Fortaleza mental.
Una característica que
muy pocos valoran, pero que es primordial en el desarrollo humano, es la
fortaleza mental.
Queda claro que es la
base de una vida positiva o negativa, aunque la mayoría lo desconozca.
Una mentalidad fuerte,
es capaz de crear seres humanos exitosos, excelentes, maravillosos, libres de
los pequeños “pecados” que atrapan a las mayorías.
Es muy frecuente y
común, saber, leer o escuchar versiones de los mediocres que pululan a nuestro
alrededor, utilizando de pretextos, de su pésima manera de vivir, lo que
vivieron con sus padres, abuelos, tíos o incluso extraños, desde su nacimiento,
niñez, adolescencia, etcétera. Todos tienen culpa en lo que ahora están
convertidos, obviamente, menos ellos. Y tienen algo de razón, claro que el
entorno familiar, social, influye en la formación de un ser humano, pero no es
la causa principal cuando se alcanza la mayoría de edad.
Lo que diferencia,
entre lo bueno y malo, positivo o negativo, el triunfo y el fracaso, es la fortaleza
mental de cada ser humano. Hay personas que desde que nacen, sufren maltrato
físico y/o sicológico, abandonos, orfandad parcial o total y un innumerable
número de infortunios, saliendo adelante, en su vida adulta, son gente de bien,
fuertes en todos los sentidos, con una familia sólida, unos hijos ejemplares,
con su vida económica resuelta; pero la mayoría ocupa ese sufrimiento, como
pretexto para caer en los abusos y adicciones, en formar familias
disfuncionales, con hijos que van repitiendo los mismos errores que ellos y no
debe ser así.
Por otro lado, están
aquellos que desde que nacen lo hacen en una familia acomodada económicamente,
con buenos niveles de escolaridad, que todo lo que desean, reciben, que les
cumplen hasta el mínimo capricho, que incluso, desde antes de su mayoría de
edad, tienen un automóvil propio, etcétera. Pero por lo mismo, caen en las
mismas circunstancias de mediocridad y oscuridad que los que viven lo
contrario. Y como digo, la fortaleza mental individual, es la que hace la
pequeña, inmensa diferencia. Claro que en ambos grupos sociales hay de todo un
poco, pero, aunque a los pobres, les caigan mal los ricos, es mayor el
porcentaje de gente paupérrima con escasa fortaleza, que viceversa.
En la actualidad, esa
falta de fortaleza mental, ha incrementado la pobreza económica de nuestro
país. Para muchos quizás duden que influya, pero, es verdad. No hace falta
buscar tanto a esos seres desdichados, (por su gusto), muchos conocemos un
familiar, vecino, amigo, compañero de empleo o profesión, que no tiene una casa
propia, que vive con sus padres o sus suegros, que renta (desde hace mucho
tiempo), o lo que es peor, que construyó una casa en un terreno a nombre de su
esposa o pareja, o vive en una casa que es de ella. A esos individuos,
literalmente, los tienen agarrados del orgullo, porque saben que en cualquier
momento, los pueden sacar a la calle, y claro, que conociendo a las mujeres,
los hacen como ellas quieren, dijeran los clásicos, los traen como trapeador,
porque tienen esa ventaja, sobre ellos. Y eso, amable lector, es ausencia de
valor como persona.
Otros, tienen un
automóvil, la casa bien equipada con la ultima tecnología, pero no tienen, lo
principal que una familia requiere, casa propia, están en cualquiera de las
condiciones antes señaladas.
Los hay muchos, que
sufren de cualquier adicción, que dinero que ganan, no les rinde, que están
endeudados hasta en la tienda de la esquina, pero su falta de seguridad y su
incongruencia, los hace presumir lo que no son, y mucho menos tienen, esto es
tan común en nuestro país. Creen que así engañan a los demás, y claro que lo
hacen, pero con gente similar a ellos. Por otro lado, los vicios, los van
deteriorando en la salud y su economía, además la convivencia familiar y en
general, se convierte en un infierno, dependiendo del nivel de los mismos, pero
generalmente, mueren en edades intermedias, pocas veces, superan los 70 años,
salvo que la fuerza de voluntad, sea mayor a las adicciones.
Porque una gente
adicta, así la internen, una y otra vez en los famosos anexos o casas de
rehabilitación, si no existe la fortaleza (nuevamente) de voluntad, seguirán
embruteciéndose como acostumbran, afectando a los que tienen la mala fortuna de
cohabitar con ellos.
Asimismo, y sin
resultar alarmista, la falta de fortaleza mental, está contagiando y matando a
mucha gente del virus que en esta ocasión, nos tocó vivir, porque la gente
débil, está aterrada de miedo por algo que no es grave, además se adapta a los
demás, porque cuando convive con alguien que no cree en la pandemia, resulta
que él tampoco cree, pero cuando es lo contrario, se muestra crédulo y sale a
relucir todo el miedo que en realidad tiene y eso, como he señalado en otras
entregas, mata más que un contagio normal de una gripe. Está claro que, el
miedo mata más que la felicidad, elige ser feliz.
Un ser humano con
fortaleza mental, vive su vida normal, sin sobresaltos, ni miedo, no se deja
manipular, persuadir o engañar por nadie, sabe lo que desea para él y para los
que lo rodean, no cree con facilidad lo que sabe que afectará su salud y
sobretodo, su mente y por lo mismo, no cae en falacias, está enfocado en sus
objetivos que le ayudarán a tener un mejor futuro, entre ellos, el de ahorrar
para que a determinada edad, deje de trabajar y viva cómodamente, del esfuerzo
de su trabajo pasado, no como los débiles que mueren trabajando y muchas veces
en la pobreza. La fortaleza mental, sirve, entre muchas cosas, para que los
últimos años de la vida, se viva bien, sin tener la necesidad de trabajar.
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