Ley Nº 41- Evite imitar
a los grandes hombres.
Lo que se produce por primera vez siempre parece mejor y más
original que lo que viene después. Si usted sucede a un gran hombre o tiene
padres célebres, deberá lograr el doble para superar la imagen de ese
"modelo". No se pierda en la sombra de esos "grandes" ni se
quede estancado en un pasado que no es obra suya: encuentre su propia identidad
y reafírmela con su accionar diferente. Elimine a ese padre dominante, reniegue
de su herencia y gane poder a través de sus propios méritos.
LEY No. 41
EVITAR SEGUIR
LOS PASOS DE UN GRAN HOMBRE.
Lo que ocurre en primer lugar siempre
parece mejor y más original que lo que viene después: si se sucede a un gran
hombre o se tiene un padre famoso habrá que realizar el doble de hazañas para
llegar a eclipsarle. No hay que perderse en su sombra o estancarse en un pasado
que no haya construido uno mismo: hay que consolidar el propio nombre e
identidad cambiando de trayectoria. Matar simbólicamente al padre despótico,
menospreciar s u legado y obtener su poder brillando con luz propia.
Ley Nº 42- Muerto el perro, se acabó la rabia.
Los problemas suelen tener su origen en un solo individuo
fuerte: el instigador, el subalterno arrogante, el sembrador de inquinas y
resentimientos. Si usted deja espacio para el accionar de este tipo de
individuo, otros sucumbirán a la influencia del personaje. No espere a que los
problemas que él causa se multipliquen, y no trate de negociar con él, pues es
irrecuperable. Neutralice esa influencia, aislándolo o eliminándolo. Recuerde
que, muerto el perro, se acabó la rabia.
LEY No. 42
GOLPEAR AL
PASTOR PARA QUE SE DISPERSEN LAS OVEJAS.
A menudo se puede seguir la pista de un
problema hasta llegar a un sólo individuo fuerte -el agitador, el subordinado
arrogante, el envenenador de la buena voluntad-. Si se permite que tales
personas tengan espacio para actuar, otras sucumbirán a su influencia. No hay
que esperar a que los problemas que causan se multipliquen, o intentar negociar
con ellos: son irredimibles. Es necesario neutralizar su influencia por medio
del aislamiento o del alejamiento. Al atacar la fuente del problema, las ovejas
se dispersarán.
Ley Nº 43- Trabaje sobre el corazón y la mente de los demás.
La coerción provoca una reacción que, con el tiempo, puede
actuar contra usted. Es necesario lograr, mediante maniobras de seducción, que
los demás se muevan en la dirección que usted desea. Una vez seducida, la
persona se convierte en su leal servidor. Y la forma más eficaz de seducir a
alguien, consiste en manejar con habilidad las flaquezas y la psicología del
individuo. Debilite la resistencia del otro a través de la manipulación de las
emociones, jugando con lo que el otro ama y valora, o lo que teme. Si usted
ignora el corazón y la mente de los demás, terminarán odiándolo.
LEY No. 43
MANIPULAR LOS
CORAZONES Y LAS MENTES DE LOS DEMÁS.
La coacción provoca reacciones que acaban
volviéndose contra nosotros. Debemos seducir a los demás para que deseen
seguirnos. Una persona seducida se transforma en un peón leal. Y la manera de
seducir a alguien es influir en su psicología y en sus debilidades. Tenemos que
suavizar a nuestro contrario a base de manejar sus emociones, de jugar con lo
que consideran más valioso y con lo que temen. Si ignoramos el alma y la mente
de los demás acabarán odiándonos.
Ley Nº 44- Desarme y enfurezca con el efecto espejo.
El espejo refleja la realidad pero también es el arma perfecta
para el engaño: cuando usted refleja a sus enemigos, haciendo exactamente lo
que hacen ellos, sus rivales no lograrán deducir su estrategia. El efecto
espejo los burla y humilla, lo cual los lleva a reaccionar en forma
desmedida. Al poner un espejo frente a su psique, usted los seduce con la
ilusión de que comparte sus valores. Al reflejar sus acciones en un espejo, les
enseña una lección. Son muy pocos los que pueden resistirse al poder del efecto
espejo.
LEY No. 44. DESARMAR Y ENFURECER A LOS DEMAS REFLEJANDO SUS ACTITUDES.
El espejo refleja la realidad, pero también
es la herramienta perfecta para el engaño: cuando reflejamos el comportamiento
del enemigo, actuando igual que él, no logra entender nuestra estrategia. El
reflejo les ridiculiza y les humilla, haciendo que reaccionen de forma
excesiva. Si les ponemos un espejo delante de la mente, les seducimos con la
ilusión de que compartimos sus valores; si lo ponemos ante sus acciones, les
damos una lección. Pocos pueden resistirse al poder del reflejo.
