viernes, 16 de agosto de 2013

10 mandamientos del ejecutivo efectivo.

Programe y ahorre su tiempo. No lo malgaste en charlatanerías y bagatelas. Es un tesoro.

Tenga un gran respeto a la dignidad de los demás. Trate como desearía ser tratado.

Guarde equilibrio entre los derechos e intereses de su empresa y los derechos e intereses de las personas que vienen a pedir sus servicios.

Haga planes para el futuro. No sacrifique los éxitos del porvenir por querer obtener triunfos inmediatos. La precipitación es señal de debilidad.

No concentre funciones, asuma el riesgo de delegarlas, quien centraliza, empequeñece a los otros.

Que progrese su dependencia, pero que progrese también su personal, esmérese porque se promuevan, estudien y progresen.

El buen ejecutivo procura estar al día en los conocimientos de su especialidad. Lea. Infórmese. No progresar es retroceder.

No desprecie lo seguro y lo cierto por andar tras lo incierto y lo inseguro. Sueñe, experimente, pero no deje los caminos que le dieron buenos resultados, por atajos que pueden llevar al precipicio.

Rechace de plano todo lo que vaya contra la ley moral, aunque vaya en beneficio de su dependencia y aunque el rechazarlo le puede costar su puesto. Esto es definitivo para su personalidad.

10º No crea que lo único importante es su dependencia, empresa o negocio. Hay también otros valores: la familia, los amigos, la naturaleza. Sea humano, muy humano.

No hay comentarios:

Publicar un comentario