La
naturaleza es sabia, decían nuestros abuelos, esto en relación con lo que
siempre ha ocurrido en nuestro entorno, y como siempre, tienen razón.
La
naturaleza, o mejor dicho, el mundo y cada rincón que forma nuestro planeta,
tarde o temprano, recuperarán su forma
primitiva, y lo hemos observado en nuestra corta, mediana o larga vida, hemos
sido testigos, físicos o mediante video, como arroyos, ríos, etc. que nunca conocimos,
recobran su nivel y aun cuando existan construcciones encima de ellos, arrasan
con todo. Esto demuestra la inmadurez irracional del ser humano, porque
facilita la tragedia material, pero muchas veces, la humana.
Esto,
en relación con el sismo ocurrido hace unas horas con epicentro en el Estado
fronterizo de Chiapas, cuya magnitud quedó definitivamente en 8.2 grados de la
escala Richter, convirtiéndose en el más fuerte ocurrido en cien años en
nuestro país. Afortunadamente, los daños materiales y humanos son mínimos,
comparado con lo ocurrido en 1985, donde el otrora Distrito Federal fue
semidestruido, siendo cuantiosas las pérdidas humanas, además de materiales.
Porque el mayor impacto fue recibido ahí, ya que el epicentro estuvo más cerca.
Retomando
otro refrán de la filosofía popular, nos está lloviendo en la milpita, porque
lo que estamos esperando es la entrada del huracán Katia y antes de ello, nos
despierta (a muchos) y sorprende (a pocos) esta sacudida sísmica, por lo que la
ayuda a los damnificados será más difícil, porque se juntó con las lluvias,
torrenciales, en algunas zonas.
Como
señalé antes, la tierra respira en diferentes formas, lo cual es natural, pero
los seres humanos contribuimos a que esa acción ocasione catástrofes, por la
falta de razonamiento, falta de planeación y falta de capacidad mental; el
hombre se siente poderoso, único, no analiza los pros y contras que toda acción
y excepción conllevan, y que tarde o temprano la naturaleza realizará.
Los
expertos en la materia, siempre han señalado que los ensayos nucleares de las
potencias con material bélico, causan daños en las capas de la tierra, porque
la fuerza del estallido cimbra el área y el núcleo y radio se extiende,
incluso, por varios kilómetros. Coincidencia o no, hace unos días, Corea del
Norte realizó una prueba de este tipo, y ahora se da este fenómeno.
Lo
que si es cierto, real y afecta a nuestra vida, es la enorme contaminación que
provocamos, el inmoderado uso de productos químicos, de combustibles fabricados
por el hombre, pero sobretodo, la estupidez humana.
El
polietileno, principalmente, con el que se fabrican las bolsas plásticas,
además de otros materiales, ha vuelto a la gente más floja y ha provocado tanto
daño al entorno mundial. Antes, recordarás amable lector, no existían, o apenas
se usaban, lo pequeño que se compraba, se nos daba en bolsas de papel, hasta el
frijol, arroz y demás semillas, se envolvían en papel, la manteca (antes de
existir el aceite, se cocinaba con manteca de cerdo, todo quedaba más sabroso y
había menos obesidad), la servían en papel, pero el plástico como tantas cosas,
han afectado el ambiente. Porque es un material que tarda muchos años en
biodegradarse y va tapando alcantarillas, registros, drenajes, lo que ayuda a
las inundaciones en grandes ciudades, donde pocos se imaginan, pudieran
inundarse. Pero esto es, provocado por el ser humano.
La
tala inmoderada que deforesta nuestros bosques, para que los propietarios y el
gobierno, llenen sus bolsillos y cuentas bancarias, ha propiciado la ausencia
de oxigeno limpio y el aumento de construcciones de manera exagerada, también
ha provocado pérdida paulatina de defensas en nuestra salud, el uso de
aerosoles, desodorantes, insecticidas, pesticidas, fertilizantes químicos,
conllevan el mismo fin.
En
las grandes ciudades, recientemente han empezado a construir hacia el centro de
la tierra, los llamados túneles sumergidos, lo cual durante su creación, va
cimbrando el área respectiva, por las excavaciones. Entre otras acciones.
El
hombre jamás va a detener a la naturaleza, pero si puede contribuir a que las
consecuencias de sus embates, sean menos graves, para lo cual es necesario
crear conciencia definitiva de que muchas acciones que realizamos a diario, en
la calle y en nuestro hogar, contribuyen a la muerte de muchas personas.
Siempre que ocurre algún desastre natural, se dicen y hacen muchas cosas para
prevenir, pero en unos días todo eso se olvida, pocos, muy pocos son los que
diariamente siembran con su bien actuar, beneficios para todos.
Además
de nuestra vida, debemos cuidar nuestro entorno, cuidar el agua, nuestras áreas
verdes, ir moderando paulatinamente, el uso inmoderado de bolsas y plásticos,
del automóvil, aerosoles, fertilizantes, combustibles, la tecnología, etc.
porque eso y más han contribuido a que existan más enfermedades y la vida
humana sea más corta, es una tarea difícil, por la falta de sensibilidad
humana, pero siempre hay un momento para empezar, nunca es tarde para cuidar tu
vida y la de los demás. A menos que en verdad seas un ser humano egoísta que no
se quiere a si mismo.