jueves, 28 de septiembre de 2017
De 2000 o del 2000.
Se continúa así la tradición en las dataciones de los años que siguen a 1100: 3 de febrero de 1492, 8 de junio de 1824, 12 de enero de 1999.
Ello es así, a pesar de que nuestra conciencias lingüística actual tiende a poner el artículo en las dataciones en las que intervienen los años anteriores a 1101: 7 de abril del 711, 8 de marzo del 1001, etc. No obstante, existen documentos actuales en que se fechan estos años también sin artículo: 20 de diciembre de 909.
Ahora bien, lo cierto es que parece más recomendable poner el artículo delante del año tanto en la lengua oral como en la lengua escrita, pero es más acorde con el sentimiento lingüístico actual de los usuarios del español. Así, lo recomendable es decir y escribir 23 de enero de 2015, en marzo del 2007 y en el 2017 habrá menos paro en lugar de en 2001 habrá menos paro. Téngase en cuenta que esta manera de proceder obedece a que muchas veces la lengua escrita reproduce en cierto sentido la lengua oral, y es en esta última donde se tienden a rechazar las formas sin artículo.
En cualquier caso, debe quedar claro que desde el punto de vista gramatical no hay razones para preferir la forma con artículo a la forma sin artículo, y viceversa, pues ambas son correctas: con artículo se presupone la palabra año, aunque está esté implícita; sin artículo concebimos el año como entidad autónoma.
El millardo
Aquí va la pequeña historia de cómo una palabra entró al diccionario por la puerta falsa, sin esperar a ser usada por los hispanohablantes ni a tener el suficiente arraigo ni documentación escrita.
En el primer lustro de los años 90 del siglo XX, cuando el presidente de Venezuela era Rafael Caldera, este se vio obligado a devaluar el bolívar -moneda nacional- de una forma tan drástica que a partir de entonces, en las informaciones sobre la economía del país, comenzó a ser corriente hablar de miles de millones de bolívares.
Lo de los miles de millones trajo consigo -a ojos de Rafael- el problema de la confusión entre el billion inglés (mil millones) y el billón español (un millón de millones), uno de esos casos que los traductores conocen como falsos amigos, y aprovechando su condición de miembro de la Academia Venezolana de la Lengua Española presentó en esa institución la propuesta de usar la palabra millardo, a imagen y semejanza del francés milliard, del italiano miliardo y del alemán milliarde.
¿Y qué pasa cuando el presidente de la república va a la sesión de la Academia y presenta una preopuesta con el argumento de que es de interés parea el país? Pues que se aprueba. El siguiente paso es mandarla a la Asociación de Academias de la Lengua Española para que dé su visto bueno y de ahí a los lexicógrafos encargados de redactar el Diccionario de la Lengua Española en Madrid con ayuda de los colegas americanos. La palabra siguió su camino con la aprobación de todos y, ya en 1995, se anunció que estaría en la siguiente edición del DRAE, como así fue: ocupó su espacio en la edición del 2001 y sigue ocupándolo en la del 2014.
Es otra forma de hacer que una palabra llegue al diccionario sin esperar a que su uso se difunda y se asiente; basta con ser presidente de la república y miembro de la Academia de la Lengua del país.
miércoles, 27 de septiembre de 2017
Seguro que y seguro de que.
No se preocupen; digan tranquilamente estoy seguro de que allí hay más bares que en este barrio y no tengan ningún miedo a caer en el error conocido como dequeísmo, que consiste en usar de que en frases como pienso de que..., me dijo de que... en las cuales lo correcto es no poner la preposición de. Estos últimos casos (y algunos más) son incorrectos, pero ello no implica que usar de que lo sea siempre, pues hay verbos con los que ocurre justo lo contrario, es decir, lo que no es correcto es dejar solo el que, como en el caso de estar seguro. Siempre se está seguro de algo y nunca se puede estar seguro que algo.
También necesitan ir seguidos por de que el verbo alegrarse (me alegro de que viniera) y la frase verbal darse cuenta (se dio cuenta de que había mentido).
Háganlo así y estén seguros de que están usando bien el español.
Mayusculítis jurídica y administrativa.
¡Viva la minúscula! Un buen consejo ortográfico es este: ante la duda: minúscula.
Si al comenzar a escribir una palabra nos surge la duda entre escribirla con mayúscula o con minúscula inicial, lo mejor será optar por la minúscula; así es muy probable que acertemos, ya que hay un 95% de probabilidades a nuestro favor. El gran lingüista español Fernando Lázaro Carreter decía: el minusculismo es más higiénico que el mayusculismo.
Y así debemos hacerlo: cuando dudemos, pongamos minúscula; pero en ocasiones la duda persiste, y es que hay tantos casos especiales en ese terreno que pueden darse situaciones en las que haya puntos de vista diferentes. Precisamente por ceso se publicó en el 2007 un libro dedicado por entero a aclarar el asunto: diccionario de uso de las mayúsculas y minúsculas, de José Martínez de Sousa.
Esas dudas son también las causantes de que en todos los manuales o libros de estilo -la mayoría son de medios de comunicación. se dedique un capítulo más o menos extenso a explicar el uso de las mayúsculas. Es habitual que -sobre todo en los documentos jurídicos y administrativos- aparezcan mayúsculas por todas partes, muchas, por todos los rincones, hasta tal punto que uno puede imaginarse que sobre las mesas de trabajo de quienes redactan esos escritos hay una cajita con mayúsculas, junto a la de los clips, y de allí las toman para adornar los textos como las bolas de colores en el árbol de navidad.
Y hay algunas que se incrustan y son harto difíciles de erradicar: aparecen escritas con mayúscula inicial las palabras que denominan cargos relacionados con la abogacía: Notario, Procurador, Juez, Magistrado, etc.; las relacionadas con bla administración: Director General, Subsecretario, Ministro, Gobernador, Presidente, etc.; las que tienen que ver con la legislación: Ley, Orden, Estatutos, Reglamento, etc. Hay algo que debe quedar claro: en español solo se escriben con mayúsculas los nombres propios, y ninguna de las palabras antes mencionadas son nombres propios, sino comunes, como también lo son príncipe, rey y papa, si bien los monárquicos siempre tenderán a mayusculizar a sus príncipes, princesas, infantas, reyes y reinas, y los creyentes o dudarán al concederles mayúscula a los obispos y a los papas.
No se trata de un asunto menor, pues la pulcritud de los documentos depende sobre todo de la buena ortografía.
martes, 26 de septiembre de 2017
Gerundio...
Tampoco es correcto darle al gerundio un valor participativo como en hay una serie de problemas graves, siendo el desempleo el principio. Ahí lo correcto hubiera sido hay una serie de problemas graves, y el principal de ellos es el desempleo.
Concordancias
El y un. Ante los nombres femeninos que comienzan por a- o ha- tónicas debe emplearse el artículo el y es igualmente correcto usar un o una: un área, una área.
Esta normas solo es aplicable a los casos anteriores y nunca a otro, mucho, poco, todo, etc. Son incorrectas expresiones como ese agua, mucho hambre, otro arma, etc. Tampoco debe aplicarse a los demostrativos este aula (incorrecto), esta aula (correcto). Es igualmente erróneo mantener el artículo el cuando entre este y el sustantivo hay otra palabra: el mismo arma. No siguen esta norma los nombres de las letras ni las siglas: la hache, la A. M. P. A.
Verbo con nombres colectivos. Cuando detrás del nombre colectivo no aparece la preposición de, la concordancia se hace en singular: un grupo abandonó la reunión. Y cuando el nombre colectivo va seguido por la preposición de, la concordancia puede hacerse en singular o en plural:
Un grupo de disconformes abandonó la reunión.
Un grupo de disconformes abandonaron la reunión.
Falsas concordancias. Es aconsejable vigilar los errores de concordancia en número, género y tiempos verbales. Los más comunes son:
* Concordancia del verbo con el complemento directo precedido por la preposición a en oraciones impersonales con se. Se recibieron a los viajeros en lugar de se recibió a los viajeros.
* Concordancia con le en singular cuando el complemento directo está en plural. Le conté a los alumnos cómo sería el curso en lugar de les conté a los alumnos cómo sería el curso.
* Concordancia que no tiene en cuenta la forma sino el significado: la principal preocupación del estudiante en esta época del año es que tienen que preparar los e3xámenes en lugar de la principal preocupación del estudiante en esta época del año es que tiene que preparar los exámenes.
* Concordancia de la acción con el tiempo verbal en frases en las que se usa el pretérito perfecto en lugar del indefinido y al revés. El plazo se ha terminado ayer, en lugar de el plazo se terminó ayer. Se trata de una acción dentro de una unidad de tiempo ya acabada (ayer) y por eso el verbo debe usarse en pretérito indefinido.
Deber y deber de
La diferencia debe quedar clara para evitar malas interpretaciones: deber + infinitivo siempre significa obligación, mientras que deber de + infinitivo siempre significa duda, posibilidad o conjetura.
Una vez aclarado eso, también debe quedar claro que la frase los viajeros deben de presentar su documentación parta poder entrar en el avión es incorrecta, pues los viajeros que quieran embarcar deben presentar su documentación y los que opten por no presentarlas deben de preferir no volar ese día.
Es error muy corriente, quizás por intentar ser excesivamente corrector (hipercorrección), utilizar la forma deber de con el sentido de obligación: si quieres que te dejen entrar en el casino debes de ir con chaqueta y corbata o los diputados deben de abstenerse de hablar en voz alta entre ellos o con quien ocupe el estrado.
lunes, 25 de septiembre de 2017
Incautarse de
Hoy conviven ambas formas, y aunque es más aconsejable la primera, hay que estar preparados para ver caras de asombro cuando la usemos.
Cesar, destituir, echar...
En español es normal desde hace décadas el uso del verbo cesar con valor transitivo, es decir, seguido de un complemento directo, en frases como cesaron al director del IMSS o el gobierno cesó a varios altos cargos y hasta hace pocos años (el 2005) ese empleo se consideraba incorrecto, pues en todos los diccionarios cesar figuraba como intransitivo. En su lugar lo adecuado era el uso de otros verbos como destituir, despedir, echar, etc.
Pero las cosas han cambiado y otra vez la voluntad de los hablantes ha marcado el camino de la lengua, de tal forma que hoy se considera correcto aquel uso que antes estaba mal: ahora podemos cesar a quien queramos.
Infinitivo introductorio
También conocido como infinitivo físico, es aquel que se emplea al comienzo de un discurso (decirles que...), de un aviso (avisarles de que...), de un recordatorio (recordar, por último, que...), de una advertencia (advertir que...), de un agradecimiento (agradecerles a todos que...) o como verbo principal de una oración (y, finalmente, manifestar que hemos logrado los objetivos).
Se trata de otras de esas modas que deforman el español y que van contra el genio de la lengua; conviene, pues, evitar su uso, pero, como ya hemos dicho unas cuantas veces, somos los hablantes los que tomamos las decisiones, y si este uso llega a imponerse y a instalarse puede ocurrir que dentro de algunos decenios ya no le resulte molesto a nadie.
Condicional fuera de lugar
¿No les ha pasado alguna vez que al comprar algo, en el momento de pagar, el vendedor les haya dicho serían 20 pesos? ¿No les ha ocurrido que al llevar unas prendas a la lavandería el encargado de la tienda les haya dicho estarían para el viernes? ¿No han sufrido nunca al empleado de transportes que les dice que el envío llegaría mañana?
Está por todas partes y nos topamos con él en cualquier lugar y a cualquier hora. Es un uso extraño en español -bueno, ya no tan extraño-, lengua en la que en todos esos casos lo normal es utilizar el modo indicativo: son 20 pesos, estarán para el viernes, llegará mañana. Evitémoslo mientras podamos.
Algunos gerundios fuera de lugar
En la jerga de la Administración es muy habitual encontrar gerundios que parecen ser adjetivos, pues están escritos detrás de sustantivos a los que complementan. Los podemos ver casi siempre detrás de las palabras ley, reglamento, norma, acuerdo... (la ley estableciendo la mayoría de edad, el reglamento prohibiendo la venta de alcohol, la norma regulando la exportación de petróleo, el acuerdo estableciendo el máximo de capturas). Y en todos esos casos están fuera de sitio, están mal empleados, pues lo correcto hubiera sido: la ley que establece la mayoría de edad, el reglamento para prohibir la venta de alcohol, la norma con la que se regula la exportación de vino, el acuerdo que establece el máximo de capturas. A veces aparece ese mismo tipo de gerundio en anuncios de empleo, como se precisa secretaria hablando alemán y francés.
Abolir y agredir.
Así ha ocurrido con los verbos abolir y agredir, que se consideraban como defectivos, ya que solo era adecuado conjugarlos en aquellas formas que tuvieran la letra i en la desinencia. Es decir, se podía decir agredía o abolíamos, pero no era correcto decir agredo o abolemos. Pero las cosas cambiaron y hoy se consideran también válidas estas dos últimas formas y todas las demás; son verbos que ya admiten su conjugación completa.
Un prefijo excastigado: ex
El único prefijo que estuvo castigado durante años a no poderse pegar a la palabra siguiente -como es el resto de sus congéneres, los prefijo en español- fue ex. Y era ese un castigo que muchos hispanohablantes no entendíamos, pues no había ninguna razón que lo explicase. Durante todo ese tiempo la única forma admitida en la norma culta era escribirlo separado de la palabra siguiente con un espacio tipográfico: ex presidente. ex alumno, ex futbolista, etc. Y había personas que ponían un guion, opción considerada incorrecta: ex-presidente, ex-alumno, ex-futbolista.
Pero los encargados de redactar la última edición (2010) de la Ortografía de la lengua española, de la Asociación de Academias de la Lengua Española, decidieron que ya era hora de terminar con esa extraña excepción, si bien recomiendan que se una solamente cuando la base (lo que modifica el prefijo) se componga de una sola palabra, como en los ejemplos anteriores (expresidente, exalumno, exfutbolista) y que siga escribiéndose separado en los casos en que lo modificado por el prefijo sean dos o más palabras: ex ama de casa, ex primer ministro, etc.
Cambios en los prefijos trans y post
Estos dos prefijos nos hacían plantearnos siempre la duda de si escribirlos así -trans y post- o si era mejor simplificarlos y optar por las formas tras y pos. Para el segundo, algunos seguían la norma de usar post cuando precedía a una palabra comenzada con vocal -postoperatorio- y pos cuando la voz siguiente comenzara por consonante -posguerra-; en cambio para trans o tras no había ninguna norma a la que acogerse.
Ahora, tras la aparición del Diccionario panhispánico de dudas (2005) y de la última edición de la Ortografía de la lengua española, de la Asociación de Academias de la Lengua Española (2010), la recomendación es que se opte siempre por las formas simplificadas tras y pos: trasporte, trasatlántico, posoperatorio, etc. Con la única excepción de los casos en los que vayan delante de una palabra que comience por s.
Leísmo hipercorrecto
El miedo a caer en lo vulgar hace que algunos hablantes, para evitar ser mirados como poco finos, cometan el error de evitar un uso correcto en la lengua culta -el único correcto en este caso- y usen en su lugar una forma incorrecta en ese contexto. Como el laísmo se considera muy vulgar esos hablantes no usan jamás el pronombre la y en su lugar siempre prefieren decir o escribir le, lo que los hace cometer un error que podemos llamar leísmo de hipercorrección.
