viernes, 30 de abril de 2021

Publicación.

 

Este soy yo…

Lic. Alfredo Castañeda Flores

Se dice, y se dice bien, que para alcanzar la madurez como ser humano se necesita conocerse a sí mismo, porque quien no se conoce ni él, no puede alcanzar la plenitud que muchos seres humanos pretenden alcanzar, con la edad, por su experiencia, por su conocimiento, por su calidad de una mejor vida. 

Concretamente, el mexicano tiene innumerables defectos, pero principalmente antivalores, esto da como resultado la descomposición del tejido social que estamos viviendo en estos días. 

La gente gasta más de lo que gana. Este es un gran defecto, porque propicia que la mayoría esté todo el tiempo endeudada, que incluso mueran sin haber liquidado por completo sus deudas con instituciones bancarias, tiendas departamentales, familia, amigos, vecinos, compañeros de trabajo, y/o cualquier gente que tuvo la mala fortuna de encontrarlos cuando necesitaban dinero. El nacional no está acostumbrado a pagar, de ahí el dicho de la filosofía popular: músico pagado, toca mal son. 

El individuo está acostumbrado a dar un mínimo esfuerzo en lo que hace para otros, incluyendo su empleo, no da más de lo que le piden, aunque se dé cuenta que hay más cosas que debe hacer, pero si no le dicen lo que debe hacer, no lo hace. Y, la mayoría de ocasiones, lo hace mal. Esto da como resultado productos y servicios pésimos, muy por debajo de las normas oficiales y estándares de calidad. 

El mexicano es bueno para el chisme, le encanta enterarse y, lo que es peor, crearlo; a cada rato, está intrigando contra todos, es el clásico que todo lo que otros hacen está mal y solo lo que cada uno hace está bien. (Actualmente así tenemos un presidente de la República). Eso es retroceso, porque en todo hay un equilibrio, aunque sea un mínimo porcentaje, pero existe la dualidad. No todo es bueno, mucho menos no todo es malo. Asimismo, cuando surgen las noticias bomba, que en realidad son distractores del gobierno para no darnos cuenta de lo importante, empiezan a sacar los llamados memes en las redes sociales, que ahora hasta en la televisión reproducen y con esto pierden tiempo y su memoria corta (otro antivalor) se les olvida lo que antes les afectó.

La educación está cada día peor, un poco por los gobiernos que han hecho reformas que retroceden lo ganado, otro tanto por la falta de compromiso de los docentes, que solo les interesa ganar bien y no responsabilizarse; los padres que ya no se preocupan por sus hijos, los dejan solos, les compran aparatos tecnológicos para que no los molesten, ni se enojen con ellos; esto propicia nuevas generaciones de estudiantes que no les gusta estudiar, que están en las aulas solo de cuerpo, porque su mente anda divagando pensando en el celular (cuando no les permiten tenerlo) o de plano usándolo cuando se les permite tenerlo con ellos en clase. Estudiar es un compromiso que actualmente pocos, poquísimos, cumplen. La mayoría quiere egresar sin saber y eso es retroceso y perjudicial para el país. 

Otra cosa que abunda y con facilidad se obtiene, es el alcohol y las cada vez, en más variedad, drogas, las hay para cualquier bolsillo, edad y estrato social. Claro que esto siempre ha existido (en menor cantidad), pero actualmente, hay más mentes débiles, enfermas, que caen con facilidad en estos infiernos, de los que pocos salen, pero no completamente sanos, siempre tienen secuelas irreversibles y progresivas. 

Estudios recientes, que pocos leemos, porque este es otro defecto mexicano, la falta de interés por las cosas importantes, reales, que nos ayudan a ser mejores cada día, señalan que 4 de cada 5 individuos en el país, tienen un alto nivel de estupidez, al realizar sus conductas diarias, suena escalofriante, pero lo podemos observar a nuestro alrededor, pero principalmente en la situación que vivimos como país, si fuera falso, México, fuera un país con riqueza y algo más. 

Aunado a esto, estudios señalan que 7 de cada 10 individuos, tienen problemas sicológicos, que van desde los leves hasta los graves. ¿Imagínate, inteligente lector, que ocurre cuando ambas condiciones recaen en la misma persona? Da como resultado, seres humanos muy enfermos. ¿Lo dudas?, detente un momento a analizarte primero tú, analiza a los que viven contigo, si eres observador, pero principalmente, objetivo, sabrás que no hace falta mucho para darte cuenta cuando alguien es un perfecto idiota, desde simplezas como ponerle pasta dental al cepillo, acomodar el rollo de papel de baño, colocar los ganchos en el ropero, armario o closet, etc. 

El mexicano no sabe pedir las cosas, porque no las conoce, no sabe para qué  sirven, ni como se usan, estoy hablando de lo más elemental, no distingue entre un seguro y un alfiler, entre ancho y grueso, angosto y delgado, no sabe ni cuantos días trae cada mes del año, estos no cambian, salvo febrero cada cuatro años que son 29 días, cada año es lo mismo, preguntan ¿Cuántos días trae X mes?, vamos es algo básico, desde la primaria lo aprendimos, no conoce los colores, no sabe que excepto blanco y negro, todos los demás tienen variantes, sin embargo buscan algo azul, ¿pero?

Azul que andan pidiendo la esa para el ese, y lo que es peor, cuando se les corrige, se molestan. No están acostumbrados a reconocer sus errores, sus defectos. Vivimos en un país con una sociedad que carece del mayor valor que se debe tener, la verdad, aquí decir la verdad es más perjudicial que la mentira, se asustan cuando se topan con gente que si tiene el valor de decir un contundente SI o NO a sus preguntas y peticiones. Están acostumbrados a rogar, a causar lástima y mucha gente con esto, cambia su respuesta y les concede sus pretensiones, aunque muchas veces sean malsanas. Sin embargo, hay gente que no les cree, y éstos, son los malos, los groseros, los déspotas, los peores, porque no caen en sus trampas de mentiras. 

Como en anteriores entregas, hoy lo repito, la vida cotidiana, y nuestra salud mejoraría, si hiciéramos las cosas lo más correctamente posible, repitiendo, con orgullo y sin temor de nada, ESTE SOY YO. Pero nos da miedo el qué dirán y quedar mal con y ante los demás, por lo que seguiremos siendo simplemente mexicanos.

jueves, 29 de abril de 2021

Publicación.

 

¿Quién gobierna México?

Lic. Alfredo Castañeda Flores

Estamos terminando el mes número catorce de esta administración federal en la que mucha gente tenía puestas sus esperanzas, ¿de qué? No lo sé, porque la mayoría de esos treinta millones de electores tenían un empleo base, fijo, además, habían sido beneficiados por las anteriores administraciones del tricolor y del blanquiazul. Pero eso, solo ellos lo saben y se estarán arrepintiendo, o quizás pronto lo harán, otros sí están obteniendo beneficios y no se decantarán todo el sexenio. Porque así es la vida, la gente y las emociones individuales. (Filias y fobias). 

