miércoles, 30 de noviembre de 2016

Se evita una guerra. Parte 1

El general del Reino de Neece soltó un resoplido irritado e impaciente. Había estado esperando las órdenes de su rey para marchar hacia el Reino de Hail.

Cuando se enteré de la noticias, quedó sorprendido, ¡la reina de Neece estaba desaparecida!

Sólo dos días antes, el rey de Hail había llegado a Neece. El propósito de su visita (¡Eso había afirmado!) era explorar nuevas oportunidades de comercio entre los dos reinos.

El rey de Hail era conocido por ser un notorio mujeriego, además era increíblemente apuesto. La reina de Neece era de una belleza arrebatadora, que empleaba todos sus encantos para seducir al hombre que deseaba; los reyes habían combatido guerras sangrientas para lograr sus favores.

Cualquier reino desearía tener tratos comerciales con Hail, ya que era un país muy poderoso. ¡Los dos reyes iban a firmar un tratado que abriría las puertas del comercio entre los dos países y el día que se iba a firmar el tratado el rey de Hail había desaparecido silenciosamente!

¡Estaba tan claro como el día que la reina de Neece se había fugado con el rey de Hail! 

Era un día negro y vergonzoso para Neece.

La guerra con Hail era ahora una época en la que hasta los insultos poco importantes escalaban y se convertían ven guerras sangrientas. Por lo tanto, el general había puesto a su ejército en alerta. Pero, extrañamente, el rey seguía posponiendo el problemas, y esto intrigaba al general.

Finalmente, el rey llamó al general.

El rey estaba sentado en su trono con rostro sombrío, su brazo derecho sostenía su mentón.

Su majestad, esperamos sus órdenes para marchar a Hail, dijo el general.

No vamos a atacar Hail, murmuró el rey.

Por un momento, el general pensó que había escuchado mal al rey, pero cuando los cortesanos comenzaron a intercambiar miradas escandalizadas entre ellos y a hablar en murmullos, este le sugirió otra cosa. 

Disculpe, su majestad, dijo el general.

Escuchó bien, general, no vamos a atacar Hail, reiteró el rey, y esta vez fue explícitamente claro.

Pero, ¿por qué, su majestad? insistió el general.

¿Por qué deberíamos declarar una guerra por una mujer que ya no me ama? preguntó el rey.

¡Pero es un golpe a nuestro orgullo, y este insulto debe ser vengado! protestó el general.

Está siendo sentimental, general, y el sentimiento es la madre de la guerra, dijo el rey. Y el sentido común es la madre de la paz, añadió tras una pausa.

El general se preguntó por unos momentos desde cuándo se había convertido el rey en filósofo. Todos los cortesanos parecían compartir sus pensamientos.

El rey sintió que le debía una explicación más amplia a la corte.

Sé que mi decisión los intriga, pero lo he pensado con mucha seriedad. Digamos que le declaramos la guerra a Hail. El invierno llegará en cualquier momento, y muchos de nuestros soldados morirán en el camino. El ejército de Hail es igualmente poderoso que el nuestro y la guerra ciertamente pasará a los anales de la historia como la más larga y sangrienta alguna vez combatida. Y, al final de la guerra, que durará décadas, tendremos dos países empobrecidos, mismos que al inicio de ésta eran ricos, y una anciana que al principio de la guerra era una belleza arrolladora. ¿Y que haré con ella? Desfilar por las calles mostrándola y ejecutarla por infidelidad? ¡Los dolores de la guerra claramente superan las ganancias, no deberá combatirse jamás! dijo. 

martes, 29 de noviembre de 2016

El caballero y el granjero. Parte 6

Había esperado ver a su hermano, una última vez y, por ello, había despachado a su amigo para que lo trajese. Habían ganado la guerra, él había combatido valientemente. Pero no se había convertido en conde.

Tomó las manos de Claire y Uther con fuerza y luego suspiró --uno de esos suspiros que vienen cuando uno se da cuenta de que no queda nada que se pueda hacer. Luego miró a su hijo de cinco años, su vista estuvo fija en el niño por unos momentos. Luego la fuerza con la que agarraba las manos de su esposa y hermano se debilitó.

Sir Ector tenía veintinueve años y trescientos días de edad cuando murió.

El nombre de sir Ector se encontraba entre aquellos de los héroes que habían hecho los sacrificios más grandes.

Uther vivió cincuenta años más --el tiempo suficiente para ver crecer y casar a sus hijos. Y cuando murió, vera el mejor granjero, el mejor marido, el mejor tío y el mejor abuelo del pueblo, pero los pueblerinos lo recordaron como el hermano de sir Ector.

La discusión. Me podría identificar con Ector con mucha facilidad, dijo Ricardo. He aquí un hombre que es apasionado en el tema de vivir sus sueños. Cuando me aventuré fuera de los negocios de mi familia, recibí muchas críticas de mis padres y hermanos. Ellos querían que me quedara en la empresa familiar. Sentían que sólo hay oportunidades limitadas en cualquier otra área. Pero yo creo que no hay oportunidades limitadas, sólo imaginación limitada. Y en los negocios, un a familia que permanece junta para hacer el mismo tipo de negocios no tiene que crecer junta.

Pero siempre hay un precio alto unido a todo este éxito, un precio llamado estrés, argumentó Ana. Lac paz mental es una cosa ambicionada de la que carece la mayoría de la gente. Como Uther señala, todo lo que es necesario para deshacer todo ese éxito es que una flecha encuentre el lugar correcto en tu armadura.

Pero entonces no hay lord Granjero, ¿no es así? dijo Ricardo. Tienes que correr riesgos. Todo lo que logró Uther fue convertirse en el mejor granjero del pueblo, pero fue recordado como el hermano de Ector.

Pienso que todo se resume a una pregunta, dijo Alejandro. ¿Cómo te gustaría ser recordado? ¿Cuál es tu legado? Y luego tienes que seguir trabajando. Tanto Ector como Uther tienen razón a su propia manera --ambos se convierten en lo mejor dentro de lo que son buenos. ¿Y acaso no necesitamos tanto granjeros como soldados? Encuentra un posicionamiento distintivo parta ti mismo, consistente con el tipo de persona que eres y con lo que eres bueno haciendo. Recuerda lo que dijo Booker T. Washington: ninguna carrera puede prosperar hasta que se aprende que hay tanta dignidad en arreglar la pista como en escribir un poema.

Y no nos olvidemos de lo que dijo John F. Kennedy, añadió Ana. No me importa si mi hijo escoge taladrar caminos como ocupación, pero deberá ser el mejor en ello.

lunes, 28 de noviembre de 2016

¿Que es el sexo?






El concepto de sexo está relacionado a una serie de variantes que conducen a ideas en general, la diferenciación de las especies y la reproducción de la raza. En biología es el proceso mediante el cual los humanos y cualquier especie se aparean conduciendo a la reproducción de las mismas. Todo este proceso en el que se fecunda un ovulo y este se desarrolla en un vientre materno hasta nacer conduce a definir el sexo del feto. En los humanos, el acto del sexo es más complejo, ya que no comprende el simple hecho de la reproducción, es una de las pocas especies que practica el sexo por placer.

sábado, 26 de noviembre de 2016

Publicación.

Civismo mexicano
Todo mexicano, desde la primaria, recibe clases de civismo, y sabe (o cree saber) que vive en un Estado de derecho: democrático, representativo, constitucional. Pero llega la hora de la verdad: tarde o temprano trata con las autoridades, y esa experiencia cívica le da lecciones muy distintas sobre el poder en México.
Una de las cosas que aprende es que tener razón no depende de los hechos demostrables, sino de las autoridades. No hay leyes, reglamentos, normas, antecedentes, alegatos, documentos, fotografías, grabaciones, pruebas de laboratorio, mediciones científicas, testigos, abogados, peritos, observadores (nacionales o internacionales) que valgan por sí mismos. Lo que vale. Lo que da la razón, es la buena voluntad del poder que hace el favor de conceder la razón si la concede. A las autoridades mexicanas no se les puede demostrar nada. Se les puede rogar que, de la inmensa razón que siempre tienen, concedan un poco al ciudadano que llega a solicitarla. Sin reconocimiento oficial, la verdad no es verdad. Fuera de la verdad oficial, tener razón es vivir en el error.
Usted se pasó el alto. Esta acta de nacimiento ya no sirve. Los dólares depositados eran pesos, no dólares. Las abejas africanas no llegarán a México. El detenido confesó sus crímenes. La iglesia no existe. El señor gobernador renunció por motivos de salud. No habrá devaluación. Donald Trump insultó a todos los mexicanos. Las vacaciones escolares no pueden ser en invierno. Apareció el chupacabras. No hubo fraude en las elecciones. Su recibo está bien. No fueron mis ayudantes los que violaron a sus hijas. Mis guaruras no golpearon a nadie. Guadalajara tiene la población que dice el censo, no lo que ustedes quieren demostrar. El Programa Prospera no tiene fines electorales. El padrón no se afeita ni se rasura. La refinería de Azcapotzalco ni contamina tanto, ni se puede cerrar. Miren como ha bajado la inflación. Los escapes del Chapo Guzmán fueron reales. Están buscando a Javier Duarte de Ochoa. El salario mínimo es justo. Una familia puede vivir con seis mil pesos mensuales...
En el trato privado, en los niveles más bajos, en los personajes pintorescos, las autoridades pueden ser de un cinismo total: abusar descaradamente. De esa experiencia, nace la caricatura popular que pinta a las autoridades como una bola de bandidos, rateros que asaltan, roban, violan, asesinan. Y, desgraciadamente, los ejemplos abundan.
Pero las cosas no son tan sencillas, como lo muestra el hecho de que algunas autoridades reconozcan los abusos de otras (por lo general, inferiores o anteriores). Ni todas, ni siempre, ni de la misma forma, ni con la misma gravedad, abusan; menos aún, cínicamente. En el trato público, en los niveles más altos, entre los universitarios de estilo más moderno, se cuida la dignidad de la república. No se dice la verdad, que sería cínico: se dice la verdad oficial.
Hay gente decente en el gobierno, honesta que, en confianza, lo justifica. Es verdad lo que dicen estos señores, pero no puedo reconocerlo, sin causar una catástrofe. Es relativamente fácil descubrir y castigar abusos en niveles inferiores (aunque no sin problemas: ¿de dónde voy a sacar gente decente y que sepa hacer el trabajo, menos aún con estos sueldos?). Pero hay abusos que no son aislados, que están conectados a cosas que no dependen de mí, y que nadie sabe a dónde pueden llevar, si se investigan. ¿Qué tal si vienen desde muy arriba? ¿O de mafias que no se tientan el corazón para eliminar a los curiosos?
Si prevaleciera el cinismo, en vez de la verdad oficial, sabríamos quién se ha robado qué, cuánta gente realmente vota por el PRI, quienes deben tantas muertes no aclaradas, a qué interés responden muchas decisiones. En las clases de civismo se explicaría a los niños que México es una república simulada, y que por eso las autoridades tienen que actuar en un Estado de chueco.
Para vivir en un Estado de derecho, habría que legalizar la monocracia (estableciendo, por ejemplo, el derecho presidencial a nombrar sucesor, a designar y despedir gobernadores, a elegir representantes de cada estado y distrito en las cámaras); habría que legalizar la mordida (con talonarios de recibos deducibles de impuestos); habría que poner en la Constitución que el único derecho frente a las autoridades consiste en formular atentas súplicas.
Pero el sistema no aguantarías una dosis tan fuerte de realidad. Lo que le permite sostenerse, aunque seas tambaleándose, es la verdad oficial. Por eso los boletines de prensa, los informes, los discursos (y su reflejo en las primeras planas de los diarios, la televisión, el internet, la Hora Nacional) dicen A, pero las conversaciones privadas (y su reflejo en las columnas de chismes, en algunos editoriales, en programas de radio donde habla libremente el público) suponen que en realidad fue B, o C, o D... O que realmente sí fue A, pero el gobierno dice A para que todos piensen que fue B.
¿Te resulta conocido, amable lector?

jueves, 24 de noviembre de 2016

El caballero y el granjero. Parte 5

¡Padre, un caballero ha venido a comer con nosotros!

