jueves, 8 de diciembre de 2016

Falta de democracia.

Hace no muchos años --digamos veinticinco:la mayoría podemos acordarnos-- la sabiduría convencional respecto del futuro político de México se reducía a tres escenarios: la continuación del PRI, un golpe militar o el pueblo en armas. Hablar de oposición, de una revolución cívica o de la transición democrática, no pasaba de ser un ejercicio ocioso. O una práctica despreciable; la denuncia de los fraudes electorales: mocherias de místicos del voto. Pero en 1988, la derrota del PRI se volvió pensable. Tan pensable que alguien del poder aseguró que, a pesar de lo ocurrido, el PRI ganaría otra vez en 1994, pero quizás ya no en el 2000. Hoy está nuevamente en entredicho su triunfo del 2018. ¿Que ocurrirá?, no falta mucho para averiguarlo.

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