relación con lo correcto de la conducta.

Uno siempre intenta tener razón hasta el último suspiro.


¿Cómo llega uno entonces a equivocarse alguna vez?


Es de este modo:


Alguien realiza una acción incorrecta, accidentalmente o por descuido. Lo incorrecto de la acción o la inacción está entonces en conflicto con su necesidad de tener razón. Así que puede continuar y repetir la acción equivocada para probar que es correcta.


Este es un elemento fundamental de la aberración (pensamiento o conducta irracional). Todas las acciones incorrectas son el resultado de un error seguido de una insistencia de haber tenido razón. En vez de corregir el error (lo que implicaría estar equivocado), uno insiste en que el error era una acción correcta y por eso la repite.
Conforme un ser baja por la escala, es más y más difícil que admita haberse equivocado. Mejor dicho: el admitirlo, bien podría ser desastroso para lo que aún pudiera tener de capacidad y cordura.

El estar en lo correcto es el material de que está hecha la supervivencia. Esta es la trampa de la que, aparentemente, el hombre no ha sido capaz de liberarse a sí mismo: un acto hostil que se apila sobre otro, avivado con afirmaciones de estar en lo correcto. Por fortuna, existe un camino de salida seguro de esta telaraña.
Hacer lo correcto no es fácil. Si lo fuera, el mérito de hacerlo estaría más extendido y muchos desórdenes no tendrían lugar. Todos podemos y debemos hacer lo correcto, pero no todos estamos dispuestos a asumir las consecuencias que ello trae consigo.

Y es que hacer lo correcto, siguiendo los dictados de la conciencia, puede resultar antipático a mucha gente. Para quienes no desean corregir lo que está mal, e incluso para aquellos que objetan el bien por desconocimiento, lo que se hace en aras de corregir y limpiar puede parecer dañino, inoportuno o falso. Lo conveniente en estos casos, sin embargo, es fortalecer la postura del orden, aunque ello propicie especulaciones, tergiversaciones y hasta calumnias.

A veces, cuando se hace lo correcto, no queda más refugio ni más consuelo que la certeza de estar haciendo lo correcto. Azota el vendaval de la incomprensión, se desatan las olas del resentimiento, despliegan sus artes maléficos los intereses creados, y nada más que la conciencia limpia mantiene firmes las decisiones, porque queda, pese a todo, la íntima seguridad de estar cumpliendo con el deber.

Hacer lo correcto está siempre al alcance de todos. Sin importar dónde estemos o qué actividades desempeñemos, no habrá día que pase de largo sin habernos dado alguna oportunidad de hacer el bien. Y aprovechar esa oportunidad, cuando se presenta, es la forma en que agradecemos el don de la conciencia.
 
¡Qué duro es, para quien se sabe culpable, combatir las recriminaciones de la conciencia! Incluso si llegase a engañar a todos, presentándose como víctima, ¡qué fuerte resonarán en su cabeza esas verdades que no es capaz de admitir frente al mundo!

Por el contrario, la paz interior que experimenta quien está seguro de haber actuado con nobleza de intención no tiene cálculo ni precio. Duele verse sometido a la incomprensión, desde luego, pero se sabe que esa incomprensión nunca va a ser más dolorosa que experimentar las reprensiones morales de una conciencia en llamas.

Cuando se hace algo para mejorar las cosas o incluso sólo para que no empeoren, nada es tan valioso como la certeza de saberse limpio. Las lenguas viperinas no tardarán en tomar la palestra, pero jamás conseguirán que lo incorrecto deje de serlo.
“La paciencia todo lo alcanza”, solía decirse a sí misma la gran reformadora de las carmelitas, Teresa de Ávila, cuando se lanzaban contra ella las peores injurias y se manchaba su reputación con hirientes difamaciones. Y ser paciente significa hacer el esfuerzo supremo de comprender que todo cambio, por bueno que sea, genera resistencias. De mala fe o no, resistirse al cambio, al orden, a la ley, a la responsabilidad, hará que algunos profieran chismes y otros ataquen con vileza.

¿Qué puede hacerse entonces sino ejercitar la comprensión? ¿Qué se gana respondiendo con acusaciones a los acusadores?

Y como hacer lo correcto implica asumir riesgos, tampoco faltarán motivos para evitar complicaciones y dejar que las cosas sigan igual. Incluso habrá quien tentadoramente aconseje: “No te metas en líos. Nadie va a agradecerte por lo que estás haciendo”.


