Hace
unos días, los noticieros nacionales, señalaron una encuesta que muestra datos
duros, inverosímiles, poco creíbles, pero que son realidad.
Hablaron
de la cantidad anual de niñas o menores de edad que tienen embarazos no
deseados, no planeados y que llegan por la ignorancia manifiesta de ambas
partes, nada más a alrededor de medio millón de casos, en verdad es crudo
saberlo, pero que viendo el comportamiento de los jóvenes de la actualidad,
hasta pudieran quedarse cortos, en un país que supera los cien millones de
habitantes, que se habla de un alto porcentaje de menores de edad y de lo que
estamos viendo y viviendo en el día con día.
Siempre
se han dado casos así, pero no en esta dimensión, ahora con los avances
tecnológicos se ha incrementado, aunado a la apatía de muchos padres de familia
que con el pretexto de tener que trabajar ambos (en algunos casos) se
desentienden de los hijos, los encargan con otros familiares, amigos o vecinos,
lo cual no es bueno, porque, o no les interesan a los adultos los menores
ajenos, o a los menores no les interesa lo que los adultos les digan, porque no
son nada de ellos, convirtiéndose en un círculo vicioso que no se acaba.
La
ociosidad, nuestros antepasados lo han dicho, es la madre de todos los vicios,
porque quien no tiene el suficiente trabajo, o las suficientes tareas o
entretenimiento fructífero cae en las redes de la vagancia y sobretodo, en la
promiscuidad. Se piensa en cosas malas y lo que es peor, se hacen actividades
que, aun cuando en sí, no son negativas, a temprana edad y con consecuencias,
lo son, porque a la mayoría les destruye sus ilusiones y vida futura.
Cada
día, nos sorprendemos al escuchar a nuestros hijos decir que sus compañeritos
desde X edad ya tienen novi@, y más nos sorprende la reacción de emoción,
gusto, agrado y aceptación que muestran los padres de esos niños, sin imaginar
las graves consecuencias que a futuro les traerá, se viajan, quizás, a lo que
vivieron en su infancia y ahora lo repiten con sus descendientes.
Esa
aceptación de muchos que los rodean, y principalmente de sus seres más
cercanos, los motiva a seguir explorando situaciones nuevas, porque es natural,
que si vas conociendo algo nuevo, no hay retorno, al contrario, cada día
necesitas, conocimientos nuevos y emociones extremas y eso en cuanto al sexo y
las relaciones, no es la excepción.
Por
estar pensando en el sexo y en la pareja que se lo brinda, se deja de concentrar
la gente en el estudio, en las tareas, en las actividades diarias, en casi
todo, sobre todo a temprana edad, donde se piensa que se lo van a acabar, y por
lógica consecuencia, muchas veces se termina en embarazos no planeados, ni
siquiera imaginados, en deserciones escolares, parejas disfuncionales, abortos,
abandonos, peleas y reclamos culpándose mutuamente de lo sucedido, que en
realidad así es, ambos son culpables, porque a nadie se puede obligar a hacer
lo que no desea, siempre hay un consentimiento de ambas partes, ninguno se
puede decir engañado, forzado o manipulado de algo que los dos buscaron.
Y
así, se van gestando las nuevas generaciones, hijos de padres muy jóvenes,
desobligados, desatentos, nada cariñosos, golpeados, estigmatizados con traumas
sicológicos por violencia física y mental, abandonados, viviendo con muchos
padres postizos, lo que va generando seres humanos incompletos y que en un
futuro el país tendrá un retroceso mental muy grave, porque este tipo de
individuos, no cumple los estándares de calidad que el futuro necesita.
Así
que amable lector, si escuchaste esa encuesta y te llenó de incredulidad,
dudando de su veracidad, sólo voltea a tu alrededor y observa que hay cada día
más adolescentes en la calle, que en lugar de estar en algún centro escolar
tomando clases, andan por la calle realizando el fuerte, muy fuerte oficio de
ser madres.
Hace
falta una política pública, del nivel que sea, que fomente las actividades
constructivas, positivas, fructíferas en los niños y adolescentes, que los
aleje de la vagancia, de los vicios y adicciones y los convierta en un futuro,
en una gran generación de mexicanos mejor que la actual, de la que formamos
parte y no estamos mal, pero siempre hay que buscar ir hacia adelante, y como
decimos, hacia atrás ni para agarrar vuelo.
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