martes, 31 de julio de 2018

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Los márgenes.
Volvamos con el método aditivo. Nos quedamos, unos 11 apartados atrás, con una mancha tipográfica y es hora de colocarla en un rectángulo de papel. Para esto hay muchos, muchísimos caminos, que van desde probar con hojas de papel recortadas hasta sacar la calculadora electrónica y practicar un poco de álgebra y trigonometría. Pero, antes, hablemos un poco de los márgenes, y lo primero que deberíamos discutir es para qué sirven y, de manera especial, para qué sirven los márgenes amplios. Las razones son muchas. Veamos:

En primer lugar, un documento sin márgenes es absurdo desde el punto de vista técnico, pero no vale la pena detenernos a explicar esto. El Héctor juicioso llegará a la misma conclusión tras pensar unos segundos en lo contrario. Los márgenes son una necesidad técnica para la manipulación, impresión, doblado y encuadernado; incluso, también para la lectura. Esas condiciones determinan unas medidas mínimas. En el diseño de documentos, la más relevante es el margen de lomo. Más adelante veremos por qué.

Hay otra razón técnica, que es disimular las oblicuidades accidentales de la tirada. Cuando los documentos se imprimían principalmente en prensas tipograficas, los papeles y los moldes podian soltarse y quedar un poco ladeados. Algo semejante sucede con las impresoras de bajo costo, que sujetan el papel de manera imprecisa. Es obvio que el defecto resulta mucho más notable a simple vista cuando los márgenes son estrechos. Lo normal, hoy, es imprimir en offset, una técnica que ha avanzado mucho en precisión; por lo tanto, esos accidentes son cada vez menos frecuentes.

En los tiempos de la proto imprenta los libros se entregaban a los clientes en forma de pilas de hojas sueltas. El comprador llevaba las hojas al encuadernador, y éste, después de plegar, alzar apilar y coser, refinaba los bordes del libro con una navaja. Con las hojas perfectamente emparejadas, encolaba las tapas. Décadas después, ese libro, ya maltrecho, debía encuadernarse de nuevo, así que el hijo de aquel encuadernador lo desbarataba, volvía a alzar los cuadernillos, los apilaba y los cosía, pero, por más esmero que pusiera en esos trabajos, los bordes de las hojas quedaban un poco disparejos y los refinaba una vez más.

lunes, 30 de julio de 2018

Aprende a decir las cosas con argumentos.


 
Mucha gente piensa que discutir es simplemente expresar sus prejuicios de una forma diferente. Por eso mucha gente cree que discutir es desagradable e inútil. De hecho, aunque las definiciones que nos brinda el diccionario de discutir (dicho de dos o más personas: examinar atenta y particularmente una materia) o (contender y alegar razones contra el parecer de alguien) no implican animadversión, el significado que popularmente se da a discutir se parece más a pelearse verbalmente. No es el significado que hoy quiero aclarar.

Lo es, dar argumentos, significa ofrecer una serie de razones o de pruebas para apoyar una conclusión. Argumentar no es simplemente afirmar un punto de vista. Implica un esfuerzo para apoyar un punto de vista con razones. Por ello, es esencial usar argumentos cuando se discute.

Discutir usando argumentos es esencial sobre todo porque constituye una manera de descubrir qué puntos de vista son superiores a otros. No todos los puntos de vista son igualmente válidos. Si aprendes a hacerlo de esta forma, encontrarás conclusiones que se apoyan en buenas razones, y otras que apenas se sostienen. ¿Cómo vas a distinguirlas?: ofreciendo argumentos para las diversas conclusiones y valorándolos para ver qué tan convincente es cada uno de ellos.

Tendiendo a ese sentido, un argumento es una forma de indagación. Filósofos y activistas han argumentado, por ejemplo, que las corridas de toros es un sacrificio hacia esta especie animal y que les produce un tremendo sufrimiento, que resulta injustificable e inmoral. ¿Tienen razón? No podemos decidirlo teniendo en cuenta solamente nuestros propios prejuicios. ¿Tenemos obligaciones morales hacia las otras especies, por ejemplo, o el sufrimiento sólo es malo cuando es humano? Esta y muchas más preguntas deben considerarse detenidamente, y las respuestas no están claras a primera vista.

Dar argumentos es esencial por otra razón. Una vez que hemos llegado a una conclusión que está bien sustentada, la explicamos y la defendemos con argumentos. Un buen argumento no se limita a repetir la conclusión, sino que ofrece razones y pruebas para que los demás juzguen por sí mismos. Si tu amable lector, estás convencido, por ejemplo, de que debemos cambiar la forma de la llamada fiesta brava, debes usar argumentos para explicar cómo llegaste a esa conclusión. Ésta es la forma en que convencerás a otros: ofreciendo pruebas y razones que te convencieron a ti. No es ningún error tener opiniones contundentes. El error es no tener nada más. Como sucede en la mayoría de las discusiones que vivimos u observamos, donde simplemente se da total crédito a lo que otros señalan (principalmente medios de información) y la mayor parte de la población, repite y aumenta situaciones sin detenerse a reflexionar o analizar, si así son las cosas.

Por regla general aprendemos a discutir afirmando. Es decir, se empieza por la conclusión (se externa un deseo, una opinión) sin ofrecer argumentos para apoyarla. A veces esta manera de actuar funciona, al menos en la etapa juvenil.

Dar verdaderos argumentos requiere tiempo y práctica. Reunir razones, formular conclusiones que sean proporcionales a las pruebas que se disponen, considerar las objeciones…  Éstas son destrezas que se adquieren con el tiempo, pero analizando, reflexionando y poniendo en duda todo lo que ves, escuchas o sabes. Se debe adquirir madurez, y no precisamente tiene que ver con ser mayores, sino con dejar de lado nuestros deseos y opiniones por un instante y pensar de verdad.

La enseñanza formal puede ayudarnos o no. Incluso la legislación (leyes, decretos, reglamentos, etcétera) tienen su espíritu, su historia del porqué se promulgó de esa manera, pero no siempre se cuenta con argumentos sólidos para probarlo y es la razón por la que existen tantas lagunas en las leyes federales o locales.

Practicar la argumentación tiene beneficios colaterales. La mente se vuelve más flexible, con menos prejuicios, más despierta. Al hacerlo de manera cotidiana o frecuente llegamos a apreciar la mejoría personal que nuestro pensamiento crítico puede llegar a representar. A lo largo de nuestra vida familiar, en la política, en la ciencia, en la filosofía e incluso en la religión se nos ofrecen constantemente argumentos para que los valoremos, y nosotros podemos responder ofreciendo nuestros argumentos propios. Piensa, estimado lector, en la argumentación como una forma de hacerse un lugar en esta dinámica dialéctica continua, y te aseguro que cuando lo hagas, apreciarás que no hay nada mejor que esto.

