viernes, 27 de noviembre de 2015


SOLUCIONA TU DEPRESIÓN Y SÉ FELIZ

Este problema lo sufren todo tipo de personas en algún momento de su vida, cuando se enferman, cuando pierden un familiar o simplemente por cambios emocionales. Hay personas que poseen bienes, familia, dinero y estabilidad y aun así sufren la depresión a punto de suicidarse.

Un sicólogo afirmó “Todos sin excepción, nos sentimos deprimidos a veces. Es perfectamente normal”. En cierta medida puede esperarse depresión porque es una enfermedad emocional, desde los países más pobres hasta los del primer mundo tienen un problema de suicidios, debido a esta enfermedad. Señal de que son muchas las personas que la padecen.

La depresión progresa a un ritmo alarmante y es tan antigua como el hombre. El primero que describió la depresión fue Hipócrates y otro médico griego llamado Arteo y coincidieron en que se trata de personas tristes, desanimadas, malhumoradas, se muestran perturbados y sufren de insomnio. Se quejan de la vida y muestran deseos de morir. Se miran como personas malqueridas, olvidadas por las personas y hasta olvidadas de Dios, son descuidadas, flojas y miedosas.

Detalles.

Genio abatido, triste, desalentado. Se dan a sí mismos fuertes palizas mentales, se creen menos de lo que valen, sienten deseos de morirse, siente agitación, están muy inquietos, pueden perder peso y apetito, pero sobretodo, sufren de insomnio.

Les parecen demasiado grandes sus errores (pecados), como para merecer el perdón.

Éstas son características típicas conocidas por los médicos y lo grave es que después de más de dos mil años de investigación seguimos en las mismas condiciones de incapacidad de curar este mal porque la gente no acepta que está enferma y por lo tanto no puede verse libre de este mal.

Les da a todos en cualquier época, por supuesto que no todos los casos son graves, ni llegan todos al suicidio. En alguna oportunidad experimentan en mayor o menor grado un ataque de depresión, que es lo mismo que un decaimiento de ánimo.

Las frases más comunes usadas: “Nadie me quiere”, “tengo flojera”, “ya me tienen harto…”, “no me gusto”, “soy malo”, “me levanté con el izquierdo”, “maldito el día en que nací”, “es que soy pobre”, “es que cuando yo era niño…”. Y así podríamos enumerar muchas, que son solo pretextos para no ser feliz o para manipular a los demás o que viven a su lado, también lo hacen para conseguir algo, como se dan cuenta de que les funcionan sus chantajes, entonces se vuelve un arma a su favor y tienen la cabeza llena de pensamientos negativos y suposiciones, que lejos de ayudarles, los hunden más en la depresión. Hay una diferencia entre no sentirse feliz y estar mentalmente enfermo. Sin embargo, aunque la depresión se presente en las formas más simples, puede empañar y quitar la alegría de la vida y por eso hay que saber alejarla a tiempo.

La depresión es un mal universal afecta a pobres, a ricos y a todo tipo de personas, en cualquier momento, ninguna profesión está exenta de depresión. La hallamos en taxistas, banqueros, empleados, profesores, poetas, cantantes, músicos, desde el millonario hasta el mendigo. El mayor problema es reconocer que sufren de depresión porque lo equiparan a una debilidad mental. Eso no es cierto, ya que las personas con más elevado poder intelectual son las más susceptibles a padecerla, la han padecido grandes personajes, incluido Jesús quien en el Monte de los Olivos, sudó sangre de tanto miedo y tristeza.

La vida es algo impredecible y cada ser humano, llega a experimentar infelicidad en alguna época de su vida; esto se debe a que todos estamos hambrientos de felicidad y el que suceda algo desagradable nos hace sentir que la estamos perdiendo y al mismo tiempo nos sentimos deprimidos. Para muchas personas la felicidad es un lujo, ya que relacionan a la felicidad con bienes materiales, dinero o personas, siendo que ésta no depende de las circunstancias, sino de la actitud que tengamos hacia esas circunstancias y sentimientos. Hay temperamentos que experimentan mucho el sentimiento de pesimismo y amargura y son quienes tienen gran peligro de vivir siempre deprimidos. Es ilusorio creer que algún ser humano pueda sentirse feliz cuando pasa por un momento de tristeza y a todos nos sucede frecuentemente. Eso es algo que debemos aceptar y entender para no permanecer en la depresión.

Algunos dicen que es su suerte, sus condiciones, su vida y no hay manera de hacerles entender que es su actitud. Es el momento en que definimos que les gusta vivir deprimidos y no tienen probabilidades de curarse de esta enfermedad. Eso se llama fatalismo.

Nosotros conocemos gente feliz, contenta, optimista, aun estando en las peores situaciones, pero que han convertido en alegría todas sus preocupaciones y desdichas, y todo porque descubrieron el secreto: que lo que produce la depresión no son las circunstancias malas, sino la actitud mental que tenemos ante esas circunstancias.

Mientras no cambies de actitud mental, la depresión es incurable. Por eso cada vez que te llegue un pensamiento negativo debes convertirlo a positivo o buscarle el lado bueno, como quien dice, de entre lo peor es lo mejor. Puede producir más depresión lavar ropa con angustia, que resolver un problema de alta gerencia, con tranquilidad; por la actitud.

Que hermoso es ver a una familia vivir en paz, pero para lograrlo debemos dar ejemplo a nuestros hijos de bien obrar, de bien vivir, de bien hablar, de sonreír y mucha fortaleza ante la adversidad, hablar de salud, prosperidad y felicidad. Hacer sentir a mis amigos valiosos. Pensar solamente lo mejor y trabajar por lo mejor. Ser entusiasta, perdonar y olvidar errores del pasado. Llevar el semblante risueño y mostrarse siempre satisfecho. Ocuparse lo más posible en mejorar y no en criticar. En el trabajo ocuparse en algo útil, sin desperdiciar el tiempo, moderar el carácter, tener mucha paciencia y calma y actuar con humildad. De esta manera nuestros hijos estarán aprendiendo que la vida es fácil y que todo depende de la actitud.

Así como cuando uno está enfermo y se te ve en el semblante, de la misma manera la depresión se nota en tu rostro con una tristeza. Toda persona quiere verse bien, y en un caso muy extremo, quienes no lo logran cometen el más grave error: el suicidio. Otros se refugian en las drogas, las fiestas, el sexo o el alcohol. La mayoría usa métodos más suaves como sentirse solo y llorar.

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