Así, en frases como ayer le llamé por teléfono, sus amistades le ayudaron mucho para conseguir ese cargo o dice que estuvo allí, pero yo no le vi, referidas a una mujer, lo correcto es ayer la llamé por teléfono, sus amistades la ayudaron mucho para conseguir ese cargo o dice que estuvo allí, pero yo no la vi.
Ausencia del artículo
En la lengua, como en todo, hay modas pasajeras y modas que llegan para quedarse, y entre estas ultimas parece estar la de prescindir del artículo en situaciones en las que, en la norma culta, su uso es necesario; llegó hace ya algunos años -hay quien dice que procedente del inglés- y se ha instalado en el idiolecto de muchos hispanohablantes.
Hay una serie de topónimos en los que es tradicional poner delante el artículo, como en los Pirineos, la India, la China, los Alpes, el Perú, el Reino Unido, la República Dominicana, el Cairo, etc. y conviene evitar la moda de nombrarlos sin él.
Tampoco es adecuado en español eliminar el artículo delante de nombre de organismos, instituciones o residencias oficiales, como en la Presidencia, el Rectorado, las Naciones Unidad, la Cruz Roja, la Casa de América, la Casa Rosada, la Moncloa, etc. En todos esos casos lo correcto es mantener el artículo.
Es también muy corriente la omisión del artículo delante de nombres como quirófano, talleres, cocina, cafetería... El doctor entró en quirófano, el bus está en talleres, se lo encargaremos a fábrica, pídeselo a cocina, nos vemos en cafeterías, son frases que para estar bien necesitan el artículo.
Es una moda fea y conviene que estemos atentos para no caer en ella.
sábado, 23 de septiembre de 2017
Plurales.
La duda más habitual se produce con los plurales de palabras del latín o de otras lenguas, terminadas en ciertas consonantes, cuando las usamos en español. Durante años se aconsejó dejarlas invariables (los superávit, los accésit, los zigzag, los boicot...), pero a partir de la aparición del Diccionario panhispánico de dudas se comenzó a añadirles una s al final (los superávits, los accésits, los zigzags, los boicots...).
Plurales discutidos. En los casos en los que detrás de un sustantivo se pone otro que añade algo a su significado (aposición) no está nada claro parea los hablantes cómo formar el plural. Es lo que ocurre con palabra lave, copia pirata, Estado miembro, niño soldado, mariposa monarca, etc. Durante años se tendió a poner el plural solo en el primer sustantivo a dejar en singular el segundo (palabras clave, copias pirata, Estados miembro, niños soldado, mariposas monarca), pero el uso ha hecho que el segundo componente se perciba más como adjetivo que como sustantivo y por ello es cada vez más habitual que los hablantes optemos por poner en plural las dos partes: palabras claves, copias piratas, Estados miembros, niños soldados, mariposas monarcas.
Ese es el uso, que no puede considerarse incorrecto, pero la Asociación de Academias de la Lengua Española recomienda que solo se haga así cuando el segundo sustantivo pueda funcionar como atributo del primero en oraciones copulativas.
Esos estados son miembros de la Otan.
Estas palabras son claves para estudiar la situación.
Las copias decomisadas eran piratas.
Mas, ¿Qué hacer con las mariposas monarcas, los hombres ranas, las ciudades dormitorios, etc.? El plural ahí depende solo de si el hablante percibe como adjetivo el segundo sustantivo.
Marroquís o marroquíes
Y hablando de plurales, ¿se han fijado en que muchos hispanohablantes utilizan marroquís como plural de marroquí? Sí, muchos, un montón, y está mal. Lo correcto en español culto es formar los plurales de palabras terminadas en í tónica añadiéndoles es, y aunque esas formas están en retroceso en voces como esquís o bisturís, los libros de uso del español señalan que debemos conservarlas en los gentilicios de ciudades y países del mundo árabe y zonas de influencia: marroquíes, rabatíes, tetuaníes, somalíes, iraquíes, iraníes, bagdadíes...
Adecuar, evacuar y licuar (y agriar)
Al comienzo se explica que quien dicta la normas, quien toma las decisiones que cambian determinados usos en la lengua, somos los hablantes, y fuimos nosotros quienes decidimos cambiarles la acentuación a estos verbos.
Hasta hace no mucho tiempo, la única forma correcta de conjugar el presente de indicativo en singular de adecuar era adecuo, adecuas, adecua, y lo mismo -en cuanto a acentuación- ocurría con evacuar y con licuar. Pero lo que hasta hace pocos años fue considerado como forma incorrecta (adecúo, adecúas, adecúa) se difundió tanto que la Asociación de Academias de la Lengua Española hizo lo que siempre debe hacer en casos similares: recoger como aceptables las nuevas formas. Ocurre, eso sí, que todavía se considera más correcto y elegante utilizar la acentuación originaria.
También agriar admite dos acentuaciones en su conjugación: la más usada, que es agrío, agrías, agría, y la menos habitual, que es agrio, agrias, agria.
Publicación.
Como es común en el ámbito oficial, la cifra filtrada a los medios de víctimas siempre es menor para no espantar aún más a la ciudadanía, pero por lo que pudimos observar, desafortunadamente es mayor esa cantidad.
Sinceramente no se esperaba un sismo tan fuerte, en tan poco tiempo, después del más fuerte (7 de septiembre de 8.2 grados Richter) ocurrido en un siglo, lo cual resultaba improbable, aún para los estudiosos de estos fenómenos. En las redes sociales, desde el ocurrido hace doce días, han surgido presuntos estudiosos que vaticinaban la presencia de otro, lo cual, es difícil de creer, porque nunca faltan charlatanes que esperan un momento oportuno para polarizar aún más nuestra dividida sociedad y provocar temor, miedo, pues estos no se pueden predecir, hay coincidencias, pero no se puede corroborar que el vaticinio sea real y verdadero.
Es importante la grandeza de muchos ciudadanos ejemplares, solidarios que desde el primer instante de lo ocurrido, se dedicaron a aportar su tiempo, sus brazos, ojos y fortaleza para rescatar a nuestros hermanos, esto es algo que nos caracteriza a nivel mundial, ese espíritu de ayudar cuando se necesita, sin embargo, también existe la contraparte, gente que se aprovecha de las desgracias para sacar provecho y quedarse con lo ajeno, hay tantos cínicos, que hasta adquieren uniformes militares, policiacos, médicos, y lo que sea necesario para engañar a la gente, e introducirse en los edificios, departamentos o casas que están fracturadas, pero en pie, las que fueron desalojadas y sus ocupantes enviados a los albergues habilitados para la ocasión, y solo lo hacen para apoderarse de todo lo que encuentren dentro. Eso no se vale, pero así hay gente. No miden el peligro, porque se puede colapsar el inmueble, mientras están ellos adentro, haciendo sus actividades ilícitas de rapiña.
Asimismo, hay otros que ante la zozobra de la gente, aprovecha para asaltar gente en la calle, a transeúntes o automovilistas, casas habitación, negocios, bancos y empresas, porque saben que nadie presta atención a lo que hacen, pues están entretenidos ayudando o cuidando inmuebles y descuidan los lugares donde no ocurrió nada grave.
Esto y más es digno de una enérgica condena, porque no se vale que se lucre con el dolor ajeno, moralmente, esa clase de individuos, no valen nada, y lo que es peor para ellos, jamás les rinde lo que obtienen de esa manera, así como tampoco son felices y toda su vida tienen que trabajar, de manera ilícita, como es su costumbre, para poder tener algo que comer ellos y su familia. Sinceramente, no se vale.
Aprovecho este espacio para brindar un afectuoso aplauso para todos aquellos ciudadanos solidarios que han apoyado física y/o económicamente a nuestros hermanos en desgracia, así como también a los familiares y amigos de las víctimas que por causas inexplicables aún, no lograron salir con vida y forman parte de la estadística. México, es un país fuerte, aún con todo lo que ocurre, real, ficticio o exagerado, es grande y sin duda se recuperará de este golpe, lo que si hace falta es crear esa conciencia humana en todos los nacionales, porque así como hay gente positiva, optimista, solidaria, bondadosa, existe la contraparte, gente negativa, pesimista, abusiva, malosa que solo busca su beneficio personal y saciar sus instintos de delincuente, y no respetan el dolor ajeno. Así como también está un tercer grupo, los indiferentes, esos que mientras no les ocurre nada malo, a ellos o a sus familiares cercanos, nada les importa, como se dice, ni fu, ni fa. Eso, es lo que nos falta, para ser una nación más importante. Pero con todo y eso: ¡¡¡Viva México!!!
viernes, 22 de septiembre de 2017
El femenino en los cuarteles.
En los manuales de uso del español y en las gramáticas se aconseja la generalización del femenino en los nombres de cargos y oficios desempeñados por mujeres, pero se advierte que esa norma no debe aplicarse al ámbito militar, donde esos nombres deben seguir usándose como comunes en cuanto al género: el/la soldado, el]/la sargento, el/la teniente, etc.
Esa feroz resistencia sigue aún presente en la mayoría de los hablantes del español y, lo malo del caso, es que la Asociación de Academias de la Lengua Española apoya esa diferencia entre lo militar y el resto de los campos profesionales. Pero con la última edición del Diccionario de la Lengua Española se ha entreabierto la puerta a esos femeninos, aunque sea en un solo caso: la palabra capitán ya aparece como masculino o femenino -capitán/na-, con el significado de oficial de graduación inmediatamente superior al teniente e inferior al comandante. También se recoge así en la edición del 2015 de El Pequeño Larousse Ilustrado.
Jueza y presidenta
La oposición frontal de muchos hablantes .más en España que en América- a la forma femenina de jue hizo que esta tardase mucho en llegar a los diccionarios, más, finalmente, la jueza ya está recogida por estos. Sin embargo, en España, México y Perú sigue siendo más frecuente la forma común para masculino y femenino.
La misma oposición sigue presente en muchos hablantes cuando hay que formar el femenino de presidente, hasta el punto de que se elaboran alambicadas explicaciones pseudolingüisticas que circulan desde hace años por internet, desde que una mujer fue elegida presidenta de la Argentina. Pero ese femenino ya lleva bastante tiempo en los diccionarios al de la Academia llegó en 1803.
Miembra y socia
Cuando en junio del 2008 una ministra española pronunció la palabra miembras se armó un escándalo en todos los medios de comunicación y los ataques contra ella fueron despiadados y se usaron todo tipo de calificativos para ridiculizarla, pero si se visitan las hemerotecas y se revisa todo lo que se escribió sobre ese uso de miembra, se puede comprobar que no hay ni un solo artículo en el que se dé una explicación gramatical de por qué es errónea esa forma.. La razón de esa ausencia es, simplemente, que no se trata de una formación incorrecta desde el punto de vista de la morfología del español. Ocurre que, de momento, en los diccionarios solo aparece la forma miembro y se presenta como común en cuanto al género: el/la miembro.
Pero ha ocurrido muchas, muchísimas veces, que una palabra que al principio aparecía solo como masculino pasó a común y de ahí al desdoblamiento a masculino y femenino, como en el caso de socio, muy cercana a miembro en algunos de sus significados. Apareció como masculino (en el DRA) desde 1739 hasta 1869, y pasó directamente a desdoblarse como masculino y femenino -socio, cia- en 1884.
Cancillera
Cuando la alemana Angela Merkel fue elegida por primera vez como presidenta del Gobierno de Alemania surgió la duda de si el nombre de ese cargo, que en el caso de Austria y de Alemania es canciller, debería escribirse en su forma femenina: cancillera.
Desde el punto de vista morfológico no parece haber ningún problema para formar ese femenino, y en su uso ya estaba presente en algunos países de Hispanoamérica, donde esa palabra equivale a ministro de Asuntos Exteriores y algunas mujeres desempeñaban ese cargo. Pero poco tiempo después la Asociación de Academias de la Lengua Española decidió calificar de incorrecto ese femenino en su Diccionario panhispánico de dudas, e indicó que lo apropiado era el género común.
Esa es la norma académica, pero los hablantes no siempre seguimos el rumbo que nos marcan, y hoy es cada vez más corriente la forma femenina cancillera, especialmente en Hispanoamérica, y no debemos considerarla incorrecta. Así aparece recogida en El Pequeño Larousse Ilustrado.
jueves, 21 de septiembre de 2017
Emblemático
Cuando se pone de moda una palabra, casi siempre a través de los medios de comunicación audiovisuales, los hablantes la repiten hasta la saciedad y la colocan en cualquier contexto en el que hasta ese momento no se les había ocurrido usarla.
En el español contemporáneo emblemático desplaza innecesariamente a relevante, importante, significativo, representativo. Esta nueva acepción causa furor en el lenguaje político y periodístico, y ha calado hondo ya en muchos hablantes de la calle, de modo que es normal que se digan cosas como la real casa de correos, uno de los edificios más emblemáticos de Madrid, el volcán más emblemático de América del Sur, uno de los lugares más emblemáticos del país, la Plaza de la revolución, el hotel Rossia, uno de los más emblemáticos de Moscú, una de las figuras más emblemáticas del frente islámico, los momentos más emblemáticos de la televisión, una de sus empresas más emblemáticas.
Fernando Lázaro Carreter censura su uso en El dardo en la palabra: este verbo incidir puede ser emblemático --ahora se llama así lo representativo-- del modernismo guay. También los censura José Martínez de Sousa en el diccionario de usos y dudas del español actual: emblemático. Impropiedad por representativo, significativo. En español actual emblemático significa del emblema o relacionado con él.
El adjetivo emblemático desembarco con ímpetu tal que logró arrinconar y dejar en el olvido a otros más precisos según el contexto de qué se trate. Hoy cualquier cosa --un volcán, un edificio, una marca de ropa-- esa emblemática y ya nada es importante, representativo, histórico, relevante, destacado, simbólico, etc.
En femenino
Un fenómeno lingüístico difícil de erradicar es la tendencia a usar palabras como ingeniero o arquitecto, así, en masculino, tanto si se refieren a un hombre como una mujer.
Durante muchos años los femeninos de las profesiones y de los cargos se usaron para hacer referencia a las esposas de los hombres que los ejercían: la médica era la esposa del médico, la embajadora era la esposa del embajador la notaria, era la esposa del notario... Pero esos tiempos, afortunadamente, ya son historia. En el español moderno debemos reflejar la realidad de la época en la que nos ha tocado vivir: una época en la que las mujeres ocupan cargos y desempeñan profesiones que antes eran sólo masculinas.
El 22 de marzo de 1995 se aprobó una orden del Ministerio de Educación y ciencia (de España) por la que los títulos académicos oficiales designados tradicionalmente en masculino pasaron a tener su correspondiente versión en femenino. Con esa orden se cambiaron oficialmente 21 títulos entre los que se encontraban los de doctora, ingeniera, técnica, licenciada, graduada, diplomada, arquitecta, maestra, profesora, médica, farmacéutica, enfermera, etc. Redactada con la colaboración de la Real Academia Española y el instituto de la mujer, la orden establecida que todos los títulos, certificados o diplomas oficiales referidos a las múltiples profesiones y actividades deben tener en cuenta la condición masculina o femenina de quienes los obtuvieran.
Aunque en esa orden se mencionen sólo los títulos académicos, debe generalizarse el uso del femenino (siempre que no resulte forzado) a todos los nombres de oficios y cargos que tradicionalmente eran ocupados sólo por hombres: presidenta, senadora, diputada, etc.