Lo que es verdad es lo que muchos nos preguntamos, y no alcanzamos a dilucidar, con certeza, ¿quién gobierna México? Para un sector, quien toma la mayoría de las decisiones presidenciales es la esposa del presidente, (matrimonio 16 de octubre de 2006) la señora, escritora, periodista, profesora, con grados académicos de dudosa calidad, Beatriz Gutiérrez Müller (13 de enero de 1969), con quien tiene un hijo de nombre Jesús Ernesto López Gutiérrez, quien nació el 23 abril de 2007. (Seis meses de matrimonio). 

Es licenciada en Comunicación por la Universidad Iberoamericana de Puebla, tiene una maestría en Literatura Iberoamericana por la misma universidad y un doctorado en Teoría Literaria por la Universidad Autónoma Metropolitana de la hoy CDMX. Para muchos no es un secreto que la señora tiene avidez de poder y grandeza, y una de esas pruebas es haber sido acreditada como investigadora A de tiempo completo en el Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), además de ser investigadora nacional del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt). 

Entre 2001 y 2002 fue directora de Difusión en el gobierno de la Ciudad de México, mientras estaba al frente Andrés Manuel López Obrador como Jefe de gobierno, momento en el que se conocieron. 

Como es natural, tuvo algunos novios, antes de casarse, unos solteros y otros casados, lo que es común entre las mujeres que quieren destacar dentro de la política mexicana, y Beatriz no fue la excepción, uno de los más comentados fue Sergio Mastretta, hermano de la escritora Ángeles Mastretta. 

A su vez, el hoy presidente, también tuvo sus amoríos aun estando casado y antes de quedar viudo, uno de los más comentados hasta la actualidad es con la ¿empresaria? Yeidckol Polevnsky Gurwitz, originalmente nacida bajo el nombre de Citlali Ibáñez Camacho, quien hasta el pasado sábado 25 de enero fungía como Secretaria General y Presidenta nacional del partido político Movimiento de Regeneración Nacional. 

A su vez, la señora Gutiérrez tuvo sus amoríos, antes de casarse, con el actual diputado federal zacatecano, Alfonso Ramírez Cuéllar, conocido por encabezar el movimiento conocido como El Barzón, y haber entrado el 10 de diciembre de 2005 a caballo en la Cámara de Diputados, quien el pasado domingo 26 de enero fue designado presidente interino del partido en el poder (MORENA), sustituyendo a Yeidckol Polevnski, lo que ha provocado innumerables comentarios con jiribilla, sobre el pasado y ¿actual? Estado amoroso de la hoy pareja presidencial. Para muchos que desconocían esto, y para los que ya lo sabíamos, resulta muy suspicaz esta situación, además de que abona aún más en la idea de quién manda en ese hogar y cuyas decisiones trascienden a la vida nacional. 

Recordarás, inteligente lector, la irrisoria petición de disculpas públicas que hace unos meses realizó el presidente a la corona española por las atrocidades, según él, cometidas por los hoy españoles, durante la conquista de los indígenas. Eso tuvo como origen un libro escrito por su esposa, titulado La “memoria artificial” en la Historia verdadera de la conquista de la Nueva España, de Bernal Díaz del Castillo, 2018, donde plasma, según ella, innumerables atrocidades que desconocíamos la mayoría de nacionales. Esa garrafal metida de pata, que provocó la risa de la prensa internacional, tuvo como finalidad la venta de esa obra literaria. Además de darnos cuenta quién manda en la pareja que gobierna el país. 

Como podrás ver, amable lector, esta pareja sigue en comunicación, y aún peor, ayudando a sus anteriores amores, bien señala la filosofía popular, que donde hubo fuego, cenizas quedan. Muchas de las ideas descabelladas que hemos leído, visto o escuchado, son generadas en la cabecita inquieta de la señora Gutiérrez, es común que en nuestro país, en la mayoría de hogares, quien manda es la mujer, pero ahora, es más notorio y en perjuicio de la Nación, por hacerle caso y querer convertirlas en políticas públicas. Por esto, y mucho más, aún sigues dudando, ¿quién gobierna México?

miércoles, 28 de abril de 2021

Publicación.

 

Fraudes en México….

Lic. Alfredo Castañeda Flores 

El siguiente es un tema muy importante, pero sobretodo que a muchos mexicanos nos tiene en indefensión, a merced de delincuentes que están coludidos con empleados, incluso directivos de algunas empresas involucradas. Estos no son considerados delincuencia organizada y por supuesto que están bien organizados y no tienen nada que ver con los que presentan como delincuentes conocidos y famosos. 

Hablo de que nuestros datos personales, solicitados por instituciones bancarias, por el Instituto Nacional Electoral, antes Instituto Federal Electoral, por cualquier dependencia gubernamental, en cualquiera de sus tres niveles, y en otras más, presuntamente, nos indican que nuestros datos están protegidos. Cosa más falsa y engañosa, porque a muchos de nosotros nos están llamando a nuestro teléfono fijo, a nuestro teléfono móvil, envían mensajes a nuestro correo electrónico, nos llega correspondencia en papel a nuestro domicilio particular, etcétera, ofreciéndonos innumerables servicios, ofertas, tarjetas bancarias, préstamos, seguros, nos invitan a reuniones donde nos van a entregar un obsequio, sin dar nada a cambio, pero cuando se llega a ese lugar, nos empiezan a querer lavar el cerebro, ofreciéndonos, principalmente, las vacaciones que todos soñamos, y que muchos no han podido tener, claro que eso lleva un truco, es por determinado periodo en años, y una cantidad económica, etc., todo esto resulta un fiasco, un fraude, porque hay gente que ingenuamente ha caído en esas redes delincuenciales y lo que les ofrecieron, en la realidad, es mínimo, porque para pagar a tantos actores disfrazados de empleados, necesitan obtener beneficios económicos. Eso cuando les devuelven algo, porque en muchos otros casos, jamás vuelven a saber de ellos. 

Esto es algo de lo que no deberíamos ser molestados en ninguna de las formas indicadas, precisamente, si en realidad fueran protegidos nuestros datos personales, pero en este país todo es negocio, todo es dinero, todo es corrupción. Cualquiera que tenga dinero obtiene los datos más íntimos de cualquier ciudadano. Los empleados bancarios, desde el más alto como lo es el gerente o director general de una sucursal bancaria, cajeros, ejecutivos, hace su negocio a costa de los clientes que, ingenuamente, formamos parte de su cartera de clientes, esto es por diferentes causas y motivos, hay quienes tienen dinero y lo guardan en el banco por seguridad, otros, porque son empleados y deben tener una tarjeta de nómina (débito), los ancianos porque así reciben sus pensiones, jubilaciones o dádivas del gobierno, etcétera, pero ahí estamos a merced de estos delincuentes de cuello blanco, se les llama así porque andan siempre uniformados, sus camisas son blancas y pocos se imaginan lo perversos que pueden llegar a ser. Y esto no es cuestión de sexo, hombres y mujeres, participan por igual, dijeran por ahí, la necesidad es más fuerte que los valores morales, pero la ambición y codicia, lo es aún más.

Pretextos siempre va a tener una gente deshonesta, corrupta y sinvergüenza, la más usual es que el dinero que les pagan no les alcanza para vivir. A una gente con éstas características ningún dinero las va a satisfacer. Esto, por supuesto, cuando son detenidos por alguna autoridad despistada, honesta o porque los de arriba quieren sacrificar a un chivo expiatorio para apagar el fuego por un tiempo.

