sábado, 13 de julio de 2013

EL PERFIL DE UN ALCALDE.

Tener PODER, es algo que la mayoría de los mexicanos buscamos y pocos alcanzamos, pero concretamente, llegar a ser Presidente municipal o alcalde, y mantener tu estado actual es muy difícil de lograr.

Aquí les comento el perfil de uno que conozco a la perfección, si algunas características coinciden con algún conocido suyo, es porque al final, son lo mismo.

Existe, un individuo de bajo perfil político, físico, académico, social, cultural y moral, que buscó por todos los medios, llegar a convertirse en alcalde de su municipio. Hizo telarañas raras con el partido en el poder (estatal) y al interior del partido en el que militaba, para lograr su anhelado deseo.

Ganó, pese a tener todo en contra, una vez sentado en la silla municipal, comenzó a cambiar, diría yo, empezó a brotar su verdadera forma de ser, la que estuvo escondida bajo la simulación y la hipocresía para no afectar sus malévolos planes.

Comenzó a rodearse de personas similares a él, empezó a alejar a los que de verdad lo hicieron obtener el triunfo, la avaricia y corrupción comenzó a formar parte de su diario vivir, se sentía poderoso y todo literalmente, le valía madre, se sentía omnipotente y casi hecho a mano.

Puso apodos a todos, hablaba de todo mundo, se creía único, hacía y deshacía, decía tener "el sartén por el mango", repetía obras para favorecer a familiares, entregaba obras a sus "padrinos" y gente que lo había encumbrado, sin saber que su pequeño poder duraba solo 3 años, en realidad dos y medio porque una vez realizada la elección, su poder se extingue; y fue aquí donde comenzó la declive que lo hundió en el ostracismo, la mediocridad que siempre tuvo, la burla del pueblo, el abandono de sus "asesores", y demás que solo les interesó cuando tenía poder y le pudieron sacar jugosos beneficios.

Hoy a cinco meses de dejar su "reino", está físicamente mal, se observa que está enfermo, su semblante lo dice todo. Pero es el inicio del precio que va a pagar por su arrogancia, soberbia, bipolaridad, ignorancia y estupidez por no saber que el poder, si no hay capacidad, vuelve loco a los pendejos.

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