jueves, 12 de diciembre de 2019

¿Existió la virgen de Guadalupe?

Antes de la llegada de los españoles, los habitantes de Tenochtitlan creían en diferentes deidades que guiaban por completo sus estilos de vida. Tláloc, Quetzalcóatl, Tezcatlipoca y Huitzilopochtli eran las figuras que dominaban el destino de los aztecas. Al llegar los conquistadores, el principal reto que se encontraron fue establecer la religión cristiana como la única y dominante. Junto con los invasores llegaban sacerdotes de distintas órdenes, como la Franciscana y la Dominicana, ambas intentando usar la fe en sus dioses como forma de controlar a la población.

El método que utilizaron fue destruir por completo las creencias antiguas aztecas mezclándolas con elementos cristianos. Los nativos aztecas adoraban a una figura llamada Tonantzin, quien era considerada la "Diosa Madre". Esa deidad que llamaban "Nuestra gran madre" o "Nuestra señora" era adorada por los locales y era vista como la responsable de otorgar comida y de mantener hermoso el mundo en el que vivían. De acuerdo con el autor D.A. Brandinglos aztecas solían realizar actividades de peregrinación para adorar a Tonantzin en un templo construido en el Tepeyac, a las afueras de la Ciudad de México. Lo que hicieron los religiosos europeos fue destruir esa construcción y reemplazarla con un una capilla dedicada a la Virgen María, madre de Jesús. Los indígenas continuaban yendo a agradecer a su diosa madre, pensando que los invasores finalmente la habían aceptado. El engaño apenas comenzaba.

A pesar de que algunos expertos católicos afirman que la existencia de Juan Diego y la aparición de la Virgen son reales, todos los documentos que hablan sobre ellos son recuentos de segunda mano, tal y como indican en sus estudios los autores Alberto Peralta y Stafford Poole. Don Juan de Zumárraga, primer Arzobispo de la Nueva España (llamado "el protector de los indios"), pudo haber sido responsable de la idea de usar a Tonantzin para evangelizar a los nativos con ayuda de otro sacerdote encargado de traducir al náhuatl los textos sagrados: Bernardino de Sahagún, pero no fue precisamente así.

El primer indicio que demuestra la nula existencia de Juan Diego y de las cuatro apariciones es el hecho de que la mayoría de los textos que hablan sobre esos sucesos establecen a Zumárraga como el principal responsable. Lo extraño es que el Arzobispo era un ávido escritor y documentaba gran parte de los sucesos que observaba en la Nueva España. Ninguno de sus papeles menciona a un hombre con la aparición de una figura mestiza.

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