Inseguridad de
presumir.
Dice la filosofía popular nacional, que a nadie le gusta sentirse o que le digan que es pendejo, porque somos los más inteligentes, fuertes y exitosos del mundo, pero tristemente, pobres y mediocres.
Ser de lo mejor, produce riqueza, mental y económica, pero sobretodo brinda seguridad a las mentes brillantes, y eso, desafortunadamente, no lo vemos con frecuencia en ningún rincón de nuestro país. Al contrario, estamos retrocediendo en lo poco que se había avanzado, en cuestiones de educación, que es la medida de la riqueza de los países.
En la actualidad, se han perdido las escasas reglas de convivencia social que ya se venían manejando, la gente no saluda o no responde los saludos de quien si lo hace. En las tiendas, oficinas públicas, restaurantes, hospitales, etcétera, donde hay un vigilante en la entrada o algún empleado para recibir a la gente, éste, por su actividad, está acostumbrado u obligado a saludar cuando llega alguien, incluso cuando son empleados, hasta agregan, si necesita, requiere o busca algo, estoy para atenderlo, para servirle, a sus órdenes, pues bien, amable lector, me ha tocado ver a gente, más mujeres que hombres, que hasta los regañan, al decirle groseramente, vengo a ver, déjame checar primero, y otras cosas similares, cuando eso se entiende, que va a pasar, no los están presionando para que compren, es una simple regla de cortesía, para que sepan que ya notaron su presencia, porque también es malo lo contrario, llegar a un lugar y que nadie se acerque a saludar o preguntar, que deseamos. Así de mal estamos hoy en día.
La gente se siente tejida a mano, se siente merecedora de todo, cuando sus actitudes demuestran lo contrario. Desafortunadamente, son la mayoría, en mayor o menor medida, pero así son. La cortesía no quita lo valiente, reza un dicho popular, pero eso ya está pasando a la historia, lo de hoy es, querer humillar a quien trabaja honorablemente, creyendo que con eso, los tratarán mejor. Cuando está demostrado que no es así, ese tipo de gente cae mal, además de inseguridad, muestran pobreza mental y económica, porque andan buscando ofertas, quieren lo más barato, descuentos o la mayoría no compran nada, solo andan presumiendo lo que no son y quitando el tiempo a los empleados. Así de mal está esa gente.
La cordialidad, abre
muchas puertas y una sonrisa, aunque sea fingida, también, pero el mexicano
promedio, parecen creer que con la hostilidad logran ser respetados, atendidos,
cuando resulta ser lo contrario, ningún empleo es denigrante y mucho menos que
otros iguales, hagan creer a los trabajadores que lo son, lo pésimo es mostrar
una inseguridad que se ostenta, disfrazándola de presunción, porque quien
trabaja honestamente para vivir, jamás debe ser menospreciado, por ese tipo de
individuos. Claro que hay en los estratos sociales, todo tipo de conductas,
pero es más frecuente y común, entre la gente de similar condición social que
la mayoría de empleados, porque de ellos mismos, en sus tiempos de descanso,
andan queriendo humillar a quienes trabajan y ganan lo mismo que ellos, pero
que no presumen tanto. Así es el circulo vicioso de la inseguridad manifiesta.
Ya en otras entregas he señalado, que es mejor, más fácil y agradable, hacer las cosas como deben ser, no buscando atajos o caminos innecesarios para lograr los objetivos que se pretendan alcanzar; pero no, el inseguro, es tan imbécil, que cree que haciendo trampas, buscando que los otros se equivoquen, incluso robando, corrompiendo, tranzando, humillando a los demás, porque están para atenderlos, son mejores personas. Pobres sujetos, solo demuestran su pobreza mental.
Por supuesto que hay gente que busca lo más barato, económico, lo cual es válido y respetable, pero no lo hace tratando de fingir lo que no son, mucho menos queriendo humillar a los demás, sobretodo siendo de la misma espera social que los empleados que los atienden, sea en el lugar que laboren. Simplemente andan checando precios y ofertas en las distintas tiendas o plazas comerciales, pero siendo respetuosos de los demás, esto es lo que actualmente se está perdiendo, esos valores que poco se aplicaban en nuestro querido país, pero que se han dejado de observar.
Es tan fácil, aplicando
la observación y un poco de lógica, conocer este tipo de gente, basta con
verlos, con oírlos, con hablar con ellos, para darse cuenta del tipo de
especímenes que son, son los que no tienen temas de conversación, que solo
tienen uno solo, que todo lo centran en el mismo tema, que no tienen casa
propia y/o la tienen pero viven en zonas populares, tienen artículos
tecnológicos o ropa de marca, cada vez que cobran se ponen una borrachera o
peor, de aquellas, seguido hacen fiestas en grande, celebran y festejan casi
todo, por lo mismo; gastan más de lo que ganan y la mayor parte del tiempo
están endeudados, no necesariamente tienen la primaria, secundaria o
bachillerato truncos, algunos hasta profesionales en algo son, pero eso no
quita la inseguridad arraigada y sus ganas de presumir, lo que no son, lo que
no tienen, lo que incluso hasta deben. Ese tipo de gente, inteligente lector,
ha aumentado en nuestro país, es más frecuente, actualmente, encontrarse,
conocer o si eres prestador de servicios, atender a estos inseguros que
empobrecen más nuestra cultura y por supuesto, a nuestro país. La sicología
señala que si vas a comprarte algo, lo que sea, no tienes que andar buscando
ofertas, rebajas o descuentos, lo has ganado con tu esfuerzo, trabajo y
sacrificio, págalo al precio que lo ofrezcan, porque el universo regresa lo que
demuestres, además recuerda la frase que nunca pasará de moda y es real, (cuando
compres lo que deseas dila): Es un lujo, pero creo que lo valgo. ¡Hazlo! La
riqueza te sonreirá.
No hay comentarios:
Publicar un comentario