martes, 31 de diciembre de 2024

Lo concedes o lo otorgas...

 

EL PERDÓN… 

Aprovecho este espacio para abordar un tema arduo y complejo, me parece conveniente acercarme al tema, no sólo por la importancia que cobra el perdón en las condiciones de vida actuales, sino por las implicaciones terapéuticas del mismo en problemas en los que la ira, el rencor y el odio son determinantes, como por ejemplo: abuso sexual, maltrato sicológico, violencia intrafamiliar y sicopatía. 

Preguntas difíciles de responder: ¿Cómo es posible que algunas personas que han sido violentadas en su fuero íntimo de la manera más brutal e ignominiosa puedan dejar a un lado el yo maltratado y saltar por encima del más profundo resentimiento (podría ser justificado) para llegar al tranquilo valle del perdón y redimir val agresor y liberarse a sí mismos? ¿Es posible alcanzar esta conversión del afecto negativo que compromete tanto al ofendido como al ofensor? ¿Existe algún proceso mental de preparación para que el perdón haga su aparición o, en realidad se trata, tal como sostienen algunos filósofos, de un acto gratuito y espontáneo? ¿Se trata de un fenómeno determinado por el amor o por la cognición? ¿Puedo perdonar con sólo proponérmelo? 

Antes de explicar lo que es el perdón y cómo acceder a él, se hace importante señalar dos obstáculos que impiden muchas veces llevar a cabo el Acto de perdonar: la indiferencia y el odio intenso. Se los explico en detalle. 

Cuando se dice que matamos a alguien con la indiferencia, no es tan simbólica la afirmación. El asesinato afectivo es un hecho cotidiano. Ignorar la naturaleza humana del otro es rebajar su condición moral y jurídica, es desconocerlo como un interlocutor válido y como sujeto. Si te considero prescindible, te hago a un lado, dejo constancia de mi desinterés, de mi apatía sicológica, del rechazo a tu presencia. Lo que se opone al amor no es el odio, sino la pura y simple indiferencia. Si te digo que eres un idiota, al menos te estoy reconociendo como ser humano, así la motivación sea odiarte y desestimar tus logros y virtudes, pero si te dirijo la palabra, te aplico la ley del hielo o te ubico por debajo de mis umbrales perceptivos, te excluyo del universo. Desapareces para mí y punto. 

Pienso que el estilo indiferente puede tomar al menos tres formas, según cómo nos ubiquemos respecto de los demás. Aunque estas maneras de vincularse se entremezclan en la práctica, las separaré para fines de mejor entendimiento. 

Un primer modo consiste en menospreciar al otro. Es la política del narcisista, del ególatra, del que se considera especial y único, y ha hecho de su ego un santuario. La gente está para servirle, para alabarlo. Tiene un valor, pero es siempre menor que el propio. El menosprecio reconoce al prójimo como un súbdito o un admirador, un mal necesario para alimentar la vanidad. Su existencia se justifica en la medida en que aumenta la autoimagen de un yo cada vez más acaparador. Aceptar la superioridad del narciso hace que este te mantenga en sus huestes, pero si muestras cualquier esbozo de democracia, te echará rápidamente porque jamás compartirá el poder. Lo que piensan y sienten las demás personas carece de importancia, si no contribuye a la supuesta grandeza. 

El segundo modo profundiza y hace más agresiva la lejanía. Es el estilo del sujeto antisocial y violento, de los sociópatas, de los fríos de corazón, de los que creen que están por encima de la cadena evolutiva y pueden aplastar a los de abajo sin culpa para sobrevivir. Para ellos, el mundo les pertenece a los más fuertes, así que los débiles solamente cumplen una función alimentaria para los depredadores más grandes. Dicho de otra forma: el otro está cosificado. Si en el modo narcisista la dinámica era el menosprecio, aquí es el desprecio: eres un objeto del que hay que aprovecharse sin miramientos. No hay moral ni ética, porque el ser humano desaparece. Y no es necesario buscar los sicópatas en algún archivo policial o judicial de asesinos en serie, ellos también andan a nuestro alrededor funcionando soterradamente; basta observar detenidamente para descubrirlos. 

El tercer estilo se ubica en la indiferencia pura: ni menosprecio ni desprecio, simple y sencillamente, la no existencia ajena. Hay desvinculación total y de cuajo. No te veo ni te siento, estás en otra dimensión. Insisto: no se trata de desinterés, sino del destierro ontológico del otro. El ser se pierde, la humanidad se pulveriza. Los esquizoides y los ermitaños son expertos en hacer invisibles al prójimo. Se apertrechan en su territorio, llevan la autonomía al límite y declaran una autosuficiencia emocional radical. 

Las tres formas reseñadas de ruptura interpersonal no agotan el tema. En realidad la indiferencia es un monstruo de más cabezas. Se cuela en la vida cotidiana, en los gobiernos, en la ciencia, los negocios, los deportes y en todas las relaciones humanas, no importa la edad ni la clase social. Es una epidemia silenciosa que no parece tener cura. La indiferencia es lo que se opone a la ética y especialmente al altruismo y la solidaridad (perdón incluido), clave de la convivencia saludable. Por eso, los Derechos Humanos no solamente son un problema político, también son una cuestión sicológica. Vale la pena tenerlo en cuenta: indiferencia y vida, son incompatibles.

lunes, 30 de diciembre de 2024

Para aprender más...

 

MENTIR ¿ALGO NATURAL?

Rollos verbales, mentiras piadosas, embustes, chismes (incluso hace dos sexenios un ex secretario de Gobernación dijo ser víctima de “sospechosismo” –estoy seguro que esa palabra no existe—seguro se trató de otro tipo de mentira). Sin importar cómo les llamemos o el contexto en el que ocurran, todos tenemos una opinión sobre qué son las mentiras y hay un sinfín de maneras de describir el acto de mentir. Para mí, una mentira es una acción corporal, una acción verbal o una omisión que se usa para engañar a otra persona. Por ejemplo, un ladrón miente con el cuerpo al simular que no hace nada malo, cuando en realidad guarda cosas en sus bolsillos. A su vez, una persona puede engañar a otra al decir, o no decir, ciertas palabras. En ambos casos, se busca engañar acerca de lo que es verdadero. 

La gran mayoría de las personas coincide en que mentir es un acto deshonesto. Por ello, debido a la connotación negativa que lleva implícita, cuando son interrogadas, muchas personas dicen que rara vez mienten. En la mayoría de los casos esto es incorrecto. A lo largo de los años se han hecho muchos estudios sobre la frecuencia con que se miente. Algunos concluyen que la gente dice por lo menos dos mentiras al día (¡tan sólo 730 veces al año!) mientras que estudios más recientes sostienen que las personas comunes pueden llegar a mentir al menos tres veces en cada conversación que dure aproximadamente 10 minutos. El punto medio se encuentra en una investigación de Robert Feldman, de la Universidad de Massachusetts, en la cual se halló que 60 por ciento de las personas mienten por lo menos dos veces en conversaciones de 10 minutos. A la mayoría de las personas les sorprenden estas estadísticas, que rayan en lo increíble. Esto es comprensible ya que una de las mayores ofensas que se puede hacer a alguien es acusarlo de mentiroso. Sin embargo, los múltiples estudios llevados a cabo en diferentes grupos sociales y culturales demuestran un hecho innegable: la mentira es universal y cotidiana. 

Al principio, cuando las personas escuchan o leen esto, tienden a no estar de acuerdo. Admito que en un inicio suena escalofriante. La única manera de que dichas estadísticas tengan sentido para nosotros es conociendo la naturaleza de la mentira y aceptando que se trata de un elemento normal de la interacción entre los seres humanos. Sólo cuando entiendas la naturaleza de las mentiras y puedas identificar cuándo alguien te dice una, serás capaz de calcular el motivo por el cual te quiere engañar. 

