viernes, 21 de junio de 2024

Para conocer la verdad...

 

El Islam. 

Continuando con esta religión totalmente desconocida para nosotros y el mundo occidental, siendo la más numerosa en adeptos, seguidores o profesantes. 

En el Islam, la relación entre la humanidad y el medio ambiente está basada en el hecho de que todo sobre la tierra adora a Dios. 

Esto significa que la adoración no es solamente la práctica ritual, sino que se traduce en acciones, por lo que es parte de la creencia del musulmán el no dañar el medio ambiente. Además, los seres humanos son responsables por el bienestar y el sustento de los demás habitantes de este entorno global, ya que Al-lah los nombró sus vicerregentes en la tierra y les ordenó evitar corromperla. 

El profeta Muhammad incentivó el cultivo para aumentar las fuentes de agricultura y reforzar un medio ambiente benevolente. 

Él dijo: “Cuando un musulmán siembra o cultiva un árbol o una planta, y un ser humano, una bestia o cualquier otra cosa se alimenta de ella, se le cuenta como un acto de caridad”. 

También estableció reservas ambientales donde no se podía cortar árboles ni matar animales. Él dijo: “Esto es sagrado y ninguno de sus árboles puede ser cortado, excepto para que un hombre alimente a su camello”. 

La prohibición de contaminar las fuentes de agua, los caminos y otras áreas del entorno, son algunas de las directrices islámicas que ayudan a proteger el medio ambiente y liberarlo de la contaminación. El Islam hace de la protección del medio ambiente y la prevención de la corrupción un deber de todo ciudadano en una sociedad justa. 

Señaló: “Qué nadie orine en agua estancada”, así como: “Eviten las tres acciones que traen maldición a las personas: defecar en fuentes de agua, en los caminos y en las sombras (donde la gente se resguarda del sol”). 

El erudito Ibn Hazm dijo en su libro Al Muhalla: “La caridad hacia los animales es benevolencia y piedad, y cuando un hombre no colabora con el bienestar de los animales, está promoviendo el pecado y la agresión y desobedeciendo a Dios, el Todopoderoso”. 

El mantener a un animal lejos del alimento y el agua, y descuidar el riego de los árboles frutales y las plantas hasta que mueran es una forma de corrupción en la tierra y destrucción de las plantas y la descendencia. 

El profeta maldijo a quien matara a un ser vivo solamente por deporte (como en la caza). 

El profeta prohibió hacer pelear a los animales como un deporte. 

El profeta Muhammad animaba a las personas a limpiar y no contaminar sus ciudades. 

El profeta Muhammad prohibió causar daño tanto a los individuos como a la comunidad. 

El también ordenó la remoción de cualquier cosa que pudiera causar algún daño al vecino, ya sea en la residencia, en el transporte público, en los lugares públicos o en las oficinas. 

El Islam fue revelado en un tiempo en el que muchas personas alrededor del mundo negaban la humanidad de las mujeres. Sin importar si las consideraban infrahumanas o no, las mujeres seguían siendo vistas como objetos creados para el humilde servicio de los hombres. 

El Islam devolvió sus derechos a las mujeres, mismos que habían sido eliminados por una sociedad decadente. La dignidad y humanidad de la mujer fue restablecida, haciendo que su estatus fuera igual al del hombre. El infanticidio femenino fue prohibido y fueron otorgados a las mujeres los derechos con respecto a la herencia, mismos que no existían anteriormente. Entre otras cosas, las mujeres ahora tenían el derecho a tener posesiones personales y, por tanto, a tener su propio dinero y riqueza (sin ninguna obligación de gastar en sus familias); el derecho a estar de acuerdo con el matrimonio (su consentimiento es obligatorio), y de conservar sus apellidos después del matrimonio. Ellas ahora tenían el derecho a la educación, al voto y a buscar el divorcio en caso de necesidad. Los derechos de la mujer son muchos y la ponen no solo en un mismo nivel, sino que elevan su estatus por sobre el de los hombres en muchas circunstancias. 

En el Islam, las mujeres y los hombres son iguales en cuanto a su valor como seres humanos, y cada uno tiene diferentes responsabilidades. 

Muchos derechos solo fueron otorgados a las mujeres recientemente en Occidente; un claro ejemplo de esto es el derecho a la propiedad, el derecho a ejercer su propia voluntad y el derecho al divorcio, que recién se introdujeron a las leyes en el siglo XIX. Además, debido a la mala orientación cultural se observa en algunas sociedades fuera del mundo musulmán, el nacimiento de una hija todavía es considerado como una carga. El infanticidio femenino es común a través del aborto, ocasionando una gran disparidad entre el número de hombres y mujeres dentro de esas comunidades. 

El punto de vista islámico sobre el estatus de las mujeres puede ser resumido en el siguiente verso del Corán: Su señor les respondió sus súplicas diciendo: “No dejaré de recompensar ninguna de sus obras, sean hombres o mujeres, descienden el uno del otro… traten amablemente a las mujeres en la convivencia…”. 