En esos momentos, sin embargo, es conveniente sobreponerse a la comodidad. Tal vez nadie lo agradezca y quizá la reputación sólo sea una parte de lo mucho que se arriesgue, pero el insobornable tribunal de la conciencia terminará dando su veredicto, y esa absolución vale más que todas las reputaciones y todos los agradecimientos
humanos.

Cambio de perspectiva sobre lo grato.

Hay una concepción innata de lo agradable y lo que no lo es, de ese punto surge el arte que imita lo placentero y que constituye la denominada poética aristotélica. Sin embargo, ante el concepto de perfección griego el arte cruento del cristianismo impulsó la estética del horror. Así lo estético no es lo bello por si mismo, sino lo estilizado con un matiz cultural. El arte actual va más sobre el significado del símbolo que sobre el objeto simbolizado por su esencia, al menos en occidente. Un problema fundamental que debe intentar superarse es la de forjar un modo de manifestar lo bello por su esencia natural sin que el espectador capte el entorno como cursi, ridículo o estropeado por un sentimiento ñoño, cuando no hinchado. Las nuevas generaciones tienden a buscar lo desapegado a la tradición más no en forma transformadora sino anulante. Se cree que lo popular es de mal gusto en tanto que se sobre valora lo individual. La idea intelectual domina e impone lo dicho ya no en el plano de la idea prestigiada, sino  incluso en la esfera de lo emotivo. Personal. Baste ver el desprestigio en el que hoy vive la poesía que trata temas bajo un punto de vista moral apegado a alguna religión. La idea liberal en su esfera ética tiene que mantener el contenido pues todo el que no emite en torno a esta perspectiva no tiene nivel competitivo. Así, el amor, como ejemplo más patente, debe referir encuentros sexuales y no aspiraciones, aunque en algunos contextos se exija que el anhelo sea lo único que se puede mostrar de tal. Así lo sexual ocupa el sitio del afecto como en otro plano la negociación ha hecho lo mismo. Así, lo parcial es global y, al igual que lo que sucede con la tecnología, el que establece los adelantos termina por imponer el cómo deben proceder sus competidores y sus subordinados tornando en simples maquiladores de su idea a los que desean pertenecer al primer mundo. Así el positivismo impide que otros puntos de vista puedan influir en el pensamiento humano y por tanto, ya que el arte sólo existe mediante la captación humana, queda en los círculos de elite un margen nulo para aceptar nuevas formas del quehacer en las artes

martes, 27 de agosto de 2013

Atrévete a superar el miedo.

El miedo es la perturbación angustiosa del ánimo, causada por un riesgo o daño real o imaginario. El miedo modifica nuestra forma de comportarnos, de estar, de desarrollarnos, ya sea por algo interior o exterior. Se dice que el miedo es un sistema de advertencia que en primera instancia nos resulta muy útil. Si vamos caminando de noche por un lugar solitario, el miedo nos hace estar alerta ante un posible peligro.

El miedo actúa como un protector; sin el viviríamos poco. Pero también resulta fácil sentir miedo cuando no existe peligro. El sentimiento puede parecernos auténtico, pero no se basa en la realidad, y no nos permite vivir. No parece tener propósito ni piedad, y nos paraliza y debilita el espíritu si no lo afrontamos. El miedo se identifica con las siglas FEAR (falsa evidencia con apariencia real).

Muchas personas en el camino de la vida van acumulando miedo al ambiente hostil en la escuela, en su barrio o comunidad. Y se van formando como personas inseguras, y por esto no se atreven a dar pasos ni para atrás ni para adelante cuando la vida los empuja o los invita a avanzar. Mucho menos cuando al avanzar existen muchos riesgos. Hay miedo a perder, a quedar sólo, a la humillación, al fracaso, a morir…

Los miedos, que tienen su origen en el pasado, desencadenan en la persona también el miedo al futuro.

Despojarse el miedo es una empresa a veces difícil por todo lo que implica. El miedo es un arma letal para quien no ha descubierto su dignidad y grandeza, su capacidad para crecer y transformar con el amor todo lo que toca.