Analiza lo que lees, escuchas y ves.


 
Un día sí y al otro también, al leer los periódicos, ver y escuchar los noticiarios, nos enfrentamos con un tipo de discurso distinto. Y sin embargo, no tenemos tiempo para analizar su forma y contenido o simplemente no nos interesa y debería interesarnos. Si observamos con cuidado lo que nos comunica a diario, la dirección de esa comunicación y la intensidad con que sentimos su influencia, nos podríamos percatar de que muchas veces se afirman numerosos asuntos como positivos, pero al mismo tiempo se censuran considerables temas, unos triviales pero otros de gran importancia para el destino social. Cada vez este orden de cosas nos hace dudar, incluso sospechar, que detrás de todo esto existe algo más: la decisión de ocultar lo trascendente que se nos presenta vacío de contenido, en forma de espectáculo, y que a la vez corresponde a un tipo de lenguaje privado que se trata de preservar como territorio sagrado, a pesar de su intento de calificarse como de interés público.

La importancia de esta situación no se limita sólo al discurso de hoy, mañana y pasado. Cuando pasa el tiempo y volvemos de nuevo a revisar la memoria social que había quedado en la prensa escrita, revelamos hasta qué punto lo que en un momento nos pareció una verdad cuestionable, en otro nuevo instante, la narración que congeló la historia nos ayudó a percatarnos de que el lenguaje del poder persuasivo estaba presente en aquel y en este contexto. No obstante, rara vez son estos asuntos tema de reflexión popular. Para la mayoría de las personas, la lectura ingenua y a veces veloz de la prensa diaria es suficiente para estar bien informados, y luego hacer comentarios personales.

Mi objetivo con este comentario y en algunas oportunidades anteriores es invitarte amable lector a ir más allá de esa lectura superficial del discurso del poder, explorando no sólo su forma sino también su contenido. Lo que en apariencia constituye nada más que narraciones, para saber lo que acontece son, desde otro punto de vista, discursos ideológicos y muchas veces míticos que nos tratan de persuadir con una retórica trabajada, con cuidado consciente o inconsciente; ¿cómo podemos mirar más allá del discurso del poder para estudiar la manera como se nos convence y se nos manipula?, ¿qué perspectiva teórica es la más útil para analizar, de manera sistemática, la narrativa del poder? Estas y otras preguntas pueden contestarse si tuviéramos esa hambre de saber si lo que leemos, vemos o escuchamos tiene fundamentos y bases sólidas, si en verdad existen argumentos y lógica entre lo que sucedió y lo que otros dicen, porque hay una máxima que señala: la información, no es conocimiento y los lectores de noticias no necesariamente son personas dignas de fe, de lo contrario se genera el caos y una mayor desinformación que puede desencadenar en algo grave, de ahí la importancia de que analices, porque lo contrario se presta a la manipulación y el engaño.

La comunicación política fija una tendencia que los analistas tratan de determinar en forma sistemática y objetiva. La noticia en la prensa, como discurso del poder, forma parte de una cultura política del espectáculo. Siempre existe un lenguaje temático y manifiesto que sirve de base para conocer las frecuencias del discurso, que aparenta ser de interés público pero que realmente es un territorio privado casi inviolable, que dio origen a una matriz de opinión. Los mapas cognitivos nos relatan muchos aspectos que estaban detrás del escenario, y el estilo verbal nos sirve también para descubrir el lenguaje hegemónico.

En la práctica de la comunicación o uso del lenguaje que llamamos discurso, se construyen y reproducen las relaciones entre grupos, las identidades y los valores individuales y colectivos de una sociedad. Ésta práctica constituye una parte esencial de la producción de sentido común y normalidad, sin que las personas integrantes de la sociedad estén conscientes de la fundamentación ideológica interesada de ese sentido común y normal. El análisis del discurso se propone, entre otros fines, correr el velo para dejar a la vista esas perspectivas interesadas.

Lo anterior se aplica en particular, al discurso político, esto es, a la praxis comunicacional mediante la que se construyen, reproducen o cambian las relaciones de poder entre los actores políticos.

La política representa un campo de batalla semántica donde se ocupan sentidos y representaciones sociales con el fin de conquistar la hegemonía interpretativa respecto de los problemas sociales, cimentando así la hegemonía política de una particular e interesada visión del mundo.

Aquellos actores políticos que logren imponer su discurso como dominante o matriz de opinión tienen mayores facilidades de ganar apoyo, sumar adeptos y conquistar votos que les permiten implementar sus estrategias políticas. En otras palabras, el discurso político demarca el terreno de lo políticamente factible en momentos y contextos sociales determinados. Su estudio y análisis ayuda, en consecuencia, a descubrir los procesos visibles y encubiertos que constituyen y determinan las relaciones de poder en una sociedad.

Así que amable lector, si estás interesado en ir más allá, o como dicen leer entre líneas, debes tomarte un espacio de tiempo para desmenuzar los temas que en verdad te interesan, lo demás, solo léelo, velo, escúchalo y deséchalo. Pero no cometas el error de repetir algo de lo que no estés seguro sea verdad.    

domingo, 29 de julio de 2018

Publicación.

Rusia y el futbol…
Rusia, en su mundial, rompió con una tradición de amarguras, sus triunfos y, por ende, calificación a octavos de final, hizo recordar los ya lejanos mundiales de la segunda mitad del siglo XX, cuando la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) era un equipo de temer.
 
El poderío de la hoz y el martillo no fue producto de la casualidad, sino de una férrea política de Estado en la que el deporte era un vehículo para demostrar la superioridad del modo de producción comunista frente a las economías capitalistas.
 
Al comenzar el campeonato, Rusia ocupaba el último lugar de la cadena alimenticia del futbol. El depredador soviético se había quedado sin dientes. Este año, la Selección rusa llegó a su propia Copa del Mundo en el lugar 70 del ranking de la FIFA, por debajo de países como Panamá o Nigeria. Las viejas glorias de aquella maquinaria roja que lideró Lev Yashin y que obtuvo el cuarto lugar en Inglaterra 1966 apenas permiten avizorar un posible retorno a la grandeza.
 
Entre 1920 y 1940, la liga soviética impuso reglas poco ortodoxas. En una clara analogía a la noción comunista del trabajo, se estableció que el campeón no sería el equipo que obtuviera más victorias o más puntos, sino aquél que disputara la mayor cantidad de partidos y que incluyera a sus jugadores en labores comunitarias. La gente siempre tenía dos clubes campeones: el “oficial” y el “verdadero”, que usualmente se definía por medio de los cálculos que hacían los propios aficionados y su coronación se celebraba en secreto para no levantar sospechas de complot ante el servicio secreto.
 
Según la historia, durante toda la era soviética los clubes fueron propiedades estatales. En la nación de los gulags y los trabajos forzados ganar no era lo más importante: el triunfo era visto como un estereotipo capitalista. Los futbolistas más reconocidos a menudo eran los que ejercían labores políticas o los que practicaban otros deportes.
 
Lev Yashin se inició como portero del equipo de hockey de la fábrica de herramientas para la que trabajó durante la Segunda Guerra Mundial. En vida fue condecorado con la Orden de Lenin y la Orden Bandera Roja, dos de las distinciones más importantes del gobierno soviético.
 
Con los enormes avances en medicina científica y los amplios presupuestos en materia deportiva, el régimen socialista granjeó la mejor época del futbol ruso. Los deportistas no cobraban por practicar una disciplina, pues sus gastos eran cubiertos por sus sindicatos para que ellos pudieran dedicarse de lleno al alto rendimiento. El deporte era un proceso educativo y social de largo plazo, un sistema de scouting en el que había más contacto con la comunidad.
 
El objetivo del presidente Vladimir Putin al aceptar la organización del Mundial de 2018 nunca fue deportivo, sino político.

Entre los planes del ex agente de la KGB y actual cinta negra en judo nunca figuró la idea de fabricar una selección de altos vuelos. Sí, en cambio, hubo la intención de enviar un mensaje entre líneas a los líderes occidentales: Rusia ya no es la Unión Soviética, tampoco se adherirá a todos los acuerdos internacionales, pero aun así es capaz de organizar la gran fiesta del futbol bajo las reglas capitalistas.
 
Poco le importó a Putin que la Liga Premier rusa sea una de las competencias que menos dinero produce en Europa. Sus ingresos alcanzan apenas los 705 millones de euros por temporada, casi la misma cantidad que genera el Manchester United en Inglaterra en el mismo periodo de tiempo.
 
Si antes el futbol ruso era materia de Estado y reflejo de la disciplina del régimen comunista, hoy es un deporte frágil que todavía sufre los embates de la disolución de la URSS, ocurrida en diciembre de 1991.
 
Mientras que de 1958 a 1990 los soviéticos clasificaron a siete de los nueve Mundiales que se celebraron y fueron una potencia temible a la par de Brasil, Alemania o Italia, a partir de la caída de los muros Rusia sólo ha clasificado a tres de los recientes seis Mundiales que se han organizado, el último no cuenta porque el país sede clasifica en automático.
 
Cuando la URSS llegó a su fin, el sistema de juego y el talento de los jugadores quedaron repartidos en 15 países, como Estonia, Lituania, Ucrania o Bielorrusia.
 
Rusia es un Estado multiétnico, pero no ha sabido traducir su diversidad cultural al futbol. La disolución de la URSS provocó que hubiera menos capacidad de selección de jugadores. Se perdió el alto grado de organización que tanto caracterizó al régimen y que siempre se reflejó en el deporte. El futbol fue uno de los medios que utilizaron los sistemas socialistas para demostrar su superioridad frente a los países capitalistas.
 
La inauguración de la gran fiesta del futbol estuvo marcada por la ausencia de los principales líderes de Occidente. Ninguno de los cuatro grandes –Inglaterra, Alemania, Estados Unidos y Francia—asistió a la ceremonia de inauguración en Moscú.
 
Es posible que ni siquiera hayan sido invitados. Tomando en cuenta que Rusia 2018 fue la fiesta de Vladimir Putin. Un festejo de Rusia para los rusos. Lo mismo sucedió en la clausura, donde tuvieron que asistir los presidentes de Francia y Croacia, porque sus naciones disputaron la gran final, y era necesaria su presencia.
 
Detrás de la Copa del Mundo hay un interés por parte del gobierno ruso de demostrar que ya son pocos los vestigios que quedan de la era soviética. Pero es innegable que aún existen vicios políticos del régimen comunista, como la falta de rendición de cuentas, el burocratismo y la corrupción.
 
De la era Rómanov a la de Putin, Rusia está acostumbrada a la mano dura de sus gobiernos. Y esto se debe, a su orografía: al carecer de defensas naturales, ha sido invadida por mongoles, polacos, suecos, franceses y alemanes. Esta indefensión ha provocado que la sociedad rusa necesite una figura autoritaria que mantenga al margen a los enemigos.
 
Las decadentes economías occidentales repudian a Putin, pero en realidad él es el hombre que necesita Rusia en estos momentos, alguien que imponga autoridad dentro y fuera del país, pero que al mismo tiempo sea capaz de brindarle al mundo la imagen de una Rusia renovada.
 
Independientemente de todo lo anterior, la vigésima primera Copa del Mundo de futbol, Rusia 2018, ha sido la mejor en organización, cordialidad de su gente, control y mercadotecnia de negocios.

sábado, 28 de julio de 2018

El delincuente sexual.


Es evidente que no pueden estudiarse ni comprenderse los delitos del tipo sexual, sino se parte de un mínimo de conocimientos sobre lo que significa la sexualidad en la conducta de todo individuo.

La experiencia señala que así como en las otras formas de criminalidad, en la sexual se encuentran algunos delitos, por ejemplo, conducta de exhibicionismo y algunas conductas de violencia de naturaleza ocasional. Se trata de delitos que pueden ser cometidos por individuos que por su conducta habitual pueden considerarse adaptados, y la dinámica de esa conducta está ligada a una momentánea exaltación erótica que viene a desarrollarse generalmente bajo la influencia de condiciones ambientales particulares, de leves estados de intoxicación (solamente alcohol), de la lectura de impresos pornográficos o películas con contenido erótico sexual, etc.

En la dinámica de las conductas sexuales se encuentran dos elementos de importancia: la particular sexualidad individual y el comportamiento de la víctima.

Para muchos investigadores, cronistas o periodistas en este tipo de conducta se puede observar con mayor amplitud la actuación de la víctima, como valor determinante de la conducta delictiva.