A la mañana siguiente había visitado su casa por primera vez en muchos años y también para entregar la mano de su hija en matrimonio a sir Ector; ¡todas sus protestas habían desaparecido en el mismo momento en el que escuchó que Ector era caballero!

¡Habían pasado tantas cosas en ese solo día!

Una vez más, sir Ector miró a su familia y parientes... eran granjeros... simples, oscuros, granjeros ayer, ¡pero hoy eran familiares de sir Ector!

Sin embargo había una cosa que no podía entender.

Le había pedido a su familia que dejase la granja y fuese a vivir con él en su mansión, pero todos querían quedarse en los campos... era como si se hubieran resignado al hecho de que pasarían el resto de sus vidas en esa oscura y triste granja.

Pero él tenía que avanzar, avanzar de la granjas a la mansión; avanzar de ser un mero caballero a ser un conde.

William, Marta y Uther continuaron viviendo en su granja, como antes.

El único cambio que tuvo lugar en sus vidas fue que llegaron a ser conocidos como los familiares de sir Ector.

Luego, el país de sir Ector le declaró la guerra a un país vecino; las dos naciones eran igualmente poderosas y, por lo tanto, la guerra significó un combate prolongado y extenso que duraría décadas.

Claire estaba embarazada cuando se fue sir Ector.

Durante el primer año de la campaña de sir Ector, William murió y Claire dio a luz a un niño, pero el caballero no pudo venir a casa.

Tres años después murió Marta, Ector tampoco pudo venir a casa.

Y año tras año, Uther se convirtió en un mejor granjero, un mejor padre y un mejor marido, después de haber probado que era un hijo responsable. Pero entonces, para citar las palabras de sir Ector, no hay Lord granjero... ¿no es así?

Pasaron cinco años antes de que Ector volviese a casa.

Uther estaba trabajando en los campos cuando llegó un caballero, montando un caballo blanco, con una vara con la bandera nacional ondeando orgullosamente en el viento.

El caballero desmontó y se levantó el visor. No era Ector.

Una flecha ha encontrado el lugar correcto en mi armadura, le decía sir Ector a Uther con una sonrisa triste en sus labios; sus ojos ahora se volvieron hacia Claire y su hijo, que estaban sollozando.

miércoles, 23 de noviembre de 2016

El caballero y el granjero. Parte 4.

¡Ector! ¡Realmente me quitaste el aliento! Por un momento pensé que... dijo Uther deteniéndose intermitentemente para recuperar el aliento.

¿Pensaste que te iba a matar? ¡Oh hermano, nunca supe que podías correr tan rápido! de hecho, corriste más rápido que nuestros enemigos cuando los perseguimos, dijo Ector, riendo entre frases.

La carrera más rápida que corre un hombre en su vida es aquella en la que corre por su vida. De todas maneras te has convertido... en un...

Ector no permitió que Uther terminara la frase.

¿En un caballero? ¡Sí señor! ¡Estás hablando con sir Ector!

Uther se arrodilló solemnemente ante sir Ector y, en una voz ahogada por la emoción dijo: eres el primer caballero en la familia.

Ector se conmovió y abrazó cariñosamente a Uther. Al hacerlo pudo ver, con sus ojos húmedos, a su madre corriendo hacia él.

¡Ector, mi hijo! Al fin, has vuelto a casa a salvo. ¡Dios ha escuchado mis plegarias! lloró mientras lo abrazaba con fuerza, como si lo hubiera extrañado por décadas, con los ojos bañados en lágrimas.

¡Madre, tu hijo se ha convertido en caballero! anunció Ector orgullosamente. Pero Marta siguió abrazando y besando a Ector como si fuese sorda. 

Ector la sacudió suavemente y repitió lo que le había dicho antes; esta vez diciendo cada palabra lenta y enfáticamente, como si le estuviera enseñando a un niño a repetir lo que había dicho.

Sí, te escuché. Caballero, conde o granjero, antes que nada eres mi hijo y lo único que me preocupa es tu seguridad, como a cualquier madre, dijo Marta.

Ector quedó instantáneamente desilusionado y emocionado; desilusionado porque su madre no parecía estar excitada sobre su caballería y emocionado porque su amor y preocupación por él era abrumadora.

Sintiendo la desilusión de Ector, Marta dijo: Por supuesto estoy orgullosa de que mi hijo sea un caballero.

¿Dónde está papá? preguntó Ector.

Se ha ido a participar en la feria del pueblo, volverá a la hora de la comida, respondió Marta.

En ese caso, iré a ver a alguien y estaré de regreso a la hora del almuerzo, dijo Ector.

¿Por qué no le dices a tu propia madre que ese alguien es Claire? dijo Marta riendo.

El valiente caballero se ruborizó.

Ahora puede besar a la novia, dijo el sacerdote.

Sir Ector besó a Claire por primera vez... delante de todo el pueblo.

Y luego suspiró --fue un suspiro de alivio, satisfacción, orgullo... lo que llega con el logro... cuando los sueños se hacen realidad. Todos estos sueños se habían hecho realidad... no... el había hecho realidad sus sueños.

Miró a sus padres y a su hermano y recordó vívidamente cómo lo habían intentado disuadir de que se volvieras un caballero. Rio para sus adentros cuando recordó la mirada de incredulidad en los ojos de su padre cuando vio... no... cuando se dio cuenta de que su hijo era un caballero. Había regresado de la feria del pueblo ansioso de compartir con su esposa y su hijo mayor lo que había visto y hecho allá cuando Uther lo sorprendió al anunciar dramáticamente.

martes, 22 de noviembre de 2016

El caballero y el granjero. Parte 3

¿Y quien alimenta a los soldados que traen la gloria y quien alimenta al país? preguntó Uther enérgicamente.

Pero un granjero nunca obtendrá reconocimiento. Mira a sir Ellis, quien fue aclamado en nuestro pueblo y que progresó y se convirtió en conde. ¿Cómo obtuvo ese honor? Era el vecino de nuestro padre, pero cada vez que pasaba a su lado, papá se inclinaba ante él como muestra de respeto. Mientras que papá ha trabajado cincuenta años como granjero pero ¿acaso alguna vez ha recibido alguna apreciación o reconocimiento aunque sea en nuestro pueblo? Sir Ellis sólo sirvió unos pocos años al mando de nuestro rey y en el presente todo el país lo trata con respeto, dijo Ector.