En términos generales, hay dos tipos de mentiras: las que se dicen en beneficio propio y las que benefician a alguien más. Como su nombre lo indica, las mentiras en beneficio propio se usan para ayudar a la persona que las dice, mientras las que benefician a alguien más ayudan a otra persona. Las segundas suelen ser innocuas y rara vez resultan dañinas. Son las llamadas mentiras piadosas y son políticamente correctas, ya que su intención es beneficiar o proteger a alguien más. En cambio las mentiras en beneficio propio tienen un potencial para dañar a quienes les son dichas. Porque dan ventaja o protegen a quien las dice. Las cuatro razones principales por las cuales se miente en beneficio propio son: 

·       Protegerse de la vergüenza.

·       Dar una impresión positiva.

·       Ganar ventaja.

·       Evitar un castigo. 

En muchos casos mentir puede ser muy dañino para otras personas y arruinar nuestras relaciones, y a nosotros mismos. Así que hay que aprender a moderarse.

domingo, 29 de diciembre de 2024

¿Lo conoces?

 

El círculo de la competencia. 

Nadie entiende el mundo en su totalidad. Para el cerebro humano es una tarea demasiado complicada. Aun cuando seas una persona muy culta, sólo entenderás una minúscula parte. Pero eso ya es bastante, pues es la pista de despegue para tu vuelo de altura: tu éxito en la vida. Si falta esta pista, jamás habrá un despegue. 

El inversionista Warren Buffett utiliza el maravilloso concepto círculo de competencia. Lo que se encuentra dentro de este círculo lo dominas a la perfección. Lo que se halla fuera de él, no lo entiendes o solo hasta cierto punto. El lema de Buffett es: “Conozca su círculo de competencia, y quédese en él. No importa demasiado qué tan grande es. Lo que sí es muy importante es saber exactamente donde está trazada la línea”. Charlie Munger, el socio de Buffett, agrega: “Usted debe averiguar cuáles son sus talentos. Si prueba fortuna más allá de su círculo de competencia, tendrá una carrera miserable. Casi se lo puedo garantizar”. Tom Watson, el fundador de IBM, es la prueba viviente de esa hipótesis. Decía de si mismo: “No soy un genio, soy parcialmente inteligente, pero me mantengo, de forma consecuente, cerca de estas partes”. 

Organiza tu vida laboral estrictamente en torno a esta idea. El enfoque radical en el propio círculo de competencia no solo te dará frutos monetarios, sino también –e igual de importantes—frutos emocionales, a saber, la invaluable sensación de ser un maestro en algo. Además, ahorrarás tiempo, porque no tendrás que decidir cada vez si aceptas o rechazas una oferta. Mediante un círculo de competencia con una circunferencia claramente delimitada, podrás resistirte a peticiones inoportunas pero irresistibles. 

Lo importante es que jamás sobrepases los límites de tu círculo de competencia. Hace muchos años, un riquísimo empresario le ofreció determinada cantidad a un amigo escritor para que le escribiera su biografía, fue una oferta muy tentadora. El escritor, la rechazó. Las biografías se encuentran fuera de su círculo de competencia. Para poder escribir, me dijo, una de primera, se necesitan una serie interminable de entrevistas e investigaciones meticulosas. Se requieren habilidades diferentes a las necesarias para escribir una novela o un libro de divulgación, y yo carezco de ellas, me dijo. Me hubiera perdido en los detalles, me hubiera frustrado, y lo más significativo es que, en el mejor de los casos, hubiera escrito un libro mediocre. Aprendí una gran lección. 

En su libro nada mediocre Risk Intelligence, Dylan Evans retrata a un jugador profesional de backgammon llamado J. P. “J. P. cometía algunos errores a propósito para observar de qué manera su adversario sacaría provecho de la situación. Si el otro demostraba habilidad, J. P. se retiraba del partido. De ese modo, no arriesgaba dinero en vano. En otras palabras, J. P. comprendía lo que muchos otros jugadores no: sabía cuándo no jugar”. Podía distinguir a los adversarios que lo podían sacar de su círculo de competencia, y los evitaba. 

Aparte de la tentación de salirse del círculo de competencia, existe una segunda seducción igual de fuerte: ampliar el circulo de competencia. Esta seducción es especialmente grande si eres exitoso dentro del circulo que ya dominas y te sientes como pez en el agua. Aun así, no lo hagas. Tus capacidades no se transmiten de un campo a otro. Un gran jugador de ajedrez no necesariamente  es un buen estratega en la vida comercial. Un cardiocirujano no es automáticamente un buen director de hospital. Un especulador inmobiliario no necesariamente es un buen presidente de la República. 

¿Cómo se crea un círculo de competencia? No basta consultar Wikipedia, ni siquiera es suficiente con una carrera universitaria tradicional. Lo que se necesita es tiempo, mucho tiempo. “Debes dar por sentado que cualquier cosa valiosa toma mucho tiempo”, dice una regla a la que se atiene, exitosamente la diseñadora estadounidense Debbie Millman.   

Otra cosa que se requiere: obsesión. La obstinación es una suerte de adicción. Por eso generalmente se habla de ella de manera despectiva. Leemos acerca de los jóvenes que adictos a los videojuegos, a las series de televisión o al aeromodelismo. Es hora de considerar la obsesión como algo positivo. Impulsa a los hombres a invertir miles y miles de horas en un asunto. Cuando era joven Bill Gates tenía una obsesión: la programación. Steve Jobs, la caligrafía y el diseño. A los 12 años, Warren Buffett compró sus primeras acciones con el dinero que le daban sus papás los domingos; desde entonces está obsesionado con las inversiones. Nadie diría hoy que Gates, Jobs o Buffett desperdiciaron sus años de juventud. Al contrario: debido a que estaban tan obsesionados invirtieron miles de horas necesarias para volverse expertos en su área. La obstinación es un motor, no una falla del motor. 

Lo opuesto a la obsesión, por cierto, no es la antipatía, sino el interés, una manera amable de decir: “realmente no me interesa”. 

¿Por qué la idea del círculo de competencia es tan poderosa? ¿Cuál es su secreto? Muy fácil: un maestro en programación no es el doble de bueno que un buen programador, tampoco es tres veces o diez veces mejor. Un maestro resuelve el mismo problema en una milésima parte del tiempo que el que necesitaría un buen programador. Lo mismo ocurre en el caso de los abogados, los cirujanos, los diseñadores, científicos, vendedores. Adentro o afuera del círculo de competencia estamos hablando del factor mil. 

Cabe agregar que la idea de que la vida se puede planear es una ilusión. En todos lados el azar causa estragos, a veces parece un huracán. Solo hay un lugar en el que la brisa es más suave, y ese lugar es tu círculo de competencia. No encontrarás el mar quieto como un espejo, pero por lo menos el oleaje te permitirá navegar de modo seguro. En palabras más sencillas: dentro de tu círculo de competencia estás, hasta cierto punto, a salvo de las ilusiones y de los errores mentales. Incluso puedes arriesgarte a romper con las convenciones, pues tienes una visión suficientemente amplia y puedes calcular el impacto que tendrán tus acciones. 

Conclusión: deja de molestarte por tus defectos, amable lector. Deja tus clases de salsa si tienes dos pies izquierdos. Deja de soñar con una carrera artística si tu hijo no puede distinguir si dibujaste una vaca o un caballo. Quítate la idea de la cabeza de tener tu propio restaurante si ya la visita de tu tía te agobia. Es un hecho que es completamente irrelevante en cuántos campos eres un mediocre y en cuántos tus habilidades están por debajo del promedio. Lo importante es que por lo menos sepas hacer extremadamente bien una cosa; de preferencia, a nivel mundial. Si es tu caso, cuentas con buenas posibilidades de vivir una buena vida. Dominar por completo una sola cosa compensa mil debilidades. Cada hora que inviertes dentro de tu círculo de competencia vale más que mil horas invertidas fuera de él. ¡Atento!

sábado, 28 de diciembre de 2024

Publicación...

 

El mexicano romántico…

Lic. Alfredo Castañeda Flores      ANALISTA

28 dic. 2024.-Cada día que transcurre, el hastío de la gente pensante crece más, por todo lo que oye, lee y ve. Y es que sinceramente, la ignorancia y mediocridad nacional está inmersa en todos los rincones del país. Y dudo que se vayan a alejar pronto, porque cada vez estamos peor. 