Los nombres de cargos o profesiones (se trata de nombres comunes) terminados en e o en o cambian esas vocales por a para formar el femenino. Ejemplo: camarero/camarera. No obstante lo anterior, algunos nombres terminados en e hacen el femenino con la terminación -esa. Ejemplo: alcalde/alcaldesa. Los nombres terminados en consonante d, l, n, r, s o z añaden una a. Ejemplos: asesor/asesora, concejal/concejala, juez/jueza. También aquí se dan algunas excepciones, como Abad/abadesa. En el caso de los nombres de profesiones,, ocupaciones u otros terminados en, -ente hay que tener en cuenta que en muchos casos su uso en femenino no está generalizado. Ejemplos: gerente/gerenta, paciente/pacienta. Sí son comunes, en cambio, los pares presidente/presidenta, cliente/clienta asistente/asistenta... Habrá, pues, que esperar a que la evolución en la sociedad y el uso por parte de los hablantes determinen esos cambios, pero a lo que no podemos esperar ya mas es a que las ingenieras sean eso: ingenieras, y las jefas de área sean eso: jefas de área.
Más hoy, si miramos esa carpeta alargada que usamos para guardar las tarjetas de visita que van llegando a nuestras manos, podremos comprobar que en la mayor parte de los casos, cuando es una mujer la que ahí aparece, el nombre de su oficio o de su cargo sigue en masculino, como si una biólogo supiera más y fuese más prestigiosa que una bióloga.
Se trata, ni más ni menos, de que la mujer deje de ser invisible y aparezca dónde debe aparecer, sin caer, eso sí, en el vértigo del desdoblamiento a ultranza tal y como ya hacen algunos políticos españoles y tal y como hicieron los redactores de la Constitución de la República socialista bolivariana de Venezuela, en 1999, de la que sirve como ejemplo este fragmento:
Artículo 41 sólo los venezolanos y venezolanas por nacimiento y sin otra nacionalidad, podrán ejercer los cargos de presidente o presidenta de la República, vicepresidente ejecutivo o vicepresidenta ejecutiva, presidente o presidenta y vicepresidente o vicepresidente de la asamblea nacional, magistrados y magistradas del tribunal supremo de Justicia, presidente o presidenta del Consejo Nacional electoral, procurador o procuradora general de la república, contralor o contralora general de la república, fiscal o fiscala general de la república defensor o defensora del pueblo, ministros o ministras de los despachos relacionados con la seguridad de la nación, finanzas, energía y minas, educación; gobernadores o gobernadoras y alcaldes o alcaldesas de los estados y municipios fronterizos y aquellos contemplados en la ley orgánica de la fuerza armada nacional.
Ejercer los cargos de diputados o diputadas a la asamblea nacional, ministros y ministras, gobernadores gobernadoras, y alcaldes o alcaldesas de Estados y municipios no fronterizos los venezolanos y venezolanas por naturalización deben tener domicilio con residencia interrumpida en Venezuela no menor de 15 años y cumplir con los requisitos de aptitud previstos en la ley.
miércoles, 20 de septiembre de 2017
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Y si lo islámico es todo lo relativo al islam: arte islámico, filosofía islámica, literatura islámica... a los países cuya religión, bien sea oficial o bien sea la mayoritaria, es el islam, tendremos que llamarlos países islámicos o mundo islámico.
Ahí sí están Irán, Afganistán y Turquía, junto a los países árabes. Hay una unión política denominada Organización para la Cooperación Islámica (antes llamada Conferencia Islámica), de la que forman parte los siguientes países: Afganistán, Albania, Arabia Saudí, Argelia, Azerbaiyán, Bahréin, Bangladés, Benín, Brunéi, Burkina Faso, Camerún, Catar, Chad, las Comoras, Costa de Marfil, Egipto, los Emiratos Árabes Unidos, Gabón, Gambia, Guinea, Guinea Bisáu, Guyana, Indonesia, Irán, Irak, Jordania, Kazajistán, Kirguizistán, Kuwait, Líbano, Libia, Malasia, Maldivas, Malí, Marruecos, Malaui, Mozambique, Níger, Nigeria, Omán, Pakistán, Palestina, Senegal, Sierra Leona, Somalia, Sudán, Surinam, Siria, Tayikistán, Togo, Túnez, Turquía, Turkmenistán, Uganda, Uzbekistán, Yemen y Yibuti.
También puede hablarse de la arquitectura islámica al estudiar las mezquitas y las madrazas; del derecho islámico al mencionar el canún, o doctrina legal que deriva de El Corán, y de la culturas islámica al referirnos a los movimientos culturales relacionados con el islam.
Islamista es un neologismo creado a finales del siglo XX para denominar a los musulmanes radicales o integristas que propugnan el retorno a las raíces y que, en ocasiones, recurren a la violencia, e incluso al terrorismo, para lograr sus fines.
No es, pues, adecuado, hablar de terrorismo islámico, puesto que no hay un tipo de terrorismo propugnado por esa religión, que, como todas, lo que promueve es la paz, es decir, en terrorismo islámico hay una contradicción de términos. En ese caso se tiene que decir terrorismo islamista, ya que proviene de las posturas radicales del movimiento islamista.
Versátil y polifacético
Que un uso incorrecto haya triunfado de tal modo que obligue a los lexicógrafos a añadir nuevas acepciones en los diccionarios no implica que la forma correcta en la lengua culta deje de ser la más recomendable.
Si versátil es la persona inconstante, que cambia con facilidad de afecto, aficiones u opiniones, la que es de genio inconstante o que cambia fácilmente, ¿a qué viene esa moda de llamar versátiles a quienes no lo son en absoluto? Como cuando en la prensa se afirma que el nuevo ministro ha sido siempre un político muy versátil.... ¿Qué pasa? ¿Estamos diciendo que es un oportunista y cambia de partido y de ideología según le convenga en cada situación?
Pero casi siempre el error se produce por confndir versátil con polifacético, que es quien tiene múltiples aptitudes y conocimientos de muchas cosas, quien realiza actividades muy diversas o tiene múltiples capacidades. También se confunde con otros posibles adjetivos aplicables a quién está en disposición a ceder o acomodarse fácilmente al dictamen de otro, como flexible, o incluso, capaz.
Es desaconsejable, pues, esa tendencia de llamar versátil a alguien creyendo que estamos diciendo algo bueno de él, porque se puede enfadar y demandarnos por injurias, especialmente si es un político.
Inadvertido y desapercibido
Otro de los casos en los que el uso ha llevado hasta los diccionarios una acepción que antes no tenía la palabra en cuestión. Hasta hace no demasiados años los hablantes cultos no utilizaban la voz desapercibido con el significado de inadvertido, pero hubo un momento en el que ese uso -erróneo en su momento- comenzó a difundirse y tuvo tal éxito entre los usuarios del español que fueron dejando arrinconada, poco a poco, a la palabra inadvertido, hasta tal punto que hoy, en español moderno, son mayoría aplastante los que prefieren decir desapercibido.
No está de más recordar que en la lengua culta desapercibido es la persona o cosa que no está provista de lo necesario para algo.
Salvaje y silvestre
Los restaurantes más caros y más de moda acostumbran a escribir cosas raras en sus cartas, además de llenarlas de extranjerismos, pretendiendo con ello, quizá, justificar los elevadísimos precios de los platos.
En ocasiones, en esa búsqueda de lo original, caen en el error de usar palabras con un sentido que no es el más apropiado en español, como en el caso de salvaje en nombres de este tipo: cupcakes de fresas salvajes con coulis de kiwi. Olvida, quién califica así a las fresas, que nuestra lengua sólo son salvajes los animales no domesticados, y que al hablar de determinados productos agrícolas lo conveniente es usar el adjetivo silvestre.
martes, 19 de septiembre de 2017
Topónimos olvidados.
