Milano sabía cómo ganar dinero y también cómo derrocharlo. Era un hombre de negocios astuto, siempre alerta para aprovechar cualquier oportunidad para obtener una ganancia decente y, de cesa manera, hacía mucho dinero. Pero tenía dos debilidades que hacían que despilfarrara dinero tan rápido como lo ganaba. Una era apostar, la otra era comprar cualquier cosas que le atrajese de una manera bizarra.
Había ocasiones en las que casi no tenía un centavo. Pero luego se recuperaba, aprovechando alguna oportunidad de negocios que le producía una lluvia de ganancias. Su esposa, Silvia, lo había soportado durante sus fortunas y excentricidades erráticas, aunque lo regañaba continuamente.
Los asuntos de negocios y la pasión por los viajes a menudo llevaba a Milano a tierras extrañas. Allí se topaba con animales y cosas exóticas y no podía resistirse a comprarlas, aunque fuese a precios exorbitantes, sólo para ser recibido por un caudal de maldiciones provenientes de su esposa, cada vez que llegaba a casa.
Pero esta vez sabía que había ido demasiado lejos.
¡Había comprado un elefante blanco! Y eso también había requerido de emplear también al cuidador.
Cuando llegó a su casa, al principio su esposa se sintió aliviada al ver que Milano no había traído consigo ningún objeto extraño. Pero el alivio duró poco cuando escuchó la trompeta de un elefante; al principio, la mujer pensó que había sido su imaginación. Luego salió y vio a un elefante blanco en el terreno y casi se desmayó.
¡Oh Dios! ¿Cuánto pagaste por este... elefante... blanco? gritó la mujer.
Cin... cincuenta mil monedas de oro, tartamudeó Milano y, para justificar lo que había hecho, añadió sumisamente. ¿no es majestuoso?
¡Cincuenta mil! ¡Oh. Milano! ¡Realmente has perdido la cabeza! Gritó Silvia.
Querida esposa... dame la oportunidad de explicarte. ¿Acaso alguno de nosotros ha visto antes a un elefante blanco? Imagina a las personas mirándonos con maravilla y envidia mientras montamos a este elefante por las calles. Este elefante blanco elevará nuestro prestigio. Se dice que un elefante nos traerás mucha buena suerte; mi empresa prosperará cientos de veces. Él es ciertamente el objeto más exótico y majestuoso que jamás haya comprado. Así que pienso que vale cincuenta mil monedas de oro, dijo Milano.
¡Tú y tus ideas locas! ¡Yo no montaré un elefante para hacer el ridículo! dijo Silvia con tanta dureza como pudo, golpeando sus pies en señal de desaprobación.
Esa noche, Milano estaba demasiado excitado como para dormir; apenas sí podía esperar para salir a pasear por las calles montado en su elefante.
lunes, 31 de octubre de 2016
domingo, 30 de octubre de 2016
Publicación.
El voto en México…
La mayoría de los mexicanos no cree que en México se respete el voto. Es muy fácil averiguarlo amable lector, habla con la gente de tu entera confianza, una por una: lo comprobarás fácilmente. Esto se vuelve demasiado fácil en grupos de amistades: si de casualidad alguien se atreve a decir que el juego electoral es limpio, se expone a las carcajadas y a las burlas de los demás.
Entre desconocidos en la calle, la gente se cuida: no sabe quién ni para qué le pide opiniones comprometedoras. Por eso, llama la atención cualquier encuesta que pregunte: ¿Cree usted que se respetará el voto en la próxima elección?, una cuarta parte diría no saber (lo cual es ofensivo para la verdad oficial) y la tercera parte (más ofensivamente) diría abiertamente que no. Sin embargo, pocos, muy pocos, dirían que sí.
Se han hecho innumerables encuestas, con empresarios, con hombres de negocios, sobre este tema, sin embargo no hace falta andar en las altas esferas para suponer lo que supone la mayoría de los mexicanos.
1.- El conocimiento de que el juego no es limpio se ha difundido mucho. La buena administración de fraudes electorales requiere tanto personal que no es posible, una y otra vez, en éstas y en aquellas elecciones, en tantos miles de casillas, a lo largo de tantos años, que el secreto se mantenga en absoluto hermetismo. Un porcentaje X de la población ha trabajado directamente en la producción de fraudes, y ese porcentaje tiene multiplicador: la población que los vio actuar o recibió sus confidencias o se enteró de segunda mano o de rebote, o ya en pleno chisme y con todas las distorsiones del caso. Muchos episodios constan en la memoria de mucha gente, en archivos privados, notariales, judiciales, en publicaciones disponibles en bibliotecas y hemerotecas del país y de otros países. Si el Instituto Nacional de Estudios Históricos de la Revolución Mexicana quisiera patrocinar un gran proyecto de historia oral y documental del fraude en las elecciones, tendría para rato con la simple recopilación de testimonios y documentos.
2.- Los resultados de las elecciones del 5 de junio pasado no inspiran la menor confianza. Algunos funcionarios, molestos de que no logran convencer, arguyen que los resultados, por sí mismos, no demuestran nada, puesto que, juzgando por los resultados, las únicas elecciones creíbles serían las que perdiera el PRI. Tienen razón: después de más de medio siglo de fraudes, las raras elecciones perdidas por el PRI (aunque también pueden ser fraudulentas) son más creíbles que las otras.
Matemáticamente, un par de seises no demuestra que los dados estén cargados. Ni siquiera cuando se repite varias veces seguidas, pero, si hubiera juego limpio y estuviera saliendo un par de seises durante más de medio siglo, vendrían de todo el mundo peregrinaciones de matemáticos para ponerse de rodillas ante el milagro mexicano.
3.- Los ciudadanos tratan a las autoridades con esperanza y con temor, por experiencia. Saben que su buena voluntad (espontánea o comprada) puede favorecerlos de mil maneras. Y que su mala voluntad (espontánea o comprada) puede fregarlos también de mil maneras, saben que su maquiavelismo disfraza todos los actos oficiales de justicia y legalidad; que es muy costoso, si no imposible, demostrar algo en contra de las autoridades; y que este costo parece muy estudiado en relación con el abuso, para no rebasar el punto de trade-off (compensación): para que al ciudadano le salga más barato fregarse que ponerse con Sansón a las patadas.
Sería estrafalario suponer que las mismas autoridades que tienen todo a su favor para abusar, robar, asaltar, violar, torturar o asesinar a sus conciudadanos, les tengan un respeto infinito cuando votan: precisamente cuando pueden quitarles el poder.
Por lo tanto, en este 2016 resulta muy sospechoso, (para algunos) el resurgimiento del PAN, en algunos estados, en alianza con el PRD, alianza que sin embargo, no le sirvió de mucho al PRD, porque ninguno de sus candidatos ganó una gubernatura, y es que la consigna era la de posicionar al PAN como una real oposición al PRI-gobierno, con miras en las elecciones federales del 2018, porque, de lo contrario el único opositor fuerte, resultaba ser Andrés Manuel López Obrador y su partido MORENA, ahora la contienda se divide en tercios. ¿Quién ganará la presidencia de la República? No es difícil suponerlo.
Viernes, 28 de Octubre de 2016 12:28 Lic. Alfredo Castañeda Flores (Analista) Noticias - Columnas.
Entre desconocidos en la calle, la gente se cuida: no sabe quién ni para qué le pide opiniones comprometedoras. Por eso, llama la atención cualquier encuesta que pregunte: ¿Cree usted que se respetará el voto en la próxima elección?, una cuarta parte diría no saber (lo cual es ofensivo para la verdad oficial) y la tercera parte (más ofensivamente) diría abiertamente que no. Sin embargo, pocos, muy pocos, dirían que sí.
Se han hecho innumerables encuestas, con empresarios, con hombres de negocios, sobre este tema, sin embargo no hace falta andar en las altas esferas para suponer lo que supone la mayoría de los mexicanos.
1.- El conocimiento de que el juego no es limpio se ha difundido mucho. La buena administración de fraudes electorales requiere tanto personal que no es posible, una y otra vez, en éstas y en aquellas elecciones, en tantos miles de casillas, a lo largo de tantos años, que el secreto se mantenga en absoluto hermetismo. Un porcentaje X de la población ha trabajado directamente en la producción de fraudes, y ese porcentaje tiene multiplicador: la población que los vio actuar o recibió sus confidencias o se enteró de segunda mano o de rebote, o ya en pleno chisme y con todas las distorsiones del caso. Muchos episodios constan en la memoria de mucha gente, en archivos privados, notariales, judiciales, en publicaciones disponibles en bibliotecas y hemerotecas del país y de otros países. Si el Instituto Nacional de Estudios Históricos de la Revolución Mexicana quisiera patrocinar un gran proyecto de historia oral y documental del fraude en las elecciones, tendría para rato con la simple recopilación de testimonios y documentos.
2.- Los resultados de las elecciones del 5 de junio pasado no inspiran la menor confianza. Algunos funcionarios, molestos de que no logran convencer, arguyen que los resultados, por sí mismos, no demuestran nada, puesto que, juzgando por los resultados, las únicas elecciones creíbles serían las que perdiera el PRI. Tienen razón: después de más de medio siglo de fraudes, las raras elecciones perdidas por el PRI (aunque también pueden ser fraudulentas) son más creíbles que las otras.
Matemáticamente, un par de seises no demuestra que los dados estén cargados. Ni siquiera cuando se repite varias veces seguidas, pero, si hubiera juego limpio y estuviera saliendo un par de seises durante más de medio siglo, vendrían de todo el mundo peregrinaciones de matemáticos para ponerse de rodillas ante el milagro mexicano.
3.- Los ciudadanos tratan a las autoridades con esperanza y con temor, por experiencia. Saben que su buena voluntad (espontánea o comprada) puede favorecerlos de mil maneras. Y que su mala voluntad (espontánea o comprada) puede fregarlos también de mil maneras, saben que su maquiavelismo disfraza todos los actos oficiales de justicia y legalidad; que es muy costoso, si no imposible, demostrar algo en contra de las autoridades; y que este costo parece muy estudiado en relación con el abuso, para no rebasar el punto de trade-off (compensación): para que al ciudadano le salga más barato fregarse que ponerse con Sansón a las patadas.
Sería estrafalario suponer que las mismas autoridades que tienen todo a su favor para abusar, robar, asaltar, violar, torturar o asesinar a sus conciudadanos, les tengan un respeto infinito cuando votan: precisamente cuando pueden quitarles el poder.
Por lo tanto, en este 2016 resulta muy sospechoso, (para algunos) el resurgimiento del PAN, en algunos estados, en alianza con el PRD, alianza que sin embargo, no le sirvió de mucho al PRD, porque ninguno de sus candidatos ganó una gubernatura, y es que la consigna era la de posicionar al PAN como una real oposición al PRI-gobierno, con miras en las elecciones federales del 2018, porque, de lo contrario el único opositor fuerte, resultaba ser Andrés Manuel López Obrador y su partido MORENA, ahora la contienda se divide en tercios. ¿Quién ganará la presidencia de la República? No es difícil suponerlo.
viernes, 28 de octubre de 2016
Los cinco guardianes. Parte 4
La preocupación de Sancho es muy relevante -Mientras los guardianes estén con nosotros... pero ¿Qué pasa después de eso? Dijo Ana. Pero en los buenos tiempos, difícilmente se escuchan críticas tales. Esta parábola me hace pensar en la necesidad de la planeación de sucesión; sobre crear líderes para mañana para atender al futuro.
¡Muy cierto, Ana! dijo Ricardo. Los líderes no son infalibles. Es por esto que el liderazgo tiene que ser colectivo y domi8nante. Es la suma de todos los actos pequeños, de todas las pequeñas decisiones tomadas por cada uno de los empleados de una empresa. Así, es muy importante empoderar a cada uno de los empleados, primero con información y luego con recursos. Es por esto que lo que necesitamos no es un llanero solitario o un ejército de cinco hombres, sino un pueblo equipado para combatir a los bandidos.
Es difícil retener el talento, y a menudo es más complicado mantener la sabiduría del talento que abandona la organización, continuó Ricardo. Eso señala la necesidad de institucionalizar la sabiduría en la organización. ven mi empresa, me propongo asegurar que cualquiera que vaya a un programa de aprendizaje comparta ese conocimiento con sus colegas. Segundo, creo que al menos tres per4sonas de cada nivel deberían ser preparadas para la sucesión.
Eso es bueno, Ricardo, pero no lo suficientemente bueno, dijo Alejandro. ¿Has encontrado a tu sucesor? Es decir, tú eres el dueño de tu empresa. Hasta esas compañías que preparan sucesores para gerentes de nivel medio, a menudo son incapaces de mantener listo un grupo de candidatos potenciales para el puesto de director administrativo. Debe haber un proceso robusto para identificar al menos a centre dos y cinco candidatos para director administ5rativo y desarrollarlos, y su educación debe estar completamente alineada con el panorama emergente. El consejo y el director administrativo actual deben ser los responsables de esto. Un caso que sirve de ejemplo es la maneras en la que Jack Welch identificó a veinte candidatos potenciales y luego lo redujo a tres.
Gracias, Alejandro, dijo Ricardo. ¡?Ese es verdadero alimento para el pensamiento! Y la primera cosa que haré cuando vuelva a mi empresa es establecer un plan de sucesión para el puesto de director administrativo y ponerlo en movimiento.
¡Muy cierto, Ana! dijo Ricardo. Los líderes no son infalibles. Es por esto que el liderazgo tiene que ser colectivo y domi8nante. Es la suma de todos los actos pequeños, de todas las pequeñas decisiones tomadas por cada uno de los empleados de una empresa. Así, es muy importante empoderar a cada uno de los empleados, primero con información y luego con recursos. Es por esto que lo que necesitamos no es un llanero solitario o un ejército de cinco hombres, sino un pueblo equipado para combatir a los bandidos.
Es difícil retener el talento, y a menudo es más complicado mantener la sabiduría del talento que abandona la organización, continuó Ricardo. Eso señala la necesidad de institucionalizar la sabiduría en la organización. ven mi empresa, me propongo asegurar que cualquiera que vaya a un programa de aprendizaje comparta ese conocimiento con sus colegas. Segundo, creo que al menos tres per4sonas de cada nivel deberían ser preparadas para la sucesión.
Eso es bueno, Ricardo, pero no lo suficientemente bueno, dijo Alejandro. ¿Has encontrado a tu sucesor? Es decir, tú eres el dueño de tu empresa. Hasta esas compañías que preparan sucesores para gerentes de nivel medio, a menudo son incapaces de mantener listo un grupo de candidatos potenciales para el puesto de director administrativo. Debe haber un proceso robusto para identificar al menos a centre dos y cinco candidatos para director administ5rativo y desarrollarlos, y su educación debe estar completamente alineada con el panorama emergente. El consejo y el director administrativo actual deben ser los responsables de esto. Un caso que sirve de ejemplo es la maneras en la que Jack Welch identificó a veinte candidatos potenciales y luego lo redujo a tres.
Gracias, Alejandro, dijo Ricardo. ¡?Ese es verdadero alimento para el pensamiento! Y la primera cosa que haré cuando vuelva a mi empresa es establecer un plan de sucesión para el puesto de director administrativo y ponerlo en movimiento.
martes, 25 de octubre de 2016
Los cinco guardianes. Parte 4
¡Oh, gracias! ¡Gracias! ¡Dios ciertamente te bendecirá! lloró la anciana, con las lágrimas derramándose de sus ojos.
¡Qué magnánimo de tu parte! dijo Sánchez. Pero solo hay un problemas, por tradición aquellos que se casan con las jóvenes de nuestro pueblo deben quedarse aquí. Pero dado que eres un guerrero itinerante, podríamos considerar el hacer una excepción...
¡No! ¡No! ¡Yo estoy dispuesto a establecerme aquí! dijo abruptamente el guardián. De hecho, todos deseamos establecernos aquí para siempre.
Y luego los guardianes le explicaron su oferta a Sánchez.
Para nosotros no podría haber una dicha más grande que la que ustedes se queden aquí. Pero deben enseñarnos a defendernos. Sancho Paza está muerto, pero eso no significa que hayamos visto lo último de los bandidos, dijo Sánchez.
No pienso que nadie se vaya a atrever a pensar en convertirse en bandido mientras los guardianes estén con nosotros, dijo Sánchez.
Mientras los guardianes estén con nosotros... pero ¿Qué pasará después de eso? ¿Qué hay del futuro? Ustedes sólo parecen estar interesados vivir al día, le respondió Sánchez.
Sánchez tiene razón, dijo uno de los guardianes, les enseñaremos cómo defenderse pero, a cambio, ustedes deben enseñarnos algo que nosotros no sepamos.
¿Y que es eso? preguntaron los pueblerinos.
¡Agricultura! dijo el guardián y comenzó a reír.
Todos los pueblerinos comenzaron a reír, pero Sánchez no pensó que fuese divertido.
Es decir, si nos vamos a instalar aquí, tenemos que aprender agricultura... para ganarnos la vida, dijo el guardián sintiendo que Sánchez no era lo bastante efusivo.
Así que los lugareños enseñaron agricultura a los guardianes, pero éstos no les enseñaron a combatir. Y a los habitantes del pueblo no les importó aprender. Sánchez continuaba recordándoselo a los pueblerinos, pero pronto descubrió que éstos lo trataban como una molestia. Por lo tanto, dejó de dar consejos y se limitó a sacudir la cabeza en señal de desaprobación, algo que a su vez terminó con su muerte, pocos años después.
Los guardianes se convirtieron en buenos agricultores.
El último de los guardianes estaba siendo depositado en su morada final y el pequeño Pancho, que era ahora el jefe del pueblo, estaba dando un discurso impresionante. (Seguía siendo bajo de estatura, aunque no era pequeño en cuanto a edad, ya que ahora tenía cuarenta años)
Mientras estaba dando su discurso, era distraído constantemente por su pequeño hijo, quien parecía estar prestando muy poca atención a su discurso y que observaba fijamente. Finalmente, interrumpió a su padre, señalando hacia el horizonte con su dedo.
Padre, ¿es una tormenta eso que se aproxima? preguntó.
Todos los ojos voltearon en cesa dirección.
Una nube de polvo se aproximaba sin duda al pueblo; ésta muy pronto se convirtió en veinte jinetes que ahora disparaban sus armas y gritaban.
El pequeño Pancho dio la única orden posible que podía dar como jefe del pueblo.
¡Bandidos! ¡Corran por sus vidas!
¡Qué magnánimo de tu parte! dijo Sánchez. Pero solo hay un problemas, por tradición aquellos que se casan con las jóvenes de nuestro pueblo deben quedarse aquí. Pero dado que eres un guerrero itinerante, podríamos considerar el hacer una excepción...
¡No! ¡No! ¡Yo estoy dispuesto a establecerme aquí! dijo abruptamente el guardián. De hecho, todos deseamos establecernos aquí para siempre.
Y luego los guardianes le explicaron su oferta a Sánchez.
Para nosotros no podría haber una dicha más grande que la que ustedes se queden aquí. Pero deben enseñarnos a defendernos. Sancho Paza está muerto, pero eso no significa que hayamos visto lo último de los bandidos, dijo Sánchez.
No pienso que nadie se vaya a atrever a pensar en convertirse en bandido mientras los guardianes estén con nosotros, dijo Sánchez.
Mientras los guardianes estén con nosotros... pero ¿Qué pasará después de eso? ¿Qué hay del futuro? Ustedes sólo parecen estar interesados vivir al día, le respondió Sánchez.
Sánchez tiene razón, dijo uno de los guardianes, les enseñaremos cómo defenderse pero, a cambio, ustedes deben enseñarnos algo que nosotros no sepamos.
¿Y que es eso? preguntaron los pueblerinos.
¡Agricultura! dijo el guardián y comenzó a reír.
Todos los pueblerinos comenzaron a reír, pero Sánchez no pensó que fuese divertido.
Es decir, si nos vamos a instalar aquí, tenemos que aprender agricultura... para ganarnos la vida, dijo el guardián sintiendo que Sánchez no era lo bastante efusivo.
Así que los lugareños enseñaron agricultura a los guardianes, pero éstos no les enseñaron a combatir. Y a los habitantes del pueblo no les importó aprender. Sánchez continuaba recordándoselo a los pueblerinos, pero pronto descubrió que éstos lo trataban como una molestia. Por lo tanto, dejó de dar consejos y se limitó a sacudir la cabeza en señal de desaprobación, algo que a su vez terminó con su muerte, pocos años después.
Los guardianes se convirtieron en buenos agricultores.
El último de los guardianes estaba siendo depositado en su morada final y el pequeño Pancho, que era ahora el jefe del pueblo, estaba dando un discurso impresionante. (Seguía siendo bajo de estatura, aunque no era pequeño en cuanto a edad, ya que ahora tenía cuarenta años)
Mientras estaba dando su discurso, era distraído constantemente por su pequeño hijo, quien parecía estar prestando muy poca atención a su discurso y que observaba fijamente. Finalmente, interrumpió a su padre, señalando hacia el horizonte con su dedo.
Padre, ¿es una tormenta eso que se aproxima? preguntó.
Todos los ojos voltearon en cesa dirección.
Una nube de polvo se aproximaba sin duda al pueblo; ésta muy pronto se convirtió en veinte jinetes que ahora disparaban sus armas y gritaban.
El pequeño Pancho dio la única orden posible que podía dar como jefe del pueblo.
¡Bandidos! ¡Corran por sus vidas!
lunes, 24 de octubre de 2016
Los cinco guardianes. Parte 3
Te vamos a llevar al pueblo, que sean sus habitantes quienes decidan qué hacer contigo, dijo uno de los guardianes.
Sancho Paza sonrió ladinamente y luego empujó la punta de la espada que tenía en su cuello para atravesarlo, y cayó muerto.
¡Los cinco guardianes han regresado y han traído de regreso a nuestras hijas! gritó con toda su voz el hombre en la torre de vigilancia.
El pequeño Pancho escuchó al hombre gritando y llevó la noticia de una casa a la siguiente como una abeja, repitiendo como un perico lo que había escuchado. Los pueblerinos corrieron hacia la entrada principal para recibir a los guardianes y a sus hijas perdidas por tanto tiempo, con Sánchez encabezando a la multitud con sus brazos abiertos.
¡Bienvenidos de regreso, galantes guardianes! ¡Y bienvenidas, queridas hijas! ¡Oh, galantes guardianes, no sé como darles las gracias... todo el pueblo está agradecido con ustedes... yo... yo...! tartamudeó y luego se derrumbó, ahogado por la emoción, y lloró como un niño pequeño.
Muchas de las damas y los hombres, que estaban a punto de llorar, ahora rompieron en llanto. Habían derramado lágrimas como éstas muchas veces, pero había sido cuando Sancho Paza mataba, hería o usurpaba a sus parientes y amigos. Los mentalmente fuertes también hicieron ahora un intento por llorar, dado que sentían que debían cooperar en este esfuerzo colectivo; tal vez sintieron que esta era su ultima oportunidad de llorar en el futuro cercano. Al no saber porqué lloraban sus padres, los niños pequeños también comenzaron a berrear. Parecía una competencia de llanto, que llegó al clímax cuando las hijas perdidas por tanto tiempo fueron reunidas con sus madres.
Hasta los guardianes se conmovieron profundamente, y sus ojos se llenaron de lágrimas.
Finalmente, Sánchez recobró la compostura y levantó la mano como haciendo un gesto para que se detuvieran las lágrimas y, como una orquesta que ve las últimas notas marcadas por la vara del director, el llanto se detuvo.
¡Es tiempo de celebrar! declaró Sánchez.
Y así, el pueblo celebró y celebró como nunca antes lo había hecho. Las jóvenes esperaron impacientemente por una oportunidad de bailar con los guardianes.
Este parece el lugar perfecto para establecernos, suspiró uno de los guardianes, sus ojos fijos en la mirada de admiración de una bella damisela.
La mejor comida, el mejor vino... y las damiselas más bellas que jamás haya visto, concordó otro guardián.
Una lástima que tengamos que irnos de aquí después de entrenar a los pueblerinos, suspiró otro.
Entonces, uno de los guardianes tuvo una idea; dijo: ¿Y que pasa si no los entrenamos...? entonces podemos vivir aquí para siempre.
¿Cómo dices? preguntaron los otros guardianes.
Lo que tengo en mente es esto: renunciaremos a nuestra paga a cambio de quedarnos en este pueblo... para siempre. Pero nunca entrenaremos del todo a los del pueblo porque, si lo hacemos, perderemos nuestra importancia, dijo el guardián que había tenido la idea.
Estoy seguro de que sería una oferta que el pueblo no rehusaría, los otros guardianes estuvieron de acuerdo.
Al día siguiente, los guardianes se encaminaron a ver a Sánchez para contarle su oferta. La anciana que había llorado y suplicado a los guardianes que trajeran a su hija de regreso cuando habían salido en busca de los bandidos, hizo una exhibición improvisada de llanto, mejorando su actuación anterior, Había iniciado su acto en el momento en el que vio a los guardianes acercándose y la estaba dirigiendo hacia el que la había consolado en la ocasión anterior.
¿Quién se casará con mi hija? ¿Quién se casaría con una mujer que fue llevada a la fuerza por bandidos y que vivió con ellos? gimió.
