Quiero aprovechar el espacio para hablar de
un tipo de delincuencia que no te lastima, no te marca pero, sin lugar a dudas
es más peligrosa, porque los que la utilizan son mayoría y los puedes
encontrar, hasta en tu propia casa, en tu familia, amigos, colegas, vecinos, compañeros de trabajo o actividad, conocidos,
etcétera, y por consiguiente, al paso del tiempo te afecta más, principalmente
en tu patrimonio.
El
chantaje o el arte de manipular, sin duda puede ser una de las estrategias más
utilizadas, para conseguir lo que se quiere con el mínimo esfuerzo, incluido el
tema sexual.
Lo más
difícil es que no estás del todo consciente del daño que te está causando.
Inconscientemente te encuentras enganchado a estos individuos, debido a que
están alimentando ciertas heridas emocionales de tu infancia: miedo al
abandono, necesidad de afecto y aprobación, miedo al enojo del otro, baja
autoestima y responsabilidad por la vida de los demás.
El chantaje es una forma de manipulación muy poderosa, un abuso sicológico en la cual personas afectivamente cercanas nos amenazan, directa o indirectamente, con castigarnos de alguna manera si no hacemos lo que ellos quieren. Utilizan los sentimientos como la principal arma.
El
chantajista sabe cuánto valoramos la relación que nos une a él. Conoce nuestros
puntos débiles. A menudo está enterado de nuestros secretos más profundos. Al
saber que queremos su amor y su aprobación, nos amenazan con privarnos de uno o
de otra o nos hacen sentir que debemos ganarlos.
Entre
las estrategias más conocidas: hacerte sentir culpable y halagarte si haces lo
que él quiere.
Pueden
dividirse en:
Castigadores silenciosos: El
sujeto utiliza la amenaza, enojos e insultos como una forma de generar miedo.
Ante estos arranques te paralizas, sometes y te encierras en una
situación estresante y tensa por lo que cedes rápidamente.
Auto castigadores: Su
carta más fuerte es la de hacerse daño o herirse a sí mismo. Te vuelves
totalmente responsable y te culpas de cualquier cosa que hace. Cedes a
cualquier situación, aunque no estás de acuerdo y lo proteges de su necesidad
de afecto, dependencia emocional y de su falta de responsabilidad y amor a la
vida.
Víctimas de la relación: El
eterno drama les da un sello a su personalidad. Su manera de manipular es
amenazando a la gente con el sufrimiento y desconsuelo que ellos van a tener si
no se hace lo que quiere.
Seductores por naturaleza:
Seguramente algunos se escudan en ofrecerte dinero, lujos o viajes a cambio de
que se haga lo que él quiera. Detrás de esta máscara hay una terrible
inseguridad, falta de confianza y baja autoestima. La única forma de tenerte
segura y controlada es a través de lo material. Son los menos, pero los hay.
Esto es como generalmente actúan esos individuos, y aunque no los
conozcas, se te acercan, comienzan por alabarte, por hacerte creer en
cualidades que no posees y así conforme avanza la charla y sobretodo, que tú lo
permitas, termina envolviéndote, si eres débil, en lo que él desea obtener de
ti, principalmente favores de tipo económico, un préstamo, una dádiva, una
recomendación para que un tercero haga algo por ellos y pocas, muy pocas veces,
un empleo, porque este tipo de gente es floja, no le gusta trabajar, obtienen
lo que necesitan para vivir ellos y su familia, mediante el embuste y el
engaño.
Si de tajo rompes sus intenciones y no los dejas continuar, se van
vociferando en contra tuya, pero está bien, al fin que no los conoces y aunque
los conozcas, es mejor de una vez, evitar estrés y enojos futuros, porque si
los ayudas una vez, es un cuento de nunca acabar, porque aunque queden mal,
carecen de la mínima vergüenza y con total cinismo, al poco tiempo, vuelven a
pedirte favores y se convierte en un círculo sin fin, salvo que tu decidas
romperlo, negándote a seguir cayendo en sus redes.
Así que, estimado lector, evítate una desilusión, perdiendo bienes,
dinero y más, apoyando a estos delincuentes que actúan sin violencia, pero que
de poco en poco, se van apoderando de tu patrimonio, recuerda que cada quien
tiene lo que se merece, y a los que ves pobres, que nunca tienen dinero y
cuando lo tienen no les alcanza para mucho, merecen estar así porque han
sembrado eso durante el tiempo que tienen de vida, no pueden ser prósperos y
felices, si siempre han sembrado chantaje, mentiras y manipulación. Aléjate de
ellos, nadie te va a castigar por no ayudar a tu prójimo y menos cuando son
unos verdaderos delincuentes sin violencia.