lunes, 31 de marzo de 2014

No te quedes callado.


EL SILENCIO DE LOS PADRES.

“El hijo llega tomado a la casa, y los padres callan. La hija se encuentra a diario con el novio, y los padres callan. El hijo llega a altas horas de la noche sin justificación, y los padres callan. La adolescente sube sola al coche con un hombre, y los padres callan”.

El miedo de los padres es una  de las causas de desviación de los hijos. Muchas mamás dicen: ¡Pobrecito mi hijito! Y no corrigen al hijo. El silencio posee su propia elocuencia. Antes, los padres de familia educaban, con mayor o menor acierto, pero educaban. Podemos decir que en la actualidad existen muchos casos de miedo a ejercer el mando; y ese miedo tiene una estrecha relación con el deseo de no sufrir por un lado, y con la falta de información por otro. Me explico: existe un miedo generalizado al sufrimiento propio y ajeno; así va ganando terreno una política de concesiones y de claudicaciones en la educación. Aristóteles dijo que el hombre feliz actuará conforme a la virtud y llevará los cambios de fortuna con sumo decoro. Escribe “se difunde el resplandor de la hermosura moral cuando un hombre lleva con serenidad muchos y grandes infortunios, no por insensibilidad al dolor, sino porque es bien nacido y magnánimo".

En vez de ofrecer una vida fácil al hijo, conviene capacitarle para una vida dura y áspera. Hay que iniciarlo, sin miramientos de falsa compasión, en los esfuerzos que probablemente tendrá que desarrollar un día. Mientras la conducta de los jóvenes se encuentra en estado plástico, es necesario que adquieran buenos hábitos: cada pequeño acto, vicioso o virtuoso, deja cicatriz en ellos. El miedo también se da en los padres por falta de información: no se sabe qué hacen los hijos en el tiempo libre o cuando no se está con ellos, y no se sabe qué se debe hacer en un mundo en constante transformación. Paternalismo es "dar el pez y no enseñar a pescar”.

Los padres tienen autoridad por el hecho de ser padres; pero la autoridad se mantiene, se pierde o se recobra por el modo de comportarse. No será real si falta prestigio. La palabra “prestigio” puede resultar ambigua. No es lo mismo el prestigio de un deportista, de un profesor o de un padre de familia. ¿Cómo se tiene prestigio con los hijos? Por el modo de ser, esto es, por el buen humor, la serenidad y la naturalidad. El optimismo, la serenidad y la confianza aseguran las mejores condiciones para actuar con firmeza y con flexibilidad, con suavidad y con fortaleza: suaviter et fortiter, como decían los romanos. Y no hay que perder de vista que la autoridad vista como servicio debe gastarse, en primer lugar, en fomentar el prestigio del otro cónyuge. La vida matrimonial no es una competencia donde al final se verá quién gana. No. Es armonía, colaboración, o al menos así debe serlo. Cualquier delicadeza es poca en este sentido.

Existe una sobreestimación exagerada de las frustraciones infantiles. Por miedo a que el niño se traume se le evitan esfuerzos, sufrimientos y obstáculos, que forjan su carácter. Más adelante la vida por si misma se los presenta, no saben enfrentarse con ellos… y es entonces cuando en verdad corren el peligro de traumarse. Lo normal es que en la vida humana haya dolor; sobreproteger a la persona es un acto cruel, pues cuando a un niño se le protege en exceso, es difícil que sea maduro y que se valga por sí mismo. Lo que origina mentes débiles que no saben responder a lo que les plantea día a día la vida. Más vale educar con deficiencias que no educar.

domingo, 30 de marzo de 2014

Vive derecho.


DERECHO, SU IMPORTANCIA EN LA VIDA SOCIAL…

La evolución de la naturaleza obedece a leyes, leyes que se cumplen de una manera fatal e ineludible, pues a cada efecto le antecede una causa. La evolución y cambios operados en la naturaleza son lentos, casi imperceptibles, pero permanentes, eternos como la materia y el movimiento a que se encuentra sujeta.

El hombre es el producto supremo de la naturaleza; es la expresión de la evolución más elevada que hasta hoy a alcanzado, pues el hombre, a diferencia de los animales inferiores, no sólo es capaz de adaptarse al medio natural que lo rodea, sino también de transformarlo, para satisfacer sus necesidades. El hombre, con la ayuda de su inteligencia y de sus manos, descubre las leyes de la naturaleza, convirtiéndose en un ser capaz de crear la vida o de procurar su autodestrucción.

El hombre es un ser esencialmente sociable; no puede escapar a la vida en sociedad, pues en ésta nace y en ella sólo es posible alcanzar su desarrollo y perfección.

El hombre es un ser con voluntad y fines. Y las leyes que regulan su comportamiento con sus semejantes son necesariamente falibles, susceptibles de ser violadas, no fatales, como las leyes de la naturaleza, porque el hombre es un ser capaz de equivocarse.

Las leyes que regulan el comportamiento del hombre en la sociedad (normas jurídicas), son un producto social, son un producto de la conciencia del hombre; la conciencia del hombre cambia en la medida en que cambian las condiciones materiales que lo rodean; las condiciones materiales más importantes que influyen en el pensamiento del hombre, son las de naturaleza económica que forman la base de la sociedad. De allí que el derecho de ayer no sea el mismo de hoy, porque los sistemas económicos han cambiado, como el de hoy no será como el de mañana, porque las condiciones económicas habrán cambiado para entonces. No hay derecho eterno e inmutable.

La importancia, pues, que tiene el derecho en la vida social, radica en que esta parte de la ciencia social nos permite conocer las leyes o normas jurídicas que regulan la conducta externa del hombre en la sociedad y, consecuentemente, nos capacita para tratar de influir de algún modo en la formación de un derecho más justo y humano, que coadyuve al logro de la felicidad del hombre.

El derecho, se divide en objetivo y subjetivo, el primero es el conjunto de normas jurídicas dictadas y promulgadas por el Poder Público para regular la conducta externa de los hombres en la sociedad. El derecho subjetivo es la facultad o autorización concedida por la norma jurídica a una persona para hacer, dejar de hacer o exigir de otra lícitamente algo.

A su vez, otra forma de distinguirlo es, como natural, vigente y positivo.

El derecho natural, es un ordenamiento intrínsecamente justo, esto es, que vale por su contenido y no por su forma, como acontece con el derecho vigente, al cual sirve de modelo o inspiración, porque está por encima de éste.

 
Ésta acepción es de carácter teológico y se puede llamar clásica, porque se trata de significar con ella que las normas han sido creadas por Dios, siendo por lo tanto justas y eternas, no sujetas al cambio y porque, por otra parte, los autores que se han ocupado de su estudio, en su mayoría, han coincidió en esta connotación. Pero existen varias definiciones de este derecho, debiéndose esto al diverso sentido que los autores de derecho le han dado al término naturaleza.

El derecho vigente, es el conjunto de normas jurídicas que en una cierta época y para un lugar determinado el Estado ha declarado obligatorias. Está formado por las normas legisladas; las normas consuetudinarias que el Estado ha reconocido como fuente de derechos y obligaciones; los principios generales que resultan de la interpretación de la ley que forman la jurisprudencia y las normas individualizadas.

El derecho positivo, es el conjunto de normas jurídicas que los individuos han acatado voluntariamente, independientemente de que el Estado las haya declarado obligatorias o no.

Los términos Derecho vigente y positivo suelen ser empleados como sinónimos. Tal equiparación es incorrecta. No todo derecho vigente es positivo, ni todo derecho positivo es vigente. La vigencia es un atributo formal. La positividad es un hecho que estriba en la observancia de cualquier precepto legal, sea o no vigente.

Esta separación entre Derecho vigente y positivo sólo es posible en relación con preceptos jurídicos aislados, pero no en relación con todo un sistema jurídico. El Derecho vigente es el que crea, reconoce y aplica el Estado a través de sus órganos. Si el Derecho vigente dejara de aplicarse totalmente, en realidad no sería un Derecho vigente. Aunque en la realidad, así parezca.

sábado, 29 de marzo de 2014

Publicación.

Mentiras en beneficio propio…
La semana pasada hablé de las mentiras dichas en beneficio de alguien más, hoy continuó con las dichas en beneficio propio, estas dan ventaja o protegen a quien las dice. Estudios de profesionales que dominan este tema demuestran que cincuenta por ciento de las mentiras entran en esta categoría. Existen cuatro razones por las cuales una persona puede decirte una mentira en beneficio propio:
Para protegerse de la vergüenza.- Es la razón menos peligrosa para que alguien diga una mentira en beneficio propio. Algunos ejemplos son:
• Una persona que inventa un pretexto para no ir a tomar algo con alguien más, cuando la verdadera razón es que no tiene dinero para pagar.
• Una persona que se la pasó sola todo el fin de semana e inventa que se la pasó increíble para evitar la vergüenza de admitir que no tiene pareja.
• Una persona que utiliza el transporte público para ir al trabajo porque su coche está en el taller y, en cambio, dice que lo hace así por la falta de lugares para estacionarse, pues le da pena admitir que tuvo un accidente automovilístico.
Como te podrás dar cuenta con estos ejemplos, la motivación para decir una mentira en beneficio propio es comprensible, aunque algunas veces es malinterpretada. Rara vez se trata de mentiras que sean peligrosas o dañinas.
Para dar una impresión positiva.- Es un factor común y es la motivación más frecuente con la que te vas a encontrar. La razón es la inseguridad de quien dice la mentira, la cual lo lleva a creer necesario aparentar ser más de lo que en realidad es. De este tipo de mentira existen varios grados, desde la simple exageración de la verdad hasta la elaboración completa de otra realidad. En la mayoría de los casos, las personas suelen colorear la verdad, añadiendo información falsa para mejorar la manera en que los demás las ven. Es menos frecuente, aunque potencialmente más dañino, la invención completa de algún aspecto de la vida del mentiroso con la intención de impresionar.
Algunas situaciones en las que se puede presentar este tipo de mentiras son cuando dos personas empiezan a salir en plan romántico, cuando dos individuos compiten o cuando alguien se enfrenta a un grupo de personas, como puede ocurrir entre dos hermanos que se encuentran en una comida familiar o dos personas en una reunión de ex alumnos.
Los efectos que produce este tipo de mentira pueden varias, desde dar información irrelevante que no dañe a nadie, hasta la posibilidad de minar o destruir una relación, así como causarle un enorme daño a alguna persona. En un negocio, este tipo de mentiras pueden provocar la pérdida de dinero o de la reputación profesional de alguien más. Ambos son buenos ejemplos para resaltar la importancia que tiene detectar las mentiras, tanto en el ámbito profesional como en el personal. Conforme más siniestra se haga una mentira para dar una impresión positiva, entra más en la categoría siguiente.
Mentiras para obtener ventaja.- Para lograrlo es claramente un acto siniestro y sin lugar a dudas vale la pena ser capaz de identificarlo. Dentro de un grupo de personas, alguien puede difundir rumores falsos sobre un individuo con el simple objetivo de destruir su credibilidad. Puede ser que tú seas el blanco de esas mentiras, en cuyo caso tienes dos maneras de reaccionar. Primero, señalando frente a otros las inconsistencias de los supuestos hechos del rumor, lo cual, si se hace bien, puede producir los efectos contrarios a los que perseguía quien inició el rumor. Segundo, confrontar a la persona responsable de iniciar el rumor.
Dentro de una oficina es muy común que individuos o compañías busquen obtener ventaja. Algunas veces esto ocurre mediante información exagerada o mentiras abiertas de los individuos involucrados. Los mentirosos hábiles saben mezclar datos falsos con genuinos. Por ello, identificar la diferencia entre ambos puede proteger tus intereses.
Mentiras para evitar un castigo.- Es factor recurrente de éstas y se origina porque una persona se quiere proteger o eludir alguna responsabilidad. Como en todos los casos, también aquí hay un amplio espectro que va de las mentiras insignificantes a las dañinas. La medida en que una persona puede decir mentiras para evitar un castigo es proporcional al resultado que le acarrearía ser descubierto: mientras más grandes sean las consecuencias, más elaborada será la mentira. Por ejemplo, las razones inventadas por las cuales se llega tarde a la cita con un amigo o colega pueden ser inocentes y poco elaboradas, ya que la consecuencia de ser descubierto es inofensiva. En cambio, cuando un asesino es interrogado por la policía, la coartada que utiliza suele ser muy elaborada, generalmente llena de detalles y muy bien planeada, ya que las consecuencias de ser descubierto león muy significativas.
Las mentiras en beneficio propio se dirigen a otras personas, pero se utilizan para proteger o beneficiar a quien las dice. A pesar de que no siempre resulta así, este tipo de mentiras suelen ser siniestras y dañinas. Algunas veces, mentir es necesario para proteger los sentimientos de otra persona y mantener la cordialidad en nuestras interacciones. En otros casos, mentir puede ser dañino para otras personas y arruinar nuestras relaciones. Lo importante es decidir cómo queremos vivir.

viernes, 28 de marzo de 2014

¿Que decides?


¿DECIDES LO CORRECTO O LO CONVENIENTE?
 
Cuantas veces a la hora de tomar decisiones, de hacer un trabajo, de valorar lo que debemos hacer, dudamos y nos acomodamos más al qué dirán, a lo que pensarán los demás de mi persona, a las cosas que alegren el ego de los demás, a ser en realidad nosotros mismos.

Vamos con otra propiedad que debe cumplir toda decisión y cuyo conocimiento nos ayudará tomar decisiones eficaces.

A la hora de decidir hay que empezar considerando dónde está el bien, lo que es lo correcto, antes que estimar lo aceptable o quién está en lo cierto. La razón es que al final habrá que alcanzar un compromiso y si uno no conoce aquello que satisface las especificaciones y condicionantes, no es posible distinguir entre el compromiso adecuado y el equivocado.

En efecto hay dos tipos de compromisos. El primero caracterizado por la expresión “más vale pan y ensalada que no comer nada”. El segundo se corresponde con el juicio de Salomón y el reconocimiento de que quedarse con medio hijo es peor que renunciar a tenerlo. En el primer caso se cumplen los requisitos implícitos que condicionan la decisión (algo de comida, aunque sencilla, nos sostiene en la vida) mientras que en el segundo caso no (quedarse con medio niño es negarle la vida).
En el proceso de toma de decisiones, es inútil preocuparse por discernir aquello que sería más aceptable, lo que no herirá susceptibilidades, para tratar así de evitar enfrentamientos. Es una pérdida de tiempo: la mayoría de las cosas por las que nos preocupamos nunca acaban teniendo lugar; y aquello que desdeñábamos por insignificante de repente se vuelve un obstáculo infranqueable.

De modo que a la hora de decidir, por norma, hemos de tener siempre en cuenta lo importante, sin detenernos en considerar lo que parecería más admisible. O de otro modo nunca tomaremos una decisión eficaz y mucho menos, correcta.
Nadie dijo que dirigir fuera cómodo…

Actuar correctamente no significa hacer lo que nos conviene. Estamos presionados por las reglas sociales, las normas internas con las que hemos funcionado desde la infancia y los criterios morales que han presidido nuestra vida desde siempre. Nos cuesta mucho entrar en ellos. Nuestra infancia es un camino tortuoso entre la normativa que la sociedad nos reclama y el deseo de libertad y espontaneidad con el que nacemos. Y si parece que los primeros años de escolarización logran aminorar estas actitudes, la adolescencia se vuelve a presentar como un período indómito en el que de nuevo queremos afirmarnos contra el resto. Pero la entrada en las pautas, reglamentaciones, modos y maneras del grupo al que pertenecemos es imparable. Todo ello nos lleva a mantener una idea de “corrección” que, a veces, supera lo que a nosotros mismos nos interesa o nos conviene. Incluso también es cierto que lo que una época, grupo o estamento establece como norma solamente es válido en un momento histórico concreto porque estamos cansados de ver cómo todo cambia y lo que hoy es punible y criticable, mañana es absolutamente valioso y aceptado.

Lo que nos conviene, aquello que sentimos en el interior que es el camino de nuestra “corrección”, la norma que sale del corazón…es la que hay que seguir. La sabiduría es un estado de conciencia al que se llega a fuerza de amar el esfuerzo de vivir en coherencia con nosotros mismos. Hay que aplicar lo que uno aprende a través del dolor, fundamentalmente, porque se aprende mucho más con los errores y fracasos que con las alegrías y el bienestar. Hay que ser inteligentes para gestionar la vida propia. Hay que poner el corazón para poder vivirla con plenitud. Y a partir de ahí…poco importan las normas, de poco valen las críticas y de menos aún, los prejuicios. Si uno está bien consigo mismo, está seguro de no hacer daño intencionado a nadie y cree en aquello por lo que lucha podemos asegurar que no habrá barreras que no puedan superarse, ni caminos que no sean transitables, ni impedimentos que no se conviertan en objetivos conquistables. A partir de ahí, estaremos con el mejor defensor de nosotros mismos pero sobre todo, con la persona que más nos cuida y nos protege, la que tiene al final de su brazo, la mejor ayuda.
Hacer lo correcto no siempre es fácil ni conveniente, que hay que hacer entonces ante esta disyuntiva, pero haciendo lo correcto tiene el mayor impacto en los demás como nos dispusimos a vivir un ejemplo de nuestra fe en Dios.
Lo correcto y lo incorrecto forman una fuente común de disputa y lucha. Esto se relaciona muy de cerca con los actos hostiles y ocultaciones y con la secuencia del acto hostil-motivador.

El esfuerzo por tener razón es el último esfuerzo consciente de un individuo de su extinción. “Yo tengo razón y ellos están equivocados” es el concepto más bajo que puede formular una persona inconsciente.

Lo que es correcto y lo que es incorrecto no es necesariamente definible para todo el mundo. Esto varía de acuerdo a los códigos morales y disciplinas existentes, a pesar de que se les usaba como prueba de “cordura” en jurisprudencia, no se basaban en hechos, sólo en la opinión.

Un acto hostil no es sólo dañar a alguien o a algo: un acto hostil es un acto de omisión o comisión que hace el menor bien al menor número de personas o áreas de la vida, o el mayor daño al mayor número de personas o áreas de la vida. Esto incluiría la propia familia, el grupo o equipo propio y la humanidad como un todo.
Por lo tanto, una acción incorrecta lo es, al grado en que daña al mayor número. Una acción correcta lo es, al grado en que beneficia al mayor número.
Muchas personas piensan que una acción es un acto hostil sólo porque es destructiva. Para ellas, todas las acciones u omisiones destructivas son actos hostiles. Esto no es verdad. Para que un acto de comisión u omisión sea un acto hostil, debe dañar al mayor número de personas y áreas de la vida. Por lo tanto, no destruir algo podría ser un acto hostil. Ayudar a algo que dañara al mayor número, también puede ser un acto hostil.
Un acto hostil es algo que daña ampliamente. Un acto benéfico es algo que ayuda en general. Puede ser un acto benéfico dañar algo que pudiera ser dañino para muchas personas y áreas de la vida.

Dañar a todo o ayudar a todo pueden ser, de la misma manera, actos hostiles. Ayudar a ciertas cosas y dañar a otras, pueden ser por igual, actos benéficos.
La idea de no dañar nada y ayudar a todo es también bastante demente. Es cuestionable pensar que ayudar a los que esclavizan es una acción benéfica y es igualmente cuestionable considerar que la destrucción de una enfermedad es un acto hostil.
En lo relativo a tener razón o estar equivocado, pueden desarrollarse muchos pensamientos confusos. No hay bien absoluto ni mal absoluto. Tener razón no consiste en no estar dispuesto a dañar y estar equivocado no consiste sólo en no dañar.
Hay cierta irracionalidad en “tener razón” que no sólo descarta la validez de la prueba legal de la cordura, sino que también explica por qué algunas personas hacen cosas muy incorrectas e insisten en que están haciendo lo correcto.
La respuesta está en un impulso, innato en todos, de tratar de tener razón.
Esta es una insistencia que rápidamente se separa de la acción correcta y va acompañada de un esfuerzo por hacer que los demás estén equivocados, como vemos en las personas hipercríticas. Un ser que aparentemente está inconsciente, aún sigue teniendo razón y haciendo que los demás estén equivocados: es la última crítica.
Hemos visto a una “persona defensiva” explicar las equivocaciones más descaradas. Esto también es una “justificación”. La mayoría de las explicaciones de la conducta, no importa lo inverosímiles que sean, parecen perfectamente correctas a la persona que las da, ya que sólo está afirmando el hecho de que ella tiene razón y los demás están equivocados.