Algunas de estas conductas delictivas son:

Violación. Es la relación sexual impuesta y consumada con violencia, en la cual la víctima es forzada a realizarla. Por lo general este tipo se delitos se dan más en las zonas rurales o urbanas pequeñas.

Las modalidades de la conducta de violación varían mucho, según el agresor y las circunstancias que lo rodean. En ocasiones se trata de la llamada violación clásica: conducta primitivamente agresiva. Existen violaciones particularmente sádicas. En estos casos el estudio de la conducta revela que la satisfacción ha sido producida por la experiencia de la agresión violenta y sádica sobre el cuerpo de la víctima que por la significación genital de la conducta, algunos individuos se complacen sin llegar a la violación en herir a la mujer, golpearla o incluso, matarla.

Es homicidio es a veces expresión de una sexualidad anómala, ya que sólo a través de él consiguen el orgasmo ciertos individuos. Hay que distinguir este homicidio del perpetrado durante La violación y que está dirigido a vencer la resistencia de la víctima o impedir que llame la atención. Como son los casos de los homicidios de pequeños menores de edad.

Entre las denuncias que llegan a la policía y cuyos casos conocemos por los medios de comunicación, y las sentencias que realmente se dictan existe una amplia diferencia numérica. Esta llamativa discrepancia descansa en las considerables dificultades de esclarecimiento al problema de si la víctima ha opuesto realmente una verdadera resistencia.

En otros casos la denuncia de la víctima está motivada por el rechazo y el abandono del seductor. También se observan denuncias presentadas por mujeres histéricas.

Normalmente este tipo de individuos que las cometen solo pueden superar su vivencia de sentimientos de inferioridad violando hasta a su pareja, otros deben agredir sexualmente a la mujer de otros individuos, incluso, sin conocerlas.

Asimismo, un dato significativo en los aspectos de personalidad de los violadores, es la marcada identificación homosexual que presentan, principalmente en la conducta de violación tumultuaria o por grupos.

Incesto. Es la relación sexual entre parientes consanguíneos (es decir, de sangre). Las madres son las principales culpables, por alejar de su lado a las hijas, incluso hasta dejarlas abandonadas con el padre y éstas ante la necesidad de afecto y cariño se refugian en el padre, a tal grado que llegan a cometer este acto.

Los padres incestuosos generalmente, han pertenecido a familias numerosas o incluso, han pasado por instituciones de menores, su nivel intelectual es muy bajo, su actividad no es técnica, realizan tareas de campo, sin embargo sus relaciones interpersonales son estables.

Asimismo, la ingesta de alcohol, la falta de actividad sexual con la esposa, por enfermedad, por estar ya grande, ya no le agrada al marido, etcétera, sumado a lo anterior deviene en esa conducta, afortunadamente, ya menos común, por la apertura que hoy en día existe, pero que sigue dándose.

Este delito está muchas veces relacionado con el infanticidio. Porque cuando la hija se embaraza y tiene un bebe, el padre lo mata para ocultar la relación. Aunque actualmente es más frecuente que los padres se hagan cargo registrándolo a su nombre, del hijo, de la hija para librarlas del escarnio público por salir embarazada y abandonada.

El incesto madre-hijo es más raro de encontrar, así como el de hermano-hermana, aunque muchas veces este sea disimulado.

No cabe duda que los seres humanos estamos llenos de patologías que derivan muchas veces en delitos graves, y si uno observa a las personas no se imagina lo que ocurre en su cabeza, como dicen, cada cabeza es un mundo y es algo totalmente cierto, y muchas veces es difícil lidiar con lo correcto y lo conveniente, se necesita mucho valor para no caer en las redes de lo incorrecto.

El árbol de los amigos.



Existen personas en nuestras vidas que nos hacen felices por la simple casualidad de haberse cruzado en nuestro camino.
Algunas recorren el camino a nuestro lado, viendo muchas lunas pasar y hay otras que apenas vemos entre un paso y otro. A todas las llamamos amigos y hay muchas clases de ellos.
Tal vez cada hoja de un árbol caracteriza uno de nuestros amigos. El primero que nace del brote es nuestro amigo papa y nuestra amiga mama, que nos muestran lo que es la vida. Después vienen los amigos
hermanos, con quienes dividimos nuestro espacio para que puedan florecer como nosotros y luego pasamos a conocer a toda la familia de hojas a quienes respetamos y deseamos el bien.
Mas el destino nos presenta a otros amigos, los cuales no sabíamos que irían a cruzarse en nuestro camino. A muchos de ellos los denominamos amigos del alma y del corazón. Son sinceros, son verdaderos. Saben cuándo no estamos bien, saben lo que nos hace feliz y lo que necesitamos sin que se lo pidamos.
A veces uno de esos amigos del alma estalla en nuestro corazón y entonces nos hemos enamorado y tenemos un amigo enamorado. Ese amigo da brillo a nuestros ojos, música a nuestros labios, saltos
a
nuestros pies.
Más también hay de aquellos amigos por un tiempo, tal vez unas vacaciones o unos días o unas horas. Ellos acostumbran a colocar muchas sonrisas en nuestro rostro, durante el tiempo que estamos cerca.
También hay amigos distantes, aquellos que están en la punta de las ramas y que cuando el viento sopla siempre aparecen entre una hoja y otra y aunque no los vemos seguido están siempre cerca en nuestro corazón.
El tiempo pasa, el verano se va, el otoño se aproxima y perdemos algunas de nuestras hojas, algunas nacen en otro verano y otras permanecen por muchas estaciones. Pero lo que nos deja más felices es que las que cayeron continúan cerca, alimentando nuestra raíz con alegría. Son recuerdos de momentos maravillosos de cuando se cruzaron en nuestras vidas.
Cada persona que pasa en nuestra vida es única y siempre, siempre, deja un poco de sí y se lleva un poco de nosotros.
Te deseo, hoja de mi árbol, paz, amor y salud, hoy y siempre.
Sin embargo, habrá también los que se llevarán mucho y, habrá de los que no nos dejaran casi nada. Esta es la situación en la que se comprueba que dos almas no se encuentran por casualidad.

GRACIAS A TODAS LAS HOJITAS QUE HAN HECHO FRONDOSO MI ÁRBOL.

Educación financiera a la mexicana.

Un nuevo año está comenzando, y todos cada ciclo que transcurre, por lógica debemos ser más maduros, más sabios y sobretodo más experimentados, sin embargo, lo lógico no siempre es factible en un mundo (país) lleno de mitos, tabúes, traumas e ignorancia.