Hay que escoger el amor y no el miedo. Liberarnos del miedo, significa empezar a vivir en plenitud, con todo en mis manos, libre, sin miedo a la responsabilidad de mi propia vida, de mis propios actos. Vivir sin miedo es encontrar la potencialidad de mi ser; ya no se teme a la luz, porque ilumina todo. Vivir sin miedo es reconocer la fragilidad humana, pero también su potencialidad, esa potencialidad que vive dentro de cada uno de nosotros.

Cuando vemos cerca la muerte nunca sabemos cuándo nos tocará a nosotros, por eso debemos afrontar los retos con este pensamiento: debo arriesgar porque la vida me da esa oportunidad para hacerlo, si fracaso o si acierto, es una segunda ganancia. Es importante por tanto que en el momento de tomar una decisión sepamos que eso es lo que realmente le da sentido a nuestra vida. No son nuestros aciertos ni nuestros fracasos los que nos van construyendo la vida, sino nuestras decisiones, especialmente cuando se puede ganar mucho.

Nuestros miedos no detienen a la muerte, sino a la vida. El miedo es una sombra que lo bloquea todo: nuestro amor, nuestros verdaderos sentimientos, nuestra felicidad y nuestro propio ser.

Lo que ocurre cuando afrontamos riesgos y nos enfrentamos a nuestro miedo; cuando libremente nos permitimos experimentar el amor verdadero; cuando el miedo no nos tiene cautivos es que el abanico de posibilidades es mucho más amplio. Un mundo nuevo y sin miedo se abre hacia afuera, y dentro de nosotros, a la espera de ser descubierto.  

La única manera de vencer el miedo es amar. La bondad siempre triunfa sobre el miedo. El poder del miedo tiene una base hueca y podemos vencerlo simplemente dando un paso adelante.

Todas las emociones positivas provienen del amor, y las negativas del miedo. Del amor surgen la alegría, la felicidad, la paz. Del miedo surgen el enojo, la ansiedad y la culpabilidad.

El miedo y el amor son emociones opuestas. Cuando sentimos miedo no sentimos amor, y cuando sentimos amor no sentimos miedo. Debemos elegir de qué lado estar, tomando en cuenta que si elegimos amar, seguro volveremos a sentir miedo alguna vez, pero este amor nos asegura que estamos viviendo el presente. El miedo siempre es un reflejo del pasado que nos hace temer el futuro, y el amor siempre es un pensamiento presente, concreto y real. Cuando nos llenamos de amor, empezamos a vivir en el presente. Y es el arma que tenemos para vencer cualquier miedo.

lunes, 26 de agosto de 2013

Los hijos.

Es común escuchar quejas de los padres, abuelos, e incluso de los propios hijos, respecto a su actual situación.

Todos se echan culpas y los culpables no se consideran así, al contrario, se consideran victimas de los otros.

Efectivamente, es una queja actual de generaciones, el hijo le echa la culpa a sus padres, estos a los abuelos, etcétera, pero nadie te obliga a hacer lo que no quieres, es mentira que los obliguen a fumar, a tomar, a drogarse, si lo hacen es porque les gusta hacerlo o simple y sencillamente, porque tienen una mente exageradamente débil, porque en el peor de los casos, por querer saber que se siente, hacerlo, probar, pero después de darse cuenta que les afecta y no los conducirá a nada sano, no volverlo a hacer, pero vemos que no es así, la mayoría se queda atrapada en los vicios que solo son evasiones de la realidad, según que porque "sufren" mucho, que nadie los quiere, nadie los entiende, pero el trasfondo es solo flojera y des obligación individual, porque si no les dan todo, lo hacen, si les dan todo, lo hacen, esto no tiene que ver con los estratos sociales, tiene que ver con la mentalidad perdedora de los que señalan excusas de este tipo.

Así como tampoco tiene que ver con la educación, pero si es más marcado en los niveles más bajos, porque  se vienen repitiendo los mismos patrones generación tras generación.

A las nuevas generaciones, no les gusta estudiar, trabajar o acatar instrucciones, quieren tener todo fácil, sin esfuerzo, sobretodo, recursos económicos o lo ultimo en tecnología. Y se cansan pronto de estudiar, de trabajar o de tener alguna responsabilidad (cuando lo hacen).

No hablo de todos, pero si de un amplio porcentaje, comparado con el estándar de hace algunos años, que era menor.