Pero papá sigue vivo. Sabes que sir Ellis murió en batalla cuando apenas tenía cuarenta años. vector, todo lo que hace falta para poner fin a esa vida gloriosa de la que has estado hablando con tanta elocuencia es que una flecha encuentre el lugar correcto para traspasar la armadura, argumentó Uther.

Los hombres como sir Ellis nunca mueren, su sacrificio supremo los inmortaliza. Y además, ¡Quién quiere vivir para siempre! Preferiría morir en el campo de batalla a pasar el resto de mi vida confinado en esta miserable granja y morir como un oscuro granjero. ¿Ahora te he convencido?

¿Y que pasará con Claire? preguntó Uther a sabiendas de que este era el último recurso que le quedaba.

Por una vez, Ector vaciló.

Bueno... ¿Qué pasa con ella?

Su padre nunca aprobaría que te unas al ejército, lo que significa que nunca podrás casarte con ella.

Si ese es el precio que tengo que pagar para hacer realidad mi sueño, entonces... estoy dispuesto a pagarlo. Pero estoy seguro de que ella me esperará.

No tengo más que decir, Ector, dijo Uther tristemente sacudiendo la cabeza.

Así fue que Ector se unió como paje bajo las órdenes de sir Kent. Pronto se convirtió en su favorito y fue nombrado escudero. Ese año tuvo la primera oportunidad de participar en una batalla.

Dos damiselas del pueblo rezaron fervientemente por la seguridad de Ector -una fue Marta y la otra fue Claire, quien estaba rotundamente decidida a casarse sólo con sir Ector.

Para ese entonces, William ya se había retirado del trabajo y estaba disfrutando de una vida pacífica, con la granja en las manos seguras de Uther.

Uther se casó y tuvo un hijo, y cada día se convirtió en un mejor granjero.,

Un día, mientras Uther trabajaba en los campos, notó una nube de polvo que se aproximaba rápidamente -era un caballero a caballo. Cuando se estaba aproximando, el caballero sacó su espada. Uther miró a su alrededor, no había nadie más que él en los campos. Se dio cuenta con horror de que el caballero arremetía furiosamente hacia él. Su instinto le dijo que estaba a punto de morir a manos del jinete y escapó preguntándose qué había hecho para incitar la ira de este caballero.

El caballero rompió en un ataque incontrolable de risa y Uther dio la vuelta cuando una voz le resultó muy familiar. El caballero desmontó y levantó su visera, y Uther vio un rostro iluminado por la risa -unas cara que había extrañado por algún tiempo-, el rostro de Ector... o de... ¿sir Ector?

lunes, 21 de noviembre de 2016

El caballero y el granjero. Parte 2

El duelo, aunque llevado a cabo con espadas de madera, les habías quitado el aliento a Wiulliam y Mata.

¡Ector! ¡Guarda esa espada en este instante! gritó William.

¡Oh, padre, esta es sólo una espada de madera! rio Ector.

¡Hasta con una espada de madera estabas peleando como si estuvieses poseído! me pregunto qué hubieses hecho si se hubiera tratado de una espada real... ¡hasta olvidaste que era tu propio hermano el que estaba frente a ti! lo regañó Marta.

¡Este fue un duelo fingido! protestó Ector.

Cierto, éste fue un duelo fingido. Pero en una batalla tendrás que enfrentarte a un enemigo diestro que no se detendrá ante nada para decapitarte, dijo William.

Puedo enfrentarme a cualquier enemigo, todo lo que necesito es un poco de entrenamiento, ¿Cuántas veces les he rogado que le pidan a sir Kent que me tome como paje? gritó Ector.

¿Entonces todavía estás decidido a convertirte en soldado? preguntó Marta.

¡Sí! ¡Sí! ¡Sí! dijo Ector obstinadamente mientras golpeaba sus pies y luego salió de la casa enfurecido.

¡Hijo obstinado y desobligado! maldijo William.

La impresión de Marta se había convertido ahora en lágrimas.

Bueno, madre, no llores. Sé adonde ha ido. Dejémoslo solo por un rato. Luego hablaré con él, pero no creo poder hacerlo cambiar de parecer, dijo Uther.

Ector se sentaba con las piernas cruzadas en el muelle, sus ojos recorrían el vasto mar. Este era el lugar que frecuentaba cada vez que tenía una discusión con los miembros de su familia.

Repentinamente, sintió una mano en su hombro y miró hacia arriba. Era Uther.

Uther se sentó junto a Ector y lo miró, su vista todavía estaba fija en el mar.

Ector, persuadiré a nuestro padre para que hable con sir Kent, dijo Uther.

¿Lo harás? preguntó Ector con los ojos encendiéndose.

Siempre y cuando...

Siempre y cuando... ¿qué?

Siempre y cuando me convenzas de por qué quieres ser4 soldado, en otras palabras, ¿por qué no quieres ser un granjero? 

¿Por qué quiero ser soldado? Antes que nada yo no quiero ser un mero soldado, quiero ser un caballero. Un caballero defiende a su país, gana batallas y trae glorias a su país. En este momento estamos construyendo un imperio, nuestro país necesita soldados. Y si pruebas tu temple puedes subir en los rangos y hasta convertirte en un conde. ¡Piensas en el poder y la estima que comanda un conde! Por otro lado, si eres un granjero, seguirás siendo un granjero toda la vida... no hay progreso... quiero decir, no existe un Lord Granjero. ¿no es cierto? respondió Ector apasionadamente.

domingo, 20 de noviembre de 2016

Publicación.