La educación en el país, cada día es más deficiente, pero aún cuando fuera de calidad, no hay una materia o por lo menos, algún curso o clases esporádicas que enseñe a las nuevas generaciones, educación financiera, esta es, la principal causa del retraso económico de los mexicanos.

El gobierno, no incrementa el número de pobres en México, ni en ningún país del orbe, la función principal de un gobierno federal, estatal o municipal (que son los niveles que tenemos), es la de brindar herramientas a los habitantes, pero tampoco es pretexto, que por la falta de capacidad de los gobernantes, el individuo va a depender siempre en todo y para todo del gobierno y sus políticos, muchas veces estos parásitos encumbrados que han sabido reptar y moverse para vivir con lujos del erario público, sin tener la mínima idea de cómo manejar un área, una dependencia, un municipio, un estado o, incluso un país.

Sin embargo, aunque la educación (del tipo que sea, básica, media y superior) sea deficiente, es obligación del estudiante o incluso profesional, de cualquier materia o área escolar, buscar otra forma, mediante la investigación, de complementar sus estudios que en las aulas no pudo hacer. Lo que sí es un problema, es la falta de unas lecciones, someras quizás, pero que den la pauta al estudio e investigación de la educación financiera.

Esto, se refleja en gastos innecesarios que, aunque para algunos no representan mucho, al hacerlo de manera semanal, quincenal, mensual, bimestral, semestral o anual, si representan un déficit en el presupuesto familiar.

¿A que me refiero con esto?, a los famosos seguros, compañías principalmente extranjeras (Metlife, ING, AXA, Quálitas, etcétera), nos ofrecen seguros para casi todo; de vida, para enfermedades, para auto, de desempleo, estudios (hasta el gobierno, lleva un porcentaje de ganancia, porque el año que recién terminó, nos obliga a tener un seguro de automóvil para los modelos 2012 al actual y ahora a partir de este año, se amplia a los modelos 2008 hasta el 2015, en caso de transitar en las carreteras federales –libres o de cuota— de lo contrario, en caso de revisión, el que no lo tenga contratado se hará acreedor a una multa administrativa, doble negocio gubernamental), y sinceramente, son gastos innecesarios, porque te atas a un espejismo que al final, en caso de un percance, terminas pagando tú, entonces, cual ahorro, ganancia o seguridad, ninguna.

Si eres parte de este club de compradores de seguros o conoces a alguien que lo es, te habrás dado cuenta que, aun cuando sea contratado con amplia cobertura, tienes que hacer un pago, que los oferentes, llaman deducible y ese deducible, es el que al final viene cubriendo el daño ocasionado. Por citar un ejemplo, si te chocan en una puerta del auto, los del seguro, dicen que debe cambiarse toda y el deducible que tú entregas, está elevado, para que al final, no hagan el cambio de la puerta y muchas veces, no hagan un trabajo limpio, sino que se nota el arreglo, o en el caso de un seguro de gastos médicos mayores, si es producto de un accidente, aparte de que no te cubren la totalidad, se van en contra del que lo provocó y es quien viene cubriendo el porcentaje, aunque ellos si cobran el total o incluso más, pero en caso de un litigio jurídico pueden transcurrir años para que recibas esa parte o de plano jamás recibirla. Lo mismo sucede con cualquier otro seguro. Los extranjeros este tipo de servicios, pocos los adquieren, porque ellos si cuentan con educación financiera.

Otra forma de quitarnos el dinero, es la adquisición de servicios y productos bancarios, donde la gente prefiere pagar cada mes y evitar ir a las sucursales bancarias, y así hay tantas maneras de ir manteniendo a los bancos, aseguradoras y grandes compañías que ofrecen, la luna y las estrellas, pero cuando se necesita, no es lo que ofrecieron. Sin embargo, la mayoría de la gente no alcanza a comprender esto, porque les falta una lección de educación financiera, que les permita cuidar mejor su dinero que tanto esfuerzo les cuesta obtener y con falsos perjuicios e ignorancia dilapidan todos los días. Todo esto, sin contar con las compras a crédito, donde terminas pagando el doble o triple del precio original o la solicitud de préstamos en cooperativas o cajas de ahorro, donde te endeudas por años y te privas de cosas necesarias por algo innecesario.

Por eso amable lector, ya que esta materia es difícil que algún secretario de educación, del nivel de gobierno que sea, la implemente en cualquier nivel escolar, analiza la forma en que el dinero ganado con sacrificios se esfuma de tus manos y con eso, evita preguntarte, ¿Si no recuerdo haber realizado determinada compra, en que lo gasté?

La educación a la mexicana.


 
Resulta contradictorio vivir en un país donde un gran porcentaje del dinero público está destinado a la educación y darse cuenta, cotidianamente, cuanta ignorancia existe en la población.

Antaño, los profesores realmente llegaban a ser maestros (te recuerdo amable lector, que la maestría es un grado académico, por lo cual lo correcto es decirle a un docente, profesor y los que sí tienen estudios, en toda su documentación así lo indica), sin embargo, en la antigüedad, se manejaba que aquel que llegaba a dominar su profesión, arte u oficio, que lo hacía con amor, cariño, con pasión, disciplina, por el tiempo de desempeño, por su edad, podía ser reconocido, no de manera oficial, sino de forma cariñosa, como maestro. Sin embargo, en nuestro país la ignorancia hace que se cambien, los significados y sentidos reales a las palabras, profesiones, frases y lo que vaya surgiendo, lo que se ha transformado en costumbre, dejando atrás lo correcto y el buen decir.

Vivimos en el país donde los médicos son doctores, cuando el doctorado es igual, un grado académico que pocos, muy pocos mexicanos en la actualidad, ostentan, y lo que es peor, los propios médicos, sabiendo que su denominación es incorrecta, porque, los que la tienen, su acreditación oficial en ningún documento señala que sean doctores, sino médicos y ellos en su ignorancia, confunden a los enfermos autonombrándose así, recuerda amable lector, que la ignorancia no se extingue con el sólo hecho de saber leer y escribir u ostentar un título universitario, esa es otra falacia de la población.

En algunos estados, al albañil, plomero, electricista, mecánico, etcétera, se les dice maestro, pero también es cierto que en otros, menos cerrados, los llamamos maistros, lo que hace el cambio de una letra ¿Verdad?, porque así ya no estás denigrando al que buscó un  grado académico superior. Incluso hay unos pasquines que se venden en los puestos de revistas de manera esporádica que así se llaman, los maistros… pero mucha gente no lo entiende y critican a la editorial, porque, está mal, cuando los equivocados son ellos.