Concluyo, por mucho daño que te provoquen tus padres, por muy mal que te trate la vida, por muy pobre que seas, por muchas carencias que tengas, no hay pretexto para que te enviadas consumiendo sustancias que afectan tu cuerpo. Los que han leído o escuchado sobre la biblia, Jesús decía, cuida tu cuerpo, porque es un templo y el que no lo cuida, no puede cuidar lo demás y mucho menos a los otros. Así que deja de escudarte en los demás y acepta que el único responsable de lo que te sucede, ERES TU.

sábado, 24 de agosto de 2013

No te alteres con nadie.

Siempre cuando nos contradicen solemos alterarnos, hasta a veces y sin apenas darnos cuenta, perdemos las debidas composturas. Esto hace que cuando estemos más tranquilos y meditemos en la forma en que hemos actuado, nos avergoncemos y deseemos que el tiempo no hubiera pasado, pero ya lo hecho, hecho está, y ya no podemos desdecir los improperios que hemos dicho sin frenos en la lengua, que ahora nos pica, y nos afecta psicológicamente el haberla dejado actuar fuera de sí.
En el momento de las conversaciones, procura no alterarte con nadie, aun mismo cuando seas ofendido. Acuérdate de que el reaccionar de mala manera no resuelve tu problema dejándote en paz, solamente el Amor garantiza la tranquilidad.
Ayuda a quien quiera que sea. El ejercicio de la caridad beneficia más al que hace la caridad y la recompensa mayor es de quien ofrece. No nos hacemos ningún beneficio por ser buenos, justos y honestos. Cumplimos solamente un deber, a respecto de las leyes del Amor y Justicia. Quien no se altera con los otros comienza, por esa vía, a alcanzar los principios de la comprensión. Quien perdona las ofensas siente, en su interior, una tranquilidad indecible. Quien ama sin distención, conoce la libertad, aquella que prenuncia la verdadera serenidad de la conciencia.
Levantar una tempestad contra nuestro hermano es invalidar los propios recursos de servir mejor y querer anular el mandamiento cedido por Jesús a la humanidad de Amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos.
Toda intención de modificar la vida de los otros es violencia que lanzamos al reino ajeno. Si quieres realmente cooperar con tus semejantes, hazlo por la fuerza poderosa del ejemplo, usando la palabra con parsimonia, cuando seas solicitado.
Casi siempre las palabras se transforman en imposición, a no ser que se filtren por iluminada educación, en la fuerza de la disciplina.
El hombre, altamente inteligente, conoce el Amor, habla poco, porque ejemplifica mucho. Asegúrate de la inferioridad de las palabras al reconocer la grandeza de las vibraciones. Ten plena certeza de que Dios actúa constantemente por los procesos de la vida recta.
Difícilmente sabemos dar consejos, por estar acostumbrados a saber particularmente de las cosas que solo nos interesan y nunca somos iguales a los otros. Es lo que no acontece por la vivencia, donde el observador retira lo que le agrada y lo que comparte su conciencia.
¿Entre dos personas agitadas, qué podemos esperar? Cuanto más hablan, más se desentienden, crecen el orgullo y la falsa honra, y el raciocinio pierde poder, en este caso. Seamos inteligentes para saber cortar en las primeras ansias del desentendimiento, sin que el ofensor piense que se trata de crítica o de burla. Quien está con el Bien en el corazón, encuentra salida para todas las horas de graves problemas. La intuición no falla, por estar con la serenidad en su interior y el discernimiento en la mente.
No procures contradecir las cosas hechas por otro, deshacer lo que está hecho a la vista de quien lo hizo, provocando irritación en quien aún no alcanzó la comprensión.
Haz lo cierto, si lo puedes hacer, que mucha gente está viendo tus actos y la verdad es siempre copiada en el propio automatismo de la vida.
La Tierra está pasando por un estado de probaciones con la humanidad que en ella mora, y, aun las almas que están acordadas para la luz encontrarán muchas dificultades para ceder totalmente al Bien, en virtud de los entrevieses del propio ambiente y de las compañías que siempre se suceden en su vida. Aun mismo así no debes desistir en tu mejoramiento espiritual. Estás en una escuela donde el Bien es la meta para la felicidad de todas las criaturas.
Tu buen comportamiento con los otros es la marca de renovación que crece ante los siglos, en la búsqueda de la paz de conciencia.

jueves, 22 de agosto de 2013

Frases.