El guardián se dio vuelta y dijo: ¡Yo lo haré!
Sancho Paza sonrió ladinamente y luego empujó la punta de la espada que tenía en su cuello para atravesarlo, y cayó muerto.
¡Los cinco guardianes han regresado y han traído de regreso a nuestras hijas! gritó con toda su voz el hombre en la torre de vigilancia.
El pequeño Pancho escuchó al hombre gritando y llevó la noticia de una casa a la siguiente como una abeja, repitiendo como un perico lo que había escuchado. Los pueblerinos corrieron hacia la entrada principal para recibir a los guardianes y a sus hijas perdidas por tanto tiempo, con Sánchez encabezando a la multitud con sus brazos abiertos.
¡Bienvenidos de regreso, galantes guardianes! ¡Y bienvenidas, queridas hijas! ¡Oh, galantes guardianes, no sé como darles las gracias... todo el pueblo está agradecido con ustedes... yo... yo...! tartamudeó y luego se derrumbó, ahogado por la emoción, y lloró como un niño pequeño.
Muchas de las damas y los hombres, que estaban a punto de llorar, ahora rompieron en llanto. Habían derramado lágrimas como éstas muchas veces, pero había sido cuando Sancho Paza mataba, hería o usurpaba a sus parientes y amigos. Los mentalmente fuertes también hicieron ahora un intento por llorar, dado que sentían que debían cooperar en este esfuerzo colectivo; tal vez sintieron que esta era su ultima oportunidad de llorar en el futuro cercano. Al no saber porqué lloraban sus padres, los niños pequeños también comenzaron a berrear. Parecía una competencia de llanto, que llegó al clímax cuando las hijas perdidas por tanto tiempo fueron reunidas con sus madres.
Hasta los guardianes se conmovieron profundamente, y sus ojos se llenaron de lágrimas.
Finalmente, Sánchez recobró la compostura y levantó la mano como haciendo un gesto para que se detuvieran las lágrimas y, como una orquesta que ve las últimas notas marcadas por la vara del director, el llanto se detuvo.
¡Es tiempo de celebrar! declaró Sánchez.
Y así, el pueblo celebró y celebró como nunca antes lo había hecho. Las jóvenes esperaron impacientemente por una oportunidad de bailar con los guardianes.
Este parece el lugar perfecto para establecernos, suspiró uno de los guardianes, sus ojos fijos en la mirada de admiración de una bella damisela.
La mejor comida, el mejor vino... y las damiselas más bellas que jamás haya visto, concordó otro guardián.
Una lástima que tengamos que irnos de aquí después de entrenar a los pueblerinos, suspiró otro.
Entonces, uno de los guardianes tuvo una idea; dijo: ¿Y que pasa si no los entrenamos...? entonces podemos vivir aquí para siempre.
¿Cómo dices? preguntaron los otros guardianes.
Lo que tengo en mente es esto: renunciaremos a nuestra paga a cambio de quedarnos en este pueblo... para siempre. Pero nunca entrenaremos del todo a los del pueblo porque, si lo hacemos, perderemos nuestra importancia, dijo el guardián que había tenido la idea.
Estoy seguro de que sería una oferta que el pueblo no rehusaría, los otros guardianes estuvieron de acuerdo.
Al día siguiente, los guardianes se encaminaron a ver a Sánchez para contarle su oferta. La anciana que había llorado y suplicado a los guardianes que trajeran a su hija de regreso cuando habían salido en busca de los bandidos, hizo una exhibición improvisada de llanto, mejorando su actuación anterior, Había iniciado su acto en el momento en el que vio a los guardianes acercándose y la estaba dirigiendo hacia el que la había consolado en la ocasión anterior.
¿Quién se casará con mi hija? ¿Quién se casaría con una mujer que fue llevada a la fuerza por bandidos y que vivió con ellos? gimió.
El guardián se dio vuelta y dijo: ¡Yo lo haré!
sábado, 22 de octubre de 2016
Publicación.
Trastornos mentales…
Hoy quiero aprovechar este espacio, para hablar de algo muy importante, sobretodo, debemos estar atentos a las posibles señales, antes de que sea demasiado tarde.
Me refiero a los trastornos mentales, se pueden mencionar muchos, ya que el trece por ciento de la población los padece y uno de ellos podemos ser tú o yo.
Entre los más conocidos está:
• La neurosis.
• Los trastornos del sueño (duermes mucho o no duermes)
• La esquizofrenia.
• La irritabilidad.
• La depresión.
• El obsesivo-compulsivo.
• El estrés.
• La ansiedad.
• La bipolaridad.
• El alcoholismo.
• La drogadicción.
• Los apegos a algo o a alguien (adicciones)
• Los esquizo-afectivos (alucinaciones)
En la actualidad más de un millón de personas sufren esquizofrenia, causada por el consumo de alcohol o drogas y con más frecuencia en los adolescentes.
¿Cómo identificarlos? Son adolescentes o personas que ser aíslan o tienen cambios repentinos de personalidad (los desconoces). Cuando un comportamiento afecta a las personas que viven a su alrededor se puede decir que se tiene un problema mental.
Otro causante es la situación bajo la que se vive en casa, si están en constante conflicto, estrés, depresión, peleas, etc. Los padres y familiares tienen mucho que ver con las afectaciones mentales, cuando hay pleitos.
Ante una frustración del padre o de la madre, los hijos imitan la situación. La conducta permisiva en exceso también daña. Una persona termina de desarrollar a los 22 años en su parte del entendimiento, pero si antes de esta edad se les permite fumar, alcoholizarse o drogarse, su cerebro se ve gravemente afe3ctado y sus daños son irreversibles, de tal manera que empiezan a tener problemas y en los peores casos, desarrollan una esquizofrenia que les causa alteraciones, alucinaciones y múltiples desequilibrios.
Podemos detectar problemas mentales también, cuando adoptan manías, por ejemplo, la exagerada limpieza de manos, personas que explotan a la menor provocación, lenguaje altisonante, falta de respeto, egoísmo, celos, exagerado orden de tal manera que les molesta, hasta que les muevan un lápiz, etcétera.
Para detectar problemas, solo basta con observar ciertos comportamientos y si tenemos dudas acudir con el sicólogo o siquiatra para una valoración científica.
Sin embargo, hay maneras de prevenir algunos problemas mentales, antes de que sean crónicos e irremediables:
1.- Enfócate en practicar ejercicios de relajación y respiración. Orar y meditar, también son buenas terapias.
2.- Hacer ejercicio.
3.- Dormir siete horas diarias y descansar bien. Vacacionar, desconectándose de todo. (Principalmente del celular, las tabletas y todo lo que funcione con internet)
4.- Ser equilibrado en todo, tanto en la manera de controlarse, hasta en la manera de alimentarse. Establecer horarios de comida, de ejercicio, etc.
5.- Expresar gratitud. Está comprobado que el ser agradecido hace que las personas se sientan bien y sean más felices. Socializar.
Mantenerse mental y físicamente sano es tarea de cada quien, por eso como padres, es una responsabilidad guiar a nuestros hijos.
La alimentación juega también un papel muy importante en la salud mental.
Algunos consejos de alimentación son:
• Consumir productos naturales como frutas y verduras.
• Que las carnes sean sencillas (no tan condimentadas) y frescas.
• Evitar la comida chatarra o muy elaboradas.
• Los líquidos se deben tomar al final de los alimentos o antes.
• Se debe hacer desayuno-comida-cena y dos entre comidas, que sean preferentemente frutas.
Las personas sanas son aquellas que tienen el control de su vida y de sus emociones.
Para las personas que no les gusta estar tanto tiempo solo, es importante socializar sanamente.
Cuídate, la salud es lo más importante que tenemos.
Viernes, 21 de Octubre de 2016 16:14 Lic. Alfredo Castañeda Flores (Analista) Noticias - Columnas.
Me refiero a los trastornos mentales, se pueden mencionar muchos, ya que el trece por ciento de la población los padece y uno de ellos podemos ser tú o yo.
Entre los más conocidos está:
• La neurosis.
• Los trastornos del sueño (duermes mucho o no duermes)
• La esquizofrenia.
• La irritabilidad.
• La depresión.
• El obsesivo-compulsivo.
• El estrés.
• La ansiedad.
• La bipolaridad.
• El alcoholismo.
• La drogadicción.
• Los apegos a algo o a alguien (adicciones)
• Los esquizo-afectivos (alucinaciones)
En la actualidad más de un millón de personas sufren esquizofrenia, causada por el consumo de alcohol o drogas y con más frecuencia en los adolescentes.
¿Cómo identificarlos? Son adolescentes o personas que ser aíslan o tienen cambios repentinos de personalidad (los desconoces). Cuando un comportamiento afecta a las personas que viven a su alrededor se puede decir que se tiene un problema mental.
Otro causante es la situación bajo la que se vive en casa, si están en constante conflicto, estrés, depresión, peleas, etc. Los padres y familiares tienen mucho que ver con las afectaciones mentales, cuando hay pleitos.
Ante una frustración del padre o de la madre, los hijos imitan la situación. La conducta permisiva en exceso también daña. Una persona termina de desarrollar a los 22 años en su parte del entendimiento, pero si antes de esta edad se les permite fumar, alcoholizarse o drogarse, su cerebro se ve gravemente afe3ctado y sus daños son irreversibles, de tal manera que empiezan a tener problemas y en los peores casos, desarrollan una esquizofrenia que les causa alteraciones, alucinaciones y múltiples desequilibrios.
Podemos detectar problemas mentales también, cuando adoptan manías, por ejemplo, la exagerada limpieza de manos, personas que explotan a la menor provocación, lenguaje altisonante, falta de respeto, egoísmo, celos, exagerado orden de tal manera que les molesta, hasta que les muevan un lápiz, etcétera.
Para detectar problemas, solo basta con observar ciertos comportamientos y si tenemos dudas acudir con el sicólogo o siquiatra para una valoración científica.
Sin embargo, hay maneras de prevenir algunos problemas mentales, antes de que sean crónicos e irremediables:
1.- Enfócate en practicar ejercicios de relajación y respiración. Orar y meditar, también son buenas terapias.
2.- Hacer ejercicio.
3.- Dormir siete horas diarias y descansar bien. Vacacionar, desconectándose de todo. (Principalmente del celular, las tabletas y todo lo que funcione con internet)
4.- Ser equilibrado en todo, tanto en la manera de controlarse, hasta en la manera de alimentarse. Establecer horarios de comida, de ejercicio, etc.
5.- Expresar gratitud. Está comprobado que el ser agradecido hace que las personas se sientan bien y sean más felices. Socializar.
Mantenerse mental y físicamente sano es tarea de cada quien, por eso como padres, es una responsabilidad guiar a nuestros hijos.
La alimentación juega también un papel muy importante en la salud mental.
Algunos consejos de alimentación son:
• Consumir productos naturales como frutas y verduras.
• Que las carnes sean sencillas (no tan condimentadas) y frescas.
• Evitar la comida chatarra o muy elaboradas.
• Los líquidos se deben tomar al final de los alimentos o antes.
• Se debe hacer desayuno-comida-cena y dos entre comidas, que sean preferentemente frutas.
Las personas sanas son aquellas que tienen el control de su vida y de sus emociones.
Para las personas que no les gusta estar tanto tiempo solo, es importante socializar sanamente.
Cuídate, la salud es lo más importante que tenemos.
jueves, 20 de octubre de 2016
Los cinco guardianes. Parte 2
Fueron despertados a la madrugada por el sonido de una fiera pelea. Antes, alguien hacia guardia en la torre y avisaba a los aldeanos cuando se aproximaban los bandidos. La advertencia sólo los ayudaba a estar preparados para enfrentarse al ataque buscando cobijo en sus casas.
Observaron a los cinco guardianes en su apogeo, les estaban haciendo pasar muchas dificultades a Sancho Paza y a sus veinte hombres, de los cuales ya habían matado a tres. Los bandidos se enfrentaban a espadachines tan diestros por primera vez y fueron atrapados totalmente por sorpresa. Siete más cayeron en rápida sucesión. Eso fue demasiado para Sancho, por primera vez en su vida, gritó: ¡retrocedan!
Y los bandidos estaban esperando esas órdenes. Ver como los forajidos escapaban para salvar sus vidas fue algo muy agradable para los habitantes del pueblo.
Los pueblerinos levantaron a sus salvadores sobre sus hombros e iniciaron una procesión de victoria por la aldea. Dos de los guardianes habían sido heridos, pero las heridas no eran serias. Sin embargo, las jóvenes las curaron con toda su atención.