En gran parte del mundo antes del Islam existía mucho maltrato hacia los niños, siendo lo peor el infanticidio: el asesinato de los niños poco tiempo después de su nacimiento. 

Esto era practicado por temor a la pobreza, como sacrificios a falsos dioses o para evitar la deshonra social con el nacimiento de una niña. El Corán rechazó todo trato inhumano y les dio a los niños muchos derechos: el derecho a ser alimentados, vestidos y protegidos; el derecho a disfrutar del amor y afecto de sus padres, el derecho al trato igualitario entre los hermanos, el derecho a la educación y el derecho a la herencia adecuada. 

Algo importante, tienen los musulmanes, no regañan. Mucho menos golpean a los niños, a sus hijos. Y no hacen berrinche como tantos que conozco. 

También, la mente del niño debe ser alimentada y la educación es vital a este sentido. El corazón de un niño debe ser llenado con fe, la mente de un niño debe ser iluminada con la guía adecuada, el conocimiento y la sabiduría; los valores morales y el buen carácter son parte integral del desarrollo de un niño. 

El Islam le dio a la humanidad un código ideal de derechos humanos hace 14 siglos. 

Estos derechos están orientados a conferir honor y dignidad sobre la humanidad y eliminar la explotación, opresión e injusticia. Ellos fueron resumidos en el último sermón del profeta Muhammad, considerado la primera declaración de los derechos humanos. Estos derechos existen para todas las comunidades, musulmanas o no, para el hombre y para la mujer, para quienes viven en paz o en guerra; sus derechos son garantizados por Dios. “Toda la humanidad proviene de Adán (y Eva). Un árabe no tiene superioridad sobre un no árabe, ni un no árabe tiene alguna superioridad sobre un árabe; tampoco un blanco tienen superioridad sobre un negro, ni un negro tiene superioridad sobre un blanco, excepto por la piedad y las buenas acciones…”. 

Los derechos humanos en el Islam están firmemente arraigados en la creencia en que Dios y solamente Dios, es el legislador y la fuente de todos los derechos humanos. Debido a su origen divino, ningún legislador o gobernante, ninguna asamblea o autoridad puede restringir o violar de ninguna forma los derechos humanos conferidos por Dios ni se puede renunciar a ellos. 

Estos derechos también son evidentes cuando se trata de no musulmanes viviendo en una sociedad musulmana. El profeta Muhammad solía visitar a la gente enferma en toda Medina, tanto a judíos como musulmanes. Cuando pasaba una procesión funeral judía en frente del profeta, él se ponía de pie como una muestra de respeto. En años posteriores, los hospitales admitían y trataban a las personas independientemente de su religión o condición social. En el gobierno, las personas alcanzaban posiciones prominentes de autoridad debido a su capacidad. Los cristianos y los judíos eran admitidos en escuelas, colegios y universidades musulmanas, y a algunos se les ofrecía un internado a expensas del Estado. Durante la inquisición española el mundo musulmán fue un refugio seguro para los judíos que, al igual que los musulmanes, huían de la persecución española luego de haber vivido en armonía y prosperidad en la España musulmana por más de 700 años. 

Te sorprenderás, amable lector, al saber que el Imperios Islámico tardó menos de 100 años en construirse, básicamente el periodo de tiempo más corto para el surgimiento de un imperio en la historia. 

Luego de su establecimiento, el progreso dentro de la civilización musulmana fue asombroso. Continuó liderando el mundo de la ciencia, por casi mil años. Es necesario preguntarnos cual fue la principal fuerza inspiradora detrás del veloz crecimiento de la civilización islámica y por qué continuó creciendo y expandiéndose por al menos cinco siglos. 

Antes del Islam, la Península Arábiga no estaba encaminada en el desarrollo, sino que estaba inmersa en la tradición. Después de la revelación del Corán, encontramos que el mensaje del Islam constantemente insta a la humanidad a pensar, aprender, observar y explorar las cosas creadas por Dios para el uso del ser humano en su rol como administrador sobre la tierra. 

Por muchos siglos el idioma del Corán (el árabe) fue el medio internacional para la investigación científica y el progreso, como lo es el inglés hoy en día. Los europeos que querían estudiar física, química, matemáticas, astronomía o medicina tenían que acudir a las universidades islámicas, especialmente en la España musulmana. 

Este entusiasmo por el aprendizaje solo podía deberse a la actitud que reconocía y alentaba a los estudiosos, independientemente de su religión. 

Una cultura distinta, regida por la religión, de la que las potencias occidentales (Europa y E. U.) nos han querido tener alejados, cuando la realidad es que son mejores que ellos, sobretodo, poderosos económica y educativamente, pero esa es otra historia. Te invito a conocerla y si tienes recursos, que visites algunos o varios de estos países árabes sin miedo, todo lo que se ha señalado de que son explosivos y mueren por Al-lah son falacias inventadas para que no se conozcan, crezcan aún más y los visitemos. ¡Ponte atento! 

Quinta parte.

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