El mexicano es asiduo romántico, cree a pie juntillas todo lo que los medios de “comunicación” sueltan un día sí y al otro también, como he señalado en entregas anteriores, no se detiene un instante para cuestionar lo que llega a él. Salvo cuando lo afecta de forma personal e individual, y eso, su enojo o lo que sienta, dura poco, es tan débil de mentalidad y de corta memoria, lo que hace que a nivel mundial seamos vistos como una raza poco digna de confianza. 

Por supuesto que en los demás países hay gente preparada que se dedica a analizar a las distintas razas y países, de una forma tan precisa como milimétrica, de ahí que haya las llamadas alertas a sus conciudadanos para bien o para mal, o la implementación de políticas internas, respecto a los extranjeros que ingresan a los países. Salvo aquí. Donde desde el gobernante hasta el empleado gubernamental más simple que hay, están llenos de desinformación e ignorancia. Entonces no hay ningún estudio certero que analice X o Y área o país. Simple y sencillamente se lanzan como El Borras, por lo que otros comentan, y así no se puede andar con seriedad, contradiciendo a los mandatarios de otros países. 

Me refiero, concretamente a las declaraciones que desde que obtuvo la victoria, ha estado publicitando el presidente electo de los EU, Donald Trump y las respuestas tibias, forzadas que hace la presidentA mexicana y alguno que otro funcionario de su gabinete, como Marcelo Ebrard Casaubón, secretario de Economía, esto porque saben que de cumplir las amenazas que ha señalado, como la imposición de aranceles, si no se modifica la seguridad en el país, nos afectará aun más. Encontrándose entre la espada y la pared, por un lado, los acuerdos celebrados en lo oscurito con algunas minorías y por el otro, lo que implica desafiar a la mayor potencia económica mundial, que por desgracia es nuestro vecino. Además de que el próximo año, por todo lo que se viene arrastrando del sexenio anterior, se espera sea aún más difícil, económica y políticamente para México, para todos. 

Me han comentado al respecto, porque Ebrard se puso de bravucón, señalando que de imponerse aranceles de allá para acá (de EU a México), también se pondrán de aquí para allá, además, se ha señalado que la grandeza de nuestro vecino es gracias al trabajo de los indocumentados, lo cual es impreciso, porque, la migración creció hace poco tiempo, relativamente, y es cuando la grandeza de ese país, ha disminuido, al nivel de como se encuentran en la actualidad. Porque desafortunadamente los migrantes sin estudios, ni la debida preparación, que ingresan a cualquier país, terminan por afectarlo, y eso les ha sucedido a nuestros vecinos del norte. 

Esa manipulación la he escuchado de gente ignorante, como los que reciben el apoyo de adultos mayores, porque los encargados de ese programa les introducen en sus mentes débiles, que no se preocupen por nada, porque si Donald Trump pretende sacar a los migrantes, (Habla de alrededor de quince millones) como ha dicho, el país del norte, se derrumba, y en cuanto a los aranceles, pasaría lo mismo, se verían más afectados ellos, porque tienen muchas empresas estadounidenses aquí. Como dije, lo he escuchado de gente sin, con estudios, profesores, catedráticos, etcétera, lo cual, solo demuestra lo que indiqué, líneas arriba y en otras entregas anteriores, porque eso no va a pasar, además de que el sentir, el pensar y lo que externa el presidente electo Donald Trump, es lo que también sienten, piensan y creen los estadounidenses puros, y los migrantes que, si aportan a ese país, que por cierto ya están naturalizados, Elon Musk, ¿Por ejemplo? Eso es algo, que ocurre en los países que se están perdiendo por culpa de la migración indiscriminada que poco o nada aportan al país correspondiente, algunos países europeos ya lo están padeciendo y Canadá también, por eso ya aplicó lo del visado al mexicano. 

No cabe duda que el mexicano es sui géneris, brinca, grita y patalea y vuelve a caer en el mismo lugar, no aprende, ni con todo lo que hemos vivido a lo largo de la vida, que para nada ha sido digno de imitar, al contrario, entre más gobernantes, movimientos e ideologías pasan, peor se pone todo, pero no hay capacidad mínima para modificar, aunque sea lento, la manera tan poco productiva de vivir que tenemos en el país. El mexicano promedio es irresponsable, vive, gasta, sin tener una solidez, sin contar, muchas veces, con una seguridad laboral, ya no digamos que tengan ideas avanzadas para vivir de un negocio propio, sea familiar, colectivo o individual. 

Están acostumbrados a vivir del día a día, como lo hacen los grupos AA, pero ellos tienen razón, por su enfermedad, pero la vida no funciona así. Se necesita fortaleza, capacidad y conocimiento para sobresalir, respecto a los demás. No hablo necesariamente de estudios, que, si algunas veces sirven, sino de la mentalidad fuerte que pocas veces encontramos en la población. Son garbanzos de a libra, por eso es que la riqueza bien ganada, bien habida, se concentra en el uno por ciento de la población mundial, precisamente porque la mayoría carece de la mínima capacidad de análisis, de razonamiento, no reflexiona, no utiliza su cerebro con la intensidad que debería. Así no saldremos adelante, ni como personas, mucho menos como país. Triste realidad nacional. Ya tendremos tiempo para analizar lo que está ocurriendo ahora, a lo mejor, igual que acá, también son puras bravatas estériles o de verdad, nos beneficiará a los mexicanos en el principal tema que es la economía. Al tiempo. 

Aprovecho la oportunidad para desearte un cierre de año maravilloso y un próspero 2025, que venga abundante en prosperidad, salud, paz, amor y biyuyo. 

¡¡¡Feliz año nuevo!!!

viernes, 27 de diciembre de 2024

Aprende y úsala...

 

Infidelidad femenina. 

Quiero aprovechar este espacio para señalar algunas características observadas de la infidelidad femenina, un tema discutible, porque como se dice, y se dice bien, si sospechan de ti, niégalo, si te ven hacerlo síguelo negando, pero sobretodo, nunca lo aceptes. Y la intimidad entre dos personas es muy difícil de comprobar o demostrar que algo se está haciendo mal. 

Dios, el Universo, la creación o como le quieras llamar, según tus ideas religiosas o filosóficas, creó sólo dos sexos o géneros, el masculino y el femenino, aunque en la actualidad, haya más que estos dos. 

En el caso concreto me voy a referir al femenino. La mujer: desde siempre le ha gustado ser admirada, ser deseada, halagada, idolatrada, adorada, amada, etcétera, es parte de su naturaleza. 

Por lo mismo, casi nunca está conforme, recordando que en toda regla general, siempre hay excepciones. En nuestro país, es más frecuente, darse cuenta que la edad de actividad sexual de la mujer, comienza cada vez a menor edad, con o sin consecuencias (al decirlo, me refiero a salir embarazada), porque desafortunadamente, consecuencias siempre hay. 

Tanto el hombre como la mujer, tienen sus roles o papeles que desempeñan día a día en la vida, el del hombre es el de demostrar ser un semental y estar siempre picando piedra con cuanta mujer de su agrado se cruce en su camino, utilizando para hacerlas caer, cualquier truco, palabra o actitudes que los lleve a conseguir el objetivo final, que es de tener relaciones sexuales con ellas. El hombre, generalmente, es visual, se deja llevar por lo que mira, observa y ve, pero siempre en el contexto físico-sexual, una cara hermosa, unos senos firmes, unos glúteos turgentes, frondosos y bien formados. Esta es la desventaja que se tiene frente a la mujer, porque como dice el dicho: jalan más un par de tetas que un par de bueyes, y es real, el hombre por obtener a una mujer, se obsesiona a tal grado que no le importa perder familia, dinero y trabajo. En cambio, la mujer, es astuta, su papel principal, es auditivo, pero sin perder nunca su verdadero objetivo, a ellas les gusta escuchar que los hombres se mueren por ellas, incluso, que lleguen al grado de pelear por ellas, pero casi siempre, tienen la mira fija en algo, que no es precisamente, el deseo sexual. 

El hombre cree y se cree un conquistador nato, pero en realidad, y así lo expresan las mujeres entre sus pláticas, son unos ingenuos que caen en sus redes y terminan haciendo todo lo que ellas quieren, anhelan, sueñan y desean, y a pesar de todo, siempre son los malos, hasta que por fin despiertan, maduran y alcanzan cierto grado de sabiduría y ya no se enamoran, sino que juegan el mismo juego con ellas y ahí es cuando empiezan a disfrutar verdaderamente de su sexualidad. 