Aunque existen dependencias gubernamentales que presuntamente protegen al ciudadano en caso de verse afectados por estos vivales, no pasa de que los incluyan en un boletín que nadie ve, que nadie lee, que nadie conoce, pero lo importante, si se tuvo una pérdida económica, no es reparado el daño patrimonial. Es decir, no se recupera lo perdido. ¿Esto qué te hace pensar, amable lector? Que hay mucha gente de buen nivel en los diferentes encargos de la administración pública, sea pública o privada, que está perfectamente organizada para defraudar a los demás. Total, vivimos en un país donde sobran leyes, reglamentos, decretos, pero que no se respetan. Salvo cuando dejan de ser importante para esos que los usan, aplicándoles lo que corresponda según su falta cometida, o por venganzas del nuevo régimen político. Pero, jamás, porque lo merezcan. Cuando los acusadores o afectados son ciudadanos comunes y corrientes, siempre se protegen y cuidan las espaldas entre ellos. Y así, inteligente lector, no se puede acabar con la corrupción. Como decía un ex presidente, a mis amigos, justicia y gracia, a mis enemigos, la ley a secas. Los ciudadanos somos los enemigos de la clase política, y lo podemos ver diariamente. Además, no nos unimos y somos presa fácil de ellos. 

Así es, para hacernos víctimas, forman toda una parafernalia en la que están metidos desde funcionarios gubernamentales, ejecutivos de instituciones, compañías telefónicas, hasta individuos fáciles de manipular, que son los que dan la cara y por unos cuantos pesos fáciles, intentan lavarnos el cerebro ofreciéndonos la luna y las estrellas, a precios irrisorios. Por eso, una vez más lo indico, debemos estar alertas, atentos, hay mucho delincuente que quiere hacernos daño en nuestro de por sí, cada vez más devaluado patrimonio personal. Recuerda que te cuesta mucho ganar ese salario (poco o mucho), no permitas que cualquier estúpido disfrazado de oficinista de quinta, te lo quite, sin que puedas hacer nada y sobretodo, que nadie te apoye, te cuide ni asesore. Que no te gane la ambición, recuerda que en esta vida nada es gratuito, todo tiene un precio y la suerte de ganarte algo sin comprar boleto, no existe. Ponte buzo, ponte atento, ponte trucha. A cuidarnos todos, pero sobretodo, deja de tener miedo, el miedo es el escudo de los delincuentes, ten valor, agarra fuerza y los dejarás desprotegidos a ellos. ¡Ánimo!

martes, 27 de abril de 2021

Publicación.

 

Distractores diarios…

Lic. Alfredo Castañeda Flores      Analista

Esta semana se han dado varios eventos, que captaron la atención de los medios nacionales de comunicación, esto, obviamente, porque en México vende más el morbo, la violencia, la maldad, la nota roja, que buscar crecer como seres humanos. Una nota de triunfo, de éxito, de mejoría para una región pequeña, a nadie le interesa, no hay negocio. Así es la mentalidad mediocre de la mayoría de nacionales. 

Sin embargo, ante la incapacidad mental, la poca preparación, el escaso (solo excusa) tiempo para detenerse a analizar detenidamente cada episodio que vemos, leemos o escuchamos, propicia que la sociedad se lance como el borras, a defender a X o Y persona, o en caso contrario, a atacar de forma inmisericorde a otros seres humanos. 

Ésta semana que recién concluyó, supimos de la muerte de una niña de 7 años, de nombre Fátima en la CDMX, aunque sucedió en una colonia pobre de Xochimilco. También en Coahuila, del secuestro de una menor de cinco meses, que posteriormente apareció muerta. Del presunto espía mexicano que vivía en Estados Unidos, pero que rendía cuentas al gobierno ruso; la detención en España de Emilio Lozoya Austin, ex director de PEMEX en el sexenio anterior; el cambio de nombre del coronavirus chino, ahora Covid-19, las marchas feministas, las tomas de escuelas de la UNAM, la continuación del desabasto de medicinas para el cáncer, la detenida violada por custodios en Zacatecas, el ingeniero asesinado por policías en Tamaulipas, etc. 

Lo cierto es que el gobierno, sea del nivel que sea, (federal, estatal y municipal), aprovecha cualquier insignificancia para, echar a andar la maquinaria oficial para hacerla noticia sensacionalista del día. En ocasiones, son eventos normales, otras veces, ellos mismos los provocan, contratando actores que se prestan a dimensionar algo raro, incluso, inexistente. Al gobierno no le importa hacer lo que sea, con la finalidad de tapar, esconder, lo que está haciendo mal, lo que no cumple, lo que no le conviene que la mayoría, sobre todo la gente pensante, se entere. 

Así vivimos, y hemos vivido, aunque ahora con el acceso a las tecnologías es más fácil enterarse y engañarse, porque cualquiera tiene un teléfono celular, otros tienen tabletas, y con eso es fácil grabar el final de algo, pero no sabemos cómo inició cualquier cosa. Esto motiva las famosas fake news (noticias falsas), la red está llena de engaños, mentiras y perfiles con cuentas falsas (bots), que por una suma de dinero se pueden adquirir para estar todo el día, defendiendo o atacando a placer a los adversarios. Sobre todo en este sexenio, donde la cordura, la prudencia, están ausentes, ahora en lugar de barrerse de adentro hacia afuera, como debe ser, como la ciencia política y la buena administración señalan, se hace adentro, se critica todo lo anterior, nada es bueno, importante, beneficioso y cualquier evento que ocurre es culpa de los neoliberales. 

Esto, desde luego, genera innumerables distractores, muchos que rayan en la ridiculez, pero que cumplen con su cometido, hacer que la gente caiga en el juego.

Lo he señalado en otras entregas, y lo vuelvo a mencionar hoy, la principal causa de que México sea un país estancado, en retroceso, tanto en lo económico, social, educativo, es la falta de interés de los ciudadanos, la apatía que observamos a diario, hacia los demás, el individuo solo ve lo que quiere ver y esto, cuando otros lo ponen frente a él, podemos pasar muchas veces frente a un niño que vende o pide limosna y ni caso le hacemos, pero si nos enteramos que lo atropellaron, le pegaron o incluso algo peor, ahí si nos desgarramos las vestiduras, culpamos al gobierno en turno, a la sociedad, a sus padres, a los demás, pero ¿nosotros, qué hicimos por él? 

Nada. Absolutamente nada. Esto también es hipocresía, egoísmo, falsedad. Solo fingimos preocuparnos por uno mismo, digo, fingimos, porque si realmente fuera cierto, no tendríamos tantos antivalores, porque el respeto empieza por uno mismo y cuando se respeta uno, por añadidura, podemos respetar a los demás. En caso contrario, el resultado es lo que estamos viviendo. Una total y completa descomposición del tejido social. 

Por ejemplo, en Japón, todos se cuidan entre ellos, sobre todo, se vigila a los niños, pueden irse a la escuela solos, de la edad que sea, y no les pasa nada. Muchas veces la escuela está lejos de su domicilio, toman autobús, tren y llegan tranquilamente, tanto a su escuela, como el regreso a su hogar. Eso es cultura, esos son valores morales, eso es respeto por ellos y hacia los demás. 

