lunes, 19 de diciembre de 2016

Publicación del recuerdo.

¡REFLEXIONA, CIUDADANO!
La violación de las garantías individuales se actualiza cuando la sociedad no se encuentra en seguridad material, social, política o jurídica. La astucia, las artimañas y la socarronería siguen supliendo a la inteligencia, el conocimiento y la capacidad.
Así ha sido la política en México. El gobernante tiene gran capacidad de gestión (función clave), operativa y de cooptación, un encono sectario y obcecación facciosa. Tratan de evitar sus debilidades y carencias frente a sus compañeros que puedan atentar contra la estabilidad de su cargo y desplazarlos, además de evitar transmitir sus conocimientos. En los ámbitos políticos, religiosos, culturales, sociales, laboral, empresarial y en general en las organizaciones el deseo de las personas por conservar o lograr mayor grado de estatus o poder, puede generar diversos tipos de temores. Es común el síndrome de CRONOS, quienes lo presentan poseen un alto nivel de inseguridad, carencia de conocimientos o habilidades, con poca preparación y bajo perfil académico.
 
Esta es una conducta que atenta contra los aspectos básicos de la gerencia del capital humano, orientados a ofrecer bienestar y desarrollo de toda organización, estos son: la productividad, la comunicación, la identificación con las actividades, la conducta y la motivación.
Estos y otros vicios que tienen los gobernantes hacen ver que no son capaces de guiar a la sociedad por los senderos de la ponderación, el análisis y la madurez política; ni han sido congruentes con los principios de equidad y limpieza, necesarios para construir el andamiaje de una nueva Nación. Algunos están dotados de poder vicario (que tiene las veces, poder y facultades de otra persona o la sustituye, en caso de ausencia, falta o indisposición) y otros de capacidad de mando. Deben hacer un acto de reserva mental cuando cometen algún acto contrario a la ética.
En el gobierno operan complicidades de promotores, padrinos o cómplices con actores políticos a los que promueven, sancionan o protegen y lucran con sus decisiones. Tales redes incluyen vínculos familiares y de amistad, sean parentescos consanguíneos o por afinidad o amiguismo que sustituyen a la carrera de méritos e inclusive llegan al cinismo de la colocación en la nómina de amantes, novias y demás relaciones extra conyugales. Se dan mudanzas y mutaciones de quienes persiguen sus ambiciones personales y el egocentrismo de los que se estiman protagonistas relevantes a la sombra de la política indefinida, amorfa, sin cimientos. Un sectarismo sin ideologías no puede ser suma a favor de la democracia. Privan los intereses sectarios y las estrategias circunstanciales por encima de los propósitos colectivos a favor de la maduración cívica. La ausencia de respuesta confirma la reincidencia de las conductas perniciosas. Abundan los mutantes, farsantes y oportunistas, carentes de cualidades personales, méritos y preparación, pero toman en cuenta su pertenencia a un partido o sector.
Se eligen funcionarios y candidatos sin carisma, ni formación política acreditada, sin conocimiento sobre los trazos y orígenes del sistema político y de la geopolítica nacional. Son figuras de medianos alcances y pobre carisma.

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