La política es el arte de lo posible, pero también es el arte del engaño y la manipulación social.
Los políticos, aunque sienten ser la clase social más importante, la realidad es que son lo contrario, son flojos, impreparados, falaces, y un innumerable etcétera.
Estamos regresando al régimen político que durante 71 años ininterrumpidos había dominado a México, después de 12 años de una alternancia carente de sensibilidad y acción comprometida, y las cosas siguen igual o en, algunos rubros, peor.
Hoy a 9 meses del retorno:
En el rubro del empleo, cada día hay mas carencia de él.
La transparencia, uno de los ejes o compromisos de campaña del hoy presidente de la República, no vemos claro, las reformas al respecto, las tienen muy escondidas y no se filtra nada a la opinión publica, pero es creíble, que no se espera nada bueno.
En el área de crecimiento económico, la posible tasa de arriba del 3%, nos despertamos, que se redujo a poco más del 1%, y nos quieren consolar con que las principales potencias mundiales no crecerán tampoco, consuelo de muchos...
Las reformas educativa, laboral, política y energética, tienen sus trampas, o letras chiquitas, por ello es el retraso y demás para empezar a discutirlas en las cámaras legislativas.
El ámbito de seguridad, criticaron el sexenio anterior, con el tránsito de la marina y ele ejercito por el territorio nacional y siguen haciendo lo mismo, la presentación de los supuestos peces gordos detenidos, sigue el mismo espectáculo y lo peor, es que los que ya estaban detenidos, están saliendo de prisión.
La gasolina y gas domestico siguen subiendo cada mes, igual que como lo criticaron antes.
Esa es la realidad actual, al pueblo le dan pan y circo, y lo peor, es que lo aceptan, se conforman con migajas, y las televisoras se prestan a la estulticia nacional, con sus programas idiotas, y resaltando triunfos que en nada nos benefician, como que gane la selección nacional de futbol, o una medalla de tercer lugar en mundiales deportivos, o con los boxeadores, etc.
En fin, como dicta una máxima, cada quien tiene el gobierno que se merece. Y para la mayoría los políticos seguirán siendo semidioses que todo lo pueden hacer sin que nadie les diga nada, aunque la realidad es que no ayudan a los demás, se benefician ellos, a costa del pueblo.
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