domingo, 19 de febrero de 2017

¿Sobrevivirías sin la sociedad?

Lo que nos afecta son las improntas sicológicas, es decir, las huellas más tempranas que la sociedad nos dejó. Muchos de nuestros miedos surgen a partir de ellas, por eso debemos identificarlas y buscar cómo borrarlas, para vivir siendo diferentes, como una nueva persona y no como producto de otros.

Según nuestro conocimiento actual, un sistemas escolar estás condenado a fracasar si no es capaz de inducir a los estudiantes a aprender por otro medio que no sea el de la amenaza.

Los padres, nuestros profesores, amigos y hasta el sicólogo nos han ido eliminando paulatinamente ese coraje para triunfar. Al eliminar la ira y hacernos dóciles, el coraje desaparece.

Observa al perro en sus edades más tempranas, él irá a buscar su comida hasta en el bote de basura, pues instintivamente tiene instrucciones para sobrevivir, pero los dueños vamos quitándole ese instinto poco a poco, hasta que sólo esperas que la comida llegue a su plato.

Podrías decir que la educación ha triunfado, pero. ¿Qué pasaría si el dueño muere? Lo más probable, si no es rescatado por otro humano, es que el perro también fallezca, pues no tendrá la comida segura para sobrevivir.

Sucede algo semejante con el humano, por eso tiene miedo de salir a buscar nuevas oportunidades de negocio, sabe que con lo que sabe o tiene gana lo suficiente para sobrevivir, entonces se conforma con tener un plato de comida y agua que otro le pone.

Son pocos los que dirigen ese enojo instintivo hacia algo creativo, ellos han aprendido que deben tener el coraje suficiente para ir a buscar más comida, aunque los regañen por hacerlo.

Esa es la razón de que pocos alcancen el éxito, escuchan tantas voces que les dicen detente y, como han sido programados desde una temprana edad, hacen caso a esas voces con experiencia, no se dan cuenta que ellas también fueron educadas en su momento. 

La naturaleza es agresiva, tiene que serlo para triunfar, tal vez hayas visto a un arbusto nacer entre las calles con asfalto, la naturaleza tiene que abrirse camino, es lo que debe hacer el humano: nunca dormir ese enojo, esa agresión instintiva... ¡tiene que transformarla en coraje para triunfar!

El enojo te conduce al coraje para triunfar, no debes olvidarlo.

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