Después de este preámbulo, para entrar en contexto, la mujer, se da sus mañas para lograr lo que desea: entre más joven prueba el sexo, más fácil de engañar al hombre resulta, porque al igual que nosotros, no pueden vivir mucho tiempo sin tener relaciones sexuales, pero la diferencia es que ellas, lo pueden hacer con cualquier hombre que les guste, amigo, compañero de escuela, trabajo, jefe, incluso hasta algún desconocido, lo importante para ellas es satisfacer su instinto y darle a su cuerpo alegría. Y esto, se les convierte en adicción, recuerda que todo en exceso, se convierte en eso. 

La mujer, si tiene pareja estable, sea en matrimonio o concubinato, cuando no trabaja, tiene demasiado tiempo para estar conociendo a diferentes hombres, y tarde o temprano, termina acostándose con alguno de ellos, mientras su pareja se entretiene con el trabajo, ella le da gusto a su cuerpo. La ociosidad es la madre de todos los vicios. 

Lo mismo sucede si la mujer trabaja, ningún empleo esclaviza a tal grado que no haya convivencia entre compañeros, lo que provoca infidelidades. Sin embargo, aquí ya resulta de más beneficio para la mujer, porque si es bella, con buen cuerpo, coqueta (por naturaleza la mujer lo es), puede conquistar a su jefe inmediato, algún compañero que gane bien (incluso a ambos) y puede lograr ascender en la escala laboral o puede recibir obsequios por sus servicios íntimos personales, lo que la vuelve más astuta para las siguientes oportunidades. 

La principal característica negativa del hombre que provoca la infidelidad femenina, es por cansancio laboral, por trabajar en exceso y largas jornadas, llega a su hogar cansado y sin ganas de intimidad, o si las tiene, lo hace sólo para satisfacerse él, es decir, lograr su eyaculación, dejando muchas veces a la mujer sin conseguir un orgasmo y esto provoca espasmos, inflamaciones y dolores internos en la mujer porque no logran desahogarse como debe, así que en la primera oportunidad que alguien les hable bonito, les llene la vista o mejor aún el bolsillo, se meten con él. Porque ese hombre es lo que busca y está dispuesto y descansado para satisfacerla, sobretodo, por el horario en el que lo hacen, porque está demostrado que la peor hora para hacer el amor, en por las noches, el resto del día es muy recomendable, aunque esos hombres infieles, muchas veces tengan a su pareja estable insatisfecha, lo que se convierte en un círculo vicioso. El engañador, es engañado. 

Otra característica que las mujeres señalan como atenuante (pretexto) es la falta de dinero que su pareja les das por día, semana, quincena o mes, no hay dinero que les alcance y siempre están deseando tener más, y si logran atrapar a un conquistador ingenuo que les provea de regalos, dinero o caprichos, no dudan para nada entregarles su cuerpo, aunque muchas veces, por la edad, por cansancio, etc. no las satisfagan como debe ser. 

Las hay, que de plano a eso se dedican, a estar cazando presas con dinero y/o posición de poder, público o privado, porque saben que su cuerpo, les abre cualquier puerta, logrando lo que para ellas es importante: dinero y poder. 

El amor, para este tipo de mujeres no existe, porque alguien enamorada no puede tener relaciones con otro por insatisfacción o por falta de dinero.

jueves, 26 de diciembre de 2024

¿La conoces?

 

LA FÓRMULA PARA SER FELIZ

En esta vida todo se acaba. Lo único que perdura es el amor y las buenas o malas obras, cada quien decide lo que quiere dejar para ser recordado. 

La experiencia que cada quien vive es única y nadie puede aprender de los errores de las otras personas. A veces no pensamos nuestros actos y nos llevan por caminos sinuosos y peligrosos. Algunas veces nos equivocamos y automáticamente nos sentimos merecedores de ciertos castigos. Hemos sufrido injusticias e ingratitudes, pero nosotros también se las hacemos a otras personas inocentes que por lo regular son quienes más nos aman (hijos, pareja, padres, amigos, etc.). 

Esto lo escribe una persona con fallas, pocas o muchas, pero fallas, que ahora es muy feliz. Y me interesa compartir con ustedes estos logros para que sepan lo fácil que es lograr la felicidad a partir de empezar a corregir cada acción y se logra poco a poco. Día a día te das cuenta cómo vas adquiriendo confianza en ti mismo y eso te alienta, a seguir adelante con tus buenas acciones. No esperes reconocimiento de las demás personas, lo más importante es que te lo creas tú y que te sientas bien y en paz. Pasado el tiempo las otras personas lo notarán y poco a poco te harás una persona que cause admiración y digna de toda la confianza, de tal manera que tus malas acciones quedarán en el olvido. 

El primer paso hacia la felicidad es hacer las cosas de la mejor manera posible. La vida es un don maravilloso y ser feliz no es cuestión de suerte es una gran virtud y todos somos capaces de lograrlo. 

Disfruta la vida, se alegre, sonríe. Hazlo todo correctamente y, como dicen, la verdad te hará libre. Porque como también se dice, desconocer una verdad, te hace esclavo de una mentira. 

Todos los días dale gracias a Dios (o en quien tú creas, porque todos, absolutamente todos creemos en algo o en alguien y el que no sepa en quien, debe creer en él, de lo contrario, no tiene ninguna razón, su existencia) por tu familia, por tu vida, tus hijos, tu trabajo y todo lo que te haga sentir bien. Puede ser hasta una planta, una fruta, un obsequio, etcétera. Trata de ver todo con amor y agradece de corazón por permitirte vivir eso. Por todo lo que tú agradezcas, se te será multiplicado, así que no permitas tener en tu mente o pensar en cosas malas o negativas porque éstas también se multiplican. Cuidado con lo que piensas, debes ser muy positivo y si algo malo se te ocurre cámbialo inmediatamente y elimínalo de tu mente. Permite sólo lo bueno, lo positivo. Igualmente en tus actos. 

Cuando mires a tus hijos abrázalos y hazlos felices, ellos son quienes te aman incondicionalmente y tú debes corresponderles con tus buenos actos y mucho amor, porque son tu descendencia, tu regalo que la vida te da, recuerda que hay muchos que quisieron, pero no pudieron ser padres. Actúa siempre justamente. Mira la vida con optimismo. Sonríe siempre y que nunca te afecten los problemas, porque esos son solo pasajeros. Se responsable en tus actos para que vivas libre y en paz. Evita todo aquello que te avergüence. 

Cuando te suceda algo inesperado mantente positivo, quédate en paz, ten fe y déjalo en manos de Dios, del destino o del universo. Si te detiene un instante a meditar, reflexionar o simplemente, en pensar lo ocurrido, siempre obtendrás la sabiduría necesaria para salir adelante. Vive siempre en el bien y la verdad. Busca en tu corazón, la solución siempre está ahí. El universo siempre te bendice, nunca te juzga. Es mentira lo que dicen las religiones acerca del juicio final. El pecado no existe, lo que sí existe son los pensamientos equivocados, los errores, las acciones no pensadas. Pero todo ello lo aprendemos de otras personas e incluso en nuestra familia. Con esto que digo, no culpo a los demás de nuestros malos actos, pero si influyen en nuestra manera de pensar, equivocada en muchas ocasiones. 

Las religiones se hicieron con la mejor intención para llevarnos a vivir en paz, pero con tantas mentiras nos han traumado, nos han hecho sentir pecadores y hasta nos condenan. Quiero decirte que nada es pecado porque nadie obra mal con esa intención. Todos en el momento en el que mal actuamos pensamos que eso es lo mejor, pero después nos damos cuenta que nos equivocamos y no hay vuelta atrás. Cuando vuelves en sí, es porque ya te están criticando, castigando y hasta condenando. Es por eso que antes de actuar es importante que pienses en las consecuencias que esto te traerá. Créeme que así evitarás muchos errores. Por lo regular terminamos juzgándonos nosotros mismos y eso es aún peor porque una consciencia intranquila te hace cometer más errores. Si tú te juzgas, te lastimas. Nunca te juzgues y mucho menos te castigues, en lugar de recordar lo malo que te ha pasado, mira hacia adelante y has las cosas bien. El pasado déjalo en el pasado y no permitas recordarlo porque recordar es volver a vivir, dicen los sicólogos que recordar te envejece y si este recuerdo es lastimoso, nunca vas a parar de sufrir. Y ¿a quién le gusta sufrir? A nadie. No te lastimes, debes dedicarte a ser feliz. Tu cuerpo es tan bueno, amoroso y generoso, que si tú te perdonas y olvidas, él te da más felicidad y te ama aún más por ser valiente y por tener la voluntad de salir adelante. Al mundo viniste a aprender de tus errores y aciertos para lograr la mayor felicidad. 

La vida es como un sueño y te pertenece sólo a ti. Así que has de tu sueño de vida algo verdaderamente hermoso, con lo que tienes. No quieras forzar nada. Cuida tus ojos, tu cuerpo, tu alma y tu espíritu. Dentro de ti está el espíritu del bien y de ti depende que este sea santo y que se sienta bien. Tu cuerpo es un templo. Es también tu responsabilidad, cuidar del espíritu de tus hijos. No hagas actos que los avergüencen, los dañen o los entristezcan. Ellos también son espíritu del bien y merecen mucho amor. Recuerda que tus hijos son tu reflejo y se miran en tu espejo. Lo que tu sientes, ellos lo sienten al doble. Así que duplícales su felicidad, mucha felicidad. Mucho puedes hacer por tus hijos. Todo lo que siembras cosechas. Si tú eres feliz y buena persona, ellos lo serán aún más. Cuando tienes fe y amor, todo es posible. Ante los ojos de Dios todos somos únicos, diferentes y valiosos. 

Efectivamente...

 

La fe. Crea en mí y le daré un propósito. 

Un buen líder es un vendedor de esperanza.                                 Napoleón Bonaparte. 

La gente accede a mucho por fe. Puede hacer que la gente lo siga y obedezca si logra proyectar una esperanza en algo sublime. 

Las personas hacen muchas cosas porque tienen esperanza en que algo o alguien cumplirán sus deseos. Los líderes logran que la gente los siga porque esperan que ellos sean el medio para sublimarse. La apuesta de Pascal (conocida también como gambito de Pascal) es una sugerencia planteada por este filósofo sobre la existencia de Dios, misma que no puede ser determinada por la razón. Una persona debe apostar por la existencia de Dios y vivir la vida en consecuencia; tiene todo para ganar y nada que perder. De igual forma que un niño apuesta que su padre siempre tiene razón, así la figura pasa degradándose de Dios a padre, de padre a líder, de líder a jefe. En todas esas figuras la fe puede existir y ser la energía que conduce a las personas a actuar siguiendo las disposiciones de alguien. 

En toda actividad humana colaborativa, existe una mística, una creencia ulterior que no es tan evidente. Esta creencia puede ser elevada a grado de fe cuando cumple con ciertos aspectos, como los siguientes: 

La fe comienza con el conocimiento de qué es lo que debe ser creído. Por ejemplo, algunas personas saben que el evangelio de Cristo se refiere a su muerte, sepultura y resurrección, o que el Corán fue recitado a Mahoma como mensaje de Dios a la humanidad, o que Steve Jobs (válgase la comparación en sentido empresarial) cambiaría al mundo con Apple; saben esas afirmaciones, es un conocimiento y es el primer paso. Pero empiezan conociendo esto sin creer que sea verdad, para ello necesitan de aserción. 

El conocimiento no es suficiente. Lac persona también debe creer que el objeto de la fe es verdad. Para llegar a este nivel de fe, la personas no sólo debe saber lo que es el evangelio, el Corán o la misión de Apple (conocimiento), sino creer que es verdad. A eso se le llama aserción. Pero esto todavía no es suficiente para la salvación o para cambiar al mundo, se necesita confiar. 

La confianza se refiere a un compromiso personal y es un objeto de la fe. Se puede saber y creer, pero todavía no es fe hasta que se confía. 

Digamos que tú amable lector, estás visitando la casa de alguien y te pide que te sientes. Primero revisarás y reconocerás que efectivamente hay una silla. Este es el conocimiento. En segundo lugar, conoces lo que significa la palabra y el concepto de silla, aceptas el hecho de que te puedes sentar en la que te ofrecen y te sostendrá. Esto es aserción. Por último, caminas hacia la silla y te sientas en ella. Esa es la confianza. Ahora estás listo para probar que tienes fe. 

La fe es puesta a prueba; ayuno, diezmo, construir un arca, trabajar por días sin dormir para Steve Jobs. Habrá pruebas que deberás pasar. Sólo haciendo se cumple la fe. 

De acuerdo con Sonya Lyubormirsky, autora de The How of Happiness, un manual con bases científicas para cultivar las condiciones que pueden ayudarnos a alcanzar la felicidad, un creciente número de estudios sugieren que las personas creyentes son más felices, saludables y se reponen más rápidamente de los traumas que aquellas que no lo son. 

Se ha demostrado científicamente el poder motivacional de la fe, sea esto efecto placebo o realmente una manifestación metafísica de practicarla. Quizás muchos piensan ser agnósticos o ateos y piensan que la fe no es para ellos, pero cada vez que escucho a alguien decir: Yo no creo en nada de eso, Dios no existe, observo que la persona desahoga esa necesidad de fe, en alguna ideología como el socialismo, o en algún personaje mesiánico como lo sería Andrés Manuel López Obrador. 

Las mejores manifestaciones de fe las he visto en esta personas que dicen no creer en nada; casi siempre son fanáticos de algo, algunos hasta llegan a decir que el futbol es su religión. Otros llevan a cabo su trabajo de forma religiosa con todo y ritos incluidos. Los más evolucionados dicen tener fe en sí mismos, o en la humanidad y el superhombre como lo llamó Nietzsche. Los más  dañinos pueden tener fe en la superioridad racial como, los nazis, o en que son un pueblo escogido para ser policías del mundo con un destino manifiesto. 

La fe es necesaria en el ser humano y tiene muchas manifestaciones. Esta ley de la persuasión es la más poderosa de todas, quienes la saben controlar dominan al mundo. 

Lo divido puede ser sustituido por un juego de azar o una misión para salvar al mundo y sus ballenas. Lo que subyace es el deseo de creer en algo. 

Tener fe significa no querer saber la verdad.                               Friedrich Nietzsche.

martes, 24 de diciembre de 2024

No existe...

 

EDUCACION FINANCIERA MEXICANA. 

Un nuevo año está comenzando, y todos cada ciclo que transcurre, por lógica debemos ser más maduros, más sabios y sobretodo más experimentados, sin embargo, lo lógico no siempre es factible en un mundo (país) lleno de mitos, tabúes, traumas e ignorancia. 

La educación en el país, cada día es más deficiente, pero aún cuando fuera de calidad, no hay una materia o por lo menos, algún curso o clases esporádicas que enseñe a las nuevas generaciones, educación financiera, esta es, la principal causa del retraso económico de los mexicanos. 

El gobierno, no incrementa el número de pobres en México, ni en ningún país del orbe, la función principal de un gobierno federal, estatal o municipal (que son los niveles que tenemos), es la de brindar herramientas a los habitantes, pero tampoco es pretexto, que por la falta de capacidad de los gobernantes, el individuo va a depender siempre en todo y para todo del gobierno y sus políticos, muchas veces estos parásitos encumbrados que han sabido reptar y moverse para vivir con lujos del erario público, sin tener la mínima idea de cómo manejar un área, una dependencia, un municipio, un estado o, incluso un país. 

Sin embargo, aunque la educación (del tipo que sea, básica, media y superior) sea deficiente, es obligación del estudiante o incluso profesional, de cualquier materia o área escolar, buscar otra forma, mediante la investigación, de complementar sus estudios que en las aulas no pudo hacer. Lo que sí es un problema, es la falta de unas lecciones, someras quizás, pero que den la pauta al estudio e investigación de la educación financiera. 