Lo mismo sucede con el término Licenciado, al oírlo, verlo o decirlo, la mayoría lo asocia con los abogados, porque no conocen que dicha palabra, sirve para designar a cualquier egresado universitario, incluso el ingeniero…, arquitecto, sicólogo, etc. su grado académico es de licenciatura. La mayoría, el título, cédula profesional y cualquier documento oficial los reconocen como licenciados (licenciado en Derecho, licenciado en Sicología, licenciado en Administración de Empresas, licenciado en X o Y, por lo que en estricto orden ascendente, estos son los grados académicos en México: prescolar (ahora constitucionalmente, son obligatorios 3 grados, es decir pueden y deben ingresar a partir de los 3 años, porque esto los ayuda a ir madurando y también para mover más la economía, uniformes, útiles escolares, etc.), primaria (6 grados), secundaria (3 grados), bachillerato (6 semestres), licenciatura (varía según la carrera y universidad, de 8, 9 o 10 semestres), especialidad (varían términos), maestría (varían términos) y doctorado (varían también), aquí encontramos otra idea equivocada, la gente dice o pregunta que están, van en tal año, por favor amable lector, revisa las boletas escolares, dicen  grados, no primer, segundo, etc. año.

Hasta aquí ya desmenucé los grados escolares, sin embargo, es muy común, oír, incluso leer, palabras que de manera incorrecta las inician con A, la más común, acompleto, acompleta, acompletar, y derivaciones, o terminar otras con S al final, de manera indebida: vistes, supistes, leístes, creístes, aparecistes, etc., asimismo, cambiar una letra intermedia por otra, tales como ibanos, andabanos, ingeñero, haiga, etcétera. Agregar letras de más, como en diferiencia, indeminización, bellia, etc., anteponen el sí o no a las preguntas (si tiene X o Y, no está fulano, etc.), hablar en pasado, estando en el presente, tal como sería, venía, quería, etc. (en lugar de es, vengo, quiero, etc.), confundir el ancho con el grueso, largo y corto, cerca y lejos, (¿recuerdan Plaza Sésamo?) etc., cambiar la última letra, principalmente la O por U, escuchen a Vicente Fernández en muchas de sus canciones, a Emmanuel, y otros cantantes que entonan incorrectamente las palabras, sin embargo, el pueblo al oírlos y por la fama mal entendida, van repitiendo mal, porque creen que es correcto y lo peor, que la gente se burla de quien lo hace, pero no les dicen que están hablando mal, en muchos casos porque hacen caso a lo que dice el refrán: corrige al sabio y se hará tu amigo, corrige al ignorante (al necio) y se convertirá en tu enemigo.

También es muy frecuente, conocer lugares, escuelas o instituciones, no por su nombre original, sino por el nombre de la calle en la que se ubican y como dicen, la costumbre se convierte, para los ignorantes, en ley, sus hijos, nietos, bisnietos y demás generaciones crecen con esos errores de escritura y/o pronunciación, lo que vuelve más difícil modificar algo tan arraigado, amén de que las nuevas generaciones de profesores, se desempeñan más por condición que por vocación y mientras reciban su salario completo y mejor, no les importan los alumnos, salvo, como en todo, hay honrosas excepciones.

Todo esto, genera anarquía, apatía en los adultos (me refiero a todos los mayores de 18 años) porque, crecen sin que los corrijan (como en todo, hay excepciones), sin que les enseñen en su casa o en la escuela lo que es correcto, el respeto hacia los demás, hacia las leyes, personas, cosas, demás seres vivos, lo que conlleva a que las calles, no importa si es rancho, pueblo o ciudad, sean la mayoría de ocasiones, un caos, donde todos se creen con derechos únicos y los de los demás, no importan, dice un refrán, tu derecho termina, donde empieza el mío, sin embargo, vivimos en una sociedad carente de respeto, carente de cultura, carente de una verdadera educación, las leyes se deben aplicar a los demás, pero a mí no, porque yo no hago nada fuera de ella, decimos muchos, porque es tanta la ignorancia (por no decir, estupidez) que no vemos más allá de nosotros mismos, sentimos que las calles, escuelas, parques, áreas, son solo nuestras y actuamos con estulticia. Finalmente, otro error (de tantos) cometido por muchos, sea de pie o en auto, estorbamos el libre tránsito de los demás, y si nos pitan, piden permiso, o empujan, nos molestamos, entendemos mal el pedir permiso, pedir permiso, es hacerle saber al otro que está mal su conducta, que está parado donde no debe estar, no es una regla de cortesía, es una regla de educación que deben aprender para no volver a cometer X o Y error, sin embargo, pocos, muy pocos de verdad lo hacemos. Amigos, hagamos un recuento de nuestras acciones cotidianas realizadas y lo que esté mal, hay que cambiarlo. De verdad, siendo más conscientes, más educados vamos a vivir y convivir con mayor tranquilidad y a todos nos irá mejor.

 
La riqueza de un país es la educación y México, actualmente, es un país muy pobre. Irónicamente, cuando más presupuesto es destinado a este rubro.

miércoles, 25 de julio de 2018

La internet: su lado negativo.


 
Sin duda, son enormes los beneficios que se obtienen con el uso de la internet, diversos estudios, muestran cada vez más, las consecuencias negativas por el uso inmoderado, que desde temprana edad se está haciendo y la forma en que esto repercute en la salud, las relaciones sociales, la familia, amigos, etcétera, de quien la consume. Señales a las que deberíamos prestarles mayor atención y procurar en lo posible poner límites, sobre todo cuando de niños y adolescentes se trata para que aprendan a usarla de manera más responsable y cuando en verdad sea necesario.

Cada vez, hay más personas que están experimentando dolores musculares en espalda, cuello, hombros, brazos y sobretodo en las muñecas, por permanecer tanto tiempo sentados y con las manos en el teclado o teléfono inteligente. La vista cansada por trabajar tantas horas tan cerca de la pantalla, provoca que los ojos lloren, piquen, se vean las letras movidas y desenfocadas, se experimentan fuertes dolores de cabeza o cefaleas y los objetos lejanos se ven borrosos. Además de innumerables trastornos de la salud que pueden traer como consecuencia el uso excesivo, se mira el alto índice de obesidad infantil por muchas horas de sedentarismo que pasan los niños por estar sentados en los juegos, así como en los adultos.