Políticos acusados...
Aprovecho el espacio para analizar un tema de actualidad que está en los medios de comunicación nacionales; que acapara la atención de la mayoría de mexicanos, deseosos de verlo en la cárcel, humillado y devolviendo todo lo que presumiblemente se llevó. Ingenuos.
Efectivamente, me refiero a Javier Duarte de Ochoa, el gobernador con licencia de Veracruz de Ignacio de la Llave (hasta las 12 de la noche del 30 de noviembre, que termina su periodo constitucional).
Desde antes y durante la campaña electoral, donde se eligió al nuevo gobernador veracruzano, por un periodo de dos años, se rumoraba e incluso en algunos medios locales, se publicaba que JaviDu estaba a horas y/o días de solicitar una licencia para dejar el cargo, esto mantuvo la zozobra entre la población con derecho para sufragar y casi no se notó que dicha elección estaba negociada, para que la coalición PAN-PRD obtuviera el triunfo, como efectivamente sucedió.
Una vez otorgado el triunfo al candidato ganador, después de haber sido resueltas las impugnaciones respectivas, esos rumores y secreto a voces creció, hasta que por fin a mediados de octubre fue convencido por su partido, algunos políticos cercanos y por el inquilino de Los Pinos, para que lo hiciera. A partir de ahí, se presentó en noticieros televisivos nacionales, donde juraba y perjuraba que limpiaría su nombre y no se escaparía de la justicia mexicana. Y esa justicia pronta y expedita que tenemos, no hizo nada de manera inmediata, sino que se esperó casi una semana para obsequiar la supuesta orden de aprehensión en contra del malogrado político.
Previo a la solicitud de licencia; en su partido (PRI) se le abrió un expediente, que una vez huido, concluyó con la expulsión, al instituto político al que siempre perteneció, en el que le bastó un sexenio para encumbrarse como la mejor carta para contender por la gubernatura en el año 2010, pese a no figurar en nada, ni tener capacidad para nada, como se ha demostrado con lo que está sucediendo.
Ahora bien, como lo he subrayado en otras ocasiones, vivimos en un SISTEMA político, donde todos forman parte del mismo equipo, donde no hay enemigos, es más, ni siquiera se consideran adversarios ideológicos, porque a cada cual, lo colocan en el lado que a los cabecillas del SISTEMA, le convienen, esto es, en la derecha, en el centro, en la izquierda; para esto se crean nuevos partidos políticos, desaparecen otros, pero todos giran bajo los mismos personajes y bajo las mismas reglas de juego.
A este nivel de gobernador, el PRI perdió su primera gubernatura apenas hace 27 años (1989), antes de ese año, jamás terminó en la cárcel ninguno de los ex mandatarios estatales. El primero y único que obtuvo el triunfo en las urnas que permanece tras las rejas es Mario Villanueva, ex gobernador de Quintana Roo, pero presumiblemente por causas de narcotráfico, en varias modalidades. Alguno de ustedes amables lectores, dirán que también está detenido Jesús Reyna, de Michoacán, pero él no ganó la elección y los motivos son distintos.
Hay otro ex gobernador en la situación actual, el panista Guillermo Padrés, de Sonora, cuyo guión histriónico era presentarse por propia voluntad, como lo hizo, y quedar detenido; ahí sus correligionarios fueron los que le lanzaron fuego amigo, desde que estaba gobernando, esto, porque aspiraba a ser candidato azul a la presidencia de la República en el 2018 y lucía como fuerte aspirante interno y a los demás no les convenía.
Sin embargo, la actuación estelar es para Javier Duarte de Ochoa, su papel consiste en ser repudiado, atacado por los veracruzanos y en general por los mexicanos opositores al PRI, lo convirtieron en moneda de cambio, porque mientras, no lo dudes amable lector, que está disfrutando de unas merecidas vacaciones en el lugar que él desee, porque sus hijos están pequeños y tienen que estudiar, ahí guardando bajo perfil, está esperando instrucciones para ser detenido, cuando al presidente de la República se le antoje, para desviar la atención de alguna situación que quiera que la población no se entere, o incluso hasta previas las elecciones federales del 2018, es decir, es un plan perfectamente armado, casi me atrevería a decir que hay un contrato firmado sobre su carrera política; lo que sin duda existe, son valores entendidos y una férrea disciplina y obediencia política. Todo esto, claro está, a cambio de poder efímero y riquezas para vivir cómodamente el resto de su vida. El SISTEMA sabe perfectamente dónde está cada una de sus fichas del tablero político mexicano. Inocentes los que crean lo contrario.
No creo que JaviDu sea históricamente el mandatario estatal más corrupto, todos lo son, por eso forman parte del SISTEMA, sólo que le tocó bailar con la más fea y su apariencia física le ayuda para ello. Aunque al final, no será procesado, será absuelto de todos los cargos atribuidos, y terminará viviendo tranquilamente como sus compañeros de partido que han sido envueltos en similares acciones de corrupción, lavado de dinero, tráfico de influencias, peculado y cohecho (Yarrington, Moreira, Medina, Montiel, Beltrones, etc. sin ser investigados ni perseguidos judicialmente).
Vivimos en un mundo de mentiras, donde muchas veces decir la verdad es contraproducente, es motivo de ser relegados y alejados de los cargos públicos, porque el SISTEMA necesita gente afín, que respeten la línea política que les toca jugar en la falsa democracia mexicana.

viernes, 18 de noviembre de 2016

¿Qué es el amor?

El amor es un concepto universal relativo a la afinidad entre seres, definido de diversas formas según las diferentes ideologías y puntos de vista (artístico, científico, filosófico, religioso). De manera habitual, y fundamentalmente en Occidente, se interpreta como un sentimiento relacionado con el afecto y el apego, y resultante y productor de una serie de actitudes, emociones y experiencias. En el contexto filosófico, el amor es una virtud que representa todo el afecto, la bondad y la compasión del ser humano. También puede describirse como acciones dirigidas hacia otros y basadas en la compasión, o bien como acciones dirigidas hacia otros (o hacia uno mismo) y basadas en el afecto.[1]
En español, la palabra amor (del latín, amor, -ōris) abarca una gran cantidad de sentimientos diferentes, desde el deseo pasional y de intimidad del amor romántico hasta la proximidad emocional asexual del amor familiar y el amor platónico,[2] y hasta la profunda devoción o unidad del amor religioso.[3] En este último terreno, trasciende del sentimiento y pasa a considerarse la manifestación de un estado del alma o de la mente, identificada en algunas religiones con Dios mismo o con la fuerza que mantiene unido el universo.
Las emociones asociadas al amor pueden ser extremadamente poderosas, llegando con frecuencia a ser irresistibles. El amor en sus diversas formas actúa como importante facilitador de las relaciones interpersonales y, debido a su importancia psicológica central, es uno de los temas más frecuentes en las artes creativas (cine, literatura, música).
Desde el punto de vista de la ciencia, lo que conocemos como amor parece ser un estado evolucionado del primitivo instinto de supervivencia, que mantenía a los seres humanos unidos y heroicos ante las amenazas y facilitaba la continuación de la especie mediante la reproducción.[4]
La diversidad de usos y significados y la complejidad de los sentimientos que abarca hacen que el amor sea especialmente difícil de definir de un modo consistente, aunque, básicamente, el amor es interpretado de dos formas: bajo una concepción altruista, basada en la compasión y la colaboración, y bajo otra egoísta, basada en el interés individual y la rivalidad. El egoísmo suele estar relacionado con el cuerpo y el mundo material; el altruismo, con el alma y el mundo espiritual. Ambos son, según la ciencia actual, expresiones de procesos cerebrales que la evolución proporcionó al ser humano; la idea del alma, o de algo parecido al alma, probablemente apareció hace entre un millón y varios cientos de miles de años.[5]
A menudo, sucede que individuos, grupos humanos o empresas disfrazan su comportamiento egoísta de altruismo; es lo que conocemos como hipocresía, y encontramos numerosos ejemplos de dicho comportamiento en la publicidad. Recíprocamente, también puede ocurrir que, en un ambiente egoísta, un comportamiento altruista se disfrace de egoísmo: Oskar Schindler proporcionó un buen ejemplo.
A lo largo de la historia se han expresado, incluso en culturas sin ningún contacto conocido entre ellas, conceptos que, con algunas variaciones, incluyen la dualidad esencial del ser humano: lo femenino y lo masculino, el bien y el mal, el yin y el yang, el ápeiron de Anaximandro.

miércoles, 16 de noviembre de 2016

El caballero y el granjero. Parte 1

Los ojos de William brillaban de orgullo mientras observaba a su hijo mayor, Uther, arar el campo.

Le dijo a su esposa: He aquí a un hijo obediente, que escucha a sus padres y trabaja duro. Lo convertiré en el mejor granjero de este pueblo. ¡Cómo me gustaría que su hermano fuera igual a él!

Repentinamente, sus ojos se llenaron de preocupación y tristeza al mencionar a su hijo menor, y suspiró profundamente.

Él quiere ser soldado, dijo su esposa vacilante.

La expresión del granjero cambió a una de desdén.

¡Soldado!  ¡soldado! repitió como si la profesión de soldado fuese lo más bajo en lo que pudiera pensar. ¿Por qué no piensa en ser granjero, como su hermano? gesticuló con irritación.

Suspiró una vez más y miró a su esposa, ella intentaba evitar el contacto con sus ojos.

Marta, ¿quieres que él sea soldado? preguntó él.

¡No! ¡nunca! Eso es lo último que quiero que sea, respondió Marta.

Era mediodía y Uther regresó de los campos para almorzar.

¿Dónde está Ector? preguntó.

Salió a ver la justa, dijo Marta con tono sarcástico.

Fue entonces cuando entró Ector de prisa, estaba visiblemente excitado.

¡Miren lo que he hecho! gritó exhibiendo dos espadas de madera.

Sí, mira lo que ha hecho tu hijo, ¿no son grandiosas? dijo William con sarcasmo.

No solo puedo hacerlas, también puedo empuñarlas, dijo Ector con seguridad, blandiendo la espada con un floreo.

Debes tener brazos fuertes para sostener la espada, dijo Uther con una leve sonrisa en sus labios.

¡Así que dudas de mis fuerzas! ¡Te desafío, sir Uther, a un duelo! ¡Aquí está tu espada!

Ector gritó mientras lanzaba su espada va Uther y cargaba contra él. Ector blandió su espada como si estuviese peleando por su vida, mientras que Uther se defendía con una burlona seriedad. En unos pocos momentos, Ector desarmó a Uther y apuntó su espada de madera al cuello de Uther.

¡Ríndete o muere! gritó.

Está bien, está bien, me rindo Tú eres el mejor espadachín del país, se burló Uther de Ector, mientras se inclinaba con una reverencia irónica ante él.

martes, 15 de noviembre de 2016

El dramaturgo. Una discusión.

La gente siempre cubre nuestras expectativas de ellos o nos defraudas, depende del caso, dijo Ricardo. Si no esperas demasiado de tus empleados, estos lo sentirán y se desempeñarán mal, porque es tu expectativa lo que afecta su deseo de hacer las cosas bien. En ésta parábola encontramos que el dramaturgo no cubre las expectativas del príncipe; sabe que no importa la basura que entregue, obtendrá halagos, unas palmaditas en la espalda, una ovación de pie y un anillo. Tenemos que avanzar de bueno a grandioso y de grandioso a excepcional, y para eso debemos actualizar continuamente nu7estras expectativas y comunicarlas con claridad.

¿Ana? indagó Alejandro.

El reconocimiento y el elogio son, por supuesto, dos cosas que la gente quiere más que al sexo y al dinero, dijo Ana, pero una palmadita en la espalda tiene que ser en el momento correcto y no en cada ocasión. Tal como el rey le aconsejó al príncipe, asegúrate de que el receptor se merezca el honor. Uno no debería convertir a las promesas de recompensas en la razón principal del desempeño de los empleados; las recompensas son el reconocimiento de un trabajo bien hecho y no simplemente la meta de hacer el trabajo. Todo se resume a recompensar correctamente.

Una palmadita en la espalda en el momento correcto siempre motiva a una persona. Pero ¿y si es constantemente palmeada? El elogio por ser efectivo tiene que ser específico, de otra manera es una adulación, y las adulaciones matan al talento. Terminaré citando a Norman Vincent Peale: El problema con la mayoría de nosotros es que preferiríamos ser arruinados por el elogio que ser salvados por la crítica, dijo Alejandro.

lunes, 14 de noviembre de 2016

El dramaturgo. Parte 3

El sumo sacerdote colocó la corona sobre la cabeza del príncipe. Éste, ahora rey, miró a la princesa Camlin (ahora la reina Camlin) y le sonrió.

Por favor,v guarden silencio por unos pocos momentos en memoria de mi gran padre, dijo el rey.

Después de unos momentos, cuando todos los cortesanos se habían acomodado en sus sillas, el rey se puso de pie.

El puesto de dramaturgo de la corte ha permanecido vacante por algún tiempo, dijo.

Todos los ojos se volvieron hacia sir Wordsell, pero Penworth tenía una leve sonrisa en los labios.

En este acto nombro a sir Penworth con el título de dramaturgo de la corte, declaró el rey.

Hubo un silencio de sorpresa en la corte.

Sir Balmore, un conde, le susurró al rey: Su majestad, pienso que ha cometido un error. Sir Wordsell ha probado ser el más grande dramaturgo de su tiempo a través de sus treinta obras. Penworth... sólo ha escrito dos obras. Además, sir Wordsell tiene el doble de años de Penworth. Por favor, reconsidere su decisión. 

Sir Penworth tiene más talento que sir Wordsell y yo cuento el talento más que las canas, dijo el rey con una sonrisa sardónica.

La obra estaba en el escenario. Esta era la quinta de Penworth y estaba seguro de que una vez que terminase, recibiría el quinto anillo, las quintas palmeaditas en la espalda, del rey, las viejas palabras ¡Gran obra, gran obra! saldrían nuevamente de la boca real por quinta vez y habría una ovación de pie por cuarta vez (dado que se había perdido una cuando el viejo rey era el invitado de honor). ¿Y por qué no?

Ahora el rey estaba involucrado hasta en la escritura de las obras, sugería la trama, los personajes, la apertura, el clímax... todo excepto los versos que, por suerte, él no podía escribir; cuando se anunciaba la obra ante el público, el rey era mencionado como coautor.

Pero el monarca tuvo que abandonar el proyecto a la mitad, dado que había recibido un mensaje urgente informándole que su suegro estaba enfermo. Sin embargo, la obra continuó como si fuese presentada especialmente en honor del rey del reino vecino. Antes de irse, el monarca le entregó algo a su vecino y susurró algo en sus oídos.

La audiencia ahora se tornó inquieta, algunos de ellos comenzaron a bostezar, los otros empezaban a quedarse dormidos. No se animaban a hacer eso en frente del rey, porque sabían que Penworth era el favorito del rey.

Luego, sir Balmore se puso de pie y abandonó el auditorio. Pronto los nobles comenzaron a abandonar la sala, uno por uno. Por el momento, el juego había terminado, todos, excepto el rey del país vecino y los guardias se habían ido. Penworth se inclinó ante el invitado de honor. El invitado de honor roncaba sonoramente. Los guardias lo despertaron suavemente. Éste se levantó de su asiento abruptamente, como si lo hubiesen despertado de una pesadilla.

El rey me ha pedido que le entregue esto, le dijo y le entregó un anillo a Penworth después de frotarse los ojos.

Penworth se inclinó ante él y dio la vuelta para irse. Luego, el invitado de honor recordó repentinamente algo y habló así: ¡Ah, una cosa más! ¡Gran obra, gran cobra! Acérquese, Penworth, permítame palmearle la espalda.

domingo, 13 de noviembre de 2016

Publicación.

¿Tenemos una democracia?
Hace poco más de cien años, don Porfirio (el héroe tan denostado) y sus científicos lo decían: el pueblo mexicano no está preparado. Hoy se sigue diciendo: un país con escolaridad promedio de primaria no puede ser democrático. De acuerdo con este criterio, hay que democratizar desde arriba, empezando por introducir a los niños en salones de clases, hasta que por lo menos, obtengan su licenciatura, si es maestría o doctorado, mucho mejor. Mientras tanto, podemos opinar sobre nuestros gobernantes, pero no escogerlos ni llamarlos a cuentas.
Sin embargo, la democracia desde arriba ha empezado en otros países de una forma más sencilla, rápida y realista: no con un pueblo previamente civilizado por una larga escolaridad, sino con líderes civilizados que se disputan el poder civilizadamente. Hay que civilizar, sí: pero a los de arriba.
Esquemáticamente, la lucha por el poder puede darse en tres niveles, de menos a más civilizados:
1.- La lucha abierta por las armas. Los caudillos toman las armas unos contra otros, arrastrando a los de abajo. Naturalmente, la combatividad y el deseo de imponerse o exterminar pueden venir de abajo: los caudillos pueden ser auténticos representantes del odio popular, del narcisismo colectivo (exaltado o herido). Pero es común que los de abajo sirvan de carne de cañón para las disputas de arriba: que paguen un impuesto de sangre a los caudillos que desean convertirse en el Único.
2.- La lucha disimulada por el voto de arriba. De las luchas armadas, puede surgir el Único triunfador que impone su paz y elimina el recurso a las armas, aunque la búsqueda de poder continúa, disimuladamente, bajo la presidencia del Único. Las elecciones son una farsa, porque el reparto del poder se hace a puerta cerrada. Con todo, esto es más civilizado que matarse unos a otros, y les conviene a los de abajo. Legitimar los resultados de una lucha arriba, que no es abierta pero tampoco armada, y en la cual los de abajo no participan, es mejor que participar como carne de cañón en una lucha abierta, pero armada.
3.- La lucha abierta por el voto de abajo. La vieja invención de que los caudillos combatieran personalmente, frente a sus tropas, reducidas a público espectador, fue humana y noble como la invención del voto. Nada garantiza que gane el mejor, aunque el combate se tome como un juicio de Dios y la votación como vox populi, vox Dei. El voto de abajo puede ser inescrutable, inescrupuloso, catastrófico. Pero el reparto del poder arriba, a puerta cerrada, también puede ser inescrutable, inescrupuloso, catastrófico.
La lucha abierta por el voto de abajo es más civilizada que la farsa electoral (ya no digamos que la guerra civil) y más educativa para la sociedad. La práctica democrática educa por sí misma, más que una larga escolaridad. Si la escolaridad condujera a la democracia, la máxima democracia estaría en las cúpulas del sector público, cuya escolaridad promedio es de posgrado. Pero en esas cúpulas reina la decisión a puerta cerrada.
Para iniciar la democracia desde arriba, lo que hace falta es que los caudillos militares o los caudillos de maniobras internas en el aparato del poder, acepten competir con otras armas, en otro terreno (cosa que les conviene a los que pueden ganar con esas armas, en ese terreno; y a la cual se resisten los que no pueden ganar así). Lo que hace falta es que los Aspirantes al poder acepten disputárselo de una manera más civilizada: dejando el veredicto, no a la pólvora o al Único, sino al voto de abajo.
¿Se alcanzará ese nivel en México? Más pronto de lo que muchos se imaginan, a juzgar por la oposición. Habiendo como hay en los partidos de oposición, propietarios de la camiseta (por méritos, disciplina, antigüedad, influencia) a los cuales les conviene repartirse el control a puerta cerrada (porque, ante la farsa de unas elecciones que va a ganar el PRI [como antaño], sus intereses reales están en la lucha por el poder interno, no el externo); resulta extraordinario que la lucha por encabezar la oposición esté pasando al nivel más civilizado. Que los candidatos de partidos pequeños o recientes, declinen a favor de un opositor individual o en coalición, porque le vean mayores posibilidades. Aunque no les importe perder el registro.
Los antiguos propietarios del PAN, del PRD, Movimiento Social, etc. aceptan a los advenedizos provenientes del PRI (Veracruz, Quintana Roo, Sinaloa, etc.), que se ganaron el voto de abajo. Esto habla bien de la oposición y del futuro del país. Ahora sólo falta que los políticos del gobierno no tengan que pasar a la oposición para demostrar que su fuerza viene de abajo, no del Único. Ahora sólo falta que el Único y su propiedad del PRI se vuelvan una cosa del pasado, y que el gobierno civilizadamente, se rinda ante el voto de abajo. Ahora solo falta que el gobierno se civilice.

sábado, 12 de noviembre de 2016

El dramaturgo. Parte 2

La obra había terminado. Penworth no observaba ansiosamente los rostros de los espectadores, porque sabía que recibiría una ovación de pie también esta vez; en esta ocasión había presentado una obra mejor. No hubo respuesta por unos pocos momentos. Todos los ojos se volvieron hacia el rey y los del dramaturgo también, con ansiedad. El rey le sonrió a Penworth y dijo algo. Del movimiento de sus labios, velo escritor pudo leer que le decía ¡muy bien!

El príncipe se levantó y comenzó a aplaudir: ¡gran obra, gran obra!

Luego se quitó uno de sus anillos y se lo entregó a Penworth, quien se i8nclinó con asgradecimi9ento al recibir el regalo. Todo el tiempo el rey observó al príncipe con enojo, luego, tan rápidamente como su avanzada edad se lo permitía, abandonó el teatro con el báculo en su mano. El príncipe corrió a alcanzarlo.

¿Porqué abandonaste el teatro con tanta prisa, sin felicitar a Penworth? ¿Acaso no fue otra gran obra? preguntó.

El rey se detuvo y nuevamente estudió al príncipe por unos momentos, luego habló: Sí, fue una gran obra cuando se la considera aisladamente, pero no pienso que haya estado a la altura de la primera. De muchas maneras se asemejó a la anterior, y cualquiera hubiese podido adivinar el final. Y no pienso que sea una gran idea dar golpecitos en la espalda de Penworth cada vez que presenta su obras. ¡De hecho, quería hablar con él en privado sobre lo que sentía, fue entonces cuando le regalaste un anillo... otra vez!

¡Pero pienso que es mi deber alentarlo! protestó el príncipe.

Mi querido príncipe, si realmente quieres nutrir el talento, entonces tus halagos deben ser inconsistentes. ¡De otra manera simplemente serán cumplidos y los cumplidos son la maneras más sencilla de matar el talento! dijo el rey.

El príncipe seguía sin comprender. El rey sacudió su cabeza y se alejó.

Penworth se preguntaba por qué lo había mandado a llamar el príncipe.

Penworth, es posible que ya estés enterado de que estoy enamorado de Lady Camlin, dijo el príncipe.

¡Su majestad, ella ciertamente es afortunada por haber sido elegida como esposa del príncipe más grande del mundo! dijo Penworth.

Sin embargo... hay un problema.

¡Ah! ¿Qué problema podría haber en esto?

Siento que ella podría estar enamorada de mi primo.

¡De su primo! Yo... no entiendo. ¡Pero si usted es al menos diez, no cien veces mejor que él!

Sí lo sé, pero hay un arte en la cual, debo admitir, que él es mejor que yo y es la poesía, y Lady Camlin sencillamente adoras la poesía. Es aquí donde necesito tu ayuda.

¿En que lo puedo servir?

Estoy impresionado por loa pasión que despliegas en los versos de tus obras. Quiero utilizar todas tus facultades creativas para escribir los poemas de amor más apasionados y bellos jamás escritos, y tú debes enseñarme cómo recitárselos apasionadamente a mi amada. Por supuesto, tendré que decir que los escribí yo y, en todo caso, ¿acaso no te he inspirado yo a crearlos? dijo el príncipe.

Después de una pausa continuó: Y si gano el corazón de mi amada, haré todo lo que esté en mi poder para hacerte el dramaturgo de la corte.

Los ojos de Penworth se encendieron.

Pero tengo entendido que el favorito del rey es sir Wordsell, y después de todo él es mayor que yo, dijo.

Olvídate de eso, es el talento lo que importa. Y estoy seguro de que tú eres el mejor talento que hay en el reino. Como te dije antes, estoy impresionado por la pasión que contienen tus versos, le aseguró el príncipe.

¡Ah, su majestad fue muy amable al regalarme su anillo, pero la impresión del rey no fue tan buena!

¡Oh, pero estoy seguro de que sí lo fue! Pero sabes que está envejeci8endo, tal vez no quiso separarse de sus joyas. Penworth, desecha tus miedos, ¡recuerda que yo soy el próximo rey!