LOS GRANDES CONFLICTOS DE FONDO
Y
LAS RIVALIDADES ENTRE LAS POTENCIAS
LAS RIVALIDADES ENTRE LAS POTENCIAS
El ascenso al trono alemán en 1890
de Guillermo II y la consiguiente destitución
del anciano Bismarck como canciller supuso un cambio en
la política exterior alemana que inició el proceso que finalmente llevó a la I
Guerra Mundial.
Guillermo II abandonó el complejo
sistema de alianzas construido por Bismarck, los sistemas bismarckianos,
que había garantizado la paz en Europa durante casi veinte años e impulsó
una política alemana de hegemonía mundial, la Weltpolitik.
Para comprender el camino que llevó
a la Gran Guerra es necesario que reparemos en otras transformaciones de fondo
que van alterar de manera decisiva el mundo que transitaba del siglo XIX al XX:
El ascenso de las
potencias extraeuropeas, Estados Unidos y Japón, supuso el paso
de un concierto europeo a un concierto mundial de
potencias. Dos guerras en el tránsito de siglo ejemplifican esta
transformación: la guerra hispano-norteamericana de 1898 y la guerra ruso-japonesa de 1905.
El cambio tecnológico propiciado
por la Segunda Revolución Industrial trajo consigo un cambio en la
correlación de fuerzas entre las potencias. La cada vez más poderosa
Alemania desafió la ya larga hegemonía británica, este desafío se concretó en
dos terrenos:
El colonialismo
exacerbó la pugna entre las potencias industriales europeas en busca de
territorios y mercados. El imperialismo provocó que los roces entre las
potencias desbordaran el marco europeo y tuvieran lugar prácticamente
en cualquier parte del globo.
El colonialismo y
el imperialismo agudizaron las tensiones económicas. Las potencias
imperialistas tendieron a establecer economías cerradas con sus colonias, lo
que llevó primero a una feroz lucha por territorios y, posteriormente, cuando
el reparto estaba prácticamente hecho, a una guerra de aranceles. El
proteccionismo fue otro elemento que enrareció las relaciones
internacionales.
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En
este marco de creciente competencia entre las potencias, florecieron otras
rivalidades, esencialmente de tipo territorial, que están en el origen de la
Gran Guerra:
Rivalidad franco-germana,
ineludible desde la anexión de Alsacia-Lorena por Alemania en 1870. la
creciente debilidad turca y el nacionalismo eslavo anti-Habsburgo incrementaron
de manera significativa la rivalidad entre Rusia y Austria-Hungría por la
hegemonía en los Balcanes.
Un último elemento que no debemos
olvidar es la rivalidad psicológica entre los pueblos. El creciente
nacionalismo fue sistemáticamente fomentado por la prensa y por las campañas de
militares y grandes industriales. Los casos más evidentes se dieron en Francia,
Alemania y Gran Bretaña. El odio al vecino fue más la norma que la excepción.
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