No creo que Sancho se atreva a regresar jamás a este pueblo. ¡Pobladores! A nombre de ustedes les agradezco a estos galantes hombres por salvar nuestra caldea de las garras del malvado Sancho Paza. Fue agradable ver a esos delincuentes retirarse a toda prisa. No pude evitar reír. ¡Ja! ¡Ja! Ahora celebremos, exclamó Sánchez.
No creo que el momento para la celebración sea el adecuado, mis amigos. Sancho regresará para vengarse. Pienso que deberíamos llevar esta batalla a su escondite y terminarla allí, dijo uno de los guardianes.
Los otros guardianes asintieron.
¡Pero están heridos! dijeron las jovencitas con profunda preocupación.
¡Oh! Estas heridas no son serias, respondieron los divertidos guardianes.
Una mujer anciana dio unos pasos adelante y con las manos cruzadas pidió así:
¡Oh galantes guardianes, si van a ir al escondite de Sancho, ¿podrían rescatar a nuestras hijas, que fueron llevadas a la fuerza por el cruel bandido? Ni siquiera sé si están vivas y luego comenzó a llorar.
Uno de los guardianes la abrazó y la consoló.
Después de descansar por un rato iniciaron su arduo viaje a las colinas. No había nadie que los guiase, dado que nadie se había animado siquiera a acercarse a las colinas. A medida que avanzaban en su camino, desenvainaron las espadas, preparados para defenderse de cualquier ataque sorpresa. Entonces escucharon voces excitadas. Eran las de Sancho Paza y sus hombres conversando.
¡Debemos atacar el pueblo esta noche... incendiaremos cada casa del lugar! se escuchó gruñir a Sancho Paza.
Ya hemos perdido a diez de nuestros hermanos, ¿y ahora quieres que perdamos nuestras vidas? respondió uno de sus hombres.
Hubo silencio por unos momentos.
¡Yo tomo las decisiones aquí... si alguien no quiere seguirme lo ejecutaré ahora mismo! rugió Sancho Paza.
Eso hará que nuestra tarea sea más sencilla, Sancho Paza, dijo uno de los guardianes mientras entraba en el escondite.
Los sorprendidos bandidos miraron a su alrededor. Los cinco guardianes caminaban hacia cellos desde cinco direcciones diferentes. Uno de ellos hizo un desesperado salto brusco hacia el grupo de damas a las que habían tomado por la fuerza del pueblo; tal vez había pensado que la única manera en la que podría escapar era amenazar con matar a las jóvenes mujeres si los guardianes no se daban por vencidos, pero fue detenido a medio camino por una daga lanzada a su cuello por uno de los guardianes. Dos de estos rodearon a las damas para protegerlas, mientras que los otros chocaron sus espadas con los bandidos. Uno a uno, los guardianes mataron a los bandidos y, finalmente, sólo quedó Sancho Paza. Éste era la única persona que podía ofrecer alguna resistencia, dado que era un buen espadachín, pero al final su espada fue arrancada de sus manos y se encontró con la punta de la hoja de un guardián tocándole el cuello.
Observaron a los cinco guardianes en su apogeo, les estaban haciendo pasar muchas dificultades a Sancho Paza y a sus veinte hombres, de los cuales ya habían matado a tres. Los bandidos se enfrentaban a espadachines tan diestros por primera vez y fueron atrapados totalmente por sorpresa. Siete más cayeron en rápida sucesión. Eso fue demasiado para Sancho, por primera vez en su vida, gritó: ¡retrocedan!
Y los bandidos estaban esperando esas órdenes. Ver como los forajidos escapaban para salvar sus vidas fue algo muy agradable para los habitantes del pueblo.
Los pueblerinos levantaron a sus salvadores sobre sus hombros e iniciaron una procesión de victoria por la aldea. Dos de los guardianes habían sido heridos, pero las heridas no eran serias. Sin embargo, las jóvenes las curaron con toda su atención.
No creo que Sancho se atreva a regresar jamás a este pueblo. ¡Pobladores! A nombre de ustedes les agradezco a estos galantes hombres por salvar nuestra caldea de las garras del malvado Sancho Paza. Fue agradable ver a esos delincuentes retirarse a toda prisa. No pude evitar reír. ¡Ja! ¡Ja! Ahora celebremos, exclamó Sánchez.
No creo que el momento para la celebración sea el adecuado, mis amigos. Sancho regresará para vengarse. Pienso que deberíamos llevar esta batalla a su escondite y terminarla allí, dijo uno de los guardianes.
Los otros guardianes asintieron.
¡Pero están heridos! dijeron las jovencitas con profunda preocupación.
¡Oh! Estas heridas no son serias, respondieron los divertidos guardianes.
Una mujer anciana dio unos pasos adelante y con las manos cruzadas pidió así:
¡Oh galantes guardianes, si van a ir al escondite de Sancho, ¿podrían rescatar a nuestras hijas, que fueron llevadas a la fuerza por el cruel bandido? Ni siquiera sé si están vivas y luego comenzó a llorar.
Uno de los guardianes la abrazó y la consoló.
Después de descansar por un rato iniciaron su arduo viaje a las colinas. No había nadie que los guiase, dado que nadie se había animado siquiera a acercarse a las colinas. A medida que avanzaban en su camino, desenvainaron las espadas, preparados para defenderse de cualquier ataque sorpresa. Entonces escucharon voces excitadas. Eran las de Sancho Paza y sus hombres conversando.
¡Debemos atacar el pueblo esta noche... incendiaremos cada casa del lugar! se escuchó gruñir a Sancho Paza.
Ya hemos perdido a diez de nuestros hermanos, ¿y ahora quieres que perdamos nuestras vidas? respondió uno de sus hombres.
Hubo silencio por unos momentos.
¡Yo tomo las decisiones aquí... si alguien no quiere seguirme lo ejecutaré ahora mismo! rugió Sancho Paza.
Eso hará que nuestra tarea sea más sencilla, Sancho Paza, dijo uno de los guardianes mientras entraba en el escondite.
Los sorprendidos bandidos miraron a su alrededor. Los cinco guardianes caminaban hacia cellos desde cinco direcciones diferentes. Uno de ellos hizo un desesperado salto brusco hacia el grupo de damas a las que habían tomado por la fuerza del pueblo; tal vez había pensado que la única manera en la que podría escapar era amenazar con matar a las jóvenes mujeres si los guardianes no se daban por vencidos, pero fue detenido a medio camino por una daga lanzada a su cuello por uno de los guardianes. Dos de estos rodearon a las damas para protegerlas, mientras que los otros chocaron sus espadas con los bandidos. Uno a uno, los guardianes mataron a los bandidos y, finalmente, sólo quedó Sancho Paza. Éste era la única persona que podía ofrecer alguna resistencia, dado que era un buen espadachín, pero al final su espada fue arrancada de sus manos y se encontró con la punta de la hoja de un guardián tocándole el cuello.
miércoles, 19 de octubre de 2016
Los cinco guardianes. Parte 1
¡Han venido los cinco guardianes! ¡Han venido los cinco guardianes! gritó el pequeño Pancho excitadamente mientras corría por los angostos caminos del pueblo. Pancho era el nieto de Sánchez, el jefe del pueblo. Tal vez Sánchez había pensado que el pequeño Pancho era la mejor persona para comunicar las buenas noticias, ya que era un manojo de energía vibrante con las cuerdas vocales más agudas.
Los pueblerinos salieron de sus pequeñas chozas, con los rostros ahora irradiando una recién encontrada esperanza y curiosidad por ver a los cinco guardianes. Muy pronto se reunió una gran multitud afuera de la casa de Sánchez; cada hombre, mujer y niño luchaban entre sí por darles un vistazo a los cinco hombres que los librarían del maligno Sancho Paza y su banda de secuaces quienes, por muchos años, habían estado saqueando el pueblo con inmunidad.
Los pueblerinos se habían acercado al gobernador muchas veces, y éste había enviado a sus soldados para defender al pueblo. Pero cada vez que veían la nube de polvo que levantaban los caballos de Sancho Paza y sus bandidos cuando se acercaban al pueblo, todos ellos salían escapando. Unas pocas veces los soldados fueron enviados a recorrer las colinas en las que se escondían los secuaces y su jefe; pero siempre regresaban declarando que su búsqueda había sido en vano.
Fue entonces cuando uno de los gitanos que visitaba el pueblo les habló de los cinco guardianes. Éstos eran una banda errante de mercenarios que habían defendido exitosamente a otros pueblerinos en contra de bandidos notorios. Antes de irse del pueblo entrenarían a los habitantes para defenderse en contra de cualquier ataque futuro. Cobraron una gran suma de dinero por sus servicios, pero cada centavo estaba justificado.
La presencia de los guardianes generó comentarios y suspiros de admiración de la multitud reunida. Todos eran hombres altos, musculosos y bien parecidos, de algo más de cuarenta años, con cabello largo y rostros radiantes de confianza. Las jóvenes del pueblo eran conocidas por su belleza y cada una de ellas se había enamorado instantáneamente de los cinco hombres; no podían evitar suspirar; sus corazones se agitaban con la pregunta de si estaban o no casados.
Uno de los guardianes levantó una pequeña y hermosa niña y, poniéndosela en los hombros, comenzó a jugar con ella. Naturalmente, esto generó otra oleada de suspiros.
Sánchez se aclaró la garganta y rugió en su voz áspera.
Mis queridos compañeros aldeanos, ¿acaso no loes prometí que traería a los cinco guardianes para que salvasen a nuestro pueblo? ¡Bueno, aquí están... los... cinco... guardianes! anunció Sánchez dramáticamente, haciendo énfasis en cada palabra.
Hubo un aplauso ensordecedor proveniente de la multitud.
¡Amigos! Nuestros amigos han viajado un largo trayecto. Les solicito a los jefes de cinco familias que les ofrezcan alojamiento.
En el momento en el que había terminado de pronunciar estas palabras, casi hubo un disturbio entre los hombres para hacer los honores de ser anfitriones. Finalmente, las cinco casas afortunadas que recibirían as los cinco guardianes tuvieron que ser decididas por sorteo.
Así, los cinco guardianes durmieron, se bañaron y comieron y, en la tarde, practicaron mientras todo el pueblo los observaba. Luego planearon cómo erigir barricadas para defenderse de los bandidos, y los aldeanos llevaron a cabo sus instrucciones. Los arreglos se completaron en las primeras horas del día. Esa noche, los habitantes del pueblo durmieron pacíficamente después de rezar pidiendo que nada malo les sucediese a los cinco guardianes.
Los pueblerinos salieron de sus pequeñas chozas, con los rostros ahora irradiando una recién encontrada esperanza y curiosidad por ver a los cinco guardianes. Muy pronto se reunió una gran multitud afuera de la casa de Sánchez; cada hombre, mujer y niño luchaban entre sí por darles un vistazo a los cinco hombres que los librarían del maligno Sancho Paza y su banda de secuaces quienes, por muchos años, habían estado saqueando el pueblo con inmunidad.
Los pueblerinos se habían acercado al gobernador muchas veces, y éste había enviado a sus soldados para defender al pueblo. Pero cada vez que veían la nube de polvo que levantaban los caballos de Sancho Paza y sus bandidos cuando se acercaban al pueblo, todos ellos salían escapando. Unas pocas veces los soldados fueron enviados a recorrer las colinas en las que se escondían los secuaces y su jefe; pero siempre regresaban declarando que su búsqueda había sido en vano.
Fue entonces cuando uno de los gitanos que visitaba el pueblo les habló de los cinco guardianes. Éstos eran una banda errante de mercenarios que habían defendido exitosamente a otros pueblerinos en contra de bandidos notorios. Antes de irse del pueblo entrenarían a los habitantes para defenderse en contra de cualquier ataque futuro. Cobraron una gran suma de dinero por sus servicios, pero cada centavo estaba justificado.
La presencia de los guardianes generó comentarios y suspiros de admiración de la multitud reunida. Todos eran hombres altos, musculosos y bien parecidos, de algo más de cuarenta años, con cabello largo y rostros radiantes de confianza. Las jóvenes del pueblo eran conocidas por su belleza y cada una de ellas se había enamorado instantáneamente de los cinco hombres; no podían evitar suspirar; sus corazones se agitaban con la pregunta de si estaban o no casados.
Uno de los guardianes levantó una pequeña y hermosa niña y, poniéndosela en los hombros, comenzó a jugar con ella. Naturalmente, esto generó otra oleada de suspiros.
Sánchez se aclaró la garganta y rugió en su voz áspera.
Mis queridos compañeros aldeanos, ¿acaso no loes prometí que traería a los cinco guardianes para que salvasen a nuestro pueblo? ¡Bueno, aquí están... los... cinco... guardianes! anunció Sánchez dramáticamente, haciendo énfasis en cada palabra.
Hubo un aplauso ensordecedor proveniente de la multitud.
¡Amigos! Nuestros amigos han viajado un largo trayecto. Les solicito a los jefes de cinco familias que les ofrezcan alojamiento.
En el momento en el que había terminado de pronunciar estas palabras, casi hubo un disturbio entre los hombres para hacer los honores de ser anfitriones. Finalmente, las cinco casas afortunadas que recibirían as los cinco guardianes tuvieron que ser decididas por sorteo.
Así, los cinco guardianes durmieron, se bañaron y comieron y, en la tarde, practicaron mientras todo el pueblo los observaba. Luego planearon cómo erigir barricadas para defenderse de los bandidos, y los aldeanos llevaron a cabo sus instrucciones. Los arreglos se completaron en las primeras horas del día. Esa noche, los habitantes del pueblo durmieron pacíficamente después de rezar pidiendo que nada malo les sucediese a los cinco guardianes.
martes, 18 de octubre de 2016
Alguna vez fui un príncipe. La discusión.
Ricardo dijo: pienso que el príncipe es simbólico de muchas organizaciones que se niegan a cambiar, se rehúsan al cambio porque viven en un constante estado de negación.
Muy cierto, es muy difícil conquistar a la negación. Un cambio dependería de cuán rápido cambie la organización su enfoque de eso no puede ser cierto a las cosas han cambiado, así que cambiemos. Dijo Ana.
¿Y porqué se niegan a cambiar las organizaciones? preguntó Ricardo. A menudo se debe a su glorioso pasado. Como señala Rosabeth Moss Kanter, el pasado a menudo crea un efecto de halo que esconde las debilidades y glorifica las fortalezas. Los productos, por lo tanto, se vuelven deseables. Mientras él era el príncipe, éste fue deseable, y en el momento en el que dejó de serlo, su amada lo despreció. Y el príncipe nunca se recuperó de esta impresión, así que se volvió pasivo.
Y la pasividad y el sentimiento de impotencia traen consigo la bancarrota de ideas. ven lugar de tomar la iniciativa, él siente que puede hacer muy poco por marcar una diferencia en su fortuna. Así que se vuelve un pordiosero. Los días de la monarquía y la autocracia han terminado para él y, en lugar de aprender a hacer cosas por sí mismo, lamenta la pérdidas del único empleo en el que se sentía cómo, el de ser un príncipe, dijo Ana.
¿Pero cómo efectúa en realidad un cambio completo una empresa? preguntó Ricardo.
Pienso que valdría la pena examinar el cambio completo de Nissan, bajo la dirección de Carlos Goshn, dijo Alejandro. Tal vez el desafió más grande de Goshn haya sido el de superar la profunda negación que había dentro de la empresa sobre la condición precaria de ésta. La gente en su interior pensaba que la kieretsu, que es una red permanente japonesa de relaciones financieras, humanas y empresariales, llegaría al rescate; si no era el banco, entonces el gobierno correría a recatarla. Pero la realidad brutal ver que tales lazos internos habían sido severamente afectados por una década de estancamiento económico. Al darse cuenta de esto, Goshn desenredó a Nissan en la kieretsu y luego estableció equipos de funciones cruzadas que fueron empoderados para descubrir cualquier problema y establecer metas difíciles, pero realistas. Eliminó veintiún mil empleos, cerró cinco fábricas, aumentó los financiamientos para la investigación e introdujo modelos nuevos. En el presente ha llevado a Nissan a un margen de operaciones del once por ciento. Pero la clave para la renovación fue abandonar las kieretsu.
Por lo tanto, nunca te quedes sentado y permitas que el futuro suceda, cambia y cambia de nuevo, dijo Alejandro. El pasado, especialmente cuando fue glorioso, es desesperadamente cautivador. A menudo persigue y distorsiona el presente, a un grado tal que nos tornamos miopes a la realidad. Y lentamente, el pasado se adueña totalmente de nuestras vidas. A no ser que rompamos con este pasado infantil y mostremos que estamos a cargo, nunca podremos cambiar. En un entorno que evoluciona constantemente uno tiene que cambiar constantemente para seguir siendo relevante.
Por ejemplo, en el presente no tenemos estabilidad laboral y, por lo tanto, debemos desarrollar habilidades portátiles que nos hagan empleables, siempre, dijo Ana.
Entonces pienso que necesitamos convertirnos en posibilitarios, dijo Ricardo. Debemos ser extremadamente adaptables para manejar los cambios que no suceden por elección, sino que nos son forzados por las circunstancias, o manejar las circunstancias a tu voluntad.
Olvida el pasado, vive el presente, ama el futuro, concluyó Alejandro,.
Muy cierto, es muy difícil conquistar a la negación. Un cambio dependería de cuán rápido cambie la organización su enfoque de eso no puede ser cierto a las cosas han cambiado, así que cambiemos. Dijo Ana.
¿Y porqué se niegan a cambiar las organizaciones? preguntó Ricardo. A menudo se debe a su glorioso pasado. Como señala Rosabeth Moss Kanter, el pasado a menudo crea un efecto de halo que esconde las debilidades y glorifica las fortalezas. Los productos, por lo tanto, se vuelven deseables. Mientras él era el príncipe, éste fue deseable, y en el momento en el que dejó de serlo, su amada lo despreció. Y el príncipe nunca se recuperó de esta impresión, así que se volvió pasivo.
Y la pasividad y el sentimiento de impotencia traen consigo la bancarrota de ideas. ven lugar de tomar la iniciativa, él siente que puede hacer muy poco por marcar una diferencia en su fortuna. Así que se vuelve un pordiosero. Los días de la monarquía y la autocracia han terminado para él y, en lugar de aprender a hacer cosas por sí mismo, lamenta la pérdidas del único empleo en el que se sentía cómo, el de ser un príncipe, dijo Ana.
¿Pero cómo efectúa en realidad un cambio completo una empresa? preguntó Ricardo.
Pienso que valdría la pena examinar el cambio completo de Nissan, bajo la dirección de Carlos Goshn, dijo Alejandro. Tal vez el desafió más grande de Goshn haya sido el de superar la profunda negación que había dentro de la empresa sobre la condición precaria de ésta. La gente en su interior pensaba que la kieretsu, que es una red permanente japonesa de relaciones financieras, humanas y empresariales, llegaría al rescate; si no era el banco, entonces el gobierno correría a recatarla. Pero la realidad brutal ver que tales lazos internos habían sido severamente afectados por una década de estancamiento económico. Al darse cuenta de esto, Goshn desenredó a Nissan en la kieretsu y luego estableció equipos de funciones cruzadas que fueron empoderados para descubrir cualquier problema y establecer metas difíciles, pero realistas. Eliminó veintiún mil empleos, cerró cinco fábricas, aumentó los financiamientos para la investigación e introdujo modelos nuevos. En el presente ha llevado a Nissan a un margen de operaciones del once por ciento. Pero la clave para la renovación fue abandonar las kieretsu.
Por lo tanto, nunca te quedes sentado y permitas que el futuro suceda, cambia y cambia de nuevo, dijo Alejandro. El pasado, especialmente cuando fue glorioso, es desesperadamente cautivador. A menudo persigue y distorsiona el presente, a un grado tal que nos tornamos miopes a la realidad. Y lentamente, el pasado se adueña totalmente de nuestras vidas. A no ser que rompamos con este pasado infantil y mostremos que estamos a cargo, nunca podremos cambiar. En un entorno que evoluciona constantemente uno tiene que cambiar constantemente para seguir siendo relevante.
Por ejemplo, en el presente no tenemos estabilidad laboral y, por lo tanto, debemos desarrollar habilidades portátiles que nos hagan empleables, siempre, dijo Ana.
Entonces pienso que necesitamos convertirnos en posibilitarios, dijo Ricardo. Debemos ser extremadamente adaptables para manejar los cambios que no suceden por elección, sino que nos son forzados por las circunstancias, o manejar las circunstancias a tu voluntad.
Olvida el pasado, vive el presente, ama el futuro, concluyó Alejandro,.
lunes, 17 de octubre de 2016
Alguna vez fui un principe. Parte 1
El mendigo estaba sentado en el pavimento, mirando a su alrededor con una especie de avidez vacía. Cada vez que un transeúnte le daba una limosna, reía con desprecio por si mismo y susurraba: alguna vez fui un príncipe.
Era cierto. Había sido el príncipe heredero alguna vez. Luego se había enamorado locamente de una bella campesina y había deseado desesperadamente desposarla. Cuando el rey se enteró del tonto enamoramiento de su hijo, enfureció. Amenazó al príncipe heredero con que nunca se le permitiría ser el rey si no olvidaba a la campesina. Fue entonces cuando el príncipe declaró:
Yo, el príncipe heredero, abdico a mi corona por amor.
¡No quiero volver a ver tu rostro nunca más! rugió el rey y repudió al príncipe.
Así que el príncipe renunció va su corona, ropajes principescos, espada y caballo, y salió del palacio. ¡Nunca se había sentido tan libre en toda su vida!
El ex príncipe heredero fue a buscar a su amada a pie. Sin su corona, ropajes reales y majestuoso caballo blanco, el padre de la joven no lo reconoció.
¿Quién eres? preguntó.
¡Bueno! ¡Soy el príncipe heredero! Bueno... debería decir que fui el príncipe heredero. El rey no quiso permitir que me casara con tu hija, entonces renuncié a mi corona para salvar mi amor. ¡Así que aquí estoy, libre para casarme con tu hija! declaró el príncipe con orgullo.
Y dime, ¿Qué te hace pensar que te daré la mano de mi hija en matrimonio a ti, oh príncipe pobre! se burló el hombre.
El príncipe quedó sorprendido, pero estaba seguro de que su amada no lo rechazaría.
Deja que tu hija decida eso, dijo el príncipe con confianza.
El hombre llamó a su hija. Cuando la joven llegó, quedó sorprendida de ver al príncipe vestido como un campesino y preguntó qué había pasado. Quedó desilusionada al enterarse de que él ya no era un príncipe.
Yo estaba enamorada del príncipe, no de ti, decidió la joven abruptamente, sin dudar un segundo.
El príncipe quedó sorprendido y tuvo que irse con el corazón entristecido. Se dio cuenta de que había hecho el ridículo. No podía regresar al palacio y si continuaba vagando en el reino, se convertiría en objeto de burlas. Así que escapó a un reino vecino.
Al principio era demasiado orgulloso como para realizar cualquier trabajo nimio o para mendigar. Después de todo, alguna vez había sido un príncipe. Pero su hambre muy pronto acabó con su orgullo y comenzó a hacer trabajos extraños. No tenía experiencia previa en cestas labores, por lo tanto nunca podía completar una tarea a satisfacción de su empleador y siempre resultaba el objeto de las burlas. El único trabajo con el que se había sentido cómodo había sido con el de príncipe, y lo había perdido para siempre.
Cada vez que recibía un golpe verbal, recordaba su glorioso pasado y susurraba: alguna vez fui un príncipe. Cada vez que miraba su sombra, esta parecía estar vestida con los ropajes reales y la corona, y luego se miraba sorprendido, sólo para descubrir que sus ropas estaban sucias y gastadas. Cuando dormía, era perseguido por sueños de su vida de príncipe y en sus sueños murmuraba, alguna vez fui un príncipe. Gradualmente perdió la cordura.
Un día estaba acuclillado en el pavimento, como si estuviese en un trance. Un transeúnte, confundiéndolo con un mendigo, le lanzó una moneda. El príncipe lo miró y, con una sonrisa estúpida en sus labios, dijo: alguna vez fui un príncipe.
Cierto, pero ahora eres un mendigo, respondió el hombre con una sonrisa despectiva.
Alguna vez fui un príncipe, repitió el mendigo.
Era cierto. Había sido el príncipe heredero alguna vez. Luego se había enamorado locamente de una bella campesina y había deseado desesperadamente desposarla. Cuando el rey se enteró del tonto enamoramiento de su hijo, enfureció. Amenazó al príncipe heredero con que nunca se le permitiría ser el rey si no olvidaba a la campesina. Fue entonces cuando el príncipe declaró:
Yo, el príncipe heredero, abdico a mi corona por amor.
¡No quiero volver a ver tu rostro nunca más! rugió el rey y repudió al príncipe.
Así que el príncipe renunció va su corona, ropajes principescos, espada y caballo, y salió del palacio. ¡Nunca se había sentido tan libre en toda su vida!
El ex príncipe heredero fue a buscar a su amada a pie. Sin su corona, ropajes reales y majestuoso caballo blanco, el padre de la joven no lo reconoció.
¿Quién eres? preguntó.
¡Bueno! ¡Soy el príncipe heredero! Bueno... debería decir que fui el príncipe heredero. El rey no quiso permitir que me casara con tu hija, entonces renuncié a mi corona para salvar mi amor. ¡Así que aquí estoy, libre para casarme con tu hija! declaró el príncipe con orgullo.
Y dime, ¿Qué te hace pensar que te daré la mano de mi hija en matrimonio a ti, oh príncipe pobre! se burló el hombre.
El príncipe quedó sorprendido, pero estaba seguro de que su amada no lo rechazaría.
Deja que tu hija decida eso, dijo el príncipe con confianza.
El hombre llamó a su hija. Cuando la joven llegó, quedó sorprendida de ver al príncipe vestido como un campesino y preguntó qué había pasado. Quedó desilusionada al enterarse de que él ya no era un príncipe.
Yo estaba enamorada del príncipe, no de ti, decidió la joven abruptamente, sin dudar un segundo.
El príncipe quedó sorprendido y tuvo que irse con el corazón entristecido. Se dio cuenta de que había hecho el ridículo. No podía regresar al palacio y si continuaba vagando en el reino, se convertiría en objeto de burlas. Así que escapó a un reino vecino.
Al principio era demasiado orgulloso como para realizar cualquier trabajo nimio o para mendigar. Después de todo, alguna vez había sido un príncipe. Pero su hambre muy pronto acabó con su orgullo y comenzó a hacer trabajos extraños. No tenía experiencia previa en cestas labores, por lo tanto nunca podía completar una tarea a satisfacción de su empleador y siempre resultaba el objeto de las burlas. El único trabajo con el que se había sentido cómodo había sido con el de príncipe, y lo había perdido para siempre.
Cada vez que recibía un golpe verbal, recordaba su glorioso pasado y susurraba: alguna vez fui un príncipe. Cada vez que miraba su sombra, esta parecía estar vestida con los ropajes reales y la corona, y luego se miraba sorprendido, sólo para descubrir que sus ropas estaban sucias y gastadas. Cuando dormía, era perseguido por sueños de su vida de príncipe y en sus sueños murmuraba, alguna vez fui un príncipe. Gradualmente perdió la cordura.
Un día estaba acuclillado en el pavimento, como si estuviese en un trance. Un transeúnte, confundiéndolo con un mendigo, le lanzó una moneda. El príncipe lo miró y, con una sonrisa estúpida en sus labios, dijo: alguna vez fui un príncipe.
Cierto, pero ahora eres un mendigo, respondió el hombre con una sonrisa despectiva.
Alguna vez fui un príncipe, repitió el mendigo.
domingo, 16 de octubre de 2016
Publicación.
Estabilidad financiera en el hogar…
Hace muchos años, el papel del hombre como proveedor y el papel de la mujer como ama de casa y madre eran muy definidos. Con el tiempo las cosas han cambiado de tal forma que en algunas familias se nota el cambio de roles, esto ha ocasionado algunos problemas, sobre todo para las mujeres que aún se sienten menos que un hombre y a veces se dejan pisotear, poniéndose de víctimas en lugar de salir adelante con todas las ventajas que ahora tienen. Es muy cómodo para algunas mujeres hacerse las mártires y no poner a prueba sus capacidades.
En la actualidad los hombres y las mujeres tienen igualdad en la mayoría de los hogares e incluso, en muchos casos es la mujer quien más aporta dinero para los gastos del hogar. Cuando tanto el hombre como la mujer gozan de una inteligencia emocional y un buen auto estima, la cordialidad prevalece, mientras en otras parejas, esto genera un conflicto. ¿Qué hacer para que la situación financiera no nos afecte como pareja?
Es importante recalcar que una persona que ama no envidia y mucho menos menosprecia a su pareja. El hacer sentir mal al otro no habla nada bien del cual proviene el insulto o mala acción.
Todas las parejas cruzan por diversos tipos de problemas, los cuales se resuelven teniendo una buena comunicación, estableciendo y respetando acuerdos en común. La relación debe crecer, para ello no se debe descalificar, si antes hubo conflictos solucionarlos y olvidarlos y algo que nunca debe faltar es el mutuo agradecimiento. Ser agradecidos nos hace más felices.
Los acuerdos deben ser en común. Que beneficien la relación y en donde se esté dispuesto a apoyarse y respetarse.
La vida en pareja (casados o no) envuelve en una sociedad (de dos), en la cual se deben comprometer y ser responsables del rol que se juega. Se debe vivir en armonía y con una comunicación abierta, además de acrecentar una absoluta confianza.
Se debe dejar de voltear hacia atrás y poner la mirada hacia adelante.
En una sociedad no se compite y por lo tanto se debe ser iguales, sin tener que demostrar nada a nadie, aquí la familia, los amigos y demás personas quedan fuera. Solo son ella y él, tú y yo.
En la casa, deben establecerse reglas de convivencia, de gastos y de tolerancia.
El que uno de los dos gane más o tenga más preparación académica no le da derecho a mandar o querer manipular al otro, eso aquí no importa.
Los acuerdos en común se deben respetar y no deben afectar a los hijos.
El manejo del dinero debe ser transparente, bien usado y confiable.
La intención de los dos en que dentro y fuera del hogar todo funcione bien, esforzándose al máximo por quedar bien el uno con el otro. La pareja tiene prioridad si te interesa vivir en paz y feliz. Un hogar estable es mejor.
Hablando de parejas funcionales e igualitarias podemos deducir lo siguiente: ¿Qué hace feliz al hombre en la relación?
• Tener el cariño, respeto y comprensión de la esposa y los hijos.
• Sentirse buen padre y buen esposo.
• Sentir que es valorado.
• Espera buena actitud de su pareja con él.
• Compartir todo con su familia.
• Sentirse comprometido con alguien que también cumple su compromiso en igualdad de situación, sin importar quién gana más o quien sabe más.
• Tomar su papel de jefe de familia, no por molestar, sino por cumplir su compromiso.
¿Qué hace feliz a la mujer en la relación?
• Cumplir las reglas y sus compromisos en el hogar.
• Sentirse valorada y que se le agradezcan y reconozcan sus esfuerzos.
• Sentirse apoyada por su pareja.
• Que se le trate bien y con buena actitud.
• Compartir sin esperar más, gane más o gane menos.
• Tener estabilidad emocional.
• Sentir que su papel de madre, esposa y amiga es estupendo.
En las parejas funcionales, no debe afectar la posición económica de donde provienen, preparación académica, ni su pasado, cuánto ganan, etcétera, aquí lo que más importa es la cordialidad, la confianza y el mutuo respeto. Aunque siempre es importante desde la etapa de conocimiento (noviazgo) observar afinidades y diferencias, consensos y disensos, porque si son más los errores que aciertos es mejor no seguir adelante, por el contrario, si son más las semejanzas que desigualdades, es una señal de que se está en el camino correcto.
Viernes, 14 de Octubre de 2016 10:28 Lic. Alfredo Castañeda Flores (Analista) Noticias - Columnas.
En la actualidad los hombres y las mujeres tienen igualdad en la mayoría de los hogares e incluso, en muchos casos es la mujer quien más aporta dinero para los gastos del hogar. Cuando tanto el hombre como la mujer gozan de una inteligencia emocional y un buen auto estima, la cordialidad prevalece, mientras en otras parejas, esto genera un conflicto. ¿Qué hacer para que la situación financiera no nos afecte como pareja?
Es importante recalcar que una persona que ama no envidia y mucho menos menosprecia a su pareja. El hacer sentir mal al otro no habla nada bien del cual proviene el insulto o mala acción.
Todas las parejas cruzan por diversos tipos de problemas, los cuales se resuelven teniendo una buena comunicación, estableciendo y respetando acuerdos en común. La relación debe crecer, para ello no se debe descalificar, si antes hubo conflictos solucionarlos y olvidarlos y algo que nunca debe faltar es el mutuo agradecimiento. Ser agradecidos nos hace más felices.
Los acuerdos deben ser en común. Que beneficien la relación y en donde se esté dispuesto a apoyarse y respetarse.
La vida en pareja (casados o no) envuelve en una sociedad (de dos), en la cual se deben comprometer y ser responsables del rol que se juega. Se debe vivir en armonía y con una comunicación abierta, además de acrecentar una absoluta confianza.
Se debe dejar de voltear hacia atrás y poner la mirada hacia adelante.
En una sociedad no se compite y por lo tanto se debe ser iguales, sin tener que demostrar nada a nadie, aquí la familia, los amigos y demás personas quedan fuera. Solo son ella y él, tú y yo.
En la casa, deben establecerse reglas de convivencia, de gastos y de tolerancia.
El que uno de los dos gane más o tenga más preparación académica no le da derecho a mandar o querer manipular al otro, eso aquí no importa.
Los acuerdos en común se deben respetar y no deben afectar a los hijos.
El manejo del dinero debe ser transparente, bien usado y confiable.
La intención de los dos en que dentro y fuera del hogar todo funcione bien, esforzándose al máximo por quedar bien el uno con el otro. La pareja tiene prioridad si te interesa vivir en paz y feliz. Un hogar estable es mejor.
Hablando de parejas funcionales e igualitarias podemos deducir lo siguiente: ¿Qué hace feliz al hombre en la relación?
• Tener el cariño, respeto y comprensión de la esposa y los hijos.
• Sentirse buen padre y buen esposo.
• Sentir que es valorado.
• Espera buena actitud de su pareja con él.
• Compartir todo con su familia.
• Sentirse comprometido con alguien que también cumple su compromiso en igualdad de situación, sin importar quién gana más o quien sabe más.
• Tomar su papel de jefe de familia, no por molestar, sino por cumplir su compromiso.
¿Qué hace feliz a la mujer en la relación?
• Cumplir las reglas y sus compromisos en el hogar.
• Sentirse valorada y que se le agradezcan y reconozcan sus esfuerzos.
• Sentirse apoyada por su pareja.
• Que se le trate bien y con buena actitud.
• Compartir sin esperar más, gane más o gane menos.
• Tener estabilidad emocional.
• Sentir que su papel de madre, esposa y amiga es estupendo.
En las parejas funcionales, no debe afectar la posición económica de donde provienen, preparación académica, ni su pasado, cuánto ganan, etcétera, aquí lo que más importa es la cordialidad, la confianza y el mutuo respeto. Aunque siempre es importante desde la etapa de conocimiento (noviazgo) observar afinidades y diferencias, consensos y disensos, porque si son más los errores que aciertos es mejor no seguir adelante, por el contrario, si son más las semejanzas que desigualdades, es una señal de que se está en el camino correcto.
viernes, 14 de octubre de 2016
El exterminador de dragones: Parte 3
El siguiente alto de sir Grimlet fue en la tierra de Saomi, que también había sido molestado por un dragón. Cuando llegó allí, la bestia estaba frenética y los soldados intentaban desesperadamente alejarlo. El rey se sintió aliviado al ver a sir Grimlet, pero éste último parecía no tener prisa alguna para matar al dragón, en su lugar, galopó calmadamente hacia donde estaba el rey.
Quiero estudiar todos sus libros de leyes para ver si hay alguna ley que impida mi trabajo o lo considere inválido. Si no existen tales leyes, quiero que firme este contrato que describe expresamente los términos y condiciones de mi compromiso y que me absuelve de toda consecuencia. Y quiero la mitad de mi recompensa por adelantado, dijo sir Grimlet con toda la seriedad de la que pudo hacer acopio.
¡Pero señor... el dragón! protestó el rey sorprendido.
Que todo Saomi se incendie en las llamas del dragón... no me importa. Primero, ¿Dónde están las reglas? ...
Una discusión.
El dogmatismo y la burocracia son los más grandes asesinos de ideas y la acción, observó Ana. Genera la dilación y la parálisis por análisis, en lugar de la apreciación por cualquier acción completada por la gente. Uno no puede permitir que las políticas paralicen la operación.
Estoy totalmente de acuer4do contigo Ana, dijo Ricardo. Una empresa es acción -un prejuicio para la acción es lo que a menudo separa a una compañía exitosa de una fracasada. Por lo tanto, no puede darse el lujo de casarse con políticas y procedimientos que no son relevantes. A menudo me he encontrado con empresas con políticas ridículamente restrictivas que evitaban que aprovechasen una gran oportunidad de negocios. En toda compañía uno se encuentras con procedimientícratas como la reina, a los que no les importa qué es lo que se está haciendo, sino cómo se está haciendo, y que matan la iniciativa y acaban con el entusiasmo en el proceso. Es por eso que alguien dijo que hasta las políticas necesitan de una fecha de caducidad.
Cierto, tales reglas absurdas surgen de vez en cuando; en ocasiones son tan ridículas que uno se pregunta cómo pudo alguien pensar en ellas, dijo Alejandro. Uno no debe crear una cultura que premie la conformidad sin discernimiento y deja detrás los anacronismos. Y SEMCO es una empresa que cree apasionadamente en esto. Un empleado nuevo que se une a ella recibe un folleto de veintiocho páginas titulado Manual de supervivencia que tiene un montón de caricaturas y pocas palabras. Estas son las únicas reglas escritas. El mensaje básico es usa tu propio sentido común.
Las reglas son una virtud, pero no la única virtud. Las personas son más importantes. Y en ocasiones, para tener éxito es necesario romper todas las reglas del libro, concluyó Alejandro.
Quiero estudiar todos sus libros de leyes para ver si hay alguna ley que impida mi trabajo o lo considere inválido. Si no existen tales leyes, quiero que firme este contrato que describe expresamente los términos y condiciones de mi compromiso y que me absuelve de toda consecuencia. Y quiero la mitad de mi recompensa por adelantado, dijo sir Grimlet con toda la seriedad de la que pudo hacer acopio.
¡Pero señor... el dragón! protestó el rey sorprendido.
Que todo Saomi se incendie en las llamas del dragón... no me importa. Primero, ¿Dónde están las reglas? ...
Una discusión.
El dogmatismo y la burocracia son los más grandes asesinos de ideas y la acción, observó Ana. Genera la dilación y la parálisis por análisis, en lugar de la apreciación por cualquier acción completada por la gente. Uno no puede permitir que las políticas paralicen la operación.
Estoy totalmente de acuer4do contigo Ana, dijo Ricardo. Una empresa es acción -un prejuicio para la acción es lo que a menudo separa a una compañía exitosa de una fracasada. Por lo tanto, no puede darse el lujo de casarse con políticas y procedimientos que no son relevantes. A menudo me he encontrado con empresas con políticas ridículamente restrictivas que evitaban que aprovechasen una gran oportunidad de negocios. En toda compañía uno se encuentras con procedimientícratas como la reina, a los que no les importa qué es lo que se está haciendo, sino cómo se está haciendo, y que matan la iniciativa y acaban con el entusiasmo en el proceso. Es por eso que alguien dijo que hasta las políticas necesitan de una fecha de caducidad.
Cierto, tales reglas absurdas surgen de vez en cuando; en ocasiones son tan ridículas que uno se pregunta cómo pudo alguien pensar en ellas, dijo Alejandro. Uno no debe crear una cultura que premie la conformidad sin discernimiento y deja detrás los anacronismos. Y SEMCO es una empresa que cree apasionadamente en esto. Un empleado nuevo que se une a ella recibe un folleto de veintiocho páginas titulado Manual de supervivencia que tiene un montón de caricaturas y pocas palabras. Estas son las únicas reglas escritas. El mensaje básico es usa tu propio sentido común.
Las reglas son una virtud, pero no la única virtud. Las personas son más importantes. Y en ocasiones, para tener éxito es necesario romper todas las reglas del libro, concluyó Alejandro.
jueves, 13 de octubre de 2016
El exterminador de dragones. Parte 2
¿Porqué maté al dragón? ¡Bueno! Su consejo de ministros contrató mis servicios y maté al dragón, explicó sir Grimlet.
El consejo de ministros no tiene autoridad para hacer tales solicitudes; no cuando la reina todavía está viva, respondió la reina.
Uno de los ministros se puso de pie para explicar.
Su majestad, estaba lejos y teníamos que actuar inmediatamente. El dragón...
La reina levantó su mano y el ministro calló abruptamente, como si una mano invisible lo hubiese agarrado del cuello. Se sentó con una expresión malhumorada en el rostro.
Sir Grimlet, exijo saber por qué mató al pobre dragón, exigió la reina
¿Y entonces qué se supone que haga, enamorarme del dragón? yo soy un exterminador de dragones profesional, mato dragones... ese ces mi trabajo, dijo sir Grimlet, que ahora se estaba impacientando.
¿Sabes que es contra la ley de nuestra tierra matar animales? preguntó la reina.
No pienso que el dragón pueda considerarse un animal, respondió sir Grimlet.
Bueno, yo lo considero un animal... un animal raro, colorido y vibrante que respira fuego, y eso es lo que importa. Deberías haberlo capturado vivo y podríamos haberlo domesticado. Mira este feroz tigre que yace a mis pies como un gato manso... yo lo domestiqué personalmente. ¡Ah, si tan solo no hubieses matado a ese pobre dragón! Cada vez que hubiésemos querido fuego podríamos haberlo entrenado para que escupiese fuego, y podríamos haber volado sobre él adonde sea que quisiéramos... hay muchísimas cosas que podríamos haber hecho. Y yo habría sido la orgullosa ama del primer dragón mascota del mundo. Simplemente adoro a estas criaturas de cuatro patas y haré todo lo que esté en mi poder para protegerlos. Después de todo, son mejores que la variedad de dos patas que me rodea, dijo la reina mirando desdeñosamente al consejo de ministros.
Sir Grimlet estaba claramente exasperado.
¿Recibiré alguna recompensa por mis servicios? preguntó.
¡Recompensa por tus servicios! expresó la reina con desdén. De acuerdo a la ley de nuestra tierra, cualquiera que mate a un animal será encarcelado y la reina decidirá los términos de su condena basándose en la severidad del crimen.
Sir Grimlet decidió ser diplomático por última vez.
Su majestad, con todo el respeto que me merece, ¿esperaba que leyese todos los libros de leyes de estas tierras cuando el salvaje dragón estaba destruyéndolo todo? Tuve que actuar con rapidez para ponerle fin a la carnicería. Y la ley, después de todo, debería ser interpretada pragmáticamente.
¿Cómo te atreves a darme consejos no solicitados, tú... tú descorazonado asesino de dragones? ¡Soldados, arresten de inmediato a este insolente! gritó la reina.
Esta vez, sir Grimlet decidió dejar que su espada hablase por él. Venció a los soldados, montó su caballo y se alejó rápidamente, dejando a todos en la corte sorprendidos por la rapidez con la que había manejado su escape.
El consejo de ministros no tiene autoridad para hacer tales solicitudes; no cuando la reina todavía está viva, respondió la reina.
Uno de los ministros se puso de pie para explicar.
Su majestad, estaba lejos y teníamos que actuar inmediatamente. El dragón...
La reina levantó su mano y el ministro calló abruptamente, como si una mano invisible lo hubiese agarrado del cuello. Se sentó con una expresión malhumorada en el rostro.
Sir Grimlet, exijo saber por qué mató al pobre dragón, exigió la reina
¿Y entonces qué se supone que haga, enamorarme del dragón? yo soy un exterminador de dragones profesional, mato dragones... ese ces mi trabajo, dijo sir Grimlet, que ahora se estaba impacientando.
¿Sabes que es contra la ley de nuestra tierra matar animales? preguntó la reina.
No pienso que el dragón pueda considerarse un animal, respondió sir Grimlet.
Bueno, yo lo considero un animal... un animal raro, colorido y vibrante que respira fuego, y eso es lo que importa. Deberías haberlo capturado vivo y podríamos haberlo domesticado. Mira este feroz tigre que yace a mis pies como un gato manso... yo lo domestiqué personalmente. ¡Ah, si tan solo no hubieses matado a ese pobre dragón! Cada vez que hubiésemos querido fuego podríamos haberlo entrenado para que escupiese fuego, y podríamos haber volado sobre él adonde sea que quisiéramos... hay muchísimas cosas que podríamos haber hecho. Y yo habría sido la orgullosa ama del primer dragón mascota del mundo. Simplemente adoro a estas criaturas de cuatro patas y haré todo lo que esté en mi poder para protegerlos. Después de todo, son mejores que la variedad de dos patas que me rodea, dijo la reina mirando desdeñosamente al consejo de ministros.
Sir Grimlet estaba claramente exasperado.
¿Recibiré alguna recompensa por mis servicios? preguntó.
¡Recompensa por tus servicios! expresó la reina con desdén. De acuerdo a la ley de nuestra tierra, cualquiera que mate a un animal será encarcelado y la reina decidirá los términos de su condena basándose en la severidad del crimen.
Sir Grimlet decidió ser diplomático por última vez.
Su majestad, con todo el respeto que me merece, ¿esperaba que leyese todos los libros de leyes de estas tierras cuando el salvaje dragón estaba destruyéndolo todo? Tuve que actuar con rapidez para ponerle fin a la carnicería. Y la ley, después de todo, debería ser interpretada pragmáticamente.
¿Cómo te atreves a darme consejos no solicitados, tú... tú descorazonado asesino de dragones? ¡Soldados, arresten de inmediato a este insolente! gritó la reina.
Esta vez, sir Grimlet decidió dejar que su espada hablase por él. Venció a los soldados, montó su caballo y se alejó rápidamente, dejando a todos en la corte sorprendidos por la rapidez con la que había manejado su escape.
miércoles, 12 de octubre de 2016
El exterminador de dragones. Parte 1
Un feroz dragón asolaba las tierras de Naomi. Aparecía de repente, respirando fuego, e incendiaba las casas y los campos y mataba a la desdichada gente. Luego desaparecía tan repentinamente como había aparecido, dejando tras de sí una huella de muerte y destrucción. La reina de Naomi había ido a visitar un reino vecino y, por lo tanto, el consejo de ministros buscó urgentemente los servicios de sir Grimlet, el Exterminador de dragones.
Sir Grimlet fue rápidamente a Naomi. había matado a muchos dragones, y estaba ansioso por acabar con más y ganar más fama y dinero. El pueblo de Naomi quedó impresionado y convencido por su sola apariencia -su brillan te armadura, su magnifico caballo blanco y un arreglo de armas que parecían letales. Por seis días no hubo señales del dragón, la gente del pueblo pensaba que la bestia había escapado para salvar su vida al sentir la presencia del exterminador.
Pero al séptimo día, el dragón apareció, desatando el caos y la destrucción.
Sir Grimlet se apresuró a llegar a la escena de la destrucción. Era el dragón más grande y feroz con el que jamás se hubiese encontrado, pero eso no lo inquietó de ninguna manera. El exterminador utilizó un arma de su arsenal tras la otra. La sangre manaba de las heridas del dragón, pero su furia continuó sin debilitarse. Con un movimiento de su cola, derribó a sir Grimlet de su caballo. A los que lo vieron se les detuvo el corazón. Pero el exterminador se puso de pie rápidamente y cuando el dragón se agachó para atacarlo, él calvó su lanza profundamente en el corazón de la bestia. El dragón se estremeció, profirió un grito de dolor penetrante y cayó al suelo con un golpe ensordecedor. Yació allí jadeando, como si intentase desesperadamente evitar una muerte inminente pero, después de unos momentos, se quedó totalmente quieto.
Cuando el pueblo recuperó el aliento, iniciaron las ovaciones estruendosas.
¡Señor, jamás podremos expresar nuestro agradecimiento por habernos salvado de este dragón! Mañana, cuando regrese la reina, ello lo honrará en la corte, le dijo el consejo de ministros a sir Grimlet mientras este se limpiaba gotas de sudor y sangre del rostro.
Al día siguiente, en la corte de la reina hubo una fiesta muy concurrida. Sir Grimlet fue el blanco de todas las miradas y se mantuvo galantemente erguido. Todos esperaban que la reina hablara, pero ella parecía estar en un estado muy pensativo.
¿Porqué mataste al dragón? preguntó la reina seriamente.
Hubo un silencio de asombro y sir Grimlet fue tomado totalmente por sorpresa.
Sir Grimlet fue rápidamente a Naomi. había matado a muchos dragones, y estaba ansioso por acabar con más y ganar más fama y dinero. El pueblo de Naomi quedó impresionado y convencido por su sola apariencia -su brillan te armadura, su magnifico caballo blanco y un arreglo de armas que parecían letales. Por seis días no hubo señales del dragón, la gente del pueblo pensaba que la bestia había escapado para salvar su vida al sentir la presencia del exterminador.
Pero al séptimo día, el dragón apareció, desatando el caos y la destrucción.
Sir Grimlet se apresuró a llegar a la escena de la destrucción. Era el dragón más grande y feroz con el que jamás se hubiese encontrado, pero eso no lo inquietó de ninguna manera. El exterminador utilizó un arma de su arsenal tras la otra. La sangre manaba de las heridas del dragón, pero su furia continuó sin debilitarse. Con un movimiento de su cola, derribó a sir Grimlet de su caballo. A los que lo vieron se les detuvo el corazón. Pero el exterminador se puso de pie rápidamente y cuando el dragón se agachó para atacarlo, él calvó su lanza profundamente en el corazón de la bestia. El dragón se estremeció, profirió un grito de dolor penetrante y cayó al suelo con un golpe ensordecedor. Yació allí jadeando, como si intentase desesperadamente evitar una muerte inminente pero, después de unos momentos, se quedó totalmente quieto.
Cuando el pueblo recuperó el aliento, iniciaron las ovaciones estruendosas.
