Preciso controlar mis emociones. Entiendo que toda acción tiene una consecuencia, que lo importante no es lo que sucede, sino cómo lo percibo y lo que hago con ello. Hoy controlo mis acciones y evito actuar bajo el mundo de los impulsos. Encuentro el equilibrio entre cuerpo y mente, y atraigo sólo cosas buenas para mi evolución.
Hoy sé que ignorar la realidad no la cambia. Me gusta mantener el control. Hoy me vivo controlando mis impulsos porque soy dueño de lo que pienso, soy responsable de lo que creo y de lo que hago. Yo decido rescribir mi historia desde mi poder interior y controlo todo cuanto se quiere salir de mi inspección.
Decido liberarme de las obsesiones. Hoy entiendo que el presente es la simple consecuencia de sucesos pasados, imposibles de cambiar, y que por más que me esfuerce hay cosas que por simple hecho no pueden ser y es mejor dejarlas ir. Tomo el camino del desapego y me vivo iniciando mi nuevo trazo de existencia sin obsesiones.
Siempre busco el bien ven cada situación, persona y cosa. Me vivo ampliando mis fortalezas humanas. Hoy doy la espalda al pasado, sea bueno o malo, vivo únicamente en el presente y futuro. Perdono a todo el mundo sin excepción y sin importar lo que haya hecho, luego me perdono a mi mismo y acepto los cambios oportunos que hay en la subsistencia.
Día con día elijo con mucho cuidado mis expresiones porque son poderosas. Hoy me decido a cultivar mi mente de modo que cada vez tenga más conocimientos que pueda emplear. Me vivo teniendo capacidades nuevas que decido usar de forma inmediata y con las que crezco personal y profesionalmente.
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