Ley Nº 45- Predique la necesidad de introducir cambios, pero
nunca modifique demasiado a la vez.
En teoría, todo el mundo comprende la necesidad del cambio, pero
en el nivel cotidiano el ser humano es hijo de la costumbre. Demasiada
innovación resulta traumática y conducirá a la rebelión. Si usted es nuevo en
una posición de poder, o un tercero que intenta construir una base de poder, haga
alarde de respetar la forma tradicional de hacer las cosas. Si se impone un
cambio necesario, hágalo aparecer como una leve modificación positiva del
pasado.
LEY No. 45. PREDICAR LA NECESIDAD DE CAMBIO, PERO NUNCA REFORMAR DEMASIADO DE UNA SOLA VEZ.
Todo el mundo comprende la necesidad de
cambio en abstracto, pero en el ámbito cotidiano las personas son criaturas de
costumbre. Una excesiva innovación les resulta traumática, y conducirá a la
revuelta. Si se es nuevo en una posición de poder, o un forastero que intenta
construir una base de poder, debe mostrar respeto hacia la antigua manera de
hacer las cosas. Si el cambio es necesario, debe hacerse sentir como una suave
mejora del pasado.
Ley Nº 46- Nunca se muestre demasiado perfecto.
Siempre es peligroso mostrarse superior a los demás, pero lo más
peligroso de todo es parecer libre de toda falla o debilidad. La envidia genera
enemigos silenciosos. Lo inteligente es poner de manifiesto, de vez en cuando,
sus defectos y admitir vicios inofensivos, a fin de desviar la envidia y
parecer más humano y accesible. Sólo los dioses y los muertos pueden parecer
perfectos impunemente.
LEY No. 46
NUNCA PARECER
DEMASIADO PERFECTO.
Parecer mejor que los demás siempre resulta
peligroso, pero lo más expuesto de todo es aparentar no tener ningún defecto o
debilidad. La envidia provoca enemigos silenciosos. Es inteligente mostrar los
defectos en alguna ocasión y reconocer vicios inofensivos, para desviar la
envidia y parecer más humano y asequible. Sólo los dioses y los muertos pueden
parecer perfectos con total impunidad.
Ley Nº 47- No vaya mas allá de su objetivo original; al
triunfar, aprenda cuándo detenerse.
El momento del triunfo es a menudo el momento de mayor peligro.
En el fragor de la victoria, la arrogancia y un exceso de confianza en sus
fuerzas pueden llegar a impulsarlo más allá de la meta que se había propuesto
en un principio, y al ir demasiado lejos, serán más los enemigos que le creará
que los que logre vencer. No permita que el éxito se le suba a la cabeza. No
hay nada como la estrategia y la planificación cuidadosa. Fíjese un objetivo y,
cuando lo alcance, deténgase.
LEY
No. 47
NO
SOBREPASAR la META QUE UNO SE HA MARCADO; en la VICTORIA, SABER CUANDO PARAR.
El momento de la victoria es a menudo el momento de mayor
peligro. En el ardor de la victoria la arrogancia y el exceso de confianza
pueden empujarle a uno más allá de la meta que se había marcada; y al ir
demasiado lejos se crean más enemigos que los que se derrotan. No hay que
permitir que el éxito se le suba a uno a la cabeza. No existen sustitutos para
la estrategia y la planificación cuidadosa. Debemos marcarnos una meta, y
cuando la alcancemos, detenernos.
Ley Nº 48- Sea cambiante en su forma.
Al adoptar una forma definida y tener un plan claro para todo el
mundo, usted se convertirá en el blanco de ataques diversos. En lugar de
brindar a sus enemigos algo concreto que atacar, manténgase flexible, adaptable
y en movimiento. Acepte el hecho de que nada es absoluto y de que no existen
leyes fijas. La mejor manera de protegerse es mantenerse tan fluido y amorfo
como el agua. Nunca apueste a la estabilidad ni a un orden perdurable. Todo
cambia.
LEY No. 48
ADOPTAR UNA
APARIENCIA INFORME.
Si adoptamos una forma, cuando tenemos un
plan visible, nos exponemos a que nos ataquen. En lugar de adoptar una forma
que el enemigo pueda agarrar, tenemos que mantener la capacidad de adaptación y
estar en movimiento. Tenemos que aceptar que nada es seguro y no hay leyes
fijas. La mejor manera de protegernos es ser tan fluido e informe como el agua;
no apostar nunca por la estabilidad o el orden duradero. Todo cambia.
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