Abundan las agrupaciones o empresas que se preocupan por el cumplimiento formal de los socios o trabajadores, pero no de su bienestar integral y de su contento en la vida. Y, sin embargo, la historia demuestra que si los miembros de una asociación no se sienten felices, difícilmente esa agrupación registrará un verdadero progreso; en esas condiciones, alguna compañía puede incluso prosperar en cuanto a los beneficios materiales que sus dueños obtienen, pero entre sus empleados y trabajadores habrá siempre un clima de descontento, tal vez sofocado con sanciones o amenazas; no es raro que en ciertas empresas buena parte de los empleados se queden sólo por la necesidad que tienen de trabajar.
Aunque también los empleados, tienen un alto porcentaje de culpa, porque no rinden lo que se espera de ellos, no hacen más de lo que se les pide, y muchas veces ni eso, se quedan cortos en su desempeño, la mayoría de la gente, carece de iniciativa para aportar beneficios en la empresa, trabajo o actividad que les brinda un salario para poder vivir solos o con su familia.
Hay un dicho, no trabajo para pensar, trabajo por necesidad, y cada día cobra más actualidad, desafortunadamente.
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