Ya merito mexicano.
Aprovecho
esta oportunidad para analizar esta frase y otras acciones, tan comunes en el
diario vivir del mexicano promedio.
Normalmente
es utilizada para recordarle a quien se le encomendó una tarea, si ya la inició
o está por concluirla. Porque el mexicano es chambón, flojo, olvidadizo, y más
cuando se trata de trabajo o responsabilidad.
Como
he señalado en otras entregas, la situación individual, familiar y del país en
general, es consecuencia de lo negativo que actuamos en cualquier oportunidad.
El único responsable de tu éxito, fracaso, fortalezas, debilidades, etc. eres
TÚ y solamente tú.
El
mexicano, por naturaleza e históricamente, está ávido, necesitado de triunfos,
victorias, reconocimiento, de ahí que en todo, se crean el mejor. Cuando los
hechos señalan todo lo contrario.
Está
probado, que un mayor porcentaje somos y/o hacemos, lo que vemos, los ejemplos
y es minoría, repetir lo que oímos. Pero el nacional, tal parece que su
ignorancia, lo hace creer en sentido contrario. La generalidad cree que con
andar diciendo e inventando historias de grandeza ya son triunfadores. Pero no
es así. Claro que hay excepciones, como en toda regla general.
Cuántos
de nosotros, amable lector, conocemos a gente que tiene auto del año, aunque
sea modesto, viste ropa cara, aunque no necesariamente sea de calidad ni
elegante, que a la menor provocación, enseñe su colección de tarjetas de
crédito, bancarias y departamentales, aunque sean de poca línea de crédito
disponible, pero que no tienen casa propia, que en los bancos están endeudados
por muchos años, le deben a mucha gente. Esas acciones son sinónimo de pobreza,
donde solo los interesados son los culpables de esa situación y otras que
derivan de lo mismo, porque una acción, desencadena muchas reacciones, que los
persiguen el resto de su vida.
He
visto a mucha gente pagando su despensa con tarjeta de crédito a meses sin
intereses. Es el colmo de la pobreza, y si eso lo hacen cada semana, quincena,
¿cuándo terminarán de pagar lo que se comen?
Desde
niño, mis padres me enseñaron a preguntarle o pedir opinión, a gente que sabe
del tema en cuestión, no hay que preguntarle a quien desconoce el asunto, por
ejemplo, una mujer embarazada, no puede y mucho menos, no debe pedirle consejo
de su embarazo a una mujer que no ha sido madre. Es ilógico, no le puede dar
una respuesta apropiada.
Un
casado tampoco debe esperar un consejo u opinión creíble de un soltero, y así
tantos ejemplos, pero el mexicano no se detiene a analizar, a reflexionar, además
de no ser su fuerte esta situación, dedicándose a pedir a diestra y siniestra
consejos y opiniones que solamente lo confunden más. De ahí que existan tantos
problemas graves que no deberían haber llegado ni a conflicto.
Otra
característica mexicana, es la de ser rijosos, peleoneros, buscapleitos,
broncudos, esto desde luego sin medir las consecuencias. Un claro y mediático
ejemplo es el del actor Pablo Lyle, que por impulsivo y descerebrado, provocó
la muerte de un anciano de 63 años en Miami, Florida, E.U. y ahora lleva más de
un mes en arresto domiciliario y con un brazalete adherido a su cuerpo. Dijera
Juan Gabriel, ¿pero que necesidad? Pero esta cualidad negativa, nos la han
endosado históricamente a los mexicanos, y lo peor es que muchos se lo han
creído. Sin que el individuo, se creyera las cosas, habría menos delitos, los
juzgados de cualquier fuero, común o federal, tendrían menos saturación de
expedientes, pero claro, esto redundaría en menos empleo para los abogados y la
corrupción disminuiría, pero claro, esto no conviene a muchos sectores del
país.
Soy
partidario, de que haciendo las cosas correctamente, seríamos más felices, más
ricos y por consecuencia mejores seres humanos y un mejor país, pero el
mexicano prefiere gastar más energía, haciendo las cosas equivocadamente, lo
que también provoca un mayor nivel de ignorancia y decremento de la salud. Por
ejemplo, al no respetar el semáforo, genera un líquido su cuerpo porque no sabe
si chocará con otro idiota igual que él, si esto ocurre, perderá tiempo y
dinero en lo que soluciona el incidente, esto le afecta su salud, porque no
sabe de dónde sacará el dinero para pagar al otro y arreglar su auto. Como dije
antes, una acción buena o mala, genera varias reacciones, por lo que es mejor,
actuar positivamente, aunque nadie te vea, lo importante es que te estás viendo
tú. Basta de vivir solo haciendo las cosas un poco mejor, cuando otros te
observan, hazlo por ti, aumenta valía a tu vida, haciendo las cosas
correctamente. De lo contrario, no te quejes de tu situación personal,
familiar, del país, si no tienes la grandeza de ser en todo, mejor.
Finalmente,
preocúpate por ti, por tu futuro, no dependas de las dádivas que da el
gobierno, para mantenernos en la pobreza mental y económica, que mal se ve a
los ancianos estar mendigando los apoyos sociales, cada mes, porque no les
depositan su apoyo, esto en lugar de causar conmiseración, provoca rabia,
enojo, coraje, porque no tuvieron la capacidad para prever su futuro y no estar
atenidos a que otros resuelvan su vida. Cuando el único responsable para
hacerlo eres Tú.
No hay comentarios:
Publicar un comentario