Cuántos en el planeta desearían estar en tu lugar, se agradecido con lo que tienes y desde lo que eres, iniciar el cambio hacia algo mejor, pues siempre habrá adelante nuevos retos para tu crecer, la vida positiva se inicia ahora, ya, desde donde uno está.

El pensamiento positivo afecta todo lo que haces impregna de elevadas vibraciones todo lo que te rodea, solo trabaja en tu beneficio y en el de los demás dado que en el rodeo de la mente lo positivo atrae a lo positivo y rechaza a lo negativo.

Usa dos palabras mágicas puedo y quiero, puedo ser mejor y quiero ser mejor.

Usa una frase mágica: soy capaz, yo soy capaz de ser mejor y lograr éxito en mis metas positivas para la nueva vida que desde ahora iniciar.

miércoles, 21 de agosto de 2013

Mentiras de la politica.

La política es el arte de lo posible, pero también es el arte del engaño y la manipulación social.

Los políticos, aunque sienten ser la clase social más importante, la realidad es que son lo contrario, son flojos, impreparados, falaces, y un innumerable etcétera.

Estamos regresando al régimen político que durante 71 años ininterrumpidos había dominado a México, después de 12 años de una alternancia carente de sensibilidad y acción comprometida, y las cosas siguen igual o en, algunos rubros, peor.

Hoy a 9 meses del retorno:
 
En el rubro del empleo, cada día hay mas carencia de él.

La transparencia, uno de los ejes o compromisos de campaña del hoy presidente de la República, no vemos claro, las reformas al respecto, las tienen muy escondidas y no se filtra nada a la opinión publica, pero es creíble, que no se espera nada bueno.

En el área de crecimiento económico, la posible tasa de arriba del 3%, nos despertamos, que se redujo a poco más del 1%, y nos quieren consolar con que las principales potencias mundiales no crecerán tampoco, consuelo de muchos...

Las reformas educativa, laboral, política y energética, tienen sus trampas, o letras chiquitas, por ello es el retraso y demás para empezar a discutirlas en las cámaras legislativas.

El ámbito de seguridad, criticaron el sexenio anterior, con el tránsito de la marina y ele ejercito por el territorio nacional y siguen haciendo lo mismo, la presentación de los supuestos peces gordos detenidos, sigue el mismo espectáculo  y lo peor, es que los que ya estaban detenidos, están saliendo de prisión.

La gasolina y gas domestico siguen subiendo cada mes, igual que como lo criticaron antes.  

Esa es la realidad actual, al pueblo le dan pan y circo, y lo peor, es que lo aceptan, se conforman con migajas, y las televisoras se prestan a la estulticia nacional, con sus programas idiotas, y resaltando triunfos que en nada nos benefician, como que gane la selección nacional de futbol, o una medalla de tercer lugar en mundiales deportivos, o con los boxeadores, etc.

En fin, como dicta una máxima, cada quien tiene el gobierno que se merece. Y para la mayoría los políticos seguirán siendo semidioses que todo lo pueden hacer sin que nadie les diga nada, aunque la realidad es que no ayudan a los demás, se benefician ellos, a costa del pueblo.






martes, 20 de agosto de 2013

Lo radical beneficia al gobierno.



Algunos políticos opositores creen que cuánto más radicales sean sus posiciones políticas tanto más daño le harán al gobierno.
Pero no es así.
Y a veces sucede exactamente lo contrario y el que sale beneficiado es el gobierno.
 
Me refiero a situaciones democráticas comunes, en países donde la lucha política se despliega dentro de la legalidad institucional.
 
Dentro de esa legalidad, algunos opositores maximizan sus posiciones. O sea:
  1. Cuestionan al gobierno en todos los terrenos, en todos los temas, cuestionando todas y cada una de sus acciones, criticando todas y cada una de sus palabras, repudiando a todos y cada uno de sus miembros.
  2. Elevan al máximo la tensión política de cada día con acusaciones cada vez más duras, con conceptos cada vez más duros y con lenguaje cada vez más agresivo.
  3. Acompañan el proceso con una gestualidad despectiva y llena de enojo, y también con un uso agresivo de la voz tanto en tono como en volumen.
¿Por qué ese maximalismo radical beneficia al gobierno?

Porque estrecha el mercado opositor, lo hace más chiquito.
 
