El dinero.
Nada hay tan repudiado, en apariencia, como el dinero, obviamente, de dientes para afuera, por la mayoría, porque en realidad es lo que más desean, pero por lo menos en México, la hipocresía hacia esta herramienta de compraventa existe y ha existido.
Desde que tenemos uso de razón, se nos ha enseñado que el dinero es malo, corrompe a las personas, es del diablo (¿?), no es necesario para ser feliz, para vivir bien, etcétera. Y así crecemos, rechazando el dinero, hasta que llegamos a una edad en la que algunos despiertan y se dan cuenta que todo lo señalado es una vil y estúpida mentira, que el dinero es todo lo contrario, con el se compra todo, aunque lo que siempre siguen diciendo los detractores del dinero es que menos la felicidad, menos la salud, pero eso es incorrecto, porque la felicidad es individual y si una persona desea un bien mueble o inmueble o una persona, es más frecuente y común que los hombres deseen a X o Y mujer para casarse con ella o simplemente para poseerla un rato, que viceversa, y lo logran teniendo dinero, porque aunque aparentemente esa mujer, no ame a quien la compra, porque eso es lo que se hace al arreglar un matrimonio, al obligar a alguien a ceder a una hija, o incluso a la misma pareja, se compra con dinero contante y sonante o por medio de bienes o acciones, además de que el amor, es otra falacia que no dura para siempre, se va acabando poco a poco y la falta de dinero es la principal causa de ello, por el contrario, cuando hay dinero en demasía, esa mujer, va amando a su hombre, por lo menos de dientes para afuera, como desafortunadamente, así sucede en nuestros días.
La mujer es más ambiciosa que el hombre, le pese a quien le pese, hay mayor porcentaje de mujeres ambiciosas que de hombres, por el contrario hay más hombres centrados que mujeres satisfechas con lo que tienen o se les puede dar.
En cuanto a las mujeres que los hombres desean, porque son guapas físicamente, porque tienen personalidad, por su fama como entes mediáticos, se pueden desembolsar desde pequeñas, medianas hasta fuertes cantidades de dinero para tenerlas unas horas, lo que pocas veces se hace sin dinero, esos son sueños de pobreza, al tener a esa mujer, el hombre obtiene felicidad y la mujer también, aunque sea de distinta índole, él por haber poseído unas horas a su mujer ideal y ya poder presumir a sus amistades que la tuvo, aunque esté más usada que el transporte público, y ella feliz, porque se ganó muchos pesos, que de otra manera le hubiera costado obtener. Además de que disfrutó de una buena velada, comida, bebida y conoció a un amante poderoso que la puede seguir alquilando. Para eso tiene que poner su máximo esfuerzo en mantener satisfecho a su cliente, porque de eso depende su futuro económico. Para lo cual, está entrenada en el arte de la sexualidad.
Como dije antes, las mujeres son felices teniendo dinero para gastar a manos llenas, y para eso están dispuestas a hacer lo que sea con la finalidad de tenerlo, entre más fácil lo obtengan, para ellas resulta mejor. Claro que muchas lo niegan, porque no lo tienen, y porque no hay quien se les acerque para ofrecérselos, pero las mejor conservadas, aunque tengan mucha edad pueden ser buscadas por hombres de su edad, mayores o incluso menores, pero con dinero, ya que una mujer atractiva siempre es motivo de las más bajas pasiones y la mayoría de ellas, lo saben por eso es que se conservan esbeltas, firmes, turgentes, cuidan lo que comen y a quien se comen, son selectivas, eligen al que les puede dar más. Y por supuesto, no les importa si están casadas, con pareja o novio, todo lo hacen con discreción y limpieza, porque de eso depende darse sus gustos ocasionales, que van desde una casa, un departamento, un auto, una ropa de marca, un bolso, un accesorio (reloj, celular, tableta, etc.), como señalé antes, amable lector, depende del círculo social en el que se muevan, entre más exclusivo es, mayores ganancias obtienen. Y eso, para ellas es felicidad y por consiguiente, también sirve para mejorar su salud, porque al cuidar su alimentación y haciendo ejercicio, indirectamente, se beneficia esa otra parte que los mediocres creen que el dinero no compra. Teniendo dinero se come mejor, se vive mejor. La muerte es algo inexplicable, nadie sabe como o cuando va a morir, no respeta pobres ni ricos, pero no tiene nada que ver con el tan “repudiado” dinero.
Claro que hay mujeres casadas, con novio o pareja, que se meten con hombres mediocres, adictos, pobres y sin futuro, que tienen relaciones sexuales con ellos, pero, así mismo les va y de lo mismo no pasan. Como se dice, hay de todo en la viña del señor.
Continuando con el tema. Un ejemplo actual, que en las redes sociales han mencionado para bien y para mal, es el actor Andrés García, el otrora galanazo, tuvo a las mujeres que quiso, el habla de alrededor de mil, solo el lo sabe, pero ahora con 81 años de edad y enfermo de cirrosis, está muy acabado, pero cuantos pobres sin haber sido felices teniendo sexo, bebiendo hasta morir, como lo hizo él, a esa edad o hasta más jóvenes, ya están muertos, ¿entonces? Con esto demuestro que lo que nos han enseñado es una falacia más.
El dinero es
importante, lo que no nos han enseñado, ni lo harán en este país, es saber cómo
ganarlo, somos expertos en gastar hasta lo que no tenemos, vivir de las
apariencias, estar el resto de la vida endeudados, terminar ancianos y seguir
trabajando porque se tiene la necesidad, pocos, muy pocos ahorran y esos, son
los que tienen dinero, la mayoría se muere, según ellos, felices porque
tuvieron fiestas, borracheras, se desvelaron cientos de veces, aguantaban
tomando en exceso, etcétera, pero jamás tuvieron lo más básico que siempre
quisieron, una casa propia, un automóvil de agencia, una mujer a su lado que no
les exigiera más de lo que podían darles, según ellos vivieron la vida, pero
jamás fueron felices. Porque directa o indirectamente, siempre desearon tener
dinero, por eso es que la mayoría “odia” a los ricos, los quiere destruir,
destrozar, porque en realidad los envidian por lo que tienen, pero si en lugar
de atacarlos, se les acercaran para pedirles que les enseñen a generar riqueza,
otro país sería. Pero hacemos lo contrario, así no se puede. ¡Seamos mejores!