A más uso de la internet, más ansias de repetición y más síntomas de adicción, sintiendo malestar y ansiedad en los momentos de desconexión, algo similar a lo que les ocurre a las personas adictas a las drogas cuando experimentan la abstinencia, favoreciéndose los trastornos obsesivos compulsivos y de déficit de atención e incluso algunas acciones sicóticas. Así mismo, la depresión Facebook se hace presente, cuando algunos jóvenes mentalmente débiles, desarrollan sentimientos de celos y envidia hacia aquellas personas que suben fotos de sus éxitos y que los hacen sentir más solos y con una más baja autoestima, corriendo el riesgo de experimentar ideas suicidas y en casos peores, llevarlas a cabo. O copiar los delitos, graves o no, que otros publican, sin saber si son veraces o no. Es muy común, que la sobrecarga de información, dificulta la capacidad de atención y de memoria a corto y largo plazo. El desvelarse, por estar pegados al monitor hasta la madrugada, genera bajo rendimiento físico e intelectual, estrés, cambios emocionales, de humor y se da una mayor dependencia hacia los demás.

Se da una pérdida en la capacidad de relacionarse con los demás, habiendo un desarrollo deficiente de ciertas habilidades de contacto, como la comunicación, el escuchar, la asertividad, el dar y el recibir, el amar, etcétera. Aísla a las personas de un mundo real a un mundo virtual, dándose de esta forma una ausencia física a cambio de una presencia online, donde se desensibilizan de los demás y se relacionan de manera superficial en una cultura que estimula la ostentación de popularidad.

Haciendo esto, se pierde privacidad de los datos personales, al dar un propio relato, nombres y apellidos con fotos íntimas y secretos a cambio del acceso y uso de una red social, donde el precio que se paga, es ceder textos, videos y fotos a otros, aceptando así el contrato y renunciando al control de la propia información, poniéndose en riesgo con personas enfermas, de cuestionada reputación y poco recomendables, que puedan robar las contraseñas y datos y suplantar fácilmente la identidad y falsear la suya.

Los estudiantes, en su mayoría, recurren a la internet para realizar sus tareas, porque tienen la idea de que todo, hasta la mínima actividad, es encontrada en los buscadores de la red, lo cual es cierto, sin embargo, existe una difusión de publicaciones de escasa calidad científica, donde sin verificarla, porque para hacer lo que deben no tienen tiempo, y realizando el menor esfuerzo copian información, muchas veces incompleta, inexacta, falsa o repetida (sucede que dos o más llevan la misma). Ya no recurren a libros y mucho menos a la lectura, no hay trabajo en equipo, hay mayor posibilidad de distraerte en la búsqueda de información, mayor pérdida de tiempo, cuando no se encuentra lo requerido y más posibilidades de acceder a contenidos inadecuados de violencia, terrorismo, prostitución, pornografía, racismo, homosexualidad, etc., limitando así la capacidad, de por si escasa, de análisis para una visión más objetiva de la realidad.

 
Pero lo primordial que se ha perdido, es la cada vez menor convivencia familiar y menos sentimientos de pertenencia, menos comunicación, pocas horas para jugar, salir, divertirse al aire libre, apreciar las cosas y los lugares donde se vive y convive a diario. Crece la apatía e indiferencia por estar juntos, demostrarse amor y compartir el día a día de cada uno, favoreciendo así la soledad, la depresión, el aislamiento, la falta de empatía, de solidaridad y apoyo, bajas calificaciones y menor asistencia a las aulas (o asistir, pero estar pensando en qué hacer cuando se tenga un receso o espacio de tiempo libre, pero no en lo que debe), entre muchos otros.

Finalmente, amable lector, recuerda que esta previsión nos beneficia a todos y en la medida en que nos vayamos concientizando de ello, no sólo nos estamos favoreciendo individualmente, sino que estamos haciendo una conciencia social que nos permita utilizar la tecnología en los momentos adecuados y para lo que realmente fue diseñada. Te recomiendo por las noches que apagues tu celular, de lo contrario, procura dejarlo a una distancia mayor de un metro de ti y de tus seres queridos, no olvides que es necesario sabernos desconectar de lo llamado virtual y conectar con lo verdaderamente real, que es lo que estamos perdiendo por no usar debidamente y de manera responsable la tecnología.

La inmadurez juvenil.


 
Hace unos días, los noticieros nacionales, señalaron una encuesta que muestra datos duros, inverosímiles, poco creíbles, pero que son realidad.

Hablaron de la cantidad anual de niñas o menores de edad que tienen embarazos no deseados, no planeados y que llegan por la ignorancia manifiesta de ambas partes, nada más a alrededor de medio millón de casos, en verdad es crudo saberlo, pero que viendo el comportamiento de los jóvenes de la actualidad, hasta pudieran quedarse cortos, en un país que supera los cien millones de habitantes, que se habla de un alto porcentaje de menores de edad y de lo que estamos viendo y viviendo en el día con día.

Siempre se han dado casos así, pero no en esta dimensión, ahora con los avances tecnológicos se ha incrementado, aunado a la apatía de muchos padres de familia que con el pretexto de tener que trabajar ambos (en algunos casos) se desentienden de los hijos, los encargan con otros familiares, amigos o vecinos, lo cual no es bueno, porque, o no les interesan a los adultos los menores ajenos, o a los menores no les interesa lo que los adultos les digan, porque no son nada de ellos, convirtiéndose en un círculo vicioso que no se acaba.

La ociosidad, nuestros antepasados lo han dicho, es la madre de todos los vicios, porque quien no tiene el suficiente trabajo, o las suficientes tareas o entretenimiento fructífero cae en las redes de la vagancia y sobretodo, en la promiscuidad. Se piensa en cosas malas y lo que es peor, se hacen actividades que, aun cuando en sí, no son negativas, a temprana edad y con consecuencias, lo son, porque a la mayoría les destruye sus ilusiones y vida futura.

Cada día, nos sorprendemos al escuchar a nuestros hijos decir que sus compañeritos desde X edad ya tienen novi@, y más nos sorprende la reacción de emoción, gusto, agrado y aceptación que muestran los padres de esos niños, sin imaginar las graves consecuencias que a futuro les traerá, se viajan, quizás, a lo que vivieron en su infancia y ahora lo repiten con sus descendientes.

Esa aceptación de muchos que los rodean, y principalmente de sus seres más cercanos, los motiva a seguir explorando situaciones nuevas, porque es natural, que si vas conociendo algo nuevo, no hay retorno, al contrario, cada día necesitas, conocimientos nuevos y emociones extremas y eso en cuanto al sexo y las relaciones, no es la excepción.

Por estar pensando en el sexo y en la pareja que se lo brinda, se deja de concentrar la gente en el estudio, en las tareas, en las actividades diarias, en casi todo, sobre todo a temprana edad, donde se piensa que se lo van a acabar, y por lógica consecuencia, muchas veces se termina en embarazos no planeados, ni siquiera imaginados, en deserciones escolares, parejas disfuncionales, abortos, abandonos, peleas y reclamos culpándose mutuamente de lo sucedido, que en realidad así es, ambos son culpables, porque a nadie se puede obligar a hacer lo que no desea, siempre hay un consentimiento de ambas partes, ninguno se puede decir engañado, forzado o manipulado de algo que los dos buscaron.

Y así, se van gestando las nuevas generaciones, hijos de padres muy jóvenes, desobligados, desatentos, nada cariñosos, golpeados, estigmatizados con traumas sicológicos por violencia física y mental, abandonados, viviendo con muchos padres postizos, lo que va generando seres humanos incompletos y que en un futuro el país tendrá un retroceso mental muy grave, porque este tipo de individuos, no cumple los estándares de calidad que el futuro necesita.

Así que amable lector, si escuchaste esa encuesta y te llenó de incredulidad, dudando de su veracidad, sólo voltea a tu alrededor y observa que hay cada día más adolescentes en la calle, que en lugar de estar en algún centro escolar tomando clases, andan por la calle realizando el fuerte, muy fuerte oficio de ser madres.

Hace falta una política pública, del nivel que sea, que fomente las actividades constructivas, positivas, fructíferas en los niños y adolescentes, que los aleje de la vagancia, de los vicios y adicciones y los convierta en un futuro, en una gran generación de mexicanos mejor que la actual, de la que formamos parte y no estamos mal, pero siempre hay que buscar ir hacia adelante, y como decimos, hacia atrás ni para agarrar vuelo.

La fama y el poder pasajeros.


 
Durante el trayecto de la vida, es necesario ir modificando la manera de ver y hacer las cosas, por eso hay denominaciones para cada etapa o periodo de ésta, llámese adolescencia, juventud, madurez y vejez, o el nombre y división que le quieras dar. Para llegar a alcanzar, precisamente una de esas etapas, la madurez, ésta debe ser el clímax, el punto máximo que todo ser humano debe buscar, si se pretende disfrutar lo mejor posible y sobretodo, en casos de tener descendencia, dejar a la humanidad mejores seres humanos. La sicología habla de una edad para alcanzarla (18 años la mujer y 28 años el hombre), aunque como toda regla general tiene sus excepciones, hay quien la alcanza antes, después, e incluso, quienes jamás la logran alcanzar, se mueren siendo unos adultos infantiles.

Lo anterior, lo menciono porque el ser humano es presa fácil de la manipulación, el chantaje y la presión, precisamente por su falta de interés en las cosas, debido a su inmadurez.

Como en otras ocasiones, voy a hablar de los mexicanos, no pretendo abarcar otros países donde la idiosincrasia puede ser similar, pero que no tengo conocimiento específico de que así sea, pues conocer unas personas, no significa que la mayoría de un país sea igual.

Los medios masivos de comunicación e información, tales como la televisión, la radio, el internet, los diarios, revistas, organizaciones, dependencias, partidos políticos, etcétera durante años han acuñado términos rimbombantes para referirse a seres humanos iguales, o incluso, más inmaduros que nosotros, lo que ha degenerado en que la mayoría repita lo mismo, a un nivel más cercano.

Estimado lector, has escuchado: celebridad, estrella, alto rango, primer nivel, artista, div@, importante, superior, líder, etcétera? Y ¿Te has puesto a pensar que en verdad a quien se refieren, merece ese adjetivo?

En cualquier actividad, sea política, administración pública en cualquiera de sus tres niveles (federal, estatal y municipal), farándula, iniciativa privada. Los hemos escuchado.

Pero son momentáneos y pasajeros, quien en la actualidad ocupa un cargo público de jerarquía (síndico, regidor, alcalde, director de área, diputado (local o federal), senador, gobernador, secretario de estado o de despacho, etc.) es vitoreado, buscado y goza de muchas amistades, respeto y cariño de la mayoría de la gente que lo va conociendo, incluso hasta lo buscan para conocerlo, le dan en padrinazgo a sus hijos, apadrina generaciones de estudiantes, es el invitado especial en fiestas, reuniones, banquetes, comidas, en fin, se desviven por estar y mantenerse cerca de ellos. Porque al concluir la gestión, cargo o comisión, si no repiten u obtienen otra función similar, las amistades se van alejando paulatinamente, hayan ayudado o no a las personas, serán atacados a sus espaldas, saldrán a relucir sus defectos, sus pecados y tantas presuntas maldades realizadas durante su gestión, muchas veces inventadas o exageradas, porque así es el ciudadano.

En lo referente a la farándula, nos venden a cantantes mediocres como las grandes voces, actores y actrices sin talento como div@s, y lo que resulta peor, es que la mayoría cae en las redes de esos mercenarios que saturan los medios de comunicación vendiendo imágenes de papel, usadas a su conveniencia y mientras a los empresarios les den ganancias monetarias, para ser desechados cuando no generen riqueza.  

Así vivimos, escuchando, viendo o leyendo, el presidente de la República se reunió con funcionarios de primer nivel, con importantes empresarios, Juan Gabriel el divo de Juárez (aunque sea de Parácuaro, Michoacán), Vicente Fernández es una celebridad, etc.

Asimismo, se abusa del término liderazgo, estadista y otros más, cuando pocas personas en realidad reúnen algunas cualidades, pero no llegan a serlo.

Conozco varios periodistas y medios informativos, que celebran convenios monetarios con determinado político o grupo, durante su gestión y cuando ésta termina, llegan al cinismo de publicarlo, señalando que cumplieron lo acordado, pero que ya concluyó, por lo que pueden atacar, muchas veces, de manera inmisericorde.

Todo esto tiene su raíz en la madurez, los que tardan más tiempo en alcanzarla, son presa fácil de manipulación, presión y chantaje, por parte de expertos en estos temas que cobran y cobran bien, por jugar con la ignorancia colectiva. Por eso amable lector, es hora de despertar.

Todos somos importantes, todos somos iguales, todos valemos lo mismo, el poder, la fama o el dinero momentáneo no los hace superiores, al contrario, te has preguntado ¿En realidad eso es la felicidad? Entre más importancia le des a los demás, más pequeño e insignificante te vuelves tú, lo importante es guardar un equilibrio entre tú y los otros.