lunes, 30 de junio de 2014

Pobreza ¿mental?

Con la eliminación (una vez más) de México, ayer en el mundial de futbol Brasil 2014, mucha, pero mucha gente se siente triste, molesta, apagada, etcétera. Eso es un síntoma de aquella gente que busca en los triunfos o victorias de los demás, desahogar sus frustraciones personales, lo cual no está bien, ya en otros comentarios he señalado que vivimos en un mundo, y por ende, en un país donde nos han llenado de mitos y mentiras, y lo que es peor, que la mayoría las creen, por eso si fuéramos todo lo que decimos (o nos dicen) seríamos una potencia mundial, y no lo somos. En nuestro nefasto juego de máscaras nos hundimos en el pasado, con un ancla enorme y una más grande venda en los ojos. Un México que vive del mito de sí mismo y donde tenemos que reafirmar nuestra identidad de forma agresiva gritando: ¡Viva México cabrones!

Vivimos con adicción al pasado y adicción a los mitos; eso es lo que México y la mayoría de mexicanos padecen. Como el adicto de cualquier tipo, el primer paso para solucionar un problema es aceptar que se tiene. El mexicano puede aceptar que estamos como estamos porque somos como somos, o vivir en la fantasía de que somos gloriosos, aunque la realidad demuestre lo contrario como parte de un complot mundial contra el país.

Así es como desde ayer millones de mexicanos adictos a los mitos, se sienten robados por un arbitro, por un jugador, hasta inventan en las redes sociales que Arjen Robben, el holandés que fue fauleado por Rafael Márquez, ofrece disculpas y hasta perdón porque se inventó la falta, que la FIFA va a repetir el partido por la inexistencia de la falta, etcétera, es famosa la creatividad mexicana, pero esto raya en el cinismo y la mezquindad, y lo peor es que hay mucha, pero mucha gente que sigue el juego de estos personajes que se esconden en el anonimato y seguramente, ahí en la oscuridad de su guarida, se reirán de la estulticia nacional, porque saben que están mintiendo, pero a los mexicanos les agrada vivir de mentiras.

El futbol, como cualquier deporte profesional, es un simple entretenimiento, un show, pura patraña, por eso quienes lo practican ganan tanto dinero, porque están para hacer lo que los dirigentes de los organismos rectores de cada deporte quieren que hagan para dar espectáculo, tanto a los asistentes como a los millones que los ven por televisión. Así que de nuevo te menciono si ya razonas y analizas eso, te felicito, si lo sigues creyendo te compadezco y si estás en vías de superarlo, me alegro, para que te afectas física y emocionalmente por algo que a está perfectamente diseñado como va a ocurrir, tal cual si fuera un guion televisivo o cinematográfico. Disfruta el deporte como tal, pero no te involucres con el corazón y el alma.   

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