miércoles, 19 de junio de 2024

Para quitarte la venda...

 

El Islam. 

Continuando con esta religión, la más numerosa en adeptos de las que existen en la actualidad, casi la cuarta parte de la población mundial la profesa, señalo la pregunta que los musulmanes se hacen seguido. ¿Sería justo crear un objeto y liego dejar que funciones sin ninguna directriz ni regulación, y finalmente llamarlo a rendir cuentas y castigarlo por romper las reglas? 

Tras haber creado al ser humano con poder de pensamiento y libre albedrío, Dios, en su infinita sabiduría, decidió enviar profetas y mensajeros como una guía para la humanidad. Cada Profeta fue enviado a su pueblo en particular para recordarles la necesidad de adorar al único Dios y que se abstuviesen de atribuirle socios en Su divinidad. Ellos no fueron dioses, hijos ni socios de Dios, sino que simplemente fueron lo mejor de la humanidad, escogidos por su humildad, valores morales, afabilidad y conocimiento de Dios. 

Dios envió una larga cadena de profetas desde los primeros días de la humanidad, desde el profeta Adán (el padre de los seres humanos), hasta el profeta Muhammad, el último de los profetas. Esta larga cadena incluye a los profetas del pueblo de Israel y a los cinco grandes mensajeros que vinieron con sus mensajes más importantes: Noé, Abraham, Moisés, Jesús y Muhammad (que la paz y las bendiciones de Dios sea con todos ellos). Los profetas fueron líderes de la humanidad que sabían cómo adorar al único Dios. Ellos tenían conocimientos acerca de la otra vida, de los valores morales y los derechos humanos, y guiaron a su gente hacia esto. Ellos ordenaron a sus pueblos a hacer el bien y abstenerse del mal. 

Muhammad (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) recibió instrucciones claras sobre cómo establecer el bien. 

Muhammad fue el último de los Mensajeros, él trajo el mensaje de Dios para toda la humanidad, desde el primer día de la revelación hasta el último días de nuestra existencia. Por esta razón es que vemos musulmanes alrededor del mundo, de todos los colores y razas, aceptando y respetando a todos los profetas de Dios, ya que todos ellos estuvieron en la misma senda de adoración al Único Dios. 

Los libros sagrados del judaísmo, el cristianismo y el Islam cuentan la historia del profeta Noé y el gran diluvio. 

El Corán dice que él fue un Mensajero para su pueblo durante 950 años. De forma desinteresada, él dedicó su vida a predicar a su gente la creencia en un solo Dios, a abandonar la adoración de los ídolos y las estatuas y a ser misericordiosos con los débiles y necesitados. Él les habló acerca de los signos del poder de Dios y Su misericordia, y les advirtió acerca del castigo severo en el Día del Juicio, pero ellos fueron muy obstinados e ignoraron sus advertencias. Dios los castigó con el gran diluvio y salvó solo a los creyentes que siguieron al Profeta, 

Su historia se encuentra mencionada en los capítulos 11 (Hud) y 71 (Nuh) del Corán, con detalles acerca del diluvio y del arca, incluyendo los puntos siguientes: 

Noé pidió a su gente que sirvieran a Dios y cumplieran con sus deberes hacia Él, para que Él perdonara sus pecados. 

Noé los llamaba día y noche, pero ellos tapaban sus oídos con sus dedos y persistían en su rechazo. 

Noé les decía que buscaran el perdón de su Señor, el Perdonador, y que Él los bendeciría con riqueza e hijos, y les daría jardines, ríos y una buena vida. 

Dios, el Todopoderoso, le dijo a Noé que ninguna de esas personas creería excepto aquellos que ya habían creído, así que le ordenó que construyera un barco bajo su guía e inspiración. Cuando su gente pasaba cerca de él, se burlaban. 

Cuando terminó de construir el barco, Dios le ordenó que metiera en él una pareja (hembra y macho) de cada especie, a su familia y a aquellos que creyeron. (La iglesia católica solo señala que fueron los animales y su familia, pero hubo más gente) 

Y se dijo: ¡Oh tierra! ¡Traga tu agua!; y: ¡Oh cielo! ¡Límpiate de nubes! 

Y se hizo disminuir el agua y la orden fue cumplida. Y una vez que el barco reposó el monte Al Yudi con Noé y los creyentes, le fue dada otra oportunidad a la humanidad para un nuevo comienzo. 

El Profeta Abraham es una de las personalidad más brillantes de la historia de la religión, valores morales, vida social y paternidad. 

Él es el padre de los profetas porque Dios, el Todopoderoso, escogió a muchos profetas de entre sus descendientes, como Isaac, Jacob y David y los hijos de estos, además de Ismael, el antepasado del último Mensajero. Muhammad. Existe un capítulo en el Corán llamado Ibrahim (Abraham). Su biografía y obras gloriosas están mencionadas en diferentes lugares del Corán. 

Abraham enseñó acerca de la unicidad del Creador desde que era joven. Él se involucraba en serios debates con los sacerdotes de su tiempo, refutando su tendencia a adorar ídolos, las estrellas y el fuego. 

Él les decía que esos ídolos no eran merecedores o dignos de adoración, y por eso ellos trataron de quemarlo vivo, pero Dios lo salvó. Él fue un Profeta, un padre ejemplar y un hijo virtuosos. He aquí algunos aspectos de su vida mencionados en el Corán: 

Abraham fue un hijo muy obediente, bondadoso y muy paciente con su padre incrédulo.