Buscando en las hemerotecas podemos encontrarnos con la noticia de la reunión que celebraron el presidente del Gobierno español y el primer ministro portugués en la isla de Madeira. También leeremos sobre la violenta reacción de los musulmanes de Bangladesh ante la destrucción de una mezquita en la India. Y sobre las declaraciones que hacen los políticos turcos en Ankara sobre la deseada entrada de su país en la Unión Europea. Al informarnos sobre la guerra de los Estados Unidos contra el régimen talibán en Afganistán, los medios de comunicación hacían constantes referencias a los pastunes. En las referencias de Libia y el embargo aéreo a que estuvo sometida, siempre salía a relucir el aeropuerto tunecino de la Isla de Yerba (a veces escrito Jerba o Djerba) que es el más cercano a Trípoli. De ese mismo país, Libia, se habló mucho cuando los aviones estadounidenses sobrevolaron el golfo de Sirte y violaron el espacio aéreo libio. En Marraquesh se celebró un congreso sobre Al Ándalus al que asistieron estudiosos europeos y marroquíes. Es muy probable que si en las noticias comentadas en el párrafo anterior los redactores hubieran optado por usar los nombres (tradicionales) españoles de esos topónimos o gentilicios, muchos lectores no hubiesen entendido bien de dónde se trataba. Veamos, la reunión de los gobernantes español y portugués fue en la isla de Madeira; los musulmanes se manifiestan en Bengala; los políticos turcos tienen su sede en Angora; la mayoría de los habitantes de Afganistán son patanes y hablan en patán; el aeropuerto tunecino más cercano a Libia es el de la isla de Gelves, y los norteamericanos sobrevolaron el golfo de Sidra, y la ciudad donde se ha celebrado el congreso sobre Al Ándalus es Marruecos.
Ciertamente debe de haber muy pocos hispanohablantes que aún llamen Madera a lo que en portugués se llama Madeira, aunque en las enciclopedias españolas aparezca con el nombre español y en algunas recetas de cocina aparezca como ingrediente el vino de Madera. Además, a nadie le extraña llamar Bangladesh a un país que antes se llamaba Pakistán Oriental, pero que en español siempre se llamó Bengala, y de ahí el tigre de Bengala y los tres lanceros bengalíes. Tampoco piensa nadie en que los gatos de Angora deben su nombre a lo que ahora nos empeñamos en llamar por su nombre turco, Ankara.
Llamar patanes a la mayoría de los afganos puede parecer políticamente incorrectos a quienes desconocen el nombre de esa etnia en español. Puede ser que el caso del golfo de Sidra aún pueda salvarse ya que en algunos medios de comunicación llaman así, en español, a Sirte. Y en cuanto al nombre de Marruecos, en español llamamos de esa forma a este país dándole el nombre de la que fue una de sus capitales. Así el imperio de Marruecos tenía su capital en la ciudad de Marruecos, a la que desde hace ya bastante tiempo (más o menos desde la década de 1930) nos hemos acostumbrado a llamar por su nombre en árabe adaptado a la fonética francesa: Marraquech.
Árabes, musulmanes, islámicos e islamistas
No debemos meter en el concepto de países árabes a Irán, Afganistán ni Turquía, cuando estos últimos lo único que tienen en común con los anteriores es su religión. Es erróneo afirmar cosas del tipo: la Unión Europea fomentará la cooperación con Irán y el resto del mundo árabe.
Árabe es el nombre de una lengua y de una cultura. Por eso llamamos mundo árabe al conjunto de países que comparten esa lengua u esa cultura, que se extiende desde Irak hasta Mauritania. Existe además la Liga Árabe, formada por Arabia Saudí, Argelia Bahréin, Catar, las Comoras, Egipto, los Emiratos Árabes Unidos, Irak, Jordania, Kuwait, Líbano, Libia, Marruecos, Mauritania, Omán, Palestina, Siria, Somalia, Sudán, Túnez, Yemen y Yibuti.
En Irán (antes Persia) no se habla árabe sino farsi o persa; en Afganistán la lengua mayoritaria es el pastún o patán, y la lengua de Turquía es el turco; y si bien el persa y el pastún forman parte de la misma familia lingüística (ambas son indoeuropeas), el turco (lengua uraloaltaica) no tiene ninguna relación con ellas, y tampoco existe relación entre estas tres y el árabe (lengua semítica). Lo único en común entre el persa, el pastún y el árabe es el alfabeto, que también se usó para el turco hasta principios del siglo XX.
La mayoría de los habitantes del mundo árabe, de Irán, de Afganistán y de Turquía son musulmanes, como también lo son la mayoría de los indonesios, casi todos los paquistaníes, millones de chinos y de indios, cientos de miles de yugoslavos (ahora croatas, serbios o montenegrinos), la mayoría de los albaneses, etc.
domingo, 17 de septiembre de 2017
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Los problemas relacionados con la traducción de topónimos se nos presentan sobre todo en el segundo grupo y son en su mayor parte producidos por el olvido, la falta de información o la tendencia al extrañamiento, al uso de voces extranjeras.
En cuanto a los problemas de transcripción o transliteración, se dan en el tercer grupo en los nombres de ciudades o países cuyas leguas no usan el alfabeto latino o son lenguas ágrafas.
Los problemas y dudas en cuanto a traducción y transcripción de topónimos también se presentan en los gentilicios aunque no siempre sucede así.
La ONU publica periódicamente una lista de los países pertenecientes a la organización. En esa lista aparecen los nombre de los países en las seis lenguas oficiales de la ONU: Inglés, francés, español, chino, ruso y árabe, y es la lista oficial, pero en ella no se respetan algunos topónimos tradicionales en español. La Oficina de Publicaciones de la Unión Europea incluye una lista de Estados, territorios y monedas en su libro de estilo interinstitucional; en ella sí se tiene en cuenta la forma tradicional en español de los nombres de los países del mundo.
Además, en la última edición de la Ortografía de la lengua española de la RAE y la Asociación de Academias de la Lengua Española (diciembre 2010) hay una lista de topónimos y gentilicios en la que se proponen algunas simplificaciones que conviene tener en cuenta.
Surgieron una gran cantidad de dudas toponímicas y de gentilicios con la desmembración de la Unión Soviética y de Yugoslavia. De pronto comenzaron a ser noticia pequeñas repúblicas hasta entonces desconocidas para nosotros, y los nombres de sus capitales y de sus habitantes.
Con la Guerra del Golfo hubo que revisar también la toponimias y revisar los nombres de los países implicados y de las ciudades que sufrieron sus consecuencias. La gran cantidad de noticias relativas a esa guerra hizo necesario llegar a un acuerdo sobre las normas de transcripción del árabe, topónimos, gentilicios y nombres de personas de esa zona del mundo, con el fin de evitar la diversificación en las grafías, y buscar una transcripción fácil y adaptada a la fonética española.
Al estallar la guerra en Yugoslavia surgió el caso de Kosovo: no sabemos si ese nombre debe escribirse con tilde -Kósovo- o sin ella -Kosovo-, y lo mismo nos pasa con su capital: Prístina o Pristina. Lo más curioso es que en español y en otras lenguas hemos llamado kosovares a los habitantes de aquella región; quizás en otras lenguas eso no sea tan raro, pero en español son escasos los gentilicios terminados en ar, y lo más lógico habría sido llamarlos kosoveses o kosovenses, sin embargo, por alguna razón (quizás la culpa la tengan los medios de comunicación) no fue así.
Pero los problemas con los gentilicios no provienen siempre de países o ciudades lejanos y exóticos. Un o de los que aparecen con más frecuencia erróneamente usado, es el de los Estados Unidos de América, cuyos habitantes no deben ser llamados americanos, sino estadounidenses o norteamericanos.
sábado, 16 de septiembre de 2017
Publicación.