Esto, se refleja en gastos innecesarios que, aunque para algunos no representan mucho, al hacerlo de manera semanal, quincenal, mensual, bimestral, semestral o anual, si representan un déficit en el presupuesto familiar. 

¿A que me refiero con esto?, a los famosos seguros, compañías principalmente extranjeras (Metlife, ING, AXA, Quálitas, etcétera), nos ofrecen seguros para casi todo; de vida, para enfermedades, para auto, de desempleo, estudios (hasta el gobierno, lleva un porcentaje de ganancia, porque el año que recién terminó, nos obliga a tener un seguro de automóvil para los modelos 2012 al actual y ahora a partir de este año, se amplia a los modelos 2008 hasta el 2015, en caso de transitar en las carreteras federales –libres o de cuota— de lo contrario, en caso de revisión, el que no lo tenga contratado se hará acreedor a una multa administrativa, doble negocio gubernamental), y sinceramente, son gastos innecesarios, porque te atas a un espejismo que al final, en caso de un percance, terminas pagando tú, entonces, cual ahorro, ganancia o seguridad, ninguna. 

Si eres parte de este club de compradores de seguros o conoces a alguien que lo es, te habrás dado cuenta que, aun cuando sea contratado con amplia cobertura, tienes que hacer un pago, que los oferentes, llaman deducible y ese deducible, es el que al final viene cubriendo el daño ocasionado. Por citar un ejemplo, si te chocan en una puerta del auto, los del seguro, dicen que debe cambiarse toda y el deducible que tú entregas, está elevado, para que al final, no hagan el cambio de la puerta y muchas veces, no hagan un trabajo limpio, sino que se nota el arreglo, o en el caso de un seguro de gastos médicos mayores, si es producto de un accidente, aparte de que no te cubren la totalidad, se van en contra del que lo provocó y es quien viene cubriendo el porcentaje, aunque ellos si cobran el total o incluso más, pero en caso de un litigio jurídico pueden transcurrir años para que recibas esa parte o de plano jamás recibirla. Lo mismo sucede con cualquier otro seguro. Los extranjeros este tipo de servicios, pocos los adquieren, porque ellos si cuentan con educación financiera. 

Otra forma de quitarnos el dinero, es la adquisición de servicios y productos bancarios, donde la gente prefiere pagar cada mes y evitar ir a las sucursales bancarias, y así hay tantas maneras de ir manteniendo a los bancos, aseguradoras y grandes compañías que ofrecen, la luna y las estrellas, pero cuando se necesita, no es lo que ofrecieron. Sin embargo, la mayoría de la gente no alcanza a comprender esto, porque les falta una lección de educación financiera, que les permita cuidar mejor su dinero que tanto esfuerzo les cuesta obtener y con falsos perjuicios e ignorancia dilapidan todos los días. Todo esto, sin contar con las compras a crédito, donde terminas pagando el doble o triple del precio original o la solicitud de préstamos en cooperativas o cajas de ahorro, donde te endeudas por años y te privas de cosas necesarias por algo innecesario. 

Por eso amable lector, ya que esta materia es difícil que algún secretario de educación, del nivel de gobierno que sea, la implemente en cualquier nivel escolar, analiza la forma en que el dinero ganado con sacrificios se esfuma de tus manos y con eso, evita preguntarte, ¿Si no recuerdo haber realizado determinada compra, en que lo gasté?

Triste realidad...

 

EDUCACION A LA MEXICANA. 

Mucho se habla, antes, hoy y se seguirá haciendo, sobre la mala calidad de la educación mexicana, y como en cualquier tema de discusión, hay opiniones a favor y opiniones en contra, agravantes y atenuantes, defensores y atacantes, pero lo que observamos, no tiene mayor defensa. Somos un país con una educación deficiente, y aunque los que realizan esta actividad como su modo profesional de vida, se defienden como gatos boca arriba, los vicios personales, gremiales y pertenecer al sindicato más grande, por su membresía, han contribuido a esta debacle educativa. 

Es frecuente escuchar o saber, de la venta de plazas, de que son heredadas a hijos sin vocación y mucho menos preparación para tan delicada labor, de que van escalando por favores o preferencias sexuales, por afinidad con determinado grupo, etcétera. Y pocos, muy pocos casos, son por mérito académico. 

Todos, absolutamente todos, en menor o mayor medida, hemos tenido un profesor impartiéndonos clase y tal parece que la filosofía de estos es la de mirarlos como una autoridad omnipotente al que siempre se debe obedecer. No se enseña al estudiante a ser honrado, limpio, cortés o responsable por el valor que en sí mismo posee cada uno de estos atributos, sino porque la autoridad así lo ordena. Se trata de una tergiversación desafortunada. No se cuenta con una pedagogía preocupada porque los alumnos hagan suyo el valor de las normas. Es creencia generalizada entre los profesores que basta con asegurar el respeto hacia la figura de autoridad para que, en automático, el estudiante se comporte conforme a las reglas de la institución educativa. 

Sin embargo, colocar todo el esfuerzo pedagógico en robustecer la figura de la autoridad no lleva a la construcción de mejores subjetividades. Reproduce, en todo caso, la cultura del autoritarismo, pero no hace mejores individuos. Y esto es así porque –al dejar de lado la argumentación que hace consistentes dentro de la conciencia de la persona lo moralmente aceptable y su opuesto— el orden social pende exclusivamente del carácter de quien está al mando. 

Cuando no es la norma interiorizado lo que se coloca como la tabla de medición de los actos, sino la persona investida de autoridad, el alumno tiende a acomodar su comportamiento a partir de los afectos y voluntarismos del profesor. El estudiante se conforma con agradar y negociar con la figura que en el salón de clases representa a la jerarquía más alta. En la escuela mexicana es el docente quien conduce, expone e indica. La solidez o laxitud de las normas depende del profesor, él es la medida de la autoridad, no las reglas. Este hecho potencia, a su vez, un nivel importante de inconsistencia en el cumplimiento de las normas, y deja al descubierto que la presencia de las reglas no es estable ni previsible; a veces están pero en otras ocasiones parecen diluirse. Todo depende del estado de ánimo, del carácter o de las simpatías de la persona que se sienta detrás del escritorio. 

Tampoco se promueve en el alumno el arte de reflexionar por sí mismo. Para ser considerado un buen estudiante, el niño está obligado a callar, atender, seguir las indicaciones, hacer fila, creer ciegamente en lo que dice y hace el profesor, y no moverse demasiado. En cambio, la reflexión –prerrequisito indispensable para asumir la responsabilidad sobre los actos propios— ocupa un lugar menor. Las cosas están bien o mal dependiendo de lo que diga el maestro y no de su coincidencia con los valores enseñados. Con esta pedagogía no se construyen sujetos autónomos –con juicio independiente y capacidades propias de discernimiento— sino personalidades sumisas y obedientes. No se construyen ciudadanos, sino otra cosa. 

Aquel que se exprese de manera distinta –el que por su inteligencia o sus carencias no quepa en el molde educativo hegemónico— es tratado con distancia. Una de las más graves consecuencias de poseer un orden social sustentado en el poder de la autoridad, y no en los valores y las normas, es que el diferente queda marginado. Se convierte en alguien que no podrá ser atendido por el docente a partir de su especificidad. Por lo que la discriminación y la intolerancia subsistan también como antivalores en la educación pública mexicana. 

En clases, siempre introducen explicaciones que no son diferentes a su propio ejemplo de vida. En su explicación, el profesor además refuerza una visión irreflexiva, incluso machista, en ocasiones, que sólo puede sostenerse porque él es una figura indisputable de autoridad. Sin que ningún estudiante cometa la imprudencia de contradecirlo, aunque esté equivocado. No existe disenso del alumno que pueda ser tolerado, ni el derecho a la reflexión propia. Lo que vale en el medio escolar es ganarse –por medio de la obediencia— el aprecio del profesor. Asegurarse, a través de la sumisión, una buena calificación al final del curso, para que los padres se sientan orgullosos, grave error. Actuar de manera diferente podría implicar, en el caso extremo, un consejo hacia los padres de familia para que agarren a sus hijos a palos o a cintarazos (como en antaño), o enviarlos a tratamiento sicológico (en la actualidad), porque retar al docente, equivale a un desequilibrio mental. 