Al radicalizarse de este modo la oposición solo convoca a quienes piensan, sienten y actúan exactamente igual. O sea que se condena a sí misma a un círculo estrecho, un círculo de iguales, un grupo reducido.
Y la oposición pone así una barrera respecto a un amplio sector del público.
Sector que seguramente:
  1. Cuestiona al gobierno en algunos temas y terrenos importantes, pero no en otros. Cuestiona a algunos de sus miembros pero no a todos. Cuestiona algunas decisiones y declaraciones, pero no todas.
  2. No soporta vivir en constante tensión política y aunque esté en desacuerdo con el gobierno no adhiere a políticos crispados y enojados.
  3. Puede estar en contra de muchas cosas sin llegar a estar enojado ni indignado.
El maximalismo radical de la oposición suele empujar a ese segmento de la sociedad hacia el campo del gobierno, aún con diferencias y discrepancias.
Es más: le 'regala' ese público al gobierno. Y ese público termina definiendo una elección.
 
¿Cuál debería ser la regla de oro para la oposición?
Un programa, un estilo, un tono, una acción y un lenguaje que sean incluyentes, de todos los descontentos y no solo de los más radicalizados.
 
En suma: en política, de lo que se trata es de aislar al adversario.
Y lo que hay que evitar es aislarse uno mismo.
 
No importa quién está en el gobierno y quién en la oposición. Esa es la regla de oro.
Porque si un ciudadano mira y escucha a un político opositor muy radicalizado... entonces piensa: 'Si para estar en contra del gobierno tengo que estar tan enojado como tú y tengo que pensar exactamente igual en todos los temas...pues no sé lo que haré pero contigo no estaré.'

lunes, 19 de agosto de 2013

Vive mejor...

AUTOESTIMA. Es la opinión que debemos tener de nosotros mismos, pero queremos que alguien más la emita porque buscamos aprobación, aceptación y reconocimiento.

ORGULLO. Es cuando pensamos que podíamos salirnos con la nuestra y resultó que a la mera hora no pudimos y tuvimos que ceder.

RELACIONES PERSONALES.

SEGURIDAD MATERIAL.

SEGURIDAD EMOCIONAL.

RELACIONES SEXUALES ACEPTADAS. Son las que no causan daño a terceros y tampoco a nosotros.

RELACIONES SEXUALES OCULTAS. Estas son las infidelidades, o cualquier evento sexual que tenga que ser escondido a los ojos de los demás.

AMBICIONES. Tiene que ver con nuestros planes o cosas que deseamos para el futuro. 

Aplica solo lo que te sirva, y vive feliz.

sábado, 17 de agosto de 2013

Sé feliz...

Sé feliz, no te preocupes, no te enojes, sé amable, trabaja y vive honradamente, pero sobretodo, sé agradecido.
La eternidad llega cuando eliminas el pasado y el futuro, vive sólo el presente, agradece cada instante de tu vida y disfrútalo.
Si acabas con el factor tiempo, tu vida tomará otra dimensión.
Ama la eternidad, ama la vida, pero lo mas importante ÁMATE TÚ.
Excelente día para ti.

viernes, 16 de agosto de 2013

10 mandamientos del ejecutivo efectivo.

Programe y ahorre su tiempo. No lo malgaste en charlatanerías y bagatelas. Es un tesoro.

Tenga un gran respeto a la dignidad de los demás. Trate como desearía ser tratado.

Guarde equilibrio entre los derechos e intereses de su empresa y los derechos e intereses de las personas que vienen a pedir sus servicios.

Haga planes para el futuro. No sacrifique los éxitos del porvenir por querer obtener triunfos inmediatos. La precipitación es señal de debilidad.

No concentre funciones, asuma el riesgo de delegarlas, quien centraliza, empequeñece a los otros.

Que progrese su dependencia, pero que progrese también su personal, esmérese porque se promuevan, estudien y progresen.

El buen ejecutivo procura estar al día en los conocimientos de su especialidad. Lea. Infórmese. No progresar es retroceder.

No desprecie lo seguro y lo cierto por andar tras lo incierto y lo inseguro. Sueñe, experimente, pero no deje los caminos que le dieron buenos resultados, por atajos que pueden llevar al precipicio.

Rechace de plano todo lo que vaya contra la ley moral, aunque vaya en beneficio de su dependencia y aunque el rechazarlo le puede costar su puesto. Esto es definitivo para su personalidad.