Aquí, nos han educado con miedo. Desde niños, hemos visto que se le da más valor, más atención, más recursos, a lo malo, a lo feo, esto por supuesto le conviene a los gobernantes, porque el miedo es una forma de manipulación, hasta la iglesia se presta, con el “famoso” temor a Dios, el mexicano en su naturaleza es miedoso, esto ha contribuido al deterioro de los valores y al incremento de la delincuencia común, recuerda el dicho de la filosofía popular, el valiente vive, mientras el cobarde quiere. Ya es tiempo de despertar, debemos dejar de creer totalmente en cualquier nota amarillenta de cualquier medio de comunicación, de las redes sociales, de lo que un conocido nos diga, debemos empezar a cambiar, a ver, leer y escuchar solo cosas positivas, cosas buenas, poner nuestra atención en los éxitos de cualquier persona, basta de ser envidiosos con los demás, porque hacerlo nos convierte en seres grises, asustados y mediocres. No hagamos caso a ninguno de los distractores, provocados por el gobierno. La verdad nos hará libres. ¡Ánimo!

lunes, 26 de abril de 2021

Publicación.

 

Se discreto en todo…

Lic. Alfredo Castañeda Flores        Analista

La mayoría de las personas son como un libro abierto. Dicen lo que sienten, manifiestan abiertamente sus opiniones en la primera oportunidad que se les presenta y revelan sus planes e intenciones. Lo hacen por diversas razones. En primer lugar, es fácil y natural desear hablar sobre lo que uno siente y sobre los planes que tiene para el futuro. Frenar la lengua y controlar con cuidado lo que se revela exige un gran esfuerzo. 

En segundo lugar, muchas personas creen que siendo abiertos y honestos se ganan el afecto de los demás. Sin embargo, están en un gran error. La sinceridad es un instrumento romo, que hace sangrar más de lo que corta. Lo más probable es que con la sinceridad logren ofender a la gente. Es mucho más prudente medir y adecuar las palabras, y decir a la gente lo que desea oír, y no enfrentarla con la cruda y desagradable realidad de lo que uno siente o piensa. Y, por encima de todo, el ser desinhibidamente franco lo convertirá en un individuo tan predecible y conocido, que resultará casi imposible respetarlo o temerle. El poder no cae en manos de una persona incapaz de inspirar ninguna de estas dos cosas. 

Si tú, amable lector, ansías obtener poder, deja de lado ya mismo la sinceridad y aprende el arte de disimular tus intenciones. Cuando lo domine, siempre correrás con ventaja con respecto a los demás. Hay una verdad muy simple acerca de la naturaleza humana, que constituye el elemento básico de la habilidad de ocultar nuestras verdaderas intenciones: el primer instinto del ser humano siempre es creer en las apariencias. No se puede ir por la vida dudando de la realidad de lo que vemos y oímos, imaginando que las apariencias ocultan otra cosa; esto terminaría por agotarnos y aterrarnos. Debido a esto, resulta relativamente fácil disimular nuestras verdaderas intenciones. Basta con presentar un objeto que presuntamente deseamos, un objetivo que en apariencia queremos alcanzar, ante la vista de los demás y tomarán por realidad esas apariencias. Una vez que tu atención se centre en el señuelo, no se dan cuenta de las verdaderas intenciones. En el arte de la seducción, emite señales contradictorias, tales como el deseo e indiferencia, y no solo despistarás a los demás sino que encenderá tu deseo de poseerlo. 

Una táctica que suele resultar eficaz  como pista falsa es la de aparentar apoyar una idea o causa por entero opuesta a tus verdaderos sentimientos. La mayoría de la gente supondrá que, simplemente, has cambiado de opinión, dado que no es frecuente jugar con tanta ligereza con algo tan emotivo como las opiniones y los valores personales. Lo mismo vale para cualquier objeto de deseo presentado como señuelo: simula desear algo que en realidad no te interesa obtener, y lograrás despistar a tus enemigos, que cometerán todo tipo de errores de cálculo. 

Utiliza esta táctica de la manera siguiente: oculta tus intenciones, no cerrándote, sino hablando sin cesar de tus deseos y objetivos… pero no los verdaderos. Con esto matarás tres pájaros de un tiro: parecerás una persona amable, abierta y confiada; ocultarás tus verdaderas intenciones; y harás que tus rivales pierdan un tiempo precioso, defendiendo el flanco equivocado. 

Otra herramienta poderosa para despistar a la gente es la franqueza falsa. La gente tiende a confundir franqueza con sinceridad. Recuerda que el primer impulso es creer en las apariencias, y, dado que todos valoran la sinceridad y quieren creer en la sinceridad de quienes los rodean, rara vez dudarán de ti o adivinarán tus verdaderas intenciones. El aparentar creer en lo que tú dices confiere un gran peso a  tus palabras. Es así como algo engañó y destruyó a Otelo: en vista de la profundidad de sus emociones y la aparente sinceridad de su preocupación por la supuesta infidelidad de Desdémona, ¿Cómo podía Otelo desconfiar de él? Así fue también como el gran estafador Yellow Kid Weil pudo engañar a sus incautas víctimas: simulando creer absoluta y profundamente en el señuelo que les ponía delante de sus narices (acciones falsas, un caballo de carrera destinado a perder), hacía que su realidad fuese difícil de cuestionar. Por supuesto que es importante no ir demasiado lejos en este campo. 

La franqueza es una herramienta traicionera: si tú te muestras demasiado apasionado, despertarás sospechas en los demás. Muéstrate medido y creíble, o tu ardid será detectado. 

Para convertir tu falsa sinceridad en un arma eficaz para ocultar tus intenciones, defiende tu fe en la franqueza y en la transparencia como valores sociales importantes. Hazlo en la forma más pública posible. Enfatiza tu posición sobre el tema; proclama, de tanto en tanto, algún pensamiento en el que creas profundamente, pero cuídate, por supuesto, de que en realidad sea irrelevante e insignificante. 

Recuerda, amable lector, los mejores burladores hacen todo lo que está a su alcance para enmascarar su carácter de bribones. Cultivan un aire de sinceridad en un área para disimular su accionar artero en otra. La franqueza no es más que un señuelo entre las armas de su arsenal. 

Deseo que lo anterior te sirva para aplicarlos o defenderte de otros. La cortina de humo es un concepto adaptable y puede ponerse en práctica en muchos niveles distintos, pero todos ellos juegan con los principios sicológicos de la distracción y de la confusión. Una de las cortinas de humo más eficaces es el gesto noble. La gente quiere creer en gestos aparentemente nobles y aceptarlos como genuinos, ya que esa confianza resulta placentera. Raras veces notan cuán engañosos pueden ser estos. ¡Ponte atento!

domingo, 25 de abril de 2021

Publicación.

 

La inflexibilidad como estrategia…

Lic. Alfredo Castañeda Flores        Analista

23 ABRIL 2021.-En 1519, el conquistador español Hernán Cortés zarpó de Cuba y arribó a la costa mexicana. Declaró, sin más ni más, qué México sería una colonia española cuyo gobernador sería él mismo. Después ordenó quemar las naves, negándose de esta manera a sí mismo y a todas sus tropas la posibilidad de regresar. 