En el sistema educativo mexicano no se enseña a adquirir autonomía. No son autónomos los alumnos frente a su profesor, no lo son tampoco ellos frente a sus dirigentes sindicales o ante las autoridades educativas. Menos aún lo es el sindicato nacional del magisterio con respecto a las arbitrariedades del Estado. Ni tampoco es autónomo el Estado mexicano ante las arbitrariedades de esa fuerza gremial. La estructura corporativa en la cual se fundó el sistema de educación pública mexicana buscaba un objetivo contrario: se constituyó a partir de la dependencia asimétrica y jerárquica de cada uno de sus componentes, y no desde una relación respetuosa y recíproca entre actores reflexivos, responsables y autónomos. 

¿Cómo sería posible que los profesores enseñarán a sus alumnos el valor de la autonomía, si ellos mismos están atrapados en un sistema de mafiosas dependencias? Mientras sigan las cosas así, la educación mexicana seguirá estancada y el país continuará atrasado cultural, social, política y económicamente.        

domingo, 22 de diciembre de 2024

¿Te sientes aludido?

 

EL TRABAJADOR MEXICANO. 

Los días recientes, en muchos medios de comunicación electrónicos, escritos, diarios, revistas y, sobretodo, en las redes sociales vía internet, hemos sido saturados los mexicanos, con las respuestas y ataques al magnate estadounidense, Donald Trump, esto debido a sus legítimos y personales comentarios respecto a los nacionales que han cruzado la frontera y viven en los Estados Unidos de Norteamérica. Él jamás dijo que todos, los mexicanos somos así, señaló exclusivamente a los que han cruzado, indicando que no todos son malos, ni todos buenos, sino parte y parte, pero somos una raza, mezclada como todas las que hay en el mundo, pero cuando nos conviene, pretendemos regresar a los orígenes, para muchos, aún gloriosos, remontándonos a lo que la historia oficial menciona, pero que la realidad dista mucho del pasado, y nos envolvemos en la bandera de un falso nacionalismo y la verdad, nos causa molestia, porque estamos acostumbrados a siempre estar discutiendo, peleando, a apoyar causas perdidas que muchas veces ni conocemos, nos sentimos los descendientes de los charros de las películas de antaño, esos que no respetaban nada, que se saltaban todas las reglas y a punta de pistola, tomaban lo que querían, gritando siempre ¡¡¡Viva México Ca…!!! Y eso en un país civilizado, no es posible. 

Nos guste o no, nos duela o no, los países desarrollados tienen similar opinión, y aun más fuerte que la del dueño del concurso de belleza Miss Universo. Y pruebas hay muchas, sobretodo ejemplos de lo que somos y no somos. ¿Quién no conoce la historia del comprador de cangrejos? Es aquella en la que una persona anda buscando cangrejos y todos los botes de los países que los venden están tapados, excepto uno, curioso le pregunta al vendedor, ¿Por qué? Éste, le explica que los cangrejos europeos, asiáticos, se ayudan empujándose entre ellos para salirse del recipiente y el bote sin tapa, son los cangrejos mexicanos, éstos en lugar de apoyarse, cuando ven que algunos ya van subiendo por las orillas, en lugar de ayudarlos, los jalan hacia el fondo. ¿Verdad que si la conoces? 

Hay otra que menos gente conoce, pero, igual que la anterior, es ejemplo en el extranjero de lo que no se debe hacer, consiste en que en las familias, sociedades, empresas, etcétera. En esos países si tienen un terreno habitacional, construyen primero la casa y después discuten quien debe ser el dueño. En cambio, los mexicanos en iguales circunstancias, primero discuten sobre el terreno, los materiales, etcétera, quedándose sin  construir la casa, y los interesados terminan peleados, enojados, distanciados. ¿Te resulta familiar?   

Ahora bien, regresando al trabajo del mexicano, para nadie es un secreto que efectivamente, hay gente honesta, trabajadora, que rinde, que en su trabajo da más de lo que le solicitan; pero también está el otro extremo, aquellos que mienten, que son deshonestos, flojos, que sólo hacen lo que les piden (muchas veces ni eso), que están pendientes de la hora de salida y como dicen, no dan ni un teclazo de más, se enferman de manera frecuente, se ausentan sin justificación, es muy mexicano el dicho de que es mejor pedir perdón que permiso, y un montón de frases creadas a gusto y conveniencia de la gente improductiva.

Esto y más tienen que ver con la educación que recibimos, pues el gobierno federal a través de la Secretaría de Educación Pública, solo nos da conocimientos, pero no nos da educación formativa, no nos educa en valores, porque si el hijo desde pequeño llega a su casa con algo que no es de él, en lugar de hacerlo que lo regrese a quien se lo quitó o lo perdió, lo festejamos y eso va grabándose en su mente, porque es la etapa principal donde se amasa, moldea y pule al ser humano, ahí es donde se debería educar bajo el principio de si algo no es tuyo, es de alguien más y las cosas cambiarían para bien. 

Además es necesario seguir unos pequeños y sencillos pasos, tales como el bien ser, que consiste en ser puntuales, honestos, trabajadores, estudiosos, disciplinados, leales; el bien hacer, que consiste en que cualquier tarea o actividad se realice bien, desde el inicio y como si fuera el ultimo día; el bien estar, que es sinónimo de felicidad, porque este puede ser un paraíso que siempre ofrece más en todo o un infierno donde solo se pide y exige; y el bien tener, por hacer las cosas bien vas a tener riquezas materiales, bienes inmuebles y muebles, pero todo esto se logra si se cumple el primero de estos sencillos pasos, que es el más importante. 

La mayoría de los mexicanos estamos acostumbrados a gastar el tiempo y no a invertirlo, la inversión sirve para mejorar todo, y no hablo en cuestiones económicas, sino en utilizar bien nuestro tiempo para estudiar, para capacitarnos, para mejorar en la actividad que estemos realizando; inversión que nos convierte de mexicanos ordinarios en unos mexicanos extraordinarios, la diferencia no es solamente el prefijo extra, sino darle un plus a nuestro trabajo, a nuestro estudio, a nuestra actividad. Gente ordinaria sobra, pero extraordinaria de verdad hace falta, para ir haciendo un entorno, un municipio, un estado, un país mejor, donde podamos sentirnos en verdad orgullosos de ser de una manera distinta. La verdadera riqueza de un país, son sus habitantes, porque de nada sirven los recursos naturales, renovables y no renovables, si no se sabe administrar la riqueza de manera equitativa, (me refiero a todos, no solo al gobierno, porque en cualquier predio, vemos frutos tirados, desperdiciados en lugar de ser utilizados para alimento propio o de alguien más) que nos convierte en un país subdesarrollado, en vías de desarrollo o como una economía emergente, definición actual para engañarnos.  Amable lector, con todo esto ¿te sientes aludido, afectado, lastimado con las declaraciones de Donald Trump? Yo no. 

sábado, 21 de diciembre de 2024

Publicación...

 

¿Existe la amistad?

Lic. Alfredo Castañeda Flores      ANALISTA

21 DIC. 2024.-Por supuesto que sí existe la amistad, pero es un valor tan difícil de encontrar. Se necesita que ambas partes, porque para que haya amistad se necesitan dos partes, dos personas, dos mentes, ideas parecidas, con escasas diferencias. Esa es la verdadera amistad. No se necesita estarse viendo a diario, ni llamándose o mandando mensajes de cualquier cosa seguido, sino de saber ambos dos que cuando se necesite al otro ahí está. 

La amistad es una relación afectiva entre dos individuos que se sustenta en valores fundamentales como el amor, la lealtad, la solidaridad, la incondicionalidad, la sinceridad y el compromiso. 

Es un tipo de vínculo que se cultiva con el trato asiduo y el interés recíproco a lo largo del tiempo. 

Puede surgir entre personas de distintas edades, religiones, ideologías, culturas, extracción social, incluso se puede establecer una amistad entre un ser humano y un animal (no por nada el perro es el mejor amigo del hombre), etcétera 

Las relaciones de amistad pueden surgir en los más diversos contextos y situaciones. Desde el lugar donde trabajamos o estudiamos hasta fiestas, en el lugar donde entrenamos o practicamos algún deporte, a través de otros amigos o redes sociales, etcétera. 