10º No crea que lo único importante es su dependencia, empresa o negocio. Hay también otros valores: la familia, los amigos, la naturaleza. Sea humano, muy humano.

10 consejos...

NO DEJES PARA MAÑANA LO QUE PUEDAS HACER HOY.

NO GASTES DINERO ANTES DE HABERLO GANADO.

NO COMPRES NADA ÚTIL CON EL PRETEXTO QUE ES BARATO.

NO SIENTAS NUNCA HABER COMIDO POCO. MÁS VALE LEVANTARSE DE LA MESA CON APETITO QUE, HARTO DE COMER.

EL TRABAJO HECHO A GUSTO, NO CANSA JAMÁS.

NO PIDAS AYUDA, PARA LO QUE PUEDAS HACER SOLO.

LA VANIDAD Y EL ORGULLO SALEN SIEMPRE MÁS CAROS QUE EL HAMBRE Y LA SED.

LAS COSAS HAY QUE EMPEZARLAS SIEMPRE POR EL PRINCIPIO.

EVITA LAS PREOCUPACIONES Y PENAS QUE SÓLO ESTAN EN TU IMAGINACIÓN, Y QUE NO HAN ACONTECIDO TODAVÍA.

CUENTA HASTA DIEZ ANTES DE HABLAR CUANDO ESTÁS ENOJADO Y DISGUSTADO, Y HASTA CIEN ANTES DE HABLAR CUANDO ESTÉS ENCOLERIZADO.
 
 

Buenas respuestas frente a malos resultados.

Los malos resultados son algo frecuente en política.
Tan frecuente que constituyen la norma, no la excepción. A todos los candidatos les va mal en las encuestas, salvo al que va primero. Y el día de la elección pierden todos los candidatos menos uno.
Podríamos analizar otras formas de ganar (conquistar espacios, avanzar, etc), pero en el sentido tradicional es claro que todos siempre pierden menos uno: el único ganador, el que se lleva la mayoría, la Presidencia, la Gubernatura, la diputación, la Alcaldía...
Entonces es necesario prepararse también para los malos resultados. Porque la vida política no termina la noche de las elecciones sino que continúa. Y lo que se diga ante los malos resultados puede ser muy importante en la construcción de la imagen del candidato.
Hay que tener buenas respuestas para enfrentar los malos resultados.
No hay recetas infalibles, claro.
Pero sí algunos consejos básicos. Porque las buenas respuestas pueden variar mucho, pero deben incluir:
  • Tranquilidad, paz espiritual. Si apareces molesto, enojado, desencajado...pues ya comenzaste a perder la próxima elección.
  • Aceptación de los resultados. No hay nada peor que un candidato que se niega a reconocer la realidad. Su imagen arriesga a derrumbarse mientras que los resultados siguen allí, intactos.
  • Brevedad. No es tu mejor momento, por lo tanto no te expongas demasiado. La noche de la elección (si perdiste) o el día que se conocieron las encuestas adversas...no son momentos para extenderte. No hables más de la cuenta.
  • Agradecimiento. ¿Agradecer cuando se pierde? Pues sí. Agradecer a tus militantes, a tu equipo, a tus votantes. Ser una persona agradecida te hará crecer ante la opinión pública.
  • Promesa de trabajo. Sí, es un buen momento para una sola y única promesa: seguir trabajando por tus ideas.
  • Ubicación del resultado en un marco temporal. La historia comenzó mucho antes y seguirá mucho después. Ubica el resultado en el proceso histórico de tu ciudad, de tu país, de tu partido. Ayuda a la gente a entenderlo.
  • Esperanza. ¿Por qué no? Transmítele al electorado una sensación realista de esperanza, de confianza en el futuro.
  • Respeto al adversario y sus votantes. En el futuro tendrás que conquistar a una parte de esos votantes si pretendes avanzar en política. Si no los respetas ahora, cuando se sienten triunfantes, pues nunca los tendrás contigo.
  • Ya está escrito pero lo reitero porque es clave: brevedad.

miércoles, 14 de agosto de 2013

Profesores...

La escuela ha de ser un centro educativo para la paz y el profesor un guía firme en esa misión con estrategias sencillas y un ejemplo permanente.

Como espacio privilegiado de convivencia en la fase de desarrollo, en el ámbito escolar es frecuente la aparición de conflictos: enfrentamientos entre personas con intereses opuestos que buscan defender su postura. Su responsabilidad como profesor es enseñar a los alumnos a manejar esos conflictos de una manera creativa y productiva.