Desde un punto de vista económico, la decisión de Cortés carece de lógica. ¿Por qué descartar desde un principio la posibilidad de regresar? ¿Por qué renunciar a las alternativas? Si uno de los principios fundamentales y más importantes de la economía es: cuantas más opciones disponibles, mejor. ¿Por qué, entonces, se privó Cortés de su libertad de elegir? 

Dos o tres veces al año, en las ineludibles cenas empresariales, señalan del encuentro con el CEO de un gran consorcio internacional. Llevan años notando, los asistentes, que nunca se come su postre, lo que hasta hace poco parecía ilógico, algo que va en contra de su placer. ¿Por qué desistir de la opción dulce, solo por principio? ¿Por qué no decidir según el caso? ¿Por qué la decisión no puede depender del peso corporal, del tamaño del plato principal o de la fuerza seductora del postre? La decisión de renunciar solo por principio al postre parecerá menos dramática que cerrarse a la posibilidad de regresar al país del origen, pero las dos, a primera vista, parecen innecesarias. 

Uno de los pensadores más importantes de la gestión empresarial es Clayton Christensen, profesor de la Universidad de Harvard, quien adquirió fama mundial con su best seller El dilema de los innovadores. Este mormón convencido basa su vida en votos, un término anticuado para designar una promesa que no debe romperse. En caso de que pienses que los votos están ya muy pasados de moda, puedes llamarlo compromiso total. Personalmente, me inclino por el término antiguo, puesto que el concepto compromiso se usa de manera exagerada e hipócrita. (Estamos comprometidos con mejorar el estado del mundo) y porque solo una persona puede hacer votos, no una organización. 

Cuando era joven, Clayton Christensen observó que muchos gerentes sacrificaban la primera parte de su vida para echar a andar su carrera, ya que su plan para la segunda mitad –cuando ya eran económicamente independientes–, consistía en dedicarse por completo a su familia. Desgraciadamente, mientras esto sucedía, muchos matrimonios habían fracasado y los hijos habían abandonado el nido. Por esa razón, Christensen decidió hacer un voto y prometerle a Dios que nunca trabajaría los fines de semana y que entre semana llegaría siempre a cenar con su familia. Como consecuencia, algunos días se iba a trabajar a las tres de la mañana. 

La primera vez que escuché esta historia el comportamiento de Christensen me pareció irracional, terco y antieconómico. ¿Por qué habría que ser tan poco flexible? ¿Por qué no decidir dependiendo del caso? A veces será necesario trabajar en fin de semana, pero esto se podrá compensar con un lunes o martes libre, pues la flexibilidad es un acto funcional, particularmente en estos tiempos, en los que todo se encuentra en movimiento constante. 

Hoy lo veo de otra manera. La flexibilidad en el caso de temas importantes no es una ventaja sino una trampa. Lo que tienen en común Cortés, el CEO enemigo del postre y Christensen es que su inflexibilidad radical les ayuda a alcanzar metas a largo plazo que no conseguirían si actuaran de manera más flexible. ¿Por qué? Por dos razones. La primera, quien tiene que tomar una decisión para cada circunstancia nueva perderá parte de su fuerza de voluntad. El término científico para este fenómeno es fatiga de decisión. Un cerebro cansado de tomar decisiones elegirá la opción más cómoda, que no pocas veces será la peor. Es por eso que los votos tienen tanto sentido. Una vez que hayas hecho un voto no será necesario ponderar las ventajas y las desventajas de cada opción. Tu decisión está tomada desde antes y no gastarás energía mental. 

La segunda razón por la cual la inflexibilidad es muy valiosa está relacionada con la reputación. Siendo intransigente en ciertos temas, tú señalas donde estás parado y con cuáles asuntos simplemente no negocias. Parecerás soberano y, hasta cierto grado, te volverás intocable. La intimidación recíproca durante la Guerra Fría también se basaba en este efecto. Tanto los EU como la URSS eran conscientes de que su respectivo enemigo respondería de inmediato a un primer ataque nuclear. No había nada que reflexionar ni ninguna situación que sopesar. La decisión en favor o en contra del botón rojo estaba tomada de antemano. Ser el primero en apretarlo simplemente no era una opción. 

Lo que vale para los países también vale para ti. Si decides vivir de acuerdo con tus votos –sin importar de qué tratan–, con el tiempo te dejarán en paz. El legendario inversionista Warren Buffett, por ejemplo, renunció a la opción de renegociar por principio. Quien tenga la intención de vender su empresa a Buffett tiene exactamente una oportunidad. Los interesados pueden presentar una sola propuesta. Buffett o la compra por el precio sugerido o rechaza la oferta. Si se le hizo demasiado cara la compañía, uno puede ahorrarse el intento de ofrecerle un precio más bajo. Un no es y seguirá siendo un no, todos sus conocidos lo saben. De este modo, Buffett se ganó la fama de ser inflexible, asegurándose al mismo tiempo que, desde el principio, se le presenten las mejores propuestas y no tener que perder el tiempo en nimiedades. 

Compromisos, votos, principios incondicionales. Todo eso suena muy fácil, pero no lo es. Supongamos, amable lector, que estás manejando un camión con una carga de dinamita en una carretera recta de un solo carril. En este único carril se acerca otro camión en sentido contrario, igualmente cargado de dinamita. ¿Quién será el primero en hacerse a un lado? Ganarás si logras convencer al otro conductor de que has hecho un compromiso mayor de no hacerte a un lado nunca, lo que implica que te va a ceder el paso (si su comportamiento es racional). Si le puedes comprobar, por ejemplo, que bloqueaste tu volante con un candado y que arrojaste la llave por la ventana, manifiestas un compromiso extremadamente grande. Para poder desarrollar el mismo efecto de determinación, tus votos deben ser igualmente fuertes, creíbles y radicales. 

Conclusión: despídete del culto a la flexibilidad. La flexibilidad te hará infeliz, te cansará y te desviará imperceptiblemente de tus objetivos. Encadénate a tus votos. Se intransigente. Es más fácil cumplir tus votos al 100% que a un mero 99%. Sé que esto en el entorno en el que vivimos, resulta criticable, porque la mayoría es amante de lo contrario, pensando que son los que están en lo correcto, pero tú has lo que te toca y olvídate del sentir erróneo de los demás. ¡Hazlo!

sábado, 24 de abril de 2021

Publicación.

 

Aprende a desconfiar…

Lic. Alfredo Castañeda Flores       Analista 

Quiero que aprendas una gran lección, amable lector, en realidad, debes temer más a tus amigos que a tus enemigos, si no tienes enemigos, busca una forma de creártelos. 

Es natural querer emplear a los amigos cuando uno se encuentra en apuros. El mundo es un lugar duro y los amigos suavizan esa crudeza. Además, uno los conoce bien. ¿Por qué depender de un extraño cuando se tiene a mano un amigo? 

El problema es que, a menudo, no se conoce a los amigos tan bien como uno cree. Los amigos suelen coincidir con nosotros a fin de evitar discusiones. Entre amigos se suelen disimular los rasgos desagradables, para evitar molestar u ofenderse. Los amigos son los que más celebran nuestros chistes. A los amigos, les encantará tu poesía, amarán tu música y envidiarán el buen gusto de tu vestimenta; quizás sean sinceros… pero con frecuencia no lo son. 

Cuando tú decides emplear a un amigo, poco a poco vas descubriendo facetas que esa persona mantenía cuidadosamente ocultas. Lo extraño es que tu acto de generosidad para con tus amigos desestabiliza la relación. El ser humano quiere sentir que merece su buena fortuna. La recepción de un favor puede convertirse en algo opresivo: significa que tú has sido elegido por ser un amigo y no necesariamente por tus méritos propios. En el acto de contratar a un amigo casi siempre hay un ligero toque de condescendencia que, secretamente, molesta. Esa herida se irá manifestando en forma paulatina: un poco más de sinceridad, un toque de resentimiento o envidia cada tanto, y, antes de que tú puedas darte cuenta, la amistad comenzará a diluirse de modo irremediable. Cuantos más favores y obsequios ofrezcas para reavivar la amistad, menos gratitud cosecharás. 

La ingratitud tiene una historia larga y profunda. Su poder ha quedado demostrado a través de tantos siglos, que resulta en verdad sorprendente que la gente siga subestimándola. Es mucho mejor ser desconfiado. Nunca esperes gratitud de un amigo, y te verás gratamente sorprendido cuando éste se muestre agradecido. 

El problema de emplear a un amigo es que esa amistad limitará en forma inevitable tu poder. Rara vez ocurre que el amigo sea a la vez todo lo capaz que necesitarás. Y, a la larga, la capacidad y la competencia son mucho más importantes que los sentimientos de amistad. 

Todas las situaciones laborales exigen una cierta distancia entre la gente que participa en ellas. Tú estás tratando de trabajar, no de hacer amigos. La amistad (verdadera o falsa) solo enturbia este hecho. Por lo tanto, la clave del poder se basa en la capacidad de evaluar quién es la persona más capaz para apoyar tus intereses en toda situación. Conserva a tus amigos para vivir una relación de amistad, pero trabaja con los más capaces y competentes. 

Tus enemigos, por otra parte, constituyen una mina de oro virgen que deberás aprender a explotar. Nunca permitas que la presencia de tus enemigos te altere o atemorice. Es mucho mejor tener contrincantes declarados que no saber por dónde acecha el enemigo. El hombre de poder da la bienvenida al conflicto y utiliza a los enemigos para enfatizar su reputación como un luchador firme, en quien se puede confiar en tiempos de incertidumbre. 

Aunque en general lo mejor es no mezclar el trabajo con la amistad, hay momentos en que un amigo puede ser usado en forma más efectiva que un enemigo. Por ejemplo, un hombre de poder suele verse en la necesidad de hacer algún “trabajo sucio”, pero, para guardar las apariencias, es preferible que lo haga otra persona en su lugar. Para eso resultan ideales los amigos, ya que el afecto que sienten los predispone a correr riesgos por uno. De la misma manera, si por algún motivo los planes te salen mal, es posible usar a un amigo como un oportuno chivo expiatorio. “Ésta caída del favorito” fue un truco usado con frecuencia por reyes y soberanos: dejaban que su mejor amigo cargara con la culpa de un error, ya que nadie sospecharía que habían sacrificado en forma deliberada a un amigo por ese motivo. Por supuesto, después de jugar esa carta, el gobernante perdía al amigo para siempre. Por lo tanto, conviene reservar el papel de chivo expiatorio para alguien cercano a ti, pero no demasiado próximo en el afecto. 

Por último, el problema de trabajar con amigos es que se confunden los límites y las distancias que una actividad laboral requiere. Pero si ambas partes del arreglo comprenden con claridad los riesgos que la relación entraña, un amigo puede llegar a ser un empleado muy eficiente. Sin embargo, en una relación de este tipo nunca deberá bajar la guardia. Está siempre atento a cualquier señal de conflicto emocional, como por ejemplo la envidia o la ingratitud. En el ámbito del poder nada es estable y hasta el amigo más íntimo puede convertirse en el peor de los enemigos. ¡Mantente siempre alerta!

viernes, 23 de abril de 2021

Publicación.

 

Gana por tus acciones…

Conde Víctor Lustig 

Lic. Alfredo Castañeda Flores        Analista 

Cualquier triunfo circunstancial que obtengas, amable lector, a través de argumentación verbal, en realidad es sólo una victoria pírrica: el resentimiento y la mala voluntad que así generas son más intensos y duraderos que cualquier acuerdo momentáneo que hayas logrado. Es mucho más eficaz lograr la coincidencia de otros contigo a través de tus acciones, sin decir palabra alguna. No expliques; demuestra. 

En el ámbito del poder, es necesario que aprendas a juzgar tus movimientos según los efectos a largo plazo que surtan en los demás. El problema de tratar de probar una posición u obtener una victoria mediante la argumentación verbal reside en que nunca puedes determinar con certeza de qué manera tus palabras afectan a las personas con las que estás discutiendo: puede ser que en apariencia coincidan contigo, pero por dentro quizás no aprueben tus ideas. O tal vez los haya ofendido algo que dijiste sin darte cuenta (muy frecuente y común que suceda), las palabras tienen esa insidiosa cualidad de ser interpretadas de acuerdo con el estado de ánimo y las inseguridades del que las recibe. Ni siquiera el mejor argumento tiene una base por completo sólida, dado que todos hemos llegado a desconfiar de la naturaleza escurridiza de las palabras. Y días después de manifestar nuestra coincidencia con alguien podemos volver a caer en nuestra posición original, aunque más no sea por mero hábito. 

Hay algo que debes comprender, inteligente lector, las palabras son más baratas por docena. Todo el mundo sabe que, en el fragor de una discusión, todos decimos cualquier cosa con tal de apoyar nuestra causa. Citamos la Biblia, hacemos referencia a estadísticas imposibles de verificar. ¿A quién queremos convencer con inconsistencias de esa índole? Los actos y las demostraciones concretas son mucho más convincentes y significativas. Están ahí, a la vista, podemos verlos y tocarlos: Sí, ahora la nariz de la estatua está perfecta. No hay palabras que ofendan ni posibles malas interpretaciones. Nadie puede discutir una demostración concreta. Como decía Baltasar Gracián: la verdad, por lo general, no se oye; se la ve. 

El poder de saber demostrar las propias ideas radica en que los rivales no se ponen a la defensiva y por lo tanto resultan mucho más fáciles de persuadir. Hacerles sentir literal y físicamente qué es lo que quieres demostrar tiene mucha más fuerza que cualquier argumento verbal. 

La argumentación verbal cumple una función vital en el ámbito del poder: distraer y tapar tus huellas cuando quieres engañar a alguien o te sorprenden en una mentira. En estos casos es ventajoso argumentar con toda la convicción de que puedas hacer gala. Enreda a la otra persona en tu argumentación para distraerla de tus movimientos engañosos. Cuando te sorprendan en una mentira, cuanto más emotivo y convencido te muestres tanto menos parecerás estar mintiendo. 

Esta técnica ha ayudado a salvar el pellejo a más de un estafador. En cierta oportunidad, el conde Víctor Lustig, embaucador por excelencia, había vendido a docenas de víctimas de todos los Estados Unidos una caja que, cual afirmaba, copiaba dinero. Al descubrir el engaño, la mayoría de sus víctimas optaba por no hacer la denuncia penal, para evitar pasar vergüenza en público. Pero un Sheriff llamado Richards, del condado de Remsen, Estado de Oklahoma, no era el tipo de hombre que aceptara con tranquilidad que lo estafaran con diez mil dólares, de modo que rastreó a Lustig hasta que una mañana lo encontró en un hotel en Chicago. 

Lustig oyó un golpe a su puerta. Cuando la abrió, se encontró de frente con una pistola que le apuntaba. ¿Cuál es el problema? Preguntó con toda calma. ¡Hijo de tu perra madre! gritó el sheriff, ¡lo voy a matar! ¡Me ha estafado con esa maldita caja que me vendió! Lustig simuló total perplejidad. ¿Me está diciendo que no funciona? preguntó con inocencia. Usted sabe muy bien que no funciona, contestó el sheriff. Pero es imposible, replicó Lustig, ¿Está seguro de haberla manejado bien? Hice exactamente lo que usted me indicó, contestó Richards. No, algo debe de haber hecho mal, insistió Lustig. Y así continuaron dando vueltas y vueltas, mientras el arma iba bajando poco a poco. 

A continuación Lustig pasó a la segunda fase de la táctica de la argumentación: bombardeó al otro con un fárrago de explicaciones técnicas sobre la forma de manejar la caja, de tal modo que confundió y envolvió por completo al sheriff, que se mostraba cada vez menos seguro de sí mismo y discutía cada vez con menos convicción. Mire, dijo Lustig al fin. Le devolveré su dinero en este momento. Además, le daré instrucciones por escrito sobre cómo manejar la máquina e iré a verlo a Oklahoma para asegurarme que funcione como es debido. No puede fallar. El sheriff accedió de mala gana. 

Para dejarlo totalmente satisfecho, Lustig sacó un fajo de cien billetes de cien dólares y se los entregó, al tiempo que le aconsejaba relajarse y pasar un fin de semana divertido en Chicago. Más tranquilo y un poco confundido, el sheriff se marchó. Durante los días siguientes Lustig estudiaba el diario todas las mañanas. Por fin encontró lo que buscaba: una breve nota que informaba del arresto, el juicio y la condena del sheriff Richards por haber hecho circular billetes falsos. Lustig ganó la discusión y Richards nunca más volvió a molestarlo. ¡Actívate!

Publicación.

 

Recrea tu cuerpo y alma…

Lic. Alfredo Castañeda Flores       Analista 

No aceptes los papeles que la sociedad te ha endilgado. Fórjate una nueva identidad que atraiga la atención y nunca aburras al público. Sé el dueño de tu propia imagen, en lugar de permitir que otros la definan por ti. Incorpora elementos dramáticos en tus gestos y acciones públicas, y tu poder se verá reforzado y tu personalidad crecerá en forma asombrosa. 

Las características con las que tú pareces haber nacido no necesariamente son lo que tú eres; más allá de las que has heredado, tus padres, tus amigos y tus pares te han ayudado a modelar tu personalidad. La prometeica tarea de los poderosos consiste en asumir el control de ese proceso, dejar de permitir que los demás ejerzan la capacidad de limitar y modelar. Recréate y conviértete en un personaje de poder. Trabajar sobre ti mismo, como lo hace el artista con la arcilla, debe ser una de tus principales y más gratificantes tareas en la vida. Eso lo torna en esencia un artista, un artista que se crea a sí mismo. 

En realidad, la idea de auto creación proviene del mundo del arte. Durante miles de años, sólo los reyes y los más altos cortesanos tenían la libertad de modelar su imagen pública y determinar su propia identidad. De forma similar, sólo los reyes y los aristócratas más acaudalados podían ver reflejada su propia imagen en obras de arte y modificarla de manera deliberada. El resto de la humanidad desempeñaba el limitado papel que la sociedad les exigía y tenía poca conciencia de sí. 

Un cambio en esta situación puede detectarse en el cuadro Las Meninas, de Velázquez, pintado en 1656. El artista aparece a la izquierda de la tela, parado delante de una pintura, aún inconclusa, situada de modo tal que no podemos verla. Junto al artista hay una princesa, sus asistentes y uno de los enanos de la corte, todos los cuales lo observan trabajar. La gente que posa para el cuadro tampoco es directamente visible, pero podemos verla reflejada, muy pequeña, en un espejo dispuesto en la pared del fondo: el rey y la reina de España, que deben de estar sentados en algún lugar del primer plano, fuera del cuadro real. 

Esta obra representa un dramático cambio en las dinámicas del poder y en la capacidad de determinar la propia posición dentro de la sociedad. Porque Velázquez, el artista, ocupa en el cuadro una posición mucho más prominente que el rey y la reina. En cierto sentido, es más poderoso que ellos, dado que es él quien controla la imagen, la imagen de los reyes. Velázquez ya no se veía como el artista esclavo y dependiente. Se había recreado en un hombre de poder. Y, en efecto, los primeros en jugar abiertamente con su imagen en nuestra sociedad occidental, más allá de los aristócratas, fueron los artistas y los escritores y, más tarde, los dandies y los bohemios. Hoy en día, el concepto del auto creación se ha filtrado poco a poco en el resto de la sociedad y se ha convertido en un ideal al que aspirar. Lo mismo que Velázquez, tú deberás reclamar el poder de determinar tu posición en el cuadro y de crear tu propia imagen. 

El primer paso del proceso de auto creación es el de tomar conciencia de ti mismo como actor y controlar tu apariencia y tus emociones. Como dijo Diderot, el mal actor es aquel que siempre es sincero. Las personas que muestran su corazón en sociedad resultan cansadoras y fastidiosas. A pesar de su sinceridad, cuesta tomarlas en serio. Quienes lloran en público podrán generar una compasión temporaria, pero la compasión pronto se convierte en burla e irritación cuando sentimos que esos individuos lloran para llamar la atención, y una parte maligna de nuestra personalidad desea negarles tal satisfacción. 

Los buenos actores se controlan mucho mejor. Saben simular sinceridad, pueden producir a voluntad una lágrima o una mirada compasiva, pero no tienen necesidad de sentirlo. Transmiten las emociones de forma tal que los demás las comprendan. Ningún gobernante o líder sería capaz de desempeñar su papel si todas las emociones que muestra en público debieran ser reales. Así que aprende a auto controlarte. Adquiere la maleabilidad de un actor, capaz de modelar tu rostro de acuerdo con  la emoción que el momento o las circunstancias requieran. 

El segundo paso del proceso de auto creación es una variante de la estrategia de George Sand: la creación de un personaje memorable, que concite la atención, que se destaque de entre los demás actores del escenario. Ése era el juego de Abraham Lincoln. Sabía que el sencillo y llano hombre de campo era un tipo de presidente que los Estados Unidos nunca habían tenido pero que a los ciudadanos les encantaría elegir. Aunque muchas de esas cualidades le surgían de modo natural, además las enfatizaba: el sombrero, la vestimenta, la barba. (Antes de él, ningún presidente estadounidense había usado barba) Lincoln fue también el primer presidente que utilizó fotografías para difundir su imagen, con lo cual contribuyó a crear el icono del “presidente campesino”. 