Él debatía con su gente acerca de los falsos dioses y afirmaba que no los podía adorar porque no lo merecían. 

Dios, el Todopoderoso lo mencionó en el Corán como uno de los elegidos. 

Dios le dio sabiduría y la habilidad para influir sobre otros. 

El Profeta Moisés fue uno de los cinco mensajeros más importantes y el líder que liberó al pueblo de Israel de la opresión del Faraón; él no solamente está mencionado en el judaísmo y el cristianismo, sino también en el Islam. 

Existe información acerca del profeta Moisés en el Corán, así como en el Antiguo y Nuevo Testamento. El profeta Moisés es el más mencionado de todos los profetas en el Corán. 136 veces en 34 capítulos, y también es citado en los dichos auténticos del profeta Muhammad. 

El nacimiento de Moisés y su entrada al palacio del Faraón, su viaje hacia Madian, su elección como profeta, su envío hacia el faraón para salvar s los israelitas, la lucha con el faraón y el éxodo del pueblo de Israel de Egipto, la revelación de los mandamientos divinos en el Monte Sinaí, los eventos en el desierto y su liderazgo sobre los hijos de Israel, son temas que se mencionan en el Corán. También se mencionada que Moisés fue elegido sobre otros hombres con la misión que Dios le confió. Las palabras con las que Dios le habló, el he cho de que estaba cubierto con la vestidura del amor de Dios, así como el haber sido educado bajo el cuidado de Dios, todo ello indica la preparación de Moisés para servir a Dios. 

En el Corán Moisés es descrito como un profeta que dio las buenas noticias acerca del advenimiento del profeta Muhammad; el Corán también nos dice que la llegada de un profeta iletrado fue mencionada en la Torá. 

En la tradición islámica, Moisés es llamado Kalim ul-lah (a quien el Señor le habló), Dios le habló y le reveló sus versos directamente. 

Jesús en el Islam es un Mensajero de Dios, quien fue enviado para guiar a los hijos de Israel (Bani Isra´il) con una nueva Escritura, el Inyil (el Evangelio). 

El Corán sostiene que María concibió a Jesús sin que ningún hombre la hubiese tocado, un evento milagroso que ocurrió por el decreto de Dios. 

Para ayudarlo en su misión, Jesús fue agraciado con la habilidad para realizar milagros con el permiso de Dios. De acuerdo con los textos islámicos, Jesús no fue crucificado ni asesinado, sino que fue elevado con vida hacia el cielo. Los textos islámicos narran que él regresará a la Tierra cerca del Día del Juicio para restablecer la justicia y derrotar al anticristo. 

Como todos los profetas en el Islam, Jesús es considerado un musulmán, ya que predicó a las personas para que se encaminasen por el sendero recto en sumisión a la voluntad de Dios. El Islam niega que Jesús fuera Dios o el hijo de Dios, sosteniendo que él fue solo un ser humano quien, como los otros profetas, fue divinamente elegido para difundir el mensaje de Dios. 

Los textos islámicos prohíben la asociación de copartícipes con Dios, enfatizando el concepto de la Unicidad Divina de Dios. Numerosos títulos son dados a Jesús en el Corán, tales como Al Masih (el Mesías), aunque esto no corresponde con el significado que se le da en la fe cristiana; él es el hijo de María y el siervo de Dios, Jesús es visto en el Islam como un precursor de Muhammad y los musulmanes creen que predijo su llegada. 

Muhammad, el profeta del Islam, nació en La Meca en el año 570 d.C. al haber quedado huérfano fue criado por su tío, quien pertenecía a la respetada tribu de Quraish. 

A medida que iba creciendo se iba haciendo conocido como confiable, honesto, generoso y sincero, tanto así que su gente lo llamaba “el Confiable”. Muhammad era muy piadoso y siempre había detestado la decadencia e idolatría de su sociedad. A la edad de 40 años, Muhammad recibió la primera revelación de Dios a través del Ángel Gabriel. La revelación de la palabra de Dios continuó por 23 años, la cual es conocida como el Corán.  

Tan pronto como comenzó a recitar el Corán, y a predicar la verdad que Dios le había revelado, él y su pequeño grupo de seguidores sufrieron la persecución de la sociedad que los rodeaba. La persecución se volvió tan feroz que en año 622 d.C. Dios le ordenó emigrar a la ciudad de Medina. 

Luego de muchos años, Muhammad y sus seguidores regresaron para conquistar pacíficamente La Meca. Cuando entraron en la ciudad, perdonaron a sus enemigos, aquellos que una vez los habían perseguido implacablemente. Antes de la muerte de Muhammad a la edad de 63 años, la mayor parte de la península arábiga se había vuelto musulmana, y en menos de un siglo a partir de su muerte el Islam se había esparcido hasta España en Occidente y China en el Lejano Oriente. Entre las razones del rápido y pacífico esparcimiento del Islam está la veracidad y claridad de su doctrina. 

El profeta Muhammad fue el ejemplo perfecto de un ser humano honesto, justo, misericordioso, compasivo, veraz y valiente. A pesar de que era solo un hombre, estaba muy alejado de todo rasgo de maldad y únicamente se esforzaba por la causa de Dios y su recompensa en la otra vida. Además, en todas sus acciones y tratos siempre era consciente y temeroso de Dios. Pero lo más importante, que no sabía leer ni escribir, pero fue guiado por Dios para plasmarlo en el Corán. ¡Glorioso! 

Segunda parte.

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