jueves, 26 de diciembre de 2013

Necesitamos cambiar.

Se acerca la conclusión de un año más, y la mayoría hace propósitos que son efímeros y además parecen más un sueño que realidad, porque el que debe cambiar es el individuo en lo interno, y es ahí donde seguimos siendo los mismos, tramposos, deudores, corruptos, deshonestos, traidores, falsos, hipócritas, flojos, y todos los adjetivos que quiera agregar.

En todos lados, poco a poco sacan a la luz su verdadera personalidad, en una tienda, al primer descuido, ya se están "guardando" algo que no les pertenece, si por alguna razón, el cajero les pide, traer una fracción de la cantidad (1, 2 o X pesos) pocos lo sacan, la mayoría aunque traiga, lo niega, buscando que les "perdonen" esa mínima cantidad. En negocios pequeños, piden