La técnica instrumental específica de la Criminología, debe medir y estimar estadísticamente cuanto deba de ser observado para su diagnóstico, pronóstico y tratamiento eficaz. Eso es lo que se pretende en lo que sigue sobre la "falsedad de género ".
La historia de la criminalidad evidencia naturalezas, motivaciones y tendencias muy distintas en el hombre y la mujer. Es difícil imaginar a una mujer haciendo el gamberro hasta el vandalismo más violento por un equipo de fútbol que pierde un partido, pero tampoco resulta fácil imaginar a un hombre envenenando hábilmente, o mintiendo mientras llora, casi artísticamente, en una comisaría de policía al presentar una denuncia falsa, pero muy eficaz. Eso no significa que no haya forofas peligrosísimas, ni hombres querulantes, porque sabemos bien que existen. Sin embargo, la criminología de cada delito históricamente evidencia unas pautas de conducta, unas intenciones, y unos "modus operandi", muy distintos en hombres y mujeres, cualquiera que sea su clase, condición, formación, entorno o "status" social.
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