Parece ser que los científicos que son irracionales no pueden desarrollar muchas teorías. No lo hacen porque están más interesados en insistir en su propia extraña corrección, que en encontrar a la verdad. Así, tenemos extrañas “verdades científicas” de hombres que deberían tener mejores conocimientos. La verdad la construyen los que tienen la generosidad y el equilibrio de ver también dónde están equivocados.
Usted ha escuchado algunas disputas muy absurdas entre la multitud. Dese cuenta de que el orador estaba más interesado en afirmar su propia corrección, que en estar en lo correcto.
Un Tetuán (el ser espiritual, la persona misma) trata de tener razón y lucha contra estar equivocado. Lo hace sin tomar en cuenta si tiene razón en algo o hacer lo correcto en realidad. Es una insistencia que no tiene ninguna relación con lo correcto de la conducta.

Uno siempre intenta tener razón hasta el último suspiro.

¿Cómo llega uno entonces a equivocarse alguna vez?
Es de este modo:
Alguien realiza una acción incorrecta, accidentalmente o por descuido. Lo incorrecto de la acción o la inacción está entonces en conflicto con su necesidad de tener razón. Así que puede continuar y repetir la acción equivocada para probar que es correcta.
Este es un elemento fundamental de la aberración (pensamiento o conducta irracional). Todas las acciones incorrectas son el resultado de un error seguido de una insistencia de haber tenido razón. En vez de corregir el error (lo que implicaría estar equivocado), uno insiste en que el error era una acción correcta y por eso la repite.
Conforme un ser baja por la escala, es más y más difícil que admita haberse equivocado. Mejor dicho: el admitirlo, bien podría ser desastroso para lo que aún pudiera tener de capacidad y cordura.

El estar en lo correcto es el material de que está hecha la supervivencia. Esta es la trampa de la que, aparentemente, el hombre no ha sido capaz de liberarse a sí mismo: un acto hostil que se apila sobre otro, avivado con afirmaciones de estar en lo correcto. Por fortuna, existe un camino de salida seguro de esta telaraña.
Hacer lo correcto no es fácil. Si lo fuera, el mérito de hacerlo estaría más extendido y muchos desórdenes no tendrían lugar. Todos podemos y debemos hacer lo correcto, pero no todos estamos dispuestos a asumir las consecuencias que ello trae consigo.

Y es que hacer lo correcto, siguiendo los dictados de la conciencia, puede resultar antipático a mucha gente. Para quienes no desean corregir lo que está mal, e incluso para aquellos que objetan el bien por desconocimiento, lo que se hace en aras de corregir y limpiar puede parecer dañino, inoportuno o falso. Lo conveniente en estos casos, sin embargo, es fortalecer la postura del orden, aunque ello propicie especulaciones, tergiversaciones y hasta calumnias.

A veces, cuando se hace lo correcto, no queda más refugio ni más consuelo que la certeza de estar haciendo lo correcto. Azota el vendaval de la incomprensión, se desatan las olas del resentimiento, despliegan sus artes maléficos los intereses creados, y nada más que la conciencia limpia mantiene firmes las decisiones, porque queda, pese a todo, la íntima seguridad de estar cumpliendo con el deber.
Hacer lo correcto está siempre al alcance de todos. Sin importar dónde estemos o qué actividades desempeñemos, no habrá día que pase de largo sin habernos dado alguna oportunidad de hacer el bien. Y aprovechar esa oportunidad, cuando se presenta, es la forma en que agradecemos el don de la conciencia.
¡Qué duro es, para quien se sabe culpable, combatir las recriminaciones de la conciencia! Incluso si llegase a engañar a todos, presentándose como víctima, ¡qué fuerte resonarán en su cabeza esas verdades que no es capaz de admitir frente al mundo!
Por el contrario, la paz interior que experimenta quien está seguro de haber actuado con nobleza de intención no tiene cálculo ni precio. Duele verse sometido a la incomprensión, desde luego, pero se sabe que esa incomprensión nunca va a ser más dolorosa que experimentar las reprensiones morales de una conciencia en llamas.
Cuando se hace algo para mejorar las cosas o incluso sólo para que no empeoren, nada es tan valioso como la certeza de saberse limpio. Las lenguas viperinas no tardarán en tomar la palestra, pero jamás conseguirán que lo incorrecto deje de serlo.

“La paciencia todo lo alcanza”, solía decirse a sí misma la gran reformadora de las carmelitas, Teresa de Ávila, cuando se lanzaban contra ella las peores injurias y se manchaba su reputación con hirientes difamaciones. Y ser paciente significa hacer el esfuerzo supremo de comprender que todo cambio, por bueno que sea, genera resistencias. De mala fe o no, resistirse al cambio, al orden, a la ley, a la responsabilidad, hará que algunos profieran chismes y otros ataquen con vileza.
 ¿Qué puede hacerse entonces sino ejercitar la comprensión? ¿Qué se gana respondiendo con acusaciones a los acusadores?

Y como hacer lo correcto implica asumir riesgos, tampoco faltarán motivos para evitar complicaciones y dejar que las cosas sigan igual. Incluso habrá quien tentadoramente aconseje: “No te metas en líos. Nadie va a agradecerte por lo que estás haciendo”.

En esos momentos, sin embargo, es conveniente sobreponerse a la comodidad. Tal vez nadie lo agradezca y quizá la reputación sólo sea una parte de lo mucho que se arriesgue, pero el insobornable tribunal de la conciencia terminará dando su veredicto, y esa absolución vale más que todas las reputaciones y todos los agradecimientos
humanos.

miércoles, 26 de marzo de 2014

¿Te gusta la disciplina?


CLASES DE NORMAS QUE RIGEN AL SER HUMANO.

La vida del hombre en la sociedad se encuentra regida por un conjunto de leyes sociales que podemos clasificar en:

a)    Normas religiosas.- son reglas de conducta de observancia obligatoria para el creyente, a fin de alcanzar la salvación de su alma y la gloria eterna prometida. Son normas esencialmente internas, porque regulan la conducta con Dios; son unilaterales, porque solamente imponen obligaciones o deberes, pero no confieren derechos; son heterónomas, porque el creyente ajusta a la voluntad de la norma que se supone ha sido creada por Dios; son incoercibles, porque no existe la posibilidad de exigir su cumplimiento forzoso al obligado y por último, tienen sanción, la cual consiste en la pérdida de la gloria prometida.

b)    Normas de urbanidad o del trato social o convencionalismos sociales.- son reglas que suelen aparecer en forma consuetudinaria, .como mandatos de la colectividad, como comportamientos necesarios en algunos grupos, son ciertas prácticas admitidas en sociedad. Tales como: el decoro, la caballerosidad, la decencia, la urbanidad, la etiqueta, etcétera. Dichas normas son de carácter externo, porque regulan la conducta externa del hombre; son unilaterales, porque solamente imponen obligaciones, son heterónomas, porque la persona obra conforme a la voluntad de la norma y no a la suya; son incoercibles, porque no se puede hacer cumplir la norma en contra de la voluntad del obligado y, por último, tienen sanción. La sanción es variable: puede ser el desprecio de los demás, la no admisión o exclusión de una creatividad o de un círculo social, etcétera.

c)    Normas morales.- son reglas que rigen la conducta interna de la persona, las cuales le indican las acciones buenas o malas que debe realizar u omitir. Son normas esencialmente internas, porque el sujeto de la norma al obrar a de hacerlo siempre no solamente por deber sino también por querer; son reglas unilaterales, porque solamente imponen deberes pero no confieren derechos; son reglas autónomas, porque el sujeto moral ha de obrar siempre de acuerdo con los dictados de su conciencia, fundiéndose así en una misma persona: legislador y obligado; son reglas incoercibles, porque no existe la posibilidad jurídica de hacerse cumplir dichas normas en contra de la voluntad del obligado y, por último, tienen sanción interna, la cual consiste en el remordimiento de la conciencia de quien ha violado la norma o el repudio de los demás.
 
D)  Normas jurídicas.- son reglas que regulan la conducta externa del hombre; son bilaterales, porque además de conferir derechos imponen obligaciones; son heterónomas, porque los sujetos de la norma no obran conforme a su voluntad si no conforme a la voluntad de la norma o legislador; es coercible, porque tiene la posibilidad de hacerse cumplir aun en contra de la voluntad del obligado y, por último, tiene sanción política, porque la violación de la norma trae consigo una sanción, la cual puede ser de naturaleza: corporal, económica, mixta o jurídica, que es impuesta por el Estado.

lunes, 24 de marzo de 2014

Admira lo que sea admirable.


CAMBIO DE PERSPECTIVA SOBRE LO GRATO.

Hay una concepción innata de lo agradable y lo que no lo es, de ese punto surge el arte que imita lo placentero y que constituye la denominada poética aristotélica. Sin embargo, ante el concepto de perfección griego el arte cruento del cristianismo impulsó la estética del horror. Así lo estético no es lo bello por si mismo, sino lo estilizado con un matiz cultural. El arte actual va más sobre el significado del símbolo que sobre el objeto simbolizado por su esencia, al menos en occidente. Un problema fundamental que debe intentar superarse es la de forjar un modo de manifestar lo bello por su esencia natural sin que el espectador capte el entorno como cursi, ridículo o estropeado por un sentimiento ñoño, cuando no hinchado. Las nuevas generaciones tienden a buscar lo desapegado a la tradición más no en forma transformadora sino anulante. Se cree que lo popular es de mal gusto en tanto que se sobre valora lo individual. La idea intelectual domina e impone lo dicho ya no en el plano de la idea prestigiada, sino  incluso en la esfera de lo emotivo. Personal. Baste ver el desprestigio en el que hoy vive la poesía que trata temas bajo un punto de vista moral apegado a alguna religión. La idea liberal en su esfera ética tiene que mantener el contenido pues todo el que no emite en torno a esta perspectiva no tiene nivel competitivo. Así, el amor, como ejemplo más patente, debe referir encuentros sexuales y no aspiraciones, aunque en algunos contextos se exija que el anhelo sea lo único que se puede mostrar de tal. Así lo sexual ocupa el sitio del afecto como en otro plano la negociación ha hecho lo mismo. Así, lo parcial es global y, al igual que lo que sucede con la tecnología, el que establece los adelantos termina por imponer el cómo deben proceder sus competidores y sus subordinados tornando en simples maquiladores de su idea a los que desean pertenecer al primer mundo. Así el positivismo impide que otros puntos de vista puedan influir en el pensamiento humano y por tanto, ya que el arte sólo existe mediante la captación humana, queda en los círculos de elite un margen nulo para aceptar nuevas formas del quehacer en las artes.

sábado, 22 de marzo de 2014

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Los agentes auxiliares del comercio…
Es frecuente escuchar o darse cuenta que los hombres de negocios no realizan directamente las múltiples operaciones que se les presentan, sino que se apoyan de otras y con otras personas, que bajo la denominación genérica de agentes auxiliares del comercio, se dividen en auxiliares, a quienes se retribuye a base de honorarios y en factores o dependientes, a quienes se retribuye a sueldo base (fijo).
Auxiliares. No pertenecen a la base de empleados de la negociación. Su labor es de profesionales y en ciertos casos actúan como funcionarios. Pero son algunas veces necesarios, depende de lo grande que sea la empresa o negocio.
Los auxiliares más importantes son:
a) El corredor. Es un agente reconocido por la Ley para intervenir en ciertas operaciones mercantiles. Facilitan a los comerciantes el arreglo de sus negocios, certificando las operaciones celebradas con su intervención y dándoles así mayor legalidad pues tienen fe pública y actúan como peritos mercantiles.
La secretaría de Economía o los Gobiernos de los estados autorizan a los corredores, después de que estos comprueban haber llenado todos los requisitos legales, tales como: ser mexicanos por nacimiento, tener un domicilio en la plaza en que actúan, haber practicado como aspirantes en un despacho de corredor, ser de absoluta moralidad, tener titulo de licenciado en Derecho o en Relaciones Comerciales, titularse ante el Colegio de Corredores, tener libro de registro y sello para sus actuaciones y cobrar sus honorarios conforme al arancel vigente.
Los corredores no pueden comerciar por cuenta propia ni ser comisionistas; tampoco ser factores o dependientes de algún comerciante, ni adquirir para sí o parientes los efectos del negocio. Quienes los necesitan deben ser muy cuidadosos al contratar alguno, porque hay dos clases de corredores, los que te hacen ganar dinero y los que simplemente dan excusas.
b) Comisionistas. Son las personas que ejercen actos de comercio comprando y vendiendo por cuenta de una tercera persona, o sea aplicando el mandato al comercio. El comisionista, por el servicio que desempeña, recibe un tanto por ciento llamado comisión. De ahí su denominación.
c) Contadores públicos. Son personas que, conocedoras de la ciencia contable en todos sus aspectos, organizan y establecen contabilidades en general: efectúan auditorias de toda clase de cuentas y balances; fungen como consejeros en negociaciones mercantiles; desempeñan generalmente el cargo de comisarios en sociedades por acciones, y observan un Reglamento de ética profesional.
d) Notarios. Son personas que tienen fe pública y que están reconocidas por la Ley para que, con su intervención, se efectúen algunos actos de comercio. Los notarios autorizan escrituras y contratos en general, levantan actas sobre protestó de títulos de crédito, etcétera. Los actos anteriores son registrados en un libro llamado protocolo.
e) Agentes aduanales. Estos auxiliares sirven de intermediarios entre el comerciante importador y el exportador, actuando como gestores de operaciones aduaneras. Debido a su amplia preparación (en teoría) en materia aduanal, constituyen un valioso auxiliar en operaciones de importación y exportación.
Factores. Se da el nombre de factor a la persona o personas a quienes se confía la dirección o administración de una empresa. Los factores generalmente celebran y realizan todas las operaciones propias del comercio, obrando de conformidad con la previa autorización de los propietarios del negocio respectivo, otorgada en documento notarial que justifique su personalidad.
Se consideran como factores a los presidentes de sociedades, gerentes, agentes encargados de administrar otras empresas, etcétera.
Dependientes. Son empleados subalternos que auxilian al comerciante en sus operaciones, obrando bajo su dirección o bajo la de los factores.
Se consideran como dependientes a los cajeros, tenedores de libros, empleados de mostrador, cobradores, etcétera.

miércoles, 19 de marzo de 2014

Deja atrás el miedo...


ATRÉVETE A SUPERAR EL MIEDO.

El miedo es la perturbación angustiosa del ánimo, causada por un riesgo o daño real o imaginario. El miedo modifica nuestra forma de comportarnos, de estar, de desarrollarnos, ya sea por algo interior o exterior. Se dice que el miedo es un sistema de advertencia que en primera instancia nos resulta muy útil. Si vamos caminando de noche por un lugar solitario, el miedo nos hace estar alerta ante un posible peligro.

El miedo actúa como un protector; sin el viviríamos poco. Pero también resulta fácil sentir miedo cuando no existe peligro. El sentimiento puede parecernos auténtico, pero no se basa en la realidad, y no nos permite vivir. No parece tener propósito ni piedad, y nos paraliza y debilita el espíritu si no lo afrontamos. El miedo se identifica con las siglas FEAR (falsa evidencia con apariencia real).

Muchas personas en el camino de la vida van acumulando miedo al ambiente hostil en la escuela, en su barrio o comunidad. Y se van formando como personas inseguras, y por esto no se atreven a dar pasos ni para atrás ni para adelante cuando la vida los empuja o los invita a avanzar. Mucho menos cuando al avanzar existen muchos riesgos. Hay miedo a perder, a quedar sólo, a la humillación, al fracaso, a morir…

Los miedos, que tienen su origen en el pasado, desencadenan en la persona también el miedo al futuro.

Despojarse el miedo es una empresa a veces difícil por todo lo que implica. El miedo es un arma letal para quien no ha descubierto su dignidad y grandeza, su capacidad para crecer y transformar con el amor todo lo que toca.

Hay que escoger el amor y no el miedo. Liberarnos del miedo, significa empezar a vivir en plenitud, con todo en mis manos, libre, sin miedo a la responsabilidad de mi propia vida, de mis propios actos. Vivir sin miedo es encontrar la potencialidad de mi ser; ya no se teme a la luz, porque ilumina todo. Vivir sin miedo es reconocer la fragilidad humana, pero también su potencialidad, esa potencialidad que vive dentro de cada uno de nosotros.

Cuando vemos cerca la muerte nunca sabemos cuándo nos tocará a nosotros, por eso debemos afrontar los retos con este pensamiento: debo arriesgar porque la vida me da esa oportunidad para hacerlo, si fracaso o si acierto, es una segunda ganancia. Es importante por tanto que en el momento de tomar una decisión sepamos que eso es lo que realmente le da sentido a nuestra vida. No son nuestros aciertos ni nuestros fracasos los que nos van construyendo la vida, sino nuestras decisiones, especialmente cuando se puede ganar mucho.

Nuestros miedos no detienen a la muerte, sino a la vida. El miedo es una sombra que lo bloquea todo: nuestro amor, nuestros verdaderos sentimientos, nuestra felicidad y nuestro propio ser.

Lo que ocurre cuando afrontamos riesgos y nos enfrentamos a nuestro miedo; cuando libremente nos permitimos experimentar el amor verdadero; cuando el miedo no nos tiene cautivos es que el abanico de posibilidades es mucho más amplio. Un mundo nuevo y sin miedo se abre hacia afuera, y dentro de nosotros, a la espera de ser descubierto.  

La única manera de vencer el miedo es amar. La bondad siempre triunfa sobre el miedo. El poder del miedo tiene una base hueca y podemos vencerlo simplemente dando un paso adelante.

Todas las emociones positivas provienen del amor, y las negativas del miedo. Del amor surgen la alegría, la felicidad, la paz. Del miedo surgen el enojo, la ansiedad y la culpabilidad.

El miedo y el amor son emociones opuestas. Cuando sentimos miedo no sentimos amor, y cuando sentimos amor no sentimos miedo. Debemos elegir de qué lado estar, tomando en cuenta que si elegimos amar, seguro volveremos a sentir miedo alguna vez, pero este amor nos asegura que estamos viviendo el presente. El miedo siempre es un reflejo del pasado que nos hace temer el futuro, y el amor siempre es un pensamiento presente, concreto y real. Cuando nos llenamos de amor, empezamos a vivir en el presente. Y es el arma que tenemos para vencer cualquier miedo.

martes, 18 de marzo de 2014

Profesores mexicanos.

Del total de horas que pasa un niño en la escuela, sólo la mitad del tiempo lo dedica a aprender, el resto se pierde mientras el profesor pasa lista, reparte cuadernos, borra el pizarrón, o simplemente porque se ausenta del aula.
El informe Mejores Maestros para América Latina y el Caribe publicado por el Banco Mundial revela que de siete naciones analizadas México es el país con menos tiempo efectivo de aprendizaje, en comparación con Jamaica, Perú, Honduras, Brasil y Colombia.
No obstante, ninguna de estas naciones alcanza el estándar internacional que establece 85% del tiempo total que están los menores en la escuela.
Es decir, sólo dos o tres horas se utilizan para que los estudiantes avancen en el programa curricular, lo cual significa que tanto maestros como alumnos pierden un día de aprendizaje efectivo cada semana, que son 40 días sin clase durante el ciclo escolar.
La semana anterior, la subsecretaria de Educación Básica, Alba Martínez Olivé, anunció que se blindará a las escuelas para evitar que los alumnos pierdan horas de clase, a través de la creación y aplicación de los Lineamientos para formular programas de gestión escolar, incluidos en el Acuerdo Secretarial 717.
En conferencia de prensa, apuntó que los maestros utilizan parte del tiempo escolar en ensayos para festivales o desfiles, dentro y fuera de la escuela, así como en actos protocolarios con el presidente municipal, el gobernador del estado, e incluso el Secretario de Educación o el Presidente de la República.
Sin embargo, el texto publicado por el Banco Mundial indica que los menores pierden hasta 20 días de los 200 que dura el ciclo escolar porque los maestros no cumplen con sus labores al interior del aula.
De acuerdo con el estudio, 9.5% del tiempo total que pasan los maestros en la escuela lo utilizan para interactuar con el personal del plantel. Además realizan otras actividades escolares durante la hora de clases, llegan tarde o se van temprano. Esto se traduce en 25 minutos desaprovechados todos los días por cuatro horas y media que pasan los alumnos en una primaria pública con horario de 8:00 a 12:30 horas.
El resto del tiempo escolar los docentes lo utilizan en pasar lista, limpiar el pizarrón, dictar la tarea, entregar o recoger cuadernos, o simplemente platicarles historias de su vida, actividades que deberían ejecutarse rápidamente si se aplicaran las técnicas para hacer más eficiente el trabajo del aula establecidas por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Aunado al tiempo perdido, el  análisis demuestra que sólo 21% de las horas efectivas de aprendizaje el docente consigue la atención de todo el grupo para impartir un tema. El estudio señala que uno de los factores de dispersión en los menores es que los maestros sólo utilizan el pizarrón como método de enseñanza o sólo se dedican a hablar mientras los niños toman notas.
Y aunque los gobiernos se han esforzado por llevar computadoras, tabletas e internet a las aulas los maestros se niegan a utilizar estos equipos. En Perú y Honduras cada niño tiene un equipo de cómputo, pero sólo lo utilizan menos de 1% del tiempo de clases.
En el caso de México, lo mismo ocurrió con los equipos que se entregaron a los salones de quinto y sexto de primaria como parte de los programas Enciclomedia y Habilidades Digitales para Todos. Los docentes se negaron  a aprender a utilizar el material, que terminó abandonado en las bodegas de las escuelas o utilizados para actividades administrativas.
Maestros pobres y con habilidades limitadas
El perfil de los maestros en América Latina no ha permitido que los sistemas educativos cambien hacia los nuevos métodos de enseñanza, donde los menores tienen que ser críticos, aprender a resolver problemas y obtener conocimientos que apliquen en su vida diaria, según el estudio del Banco Mundial.
Mejores Maestros para América Latina y el Caribe apunta que los requisitos para ingresar a las escuelas normales de la región son menores que en cualquier otra carrera universitaria, contrario a lo que ocurre en Finlandia o Singapur, donde sólo 20% de los aspirantes ingresa a la licenciatura para profesor y son los mejores de su clase.
De acuerdo con el texto, muchos estudiantes optan por esta licenciatura porque no tienen las habilidades necesarias para otra carrera, mientras que otro número la elige por ser una profesión con sueldo y prestaciones aseguradas.
El perfil de los maestros en formación señala que provienen de los niveles socioeconómicos más bajos y son los más pobres de todo el conjunto de universitarios de cada país.
Todo esto ha impedido la profesionalización total de los docentes recién egresados de las normales, situación que se ve reflejada en los resultados que obtienen en las pruebas de evaluación, tanto nacionales como internacional. Es triste, pero es la realidad.

lunes, 17 de marzo de 2014

No dependas de nada.


ADICTOS A LA TECNOLOGIA

(Más consumo, menos calidad de vida humana)

En verdad impresiona ver como en la última década se ha girado bastante la atención a aquello que produce felicidad al instante, o bien, a lo que satisface más rápida y efectivamente las necesidades primordiales. La tecnología ha sido protagonista en este proceso evolutivo, en ella se desenvuelve gran parte de las actividades diarias.

Desde el uso de aparatos domésticos de primera necesidad, hasta el complejo sistema de aparatos y flujos electrónicos, el hombre ha quedado bajo las faldas de dicha tecnología. Son embargo, es preciso establecer fronteras entre lo que es verdaderamente una necesidad y lo que materia de consumo.

La gente de las grandes ciudades, e incluso de las provincias aparentemente alejadas de toda civilización, cuentan ya con conexiones sofisticadas de Televisión por cable, internet, reproductores Blu ray, DVD, MP3 o MP4, cámaras digitales de gran alcance, celulares con su respectivo Bluetoth y hasta IPod (reproductores de música digital), una buena Laptop o Tablet con WI-FI (computadora portátil que accesa a internet de manera inalámbrica).

De los ingresos económicos se destinan grandes cantidades a la electrónica digital para diversión o para distracción. Las estadísticas afirman que se pueden llegar a gastar de $200.00 a $500.00 en promedio mensual en mantenimiento y renovación constante de equipo. En México se da prioridad a este tipo de gastos que a las necesidades primarias. Es irónico, pero en algunas partes de Michoacán y del país se ven casas habitación en condiciones precarias, algunas de ellas incluso de cartón o madera rústica y con un tejado poroso, pero, eso sí, con una antena de TV por cable a un lado. Tenemos así un grupo no pequeño de personas preocupadas por estar a la vanguardia en cuanto a la tecnología, pero poco esmeradas por cultivar virtudes auténticas en su vida y más aún, nada interesadas en lo que respecta a relaciones interpersonales.

No pretendo que nos volvamos tecno fóbicos porque hay que reconocerle a la tecnología su mérito, sin embargo, es preciso preguntarnos: ¿soy de los excesivamente dependientes de la tecnología?, y con ellos ¿soy completamente persona cuando cambio mis relaciones humanas por una serie  de destellos de luz y sonido?

Se enajena tanto la gente, porque al hacerse esclavos del chat, de las compras virtuales o de las horas de navegación, los tecno adictos se sienten ajenos a una sociedad, lo que les quita el sueño no es tanto una relación interpersonal, sino el medio a través del cual se pueda crear una relación cyberpersonal.

Incluso se despojan de si mismos. Dice el sicólogo David Green Field, quien es especialista en problemas derivados de la alta tecnología en Estados Unidos, que quien es tecno adicto constantemente está distraído, es insensible, no tiene un momento para la autorreflexión , para quedarse quieto, para estudiar, pues lo que realiza en los espacios virtuales es absolutamente agotador. Así que, ni siquiera se puede decir que la adicción a la tecnología produce bienestar.

No hay como hacer uso moderado de las cosas que tenemos como avances para agilizar el desarrollo social de nuestro entorno y sobre todo para tener más tiempo de estar con los nuestros. Que la tecnología no sea un obstáculo para llevar una vida total de personas humanas, sino la que facilite dicha posición que es la que nos constituye integralmente y nos lleva a elevar nuestra dignidad de ser humano.

La próxima vez que vayas a pulsar las teclas de tu computadora o a mandar mensajes sin fin piensa primero ¿ya exploté todo mi potencial para con mis semejantes de tal modo que no tengo deuda alguna con ellos? Y verás que falta mucho por hacer. Aparentemente la inversión de tu persona y del tiempo es la misma, pero jamás se comparará unas gracias de nuestro prójimo a un simple chispazo musical que te indica que la acción en tu mueble electrónico ha concluido. Piénsalo. Dedícate a lo que haces, si eres estudiante, estudia; si eres empleado o servidor, trabaja; porque si analizas tu futuro, te darás cuenta que no vas a comer tecnología si no te esmeras en cumplir tus objetivos.

domingo, 16 de marzo de 2014

Comentario.

El domingo, por tradición se considera el día para disfrutar en y con la familia, la razón es sencilla, la mayor parte de gente, descansamos ese día, y es cuando debemos y podemos estar con nuestros seres queridos, y aunque muchos por decisión propia (solter@s) y otros por incapacidad (estériles) no pueden procrear lo mejor que un ser humano puede dejar en su paso por la vida, como son los hijos. Es la hombría en nosotros y la fortaleza de las mujeres.
 
En este mundo de las apariencias, es común observar y escuchar a ese tipo de individuos, fingir ante la mirada de la gente que son felices, que no necesitan descendencia para ser felices, pero la realidad es que en su intimidad, son unos seres frustrados, solos, resentidos y sobretodo, envidiosos con todos los que si tenemos esa maravillosa fortuna de ser padres.

Y es que un hijo es el mejor regalo que podemos tener en nuestras manos y sobretodo junto a nosotros, desde el primer instante en que sabemos que seremos padres, nace en nosotros, una gran felicidad, y crece la ansiedad por querer tener en nuestras manos ese ser pequeño, frágil, pero que representa un cambio total en nuestra existencia, porque nos motiva a trabajar más para darle lo que merece, a prepararnos más para hacer de el un ser humano de valor y si es niño, convertirlo en un verdadero hombre.

Por otro lado, es tan hermoso mirar a una mujer embarazada, además de que su entorno físico cambia, se les mira más hermosas, más atractivas, se ven con más luz en su rostro, se puede ver la felicidad que también embarga a una mujer embarazada.

Es cierto, a lo largo del crecimiento de un hijo, hay cosas buenas y cosas malas, pero lo que es real, es que ningún esfuerzo, sacrificio o enojo, es comparable con la dicha de ser padre. Felicidades a todos los padres y madres de familia que me leen.  

sábado, 15 de marzo de 2014

Publicación.

Comerciantes y Comercio…
El comercio es la negociación o tráfico que consiste en comprar, vender y permutar mercancías. Su objeto fundamental, es satisfacer las necesidades del hombre, llevando los artículos o mercancías del productor o fabricante, al consumidor. Por su conducto, los artículos elaborados en un punto son distribuidos y se venden en lugares donde son necesarios; estableciéndose, por este hecho, relaciones no solo entre ciudades de un mismo país, sino también entre naciones. 
El origen del comercio viene de la época de los egipcios, fenicios y chinos, quienes, no pudiendo producir materialmente todo lo que necesitaban, cambiaban sus artículos por aquellos que les eran necesarios. En su origen, se efectuó mediante la permuta o trueque de mercancías.
A medida que el tiempo transcurrió, el comercio fie adquiriendo un gran desarrollo. La moneda se conoció primero en forma primitiva (polvo de oro, cacao, etcétera). Más tarde esa moneda se perfeccionó con la metálica, ya troquelada. Finalmente se conoció el crédito, con cuyo auxilio el comercio ha llegado a alcanzar la importancia que tiene en nuestros días, y que lo convierte en un factor decisivo en la vida moderna.
El comercio suele ser clasificado en forma muy diversa, pero la división más generalmente aceptada es:
Comercio interior. Es el que se realiza entre lugares de un mismo estado y/o país.
Comercio exterior. Se realiza entre dos naciones; una de ellas que actúa como vendedora y envía sus mercancías al extranjero (acto llamado exportación), y la otra, que recibe las mercancías compradas (acto llamado importación).
Los actos de comercio están reglamentados por una serie de disposiciones administrativas o de carácter legal. Las leyes que privan en materia de negocios, entre otras, son:
• Código de Comercio.
• Ley General de Sociedades Mercantiles.
• Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito.
• Ley de Impuesto sobre la Renta.
• Ley del Seguro Social.
• Ley del INFONAVIT.
• Código Fiscal de la Federación.
• Ley Federal del Trabajo.
• Ley de Hacienda del Estado.
Ya señalé de manera sencilla que es el comercio, por lo tanto, el comerciante es la persona física o moral que realiza las prácticas de comprar, vender o permutar mercancías, con fines de lucro, ganancia o utilidad.
Según, el Código de Comercio, se consideran comerciantes:
A) Las personas que con capacidad legal para ejercer el comercio, hagan de él su ocupación ordinaria. Debe entenderse por capacidad legal, el derecho que, según las leyes, tiene un individuo para contratar y obligarse.
B) Las sociedades constituidas conforme a la Ley de Sociedades Mercantiles.
C) Las sociedades extranjeras, agencias o sucursales de estas, que dentro del territorio nacional practiquen actos de comercio.
Las personas que accidentalmente realicen alguna operación mercantil, se consideran comerciantes solamente por las obligaciones que resulten de esa operación.
Así como la legislación señala quienes son comerciantes, también hay personas a quienes se prohíbe ejercer el comercio; ellas son:
• Los corredores.
• Los quebrados que no hayan sido rehabilitados.
• Los que por sentencias judicial hayan sido condenados por delitos contra la propiedad, por falsedad, dolo, etcétera.
• Los que padezcan alguna enfermedad mental.
Se niega el derecho de ser comerciante, a los corredores, por su intervención en los actos que celebran los comerciantes.
Cuando un comerciante no está en capacidad de cubrir sus deudas, por ser éstas mayores a los valores que posee, se le considera en quiebra (o en estado de quiebra), mediante sentencias judicial. La ley le prohíbe volver a ejercer el comercio, hasta que, pagadas sus deudas, se le habilite nuevamente para ello.
A los que caen bajo una sanción penal, por razones de ética se les niega el derecho de ser comerciantes.