Si el conflicto lo opone a usted con uno de los chicos, invítelo a dialogar, escuche sus razones y exprese las suyas.

Si el conflicto opone a dos o mas alumnos, organice una sesión abierta para que se expresen y escuche las propuestas de solución de los otros alumnos.

Cuando la dimensión de un conflicto rebase el salón recurra a otras autoridades de la escuela para dar su punto de vista. Deje solo para esos casos extremos la participación de los padres; de esta forma fomentará la independencia emocional y autonomía de los alumnos.

Tomen lo anterior en cuenta, sobretodo no cierren su oído a lo que les ocurre a sus alumnos. Porque dentro del horario escolar, ustedes son los responsables de nuestros hijos.

martes, 13 de agosto de 2013

LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL parte 1.


LOS GRANDES CONFLICTOS DE FONDO Y
LAS RIVALIDADES ENTRE LAS POTENCIAS

El ascenso al trono alemán en 1890 de Guillermo II y la consiguiente destitución del anciano Bismarck como canciller supuso un cambio en la política exterior alemana que inició el proceso que finalmente llevó a la I Guerra Mundial.

Guillermo II abandonó el complejo sistema de alianzas construido por Bismarck, los sistemas bismarckianos, que había garantizado la paz en Europa durante casi veinte años e  impulsó una política alemana de hegemonía mundial, la Weltpolitik.

Para comprender el camino que llevó a la Gran Guerra es necesario que reparemos en otras transformaciones de fondo que van  alterar de manera decisiva el mundo que transitaba del siglo XIX al XX:



El ascenso de las potencias extraeuropeas,  Estados Unidos y Japón, supuso el  paso de un concierto europeo a un  concierto mundial  de potencias. Dos guerras en el tránsito de siglo ejemplifican esta transformación: la guerra hispano-norteamericana de 1898 y la guerra ruso-japonesa de 1905.

El cambio tecnológico propiciado por la Segunda Revolución Industrial  trajo consigo un cambio en la correlación de fuerzas entre las potencias. La cada vez más poderosa  Alemania desafió la ya larga hegemonía británica, este desafío se concretó en dos terrenos:

  • Rivalidad económica, en el terreno industrial, comercial y financiero. En 1896, se publica  en Gran Bretaña  el libro "Made in Germany"  de Ernest E. Williams, que supuso una verdadera señal de alerta ante la creciente competencia de la economía germana.
  • Rivalidad naval. La Weltpolitik necesitaba de una armada poderosa. Las leyes navales alemanas de 1898 y 1900 significaron un claro desafío a la hegemonía naval británica. El gobierno de Londres respondió en 1907 con la construcción de un nuevo tipo de acorazado, el Dreadnought. La respuesta germana no se hizo esperar. Las potencias se lanzaron a una verdadera carrera de armamentos navales.

El colonialismo exacerbó la pugna entre las potencias industriales europeas en busca de territorios y mercados. El imperialismo provocó que los roces entre las potencias  desbordaran el marco europeo y tuvieran lugar prácticamente en cualquier parte del globo.

 

El colonialismo y el imperialismo agudizaron las tensiones económicas. Las potencias imperialistas tendieron a establecer economías cerradas con sus colonias, lo que llevó primero a una feroz lucha por territorios y, posteriormente, cuando el reparto estaba prácticamente hecho, a una guerra de aranceles. El proteccionismo fue otro elemento que enrareció las relaciones internacionales.

En este marco de creciente competencia entre las potencias, florecieron otras rivalidades, esencialmente de tipo territorial, que están en el origen de la Gran Guerra:

Rivalidad franco-germana, ineludible desde la anexión de Alsacia-Lorena por Alemania en 1870. la creciente debilidad turca y el nacionalismo eslavo anti-Habsburgo incrementaron de manera significativa la rivalidad entre Rusia y Austria-Hungría por la hegemonía en los Balcanes.

Un último elemento que no debemos olvidar es la rivalidad psicológica entre los pueblos. El creciente nacionalismo fue sistemáticamente fomentado por la prensa y por las campañas de militares y grandes industriales. Los casos más evidentes se dieron en Francia, Alemania y Gran Bretaña. El odio al vecino fue más la norma que la excepción.