El ser humano es un
animal de costumbres, así lo manifiestan los que saben, difícilmente podemos
cambiar esos hábitos que hemos hecho costumbre y que hemos convertido en
mandato sagrado, en leyes que ni por error podemos poner en tela de juicio o al
menos en un panorama de evaluación continua, algunas buenas, algunas no tanto,
pero ¿Qué ocurriría si dentro de nuestra filosofía de vida, constantemente
pudiéramos ir incrementando esas costumbres a la par de un plan de mejora?, ¿Qué
pasaría si poco a poco le agregáramos una pequeña dosis de esfuerzo a muchas de
las grandes cosas que podemos hacer diariamente en beneficio propio y de los
demás, al grado de poder convertirlas en una sana costumbre?, ¿En una ley
positiva?
El mejor ejemplo de que
mejorar los hábitos tiene resultado, son las personas que bajan de peso, pero
eso no es todo ni para todo lo que sirve. ¿Cuántas familias desperdician horas
valiosas en la comida, porque hay televisión, tabletas o celulares en la mesa?,
¿Qué pasa si en esta casa comemos con la televisión apagada, sin tabletas ni
celulares, como una sana costumbre?
¿Cuantas empresas
familiares se atoran porque no hay un consejo que mejore las decisiones?, ¿Qué
pasa si el Gran Tlatoani es el presidente y los hijos aportan y trabajan bajo
esa filosofía y no se basa todo en así funcionó y así se hace?
¿Cuántas actitudes,
posturas, reacciones y decisiones tomamos porque así lo hemos hecho siempre?
Basta con ver lo que hacemos cuando un coche estacionado quiere salir o si se
va a meter delante de nosotros: ¡Aceleramos!... ¿Qué pasaría si le damos el
paso razonadamente, sanamente y porque hemos decidido hacer algo mejor con esas
viejas y malas costumbres?
Como individuos podemos
lograr muchos cambios y mejoras, ahora imagínate como sociedad y país, porque
no podemos negar que hasta esas costumbres tan arraigadas nos afectan a todos.
¿Qué pasaría si… en lugar de dar mordida, aceptaras la multa?, que obvio viene
de la costumbre de no traer licencia, de pasarse el alto y así, muchos ejemplos
más.
Cuando la costumbre se
vuelve ley, no quiere decir que no se puede mejorar, quiere decir que a veces
nos acostumbramos a seguir igual, aunque estemos mal, pero mejorar las costumbres
no tiene nada de malo, incluso no solo
mejorarlas, adoptar nuevas que sustituyan a las pasadas.
Estamos acostumbrados a
no respetar a los demás y no hacerlo, significa que no nos respetamos a
nosotros mismos, porque es falso que si no dejo pasar a un peatón cuando voy en
auto, es porque soy un potentado, eso simplemente es ignorancia o estupidez.
El respeto no solo es
así, hay tantas maneras de mostrarlo y sobretodo no mostrarlo, en cada acto, en
cada acción, en cada momento, se puede observar cuando alguien en verdad lo
tiene y sobretodo lo siente hacia los demás. Porque es fácil decirlo y no
aplicarlo o hacerlo solo en determinadas ocasiones, el respeto debe verse
siempre y no solo a conveniencia o interés por algo o por alguien.
Hay gentes que se dicen
ecologistas, que alguna vez no piden bolsa de plástico en alguna compra, pero
que en la siguiente ocasión, piden más de una bolsa, eso es contradictorio. O
los que solo piden respeto para ellos y no lo demuestran a los demás, los hay
aquellos que piden favores y lo toman como una obligación y se molestan cuando
alguna vez se les dice que no. El respeto se gana demostrándolo diariamente y
en cada instante. Tan fácil sería vivir en una sociedad donde todos nos
respetaremos, pero la mayoría de la gente busca aprovecharse del de enfrente y
eso nos hace actuar con recelo y sumo cuidado frente a todos.
Piénsalo y mejora hoy
una de tus viejas y negativas costumbres. Tratemos de ir poco a poco recobrando
la confianza y el respeto perdidos, inculcándolo a nuestros hijos, como se
dice, la educación y el respeto inicia desde el núcleo familiar.
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