Me refiero a la tecnología, porque en las redes sociales: Facebook, twitter, whatsapp, instagram, YouTube, etc. Los usuarios sin quehacer productivo, se dedican a atacar al gobierno federal en turno, lo que merma el fervor patrio, porque la gente que oye, mira o lee estos ataques, cree ciegamente todo. Y simplemente se dedican a repetir lo mismo. Provocando además, el alejamiento de los ciudadanos de las plazas públicas de la cabecera municipal, impulsando al gobierno del nivel respectivo, a contratar artistas famosos, para que asista la población, lo que antes no se necesitaba. En los poblados, congregaciones y rancherías, se sigue dando, aunque en menor medida, ese fervor patrio, donde no se necesitan famosos para llenar las plazas o parques y se divierten con bailables de alumnos de los distintos grados escolares, poesías, juegos pirotécnicos, toritos, bandas o grupos musicales locales, a diferencia de las grandes ciudades.
Lo que es imperdible es el consumo inmoderado de alcohol, acompañando una deliciosa cena alusiva a la época, pozole (verde, rojo y blanco), enchiladas, chiles en nogada, empanadas, gorditas picadas, tostadas, garnachas, panuchos, pambazos, tacos dorados, etc. según el estado o región de nuestro país. Esto provoca, discusiones sin razón, peleas verbales y físicas, porque al calor de las copas, botes y botellas, aflora el equivocado orgullo nacionalista, terminando mal esas reuniones, sean familiares, o entre amistades y/o conocidos.
Esta es una fiesta nacional, la única y más importante que tenemos, por lo que debemos celebrarla con orgullo y gran fervor, pero sobretodo, es urgente reflexionar, en ¿qué estamos haciendo mal como individuo y en general, como país?, ¿por qué no hay las condiciones apropiadas para vivir mejor?, ¿por qué tenemos tantas carencias personales?, y otras interrogantes, que redundan en todos; ya lo he señalado en otras entregas y aunque parezca repetitivo, es necesario ir cambiando los vicios personales que todos tenemos, porque es lo que se transmite a nuestros descendientes y no tenemos la calidad moral ni humana, para pedirles hagan lo contrario, si nuestro ejemplo está pésimo.
Sólo buscamos el error del otro, para obtener una ventaja, material o económica, no respetamos casi nada, queremos ser siempre el primero en pasar, en llegar, en ganar, cuando la verdadera convivencia consiste en ambas partes, ganar-ganar, lo que se puede hacer, si todos contribuimos día a día con nuestro granito de arena. Esto debe ser el verdadero nacionalismo y desde luego, el orgullo de ser mexicanos, un cambio paulatino en nuestra manera individual, que trascienda a todo los rincones el mundo, donde seamos presentados como una nación normal, no como en la actualidad que servimos de mal ejemplo, y somos vistos como bichos raros y una especie diferente pero en el aspecto negativo.
Mientras tanto amable lector te invito a un nuevo renacer como nación, sacando con orgullo un grito fuerte, desde el corazón, porque hoy hay que festejar, celebrar y disfrutar de nuestra gastronomía nacional, solos, con la familia, con los amigos, con los vecinos, compañeros de trabajo, conocidos, con quien sea, pero que no pase desapercibido, pese a la realidad que vivimos, verdadera o inventada, hoy es el día oficial de todos.
¡¡¡Viva México!!!
viernes, 15 de septiembre de 2017
Ganador.
miércoles, 13 de septiembre de 2017
Porros y lexicógrafos.
Por poner un ejemplo, veamos cómo han sido tratadas en diferentes diccionarios este conjunto de palabras: cáñamo índico, grifa, kif, quif, hachís, marihuana y mariguana.
La penúltima edición (22a., del 2001) del DRAEL añade a hachís unas sustancias azucaradas o aromáticas que son extrañas para quien conozca esa droga. Además, identifica plenamente hachís, siguiendo el mal ejemplo del DRAEL y se empeña en incluir otros productos en la elaboración del hachís. Sin embargo, si está muy acertado, en cambio, al explicar que grifa es la marihuana marroquí.
Por su parte, el muy reputado Diccionario de uso del español de María Moliner, del que usamos la última edición aparecida en el 2007, falla con el kif y el quif al equipararlo con el hachís, drogas, ambas, de origen marroquí, pero muy distintas en su elaboración y en la forma de fumarlas.
Otro buen diccionario, el más recomendable (junto con el DRAE y el Clave), es el diccionario general de la lengua española vox (anteriormente titulado diccionario del uso del español de América y de España Vox). Tampoco acierta, al cien por cien, en cuestiones de drogas derivadas del cannabis porque falla estrepitosamente en la consideración de que cáñamo índico, hachís y marihuana son sinónimos, dando la misma definición para hachís y marihuana, en la que además incluye esas misteriosas sustancias aromáticas y azucaradas que ya habíamos visto antes en otros diccionarios y que nos quedaremos con las ganas de saber dónde salieron. Pero lo más alucinante es afirmar que la marihuana tiene propiedades alucinógenas...,
Y, por último, vemos que el tratamiento que da el Pequeño Larousse Ilustrado (edición del 2015) a esta lista de voces es tan correcto como el Diccionario de María Moliner. ¡Lástima que al definir grifa dijeran que es equivalente a hachís, y lástima también que al hablar del hachís dijeran que esa droga puede consumirse mascada!
Topónimos y gentilicios
En español podemos distinguir tres clases de topónimos a efectos de su escritura y pronunciación:
* Los nombres de uso tradicional y muy arraigado en español, que corresponden, en general, a países o lugares normalmente españoles, europeos o americanos y deben conservar su forma castellana.
* Losa nombres que, teniendo correspondencia en espalo, se reproducen en la prensa internacional y en los libros y revistas de turismo con las formas del país de origen, en ocasiones reclamadas por los respectivos gobiernos como rechazo de épocas coloniales.
* Los nombres que no tienen tradición en español, es decir, sin correspondencia castellana, y que no hay más remedio que transcribir hispanizando lasa grafías.
martes, 12 de septiembre de 2017
El lenguaje corporal
En 1967, el profesor Albert Mehrabian, de la UCLA, llevó a cabo dos estudios muy innovadores respecto a los mensajes con palabras y sin palabras. Estos demostraron que 55% del significado proviene de la postura, el gesto y las expresiones faciales de las personas; 38% proviene del timbre, el tono y la velocidad de la voz de una persona y el 7% de las palabras empleadas. Dicho de otra manera, más del 90% de la comunicación proviene de señales que no emplean palabras.
Desde entonces, las personas han debatido sobre el porcentaje exacto de esto, pero sin importar qué cifras resulten ser verdaderas, todas esta personas están de acuerdo en que la inmensa mayoría de la comunicación se lleva a cabo en silencio mediante el lenguaje corporal. El habla es una forma excelente de transmitir información. No obstante, son nuestros cuerpos los que transmiten nuestros estados de ánimo y sentimientos.
El profesor Mehrabian cree que los tres elementos de comunicación son el verbal, el vocal y el visual (las 3 Vs). Todas estas tres necesitan ser congruentes con el mensaje para creerse. Por ejemplo, si alguien dice, me agradas, pero establece poco contacto con los ojos y no tiene entusiasmo en su voz, la persona que escucha esas palabras confiará en los aspectos de la comunicación que no son verbales, en lugar de las palabras.
Infortunadamente, las conclusiones del profesor Mehrabian han sido malinterpretadas por personas que pensaron que los porcentajes se relacionaban a todas las comunicaciones interpersonales. Es importante recordar que el profesor Mehrabian no afirmaba que estos porcentajes eran válidos en todas las comunicaciones de persona a persona. Sus experimentos investigaron las comunicaciones que implicaban sentimientos y actitudes.
La mayoría de las personas va por la vida completamente inconsciente de la información silenciosa que recibe y envía todos los días. Se ha comprobado que las personas con más éxito en cualquier área son aquellas con mayor capacidad de captar e interpretar las señales ocultas que todos revelan a los demás de manera inconsciente.
Algunas personas tienen una habilidad natural para conseguir identificase con los demás. Nelson Mandela (el estadista y promotor de la campaña contra la segregación racial y expresidente de Sudáfrica), era un ejemplo sorprendente. Durante sus más de 20 años en prisión, un gran número de sus guardianes se convirtieron en buenos amigos suyos debido a su carisma y su capacidad de identificarse con los demás. Nelson Mandela se mantuvo en contacto con tres de ellos después de que fue excarcelado. La identificación entre dos personas es un entendimiento mutuo, armonioso y empático. Cuando utilizas el lenguaje corporal de forma apropiada la identificación ocurre de manera natural.
lunes, 11 de septiembre de 2017
Sándwiches y lexicógrafos.
Hay casos en los que encontramos esa vocación transnacional: El diccionario de la R.A.E., redactado y editado por esta institución por encargo con la colaboración) de todas las academias de la lengua española de los países hispanos. El diccionario clave (de uso del español actual), donde podemos encontrar muchos usos americanos del español. Y el diccionario general vox (anteriormente titulado diccionario de uso del español de América y España).
Pero en ninguno de los tres casos, los lexicógrafos tuvieron la suficiente información como para definir la voz sándwich ateniéndose a su uso por más de 460 millones de hablantes. Veamos cómo nos explican el significado de esa palabra.
DRAE: Emparedado hecho con dos rebanadas de pan de molde entre lasa que se coloca jamón, queso, embutido, vegetales u otros alimentos.
Clave: Bocadillo elaborado con dos rebanadas de pan de molde; emparedado. (En zonas del español meridional, bocadillo).
DGVOX: Especie de bocadillo hecho con dos o más rebanadas de pan de molde entre las que se pone algún tipo de alimento; se puede tomar frío o caliente.
En los tres casos caen en el error de definir esa palabra teniendo en cuenta únicamente su significado en español de España y de México, países donde, en efecto, el sándwich es un emparedado hecho con pan de molde (también llamado pan de caja, pan inglés...), y de donde si el emparedado se hace con otro tipo de pan recibe el nombre de bocadillo (en España) o torta (en México). Y también es grave error incluir en la definición la palabra bocadillo (aparece en el clave y en el DGVOX) sin tener en cuenta que esa voz solo tiene ese significado en el español de España, de tal forma que quien consulte el diccionario, si no es español, tendrá que buscar también bocadillo.
Hay que buscar sándwich en un diccionario redactado en América, en este caso en México, para encontrar una definición en la que no aparezca el dichoso pan de molde: ven el diccionario Enriquezca su vocabulario, editado por Reader´s Digest, dice que se trata de un bocadillo hecho generalmente con jamón y queso, y algún aderezo, entre dos rebanadas de pan; emparedado.
No aparece el pan de molde, pero nuestra alegría por esa desaparición se esfuma cuando nos indican que los sándwiches son generalmente de jamón y queso, y cuando vemos aparecer otra vez la palabra bocadillo en la definición. ¿Qué pasó? pues que ese dicción ario, cuya edición original es mexicana, sufrió (nunca mejor dicho) una revisión para adaptarlo al español de España... De ahí el jamón y el queso y el bocadillo.
¿Qué es lo que falla? Pues que desde la Argentina hasta Guatemala, pasando por las Antillas y los E. U., los ´sándwiches no son necesariamente con pan de molde, sino que se pueden hacer con cualquier tipo de pan, es decir, lo que en España se llama bocadillo en el resto de los países hispanohablantes se llama sándwich, sea con el pan que sea. Y esos sándwiches no tienen por qué ser generalmente de jamón y queso, y en su definición no tiene por que usarse la palabra bocadillo; basta con emplear la voz emparedado.
También deberían recoger los diccionarios (el clave lo hace en parte) las diferentes formas que la palabra inglesa sándwich ha adoptado en algunos países hispanos:´sánduche, sángüiche, sángüich...
Pero a veces quienes usamos los diccionarios podemos llevarnos pequeñas alegrías, y eso ocurre si consultamos en el Pequeño Larousse Ilustrado, donde la definición de sándwich es esta: Panecillo o trozo de pan cortado a lo largo relleno de alimento. Emparedado. Bocadillo de pan inglés o de molde.
domingo, 10 de septiembre de 2017
Asequible y accesible.
Que un representante de la administración sea asequible no quiere decir que sea una persona encantadora y educada. Al contrario, esos profesionales pueden sentirse incómodos y molestos si alguien dice de ellos que son asequibles. Antes de afirmar que alguien es una persona muy asequible hay que asegurarse de ello, pues a nadie le agrada que lo califiquen de corrupto y fácil de comprar.
Es mejor no meterse en líos y usar el adjetivo adecuado: accesible que significa de fácil acceso o trato cuando se habla de personas.
Intratable
Las personas que no son tratables ni manejables son intratables, y también lo son los insociables o de genio áspero. De ahí que a muchos hispanohablantes nos cueste entender a los locutores de la vuelta ciclista a Francia, el Tour, cuando afirman que ese día Alberto Contador está intratable.
Tampoco caber en nuestra cabeza que en determinados partidos las tenistas norteamericanas Venus y Serena Williams se mostraran intratables para sus contrincantes.
¿Y que decir del simpático y sonriente motociclista español Marc Sánchez, de quien también se dijo muchas veces, cuando iba en cabeza de una carrera, que estaba intratable?
Porque si algo eran y son esos deportistas de élite no es precisamente insociables, de genio áspero, o de difícil trato, sino corteses, accesibles, amables, sonri8entes y de fácil trato. ¿No será que los locutores querían decir imbatibles?
Polisílabos
Debe quedar claro que no por ser más larga una palabra es más importante y que no por tener muchas sílabas una palabra es más culta. Pero, lamentablemente, para muchos hispanohablantes parece regir esa falta norma de que cuanto más larga mejor, y nos encontramos con cosas como éstas:
anteriormente: antes instrumentalizar: manejar
aperturización: apertura intencionalidad: intención
capacitado: capaz legalidad vigente: ley
clarificar: aclarar listado: lista
climatología: clima, tiempo llamamiento: llamada
colisionar: chocar marginalización: marginación
compartimentalizar: compartimentar marginalizar: marginar
complementar: completar metodología: método
con anterioridad: antes modalidad: modo, tipo
con posterioridad: después motivaciones: motivos
concretizar: concretar multiplicidad: muchos
conflictividad: conflicto numeración: número, cifra
conformar: formar obligatoriedad: obligación
confusionismo: confusión operativo: activo
conmocionar: conmover peligrosidad: peligro
contabilizar: contar personalizado: personal
continuado: continuo planificar: planear
contrastación: contraste posicionarse: situarse, colocarse
criminalidad: crimen posteriormente: después
criminalizar: incriminar potencialidad: potencia
culpabilizar: culpar presuposición: presupuesto
deficiencia: defecto problemática: problema
desvalorizar: devaluar proporcionalidad: proporción
diferenciado: diferente ralentizar: frenar
disponibilidad: disposición recepcionar: recibir
documentación: documentos reglamentación: regla
durabilidad: duración rigurosidad: rigor
ejemplarizante: ejemplar secretismo: secreto
ejemplificación: ejemplo seguimiento: control
ejercitar: ejercer señalización: señal
emotividad: emoción significatividad: significado
equipamiento: equipo sintomatología: síntomas
finalidad: fin sobredimensionamiento: exceso
finalización: final tecnologías: técnicas
fundamentar: fundar territorialidad: territorio
gratificante: grato tipología: tipo
honorabilidad: honor totalidad: todos
impetuosidad: ímpetu tramitación: trámite
imposibilitar: impedir utilización: uso
institucionalizar: instituir