Existen diferentes grados de amistad, hay amigos con quienes tenemos una relación más distante y otros amigos con quienes el trato es tan estrecho que los consideramos “mejores amigos”. Esa amistad adquiere un grado de superioridad sobre las otras amistades. 

La amistad no solamente surge por afinidad con quien tiene nuestros gustos e intereses, sino que puede aparecer entre personas muy dispares. En ocasiones, las diferencias fortalecen la relación, pues una buena amistad complementa y enriquece a la persona. La amistad no solo consiste en el intercambio de ideas y sentimientos, sino también en compartir los buenos y malos momentos de la vida. 

El amor y la amistad tienen en común el profundo afecto, el respeto, la lealtad y el sentido del compromiso. De hecho, en la amistad hay siempre amor y en el amor, por lo general, amistad. Y no necesariamente llamarse así, sino estimación, a los amigos se les estima, se les quiere, más por los prejuicios sociales no se les ama. Pero viene siendo lo mismo. Eso es cuando hay una verdadera amistad. 

La amistad es un reflejo del carácter social de los seres humanos, un vínculo afectivo que nos une a otros seres a través de la afinidad, la confianza, la lealtad, la reciprocidad, incluso hasta la admiración de uno al otro o entre ambos. El ser humano necesita vivir en sociedad para sentir plenitud, por eso establece relaciones saludables con sus semejantes basadas en la benevolencia y la empatía. De esta forma, en una relación amistosa, la persona obtiene los mismos beneficios que aporta, es decir, cuida y es cuidado, quiere y es querido, ayuda y es ayudado. 

La verdadera amistad ha pasado a convertirse en algo utópico. En este mundo globalizado, en el que las relaciones se basan en la inmediatez y la superficialidad, cada vez somos menos capaces de poner de lado nuestros intereses para construir un vínculo de amistad duradero y sólido. 

Cuando hay una verdadera amistad, los amigos se reconocen entre sí como “mejores amigos”. Los mejores amigos son aquellos cuyo nivel de lealtad, atención, cuidado y cariño es superior al normal. Un amigo de verdad es aquel con el que se cuenta para toda la vida y que está presente en todo momento, y no necesariamente por vivir en el mismo lugar. Esa es la verdadera magia de la amistad. 

Estamos en la etapa del año, que sirve para analizar, reflexionar, razonar, sobre cualquier tema, hazlo también sobre la amistad. Para que el próximo año sea como decidas que sea, tener más o menos amigos verdaderos. Eso solo tú lo decides. ¡Ánimo! 

Aprovecho la oportunidad para desearte como cada año: 

¡¡¡Feliz Navidad!!!

viernes, 20 de diciembre de 2024

Abunda por interés o necesidad...

 

La falsa amistad. 

Vivimos en un mundo, en un país, donde la falsedad domina sobre la sinceridad, la honestidad. Eso lo vamos sufriendo desde que empezamos a socializar con los demás, ya sea en la escuela primaria, cuando te gusta estudiar, o en el primer empleo y los siguientes, si eres un clásico analfabeto funcional, que también los hay. 

Entre menos edad se tiene, más difícil es identificar las señales de estos parásitos que abundan en cualquier rincón. Por lo que, si se es menor, se cree que hay demasiados amigos verdaderos, que ingenuos somos los humanos, al pensar que todos los que se nos acercan son nuestros amigos, algunos, conforme avanza el tiempo, se van dando cuenta de las alertas que se deben tomar en cuenta, la mayoría, desafortunadamente no lo hacen, pero, al contrario, se van convirtiendo en lo mismo, unos despreciables seres que afectan a los demás. 

Como es más frecuente y común, que la mayoría estudie, aunque sea a medias, al ingresar a la primaria, hay los polos opuestos, los populares que todos los buscan, y los que casi nadie les habla o solo lo necesario. Eso se va diluyendo con el paso del tiempo, y los apegos van cambiando a otros del circulo social estudiantil. En esos tiempos, como todos van aprendiendo a vivir en la sociedad, los niños, buscan a las niñas por el físico, las niñas igual, pero astutas por naturaleza, prefieren al inteligente del salón, al que destaca en algún deporte, en un área del arte y la cultura, después, ya es el que más útiles de marca, abundantes o que se le nota el poder económico en su aspecto. Y otros detalles que quizás, amable lector, notaste en varios de tus “amigos” o ellos vieron en ti. Así las lealtades van cambiando conforme avanzamos en edad. 

Sin embargo, queda claro que las mejores amistades son aquellas que se conocieron siendo más pequeños, entre menos años se tiene al comenzar a hablarse, y si con el transcurso del tiempo, se mantiene el contacto y la comunicación, son las más sinceras, las más leales, que las que siendo más adultos se van conociendo, aunque como todo, hay excepciones y amistades que con poco tipo de conocimiento se afianzan mejor. 

Como es comprensible, una amistad para que dure, debe estar regada por la comunicación frecuente, no importa el tiempo ni la distancia, sino seguir en contacto, porque de lo contrario se deteriora, se marchita y se acaba. Sin embargo, aquellas que nunca lo son, aunque se vean todos los días o muy seguido, se van perdiendo, porque una de las partes o ambas, buscan distintos intereses que no tienen que ver con la amistad.       

Entre más tiempo pasa, esos “intereses” se van transformando, ya la envidia, el resentimiento, etcétera se van apoderando de algunos que incluso se manifiesta cada vez que se encuentran los amigos de tantos años. Una vez que se separan, surgen los malos comentarios, los ataques por la espalda, y lo negativo que se tiene hacia el otro, se incrementa cada día más.

¿Porqué pasa esto? Porque siempre hay alguien que sobresale, que destaca más, en cualquier aspecto, muchas veces insignificante, pero que el otro u otros no lo tienen y de ahí va surgiendo la enemistad disfrazada de falsa amistad, si alguien fue novio o novia de X o Y, si solo ese supo que cierta chica le gustaba su amigo, aunque no hayan tenido nada que ver, etcétera, conforme se crece, esos detalles van creciendo, como una bola de nieve, que incluso hay momentos en que llega a estallar, provocando incluso peleas con palabras, hasta liarse a golpes, y ahí se termina la “maravillosa” amistad que tuvieron esos hombres o mujeres, o hombre y mujer, porque la negatividad no distingue sexo, género ni religión. Ataca de forma indistinta. 

Raro es que los que en la infancia fueron populares, concluyan su ciclo de vida igual, la mayoría de las veces, terminan siendo los más odiados por sus amistades, aunque se siguen llevando y teniéndolos cerca, porque así sucede, por eso es que cuando algo malo hace alguno y se sabe, precisamente por que quien considera su gran amigo, es el encargado de hacerlo público por interpósita persona. Lo mismo ocurre, cuando roban, asaltan, incluso delinquen contra alguien, en la mayoría de esos casos, está inmiscuido alguien cercano al afectado, por eso no es recomendable la convivencia cercana, mucho menos que se abra la puerta de tu casa, a cualquiera que en realidad no se conoce bien. Así se conozca desde hace muchos años. Cuando se pierde un empleo o alguna oportunidad o mejora, es casi seguro que interviene una amistad para meter zancadilla, pero muchas veces ni cuenta nos damos de donde viene la presunta “mala suerte”. Se cree que es por haberlo contado antes de tiempo, y si, pero el Universo, el destino, la fortuna no tienen nada que ver, con lo que te sucede, es tu propia boca y tu creencia de que tienes verdaderos amigos, cuando la realidad es que no es así. 

Identifica, si no lo sabes, quienes son las personas más atacadas y a su vez más admiradas, de mentiras, y te darás cuenta que son las que tienen lo que a la mayoría les hace falta. ¿De que lado estás tú? Atacas o te atacan. Envidias o eres envidiado. Seguramente, algo te sobra o te falta y no quieres darte cuenta. Lo que debes hacer, es cuidarte de los demás, sobretodo de los que tu piensas que son tus amigos.