La tontería se coloca
siempre en primera fila para ser vista; la inteligencia detrás para poder ver.
La sabiduría viene de
escuchar; de hablar, el arrepentimiento.
Hay personas que empiezan a
hablar un momento antes de haber pensado.
El sabio no dice lo que
sabe, y el necio no sabe lo que dice.
Lo que quiere el sabio lo
busca en si mismo; el vulgo lo busca en los demás.
El pensamiento es el corcel,
la razón el jinete.
Ser bueno es fácil; lo
difícil es ser justo.
Los valores morales se
pierden sepultados por los económicos.
El andar tierras y comunicar
con diversas gentes hace a los hombres discretos.
El arte de dirigir
muchedumbres consiste en saber decirles lo que ellas piensan.
El buen gusto proviene más
del juicio que del talento.
Para saber hablar es preciso
saber escuchar.
Las opiniones siguen la ruta
que marca la conveniencia personal.
No honres con tu odio a
quien no podrías honrar con tu amor.
El que no tiene opinión
propia siempre contradice la que tienen los demás.
Sobre las cosas que no se
conocen siempre se tiene mejor opinión.
Pensamientos tontos los
tenemos todos, pero el sabio se los calla.
El que parece sabio entre
los tontos parece tonto entre los sabios.
Si no puede explicar lo que
ha estado haciendo, su trabajo carecerá de valor.
La falsa modestia es la más
decente de todas las mentiras.
La modestia es la virtud de
los que no tienen otra.
La nobleza del hombre
procede de la virtud, no del nacimiento.
Solo los idiotas contestan a
una pregunta haciendo otra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario