viernes, 27 de enero de 2017

¿Estás dispuesto a pagar el precio?

El pobre es como un aficionado que ve un partido de futbol en la televisión, es decir, nov toma acción, sólo está expectante esperando que otro ejecute lo que él desearía hacer. Está de más decir que el millonario se encuentra en la cancha jugando.

Es el común denominador de todos nosotros, deseamos algo y no hacemos nada para conseguirlo.

Cuando era adolescente, con tal de estar conviviendo con mis amigos, me anoté en un equipo de futbol. Como no Sabía nada de ese deporte, aprendí desde cero sus reglas y estrategias, lo cual fue excelente. Pronto habías olvidado mi motivación inicial, para disfrutarlo realmente.

Me di cuenta de algo, me agradaba practicarlo porque así me imponía más retos, pero odiaba ver un partido en la televisión. No deseaba estar sentado viendo a otros disfrutar jugándolo, esto, hasta la fecha se me hace absurdo.

Sucede algo semejante con la atracción de riqueza, muchos se conforman con ver el paso de los triunfadores, a veces admirándolos, otras envidiándolos, pero no hacen nada para pasar de ser espectadores a actores.

Todos tenemos las mismas posibilidades para triunfar, pero pocos están dispuestos a pagar el precio.

Como aprendí a practicar el futbol desde cero, tuve que soportar burlas de mis compañeros cuando pateaba el balón y este se iba hacia otra dirección, también cuando me tropezaba con él o algún rival me lo quitaba sin problema alguno, en lugar de sentarme a rumiar mi desdicha, decidí que aprendería todo sobre ese deporte. Era el primero en llegar a los entrenamientos y por supuesto era el último en irme, practicaba fuera de horas de entrenamiento y fui delegado en la liga local de futbol, mi determinación era tal que los tres años de bachillerato los pasé en el equipo de futbol (por cierto también practicaba el basquetbol).

A los dos años de estar practicando y de estar en la banca más tiempo que en la cancha, el entrenador me otorgó un puesto en el equipo, como defensa izquierdo, ahora ya jugaba en los partidos y las burlas cesaron. El único inconveniente es que mi entrenador deseaba que me dedicara de lleno a ese deporte, pero yo le expliqué varias veces que no era lo que deseaba, ya tenía otros planes y aunque nunca se lo mencioné, dejaría de practicar el futbol cuando entrara a la universidad.

Si deseas tener éxito, tendrás que soportar burlas, serás incomprendido y pocos te apoyarán, pero el resultado bien valdrá la pena.

¿Qué esperas para ser un jugador y dejar de ser un espectador?

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