Sin embargo, una buena obra teatral requiere más que una apariencia interesante y un único momento de lucimiento. Es algo que se va desarrollando a través del tiempo. El ritmo y el momento oportuno son fundamentales. Y uno de los elementos más importantes del ritmo de un drama es el suspenso. Los actos de Houdini, por ejemplo, ven los que se libraba de las más complejas ataduras podían llevarse a cabo en pocos segundos, pero él los prolongaba durante varios minutos para hacer transpirar al público. 

La clave de mantener en vilo al público radica en hacer que los hechos se desarrollen con lentitud, para acelerarlos luego en el momento indicado, de acuerdo con un esquema y un ritmo que tú controlas a la perfección. Los grandes gobernantes, desde Napoleón a Mao Tse-Tung, han utilizado ese ritmo teatral para sorprender y distraer a su público. También Franklin Delano Roosevelt comprendió la importancia de poner en escena los acontecimientos políticos de acuerdo con un orden y un ritmo determinados. 

En el momento de su elección presidencial, en 1932, los Estados Unidos se hallaban inmersos en una terrible crisis económica. Los Bancos sufrían colapsos a un ritmo alarmante. Poco después de ganar las elecciones, Roosevelt se sumergió en una especie de retiro. No habló sobre sus planes ni sobre las designaciones para su gabinete. Incluso se negó a reunirse con el presidente en ejercicio, Herbert Hoover, para discutir la transición. En enero de 1933, el mes de la asunción de la presidencia por parte de Roosevelt, el país se encontraba en un estado de extrema ansiedad. 

En su discurso inaugural, Roosevelt cambió abruptamente de tónica. Pronunció un discurso impresionante y dejó en claro que su intención era conducir al país en una dirección por completo nueva, que barrería con los gestos tímidos de sus predecesores. A partir de ese momento, el ritmo de sus discursos y decisiones públicas –designaciones de gabinete, audaces medidas legislativas—fueron desarrollándose a un ritmo increíblemente acelerado. El periodo posterior a su asunción de la presidencia se conoció más adelante como los “Cien Días”, y su éxito en revertir el estado el estado de ánimo del país se debió en parte al hábil ritmo que imprimió a su accionar y al uso de contrastes dramáticos. Mantuvo al público en suspenso para luego conmoverlo con una serie de gestos audaces que tuvieron aún más fuerza por ser tan sorpresivos e inesperados. Tú, amable lector, deberás aprender a dirigir los hechos de forma similar, sin poner nunca todas las cartas sobre la mesa, sino mostrándolas paulatinamente y de forma tal que el efecto dramático se vaya acrecentando. ¡Ánimo!

miércoles, 21 de abril de 2021

Publicación.

 

Fantasía y realidad…

Lic. Alfredo Castañeda Flores        Analista 

Muchas veces se evita la verdad porque suele ser dura y desagradable. Nunca recurras a la verdad ni a la realidad, salvo que estés dispuesto a enfrentar la ira que genera la desilusión. La vida es tan dura y problemática que aquellas personas capaces de inventar ilusiones o conjurar fantasías son como un oasis en el desierto: todos van hacia ellas. Apelar a las fantasías de las masas es una fuente inmensa de poder. 

La fantasía nunca puede actuar sola. Necesita como telón de fondo lo monótono, ordinario y vulgar. Es la opresión deprimente de la realidad lo que permite que la fantasía eche raíces y florezca. En la Venecia del siglo XVI, la realidad era la decadencia y la pérdida de prestigio. La fantasía correspondiente mostraba una recuperación repentina de las glorias del pasado a través del milagro de la alquimia. Mientras la realidad empeoraba, los venecianos vivían en un feliz mundo de ensoñación, en el cual su ciudad recuperaba, de la noche a la mañana, su fabulosa riqueza y su poder, convirtiendo el polvo en oro. 

La persona capaz de armar una fantasía a partir de una realidad deprimente tiene acceso a un poder enorme. Al buscar la fantasía que cautivará a las masas, ten presentes las verdades banales que inciden pesadamente en todos, nunca te dejes distraer por los brillantes retratos que la gente pinta de su persona y de su vida; hurga y trata de encontrar lo que de veras los aprisiona. Una vez que lo hayas encontrado, tendrás en tus manos la clave mágica que te otorgará el poder. 

El cambio es lento y gradual, exige trabajo intenso, un poco de suerte, una buena dosis de espíritu de sacrificio y mucha paciencia. 

Una transformación repentina traerá aparejado un cambio total de la fortuna, obviando, de un solo golpe mágico, el trabajo, la suerte, el espíritu de sacrificio y el tiempo. 

Ésta es por supuesto la fantasía por excelencia utilizada por los charlatanes que merodean y acechan en nuestros tiempos. 

Si bien explotar la fantasía de las masas otorga poder, también implica ciertos riesgos. La fantasía, por lo general, contiene un elemento lúdico: el público, en cierta medida, se da cuenta de que es engañado pero aun así mantiene viva la ilusión, pues disfruta de la temporaria distracción de lo cotidiano que les ofreces. De modo que deberás manejarla con habilidad y nunca acercarte demasiado a un punto en que te exijan que demuestres resultados concretos. Ese punto poder implicar grandes riesgos. 

Después de que Bragadino se hubo establecido en Múnich, descubrió que los pragmáticos bávaros tenían mucha menos fe en la alquimia que los temperamentales venecianos. Sólo el duque creía en la alquimia, porque necesitaba que lo salvara de la situación angustiante en que se encontraba. Mientras Bragadino se dedicaba a su habitual juego de ganar tiempo, aceptando regalos y esperando paciencia, el público comenzó a enfurecerse, pues se gastaba dinero sin  que redituara nada. En 1592 los bávaros exigieron justicia y Bragadino terminó en la horca. Lo mismo que antes, había prometido sin cumplir, pero esta vez se había equivocado al juzgar la indulgencia y la paciencia de sus anfitriones, y su imposibilidad  de cristalizar las fantasías de éstos le resultó fatal. 

Algo más. Nunca cometas el error de imaginar que la fantasía siempre es fantástica. Por cierto que contrasta con la realidad, pero la realidad en sí misma es a veces tan teatral e insólita, que la fantasía se convierte en un deseo de cosas simples. Por ejemplo, la imagen que se creó Abraham Lincoln, de un simple abogado rural con barba, lo convirtió en el Presidente electo por el pueblo. 

  1. T. Barnum creó un acto muy exitoso con Tom Thumb, un enano que se disfrazaba de célebres líderes del pasado, como Napoleón, y los ridiculizaba con malicia. El espectáculo encantó a todo el mundo, incluso a la reina Victoria, porque jugaba con la fantasía de la época: basta ya de los vanagloriosos soberanos de la historia; el hombre común sabe más que ellos. Tom Thumb revirtió el esquema familiar de la fantasía, en el cual lo extraño y desconocido se convierte en el ideal. Pero aun así obedeció los preceptos de esta ley, porque lo que subyace a su representación era la fantasía de que el hombre simple no tiene problemas y es más feliz que los ricos y poderosos. 

Tanto Lincoln como Tom Thumb se hacían los populares pero supieron mantener una cuidadosa distancia. Si tú, amable lector, juegas con este tipo de fantasías deberás cuidar de mantener tal distancia y no permitir que tu personaje “popular” se convierta en algo demasiado familiar, pues de lo contrario no logrará proyectarse como fantasía. ¡Toma nota!