¡Señor, jamás podremos expresar nuestro agradecimiento por habernos salvado de este dragón! Mañana, cuando regrese la reina, ello lo honrará en la corte, le dijo el consejo de ministros a sir Grimlet mientras este se limpiaba gotas de sudor y sangre del rostro.
Al día siguiente, en la corte de la reina hubo una fiesta muy concurrida. Sir Grimlet fue el blanco de todas las miradas y se mantuvo galantemente erguido. Todos esperaban que la reina hablara, pero ella parecía estar en un estado muy pensativo.
¿Porqué mataste al dragón? preguntó la reina seriamente.
Hubo un silencio de asombro y sir Grimlet fue tomado totalmente por sorpresa.
martes, 11 de octubre de 2016
Las campanas. Una discusión.
Pienso que la parábola es un caso clásico de empoderamiento, dijo Ana. Primero, el rey comparte información con los consejeros; se permite que se cometan errores y éstos se ven como oportunidades de aprendizaje. Luego crea autonomía al aclarar los papeles, entrenándolos, dándoles los recursos y responsabilizándolos por los resultados. Finalmente, remplaza a la vieja jerarquía con los consejeros empoderados. Un nuevo modelo de líder no es un dictador corporativo. Desafortunadamente muchos líderes sienten que es bueno tener el control y se vuelven adictos al poder -y eso es lo que mata a las empresas. Esta es la era del empoderamiento y la habilidad de delegar con efectividad es de importancia crítica para su éxito. El propósito del liderazgo es crear líderes a todos niveles, y el empoderamiento es la clave para ello.
Uno de mis favoritos es Ricardo Semler, dijo Alejandro. Pienso que el liderazgo de SEMCO es revolucionario -él ha llevado a la democracia en el lugar de trabajo a fronteras previamente no imaginadas. Todos en la empresa tienen acceso a los libros; los gerentes establecen sus propios salarios; los trabajadores del piso de ventas establecen sus propios objetivos de productividad y horarios; los trabajadores toman decisiones que alguna vez eran sólo territorio de los directivos.
¿Pero no es todo esto utópico? preguntó Ricardo.
Ricardo, los resultados hablan por sí mismos, dijo Alejandro. SEMCO se las ha arreglado para resistirse al caos comercial brasileño, la hiperinflación de casi el novecientos por ciento y la recesión para aumentar la productividad casi siete veces y quintuplicar las ganancias. Se dice que durante las negociaciones por un nuevo contrato de trabajo, un líder sindical argumentó que un aumento demasiado grande extendería excesivamente a la empresa.
¡Bueno, eso si que es interesante! dijo Ricardo. También me gustaría añadir que el rey fue exitoso porque aplicó la ley 80/20 -es decir, concentrarse en aquellas actividades críticas que realmente le dan una ganancia por su tiempo. Que gastemos proporcionalmente demasiado tiempo en pequeñas decisiones y no dediquemos el suficiente a los asuntos realmente grandes es una gran tragedia humana.
¿Ustedes han notado una cosa? preguntó Alejandro. Que a menudo delegamos o dejamos de delegar por las razones equivocadas. Nos aferramos a tareas que nos gusta hacer, con las que no hacemos el mejor uso de nuestro tiempo, y delegamos las tareas desagradables.
Se deben sopesar muchas consideraciones antes de decidir qué debería y no debería ser delegado, repitió Ricardo. Por ejemplo, por muy grande que pueda volverse mi empresa, Mark & Co., mi primer cliente importante siempre obtendrá mi atención personal. No voy a delegarle eso a nadie.
Entonces, deberías delegar lo que puedes, no lo que quieres, concluyó Ana.
Uno de mis favoritos es Ricardo Semler, dijo Alejandro. Pienso que el liderazgo de SEMCO es revolucionario -él ha llevado a la democracia en el lugar de trabajo a fronteras previamente no imaginadas. Todos en la empresa tienen acceso a los libros; los gerentes establecen sus propios salarios; los trabajadores del piso de ventas establecen sus propios objetivos de productividad y horarios; los trabajadores toman decisiones que alguna vez eran sólo territorio de los directivos.
¿Pero no es todo esto utópico? preguntó Ricardo.
Ricardo, los resultados hablan por sí mismos, dijo Alejandro. SEMCO se las ha arreglado para resistirse al caos comercial brasileño, la hiperinflación de casi el novecientos por ciento y la recesión para aumentar la productividad casi siete veces y quintuplicar las ganancias. Se dice que durante las negociaciones por un nuevo contrato de trabajo, un líder sindical argumentó que un aumento demasiado grande extendería excesivamente a la empresa.
¡Bueno, eso si que es interesante! dijo Ricardo. También me gustaría añadir que el rey fue exitoso porque aplicó la ley 80/20 -es decir, concentrarse en aquellas actividades críticas que realmente le dan una ganancia por su tiempo. Que gastemos proporcionalmente demasiado tiempo en pequeñas decisiones y no dediquemos el suficiente a los asuntos realmente grandes es una gran tragedia humana.
¿Ustedes han notado una cosa? preguntó Alejandro. Que a menudo delegamos o dejamos de delegar por las razones equivocadas. Nos aferramos a tareas que nos gusta hacer, con las que no hacemos el mejor uso de nuestro tiempo, y delegamos las tareas desagradables.
Se deben sopesar muchas consideraciones antes de decidir qué debería y no debería ser delegado, repitió Ricardo. Por ejemplo, por muy grande que pueda volverse mi empresa, Mark & Co., mi primer cliente importante siempre obtendrá mi atención personal. No voy a delegarle eso a nadie.
Entonces, deberías delegar lo que puedes, no lo que quieres, concluyó Ana.
lunes, 10 de octubre de 2016
Las campanas. Parte 2.
Reverendo señor, yo solo intento servir mejor a mi reino al quitar esas campanas.
¿Y cómo podría eso ser posible?
Sólo piensa en todos los problemas a los que atiendo todos los días. La mayoría de ellos son triviales, hasta tontos. ¿Es necesario un rey para atender tales asuntos? ¡Cielo santo! Un hombre ordinario con sentido común puede resolver estos problemas. El tiempo de un rey es precioso y hay asuntos más grandes y graves a los que atender.
¿Y entonces que estás sugiriendo?
Dividir el reino en diez provincias. Identificar a once hombres, hombres con sentido común, hombres que sean prácticos. Señor, me gustaría que tú identificases a estos hombres y que les enseñes las leyes de nuestra tierra de la misma manera en la que me enseñaste a mí. Haz once copias de nuestros libros de leyes a los que sólo tú y yo hemos tenido acceso y luego entrégaselos a ellos. Cuando su entrenamiento ewsté completo, el más sabio será nombrado en el palacio como el consejero en jefe y el resto será puesto a cargo de las provincias. Que la gente recurra a ellos.
Al inicio de cada semana que se reúnan en el palacio, bajo la guía del consejero en jefe y que discutan entre ellos cualquier asunto que no hayan podido resolver. Si todavía no pueden llegar a ninguna solución, entonces el consejero en jefe puede venir a hablarlo contigo y conmigo. En otras palabras, yo sólo manejaré aquellos problemas de mi pueblo que el consejo no pueda resolver. Eso me dejará tiempo suficiente para tratar con otros asuntos importantes, dijo el rey.
Los ojos del asesor se encendieron.
¿Porqué nadie pensó en eso antes? Pero, ¿Qué pasa si se equivocan? preguntó el asesor.
¡Ah! Creo que podremos vivir con ello, por el momento. Ellos deben poder cometer errores, pero no podrán cometer el mismo error dos veces, dijo el rey.
La búsqueda de los once hombres más sabios dio inicio. Mientras tanto, se hicieron once copias de los libros de leyes. Los once hombres fueron identificados y llevados a palacio. Allí, el asesor les enseñó las leyes de la tierras tal y como se las había enseñado al rey. Cada vez que sonaban las campanas, el rey llevaba con el a los once hombres a fin de que pudiesen obtener conocimiento de primera mano sobre cómo manejaba los problemas de su pueblo. Gradualmente, ellos comenzaron a resolver los asuntos de los súbditos ante la presencia del monarca.
El rey luego dividió el reino en diez provincias. El más sabio de ellos fue entonces nombrado en el palacio consejero en jefe y los diez restantes fueron puestos a cargo de las diez provincias. El rey dio entonces órdenes de que las decisiones de éstos se cumpliesen; pero también dejó claro en la orden que no tenía intenciones de distanciarse de sus queridos súbditos y que sólo quería servirlos mejor.
Al principio, la gente se sintió infeliz, dado que el acceso directo al rey del que habían disfrutado ahora les era negado. Renuentemente se acercaron a los diez hombres. Pronto se dieron cuenta de que éstos estaban resolviendo sus problemas de la misma manera en la que lo hacía su rey; además, no tenían que viajar todo el camino hasta palacio.
Al inicio de cada semana, los diez hombres se reunían en el palacio, bajo la guía del consejero en jefe, y discutían entre ellos asuntos que no habían podido resolver. Si aún les resultaba imposible llegar a una solución, el consejero en jefe discutía el mismo asunto con el rey y el asesor.
El rey podía ahora concentrarse en asuntos importantes.
Las campanas fueron quitadas del palacio.
El rey ahora podía pensar, comer y dormir... pacíficamente.
¿Y cómo podría eso ser posible?
Sólo piensa en todos los problemas a los que atiendo todos los días. La mayoría de ellos son triviales, hasta tontos. ¿Es necesario un rey para atender tales asuntos? ¡Cielo santo! Un hombre ordinario con sentido común puede resolver estos problemas. El tiempo de un rey es precioso y hay asuntos más grandes y graves a los que atender.
¿Y entonces que estás sugiriendo?
Dividir el reino en diez provincias. Identificar a once hombres, hombres con sentido común, hombres que sean prácticos. Señor, me gustaría que tú identificases a estos hombres y que les enseñes las leyes de nuestra tierra de la misma manera en la que me enseñaste a mí. Haz once copias de nuestros libros de leyes a los que sólo tú y yo hemos tenido acceso y luego entrégaselos a ellos. Cuando su entrenamiento ewsté completo, el más sabio será nombrado en el palacio como el consejero en jefe y el resto será puesto a cargo de las provincias. Que la gente recurra a ellos.
Al inicio de cada semana que se reúnan en el palacio, bajo la guía del consejero en jefe y que discutan entre ellos cualquier asunto que no hayan podido resolver. Si todavía no pueden llegar a ninguna solución, entonces el consejero en jefe puede venir a hablarlo contigo y conmigo. En otras palabras, yo sólo manejaré aquellos problemas de mi pueblo que el consejo no pueda resolver. Eso me dejará tiempo suficiente para tratar con otros asuntos importantes, dijo el rey.
Los ojos del asesor se encendieron.
¿Porqué nadie pensó en eso antes? Pero, ¿Qué pasa si se equivocan? preguntó el asesor.
¡Ah! Creo que podremos vivir con ello, por el momento. Ellos deben poder cometer errores, pero no podrán cometer el mismo error dos veces, dijo el rey.
La búsqueda de los once hombres más sabios dio inicio. Mientras tanto, se hicieron once copias de los libros de leyes. Los once hombres fueron identificados y llevados a palacio. Allí, el asesor les enseñó las leyes de la tierras tal y como se las había enseñado al rey. Cada vez que sonaban las campanas, el rey llevaba con el a los once hombres a fin de que pudiesen obtener conocimiento de primera mano sobre cómo manejaba los problemas de su pueblo. Gradualmente, ellos comenzaron a resolver los asuntos de los súbditos ante la presencia del monarca.
El rey luego dividió el reino en diez provincias. El más sabio de ellos fue entonces nombrado en el palacio consejero en jefe y los diez restantes fueron puestos a cargo de las diez provincias. El rey dio entonces órdenes de que las decisiones de éstos se cumpliesen; pero también dejó claro en la orden que no tenía intenciones de distanciarse de sus queridos súbditos y que sólo quería servirlos mejor.
Al principio, la gente se sintió infeliz, dado que el acceso directo al rey del que habían disfrutado ahora les era negado. Renuentemente se acercaron a los diez hombres. Pronto se dieron cuenta de que éstos estaban resolviendo sus problemas de la misma manera en la que lo hacía su rey; además, no tenían que viajar todo el camino hasta palacio.
Al inicio de cada semana, los diez hombres se reunían en el palacio, bajo la guía del consejero en jefe, y discutían entre ellos asuntos que no habían podido resolver. Si aún les resultaba imposible llegar a una solución, el consejero en jefe discutía el mismo asunto con el rey y el asesor.
El rey podía ahora concentrarse en asuntos importantes.
Las campanas fueron quitadas del palacio.
El rey ahora podía pensar, comer y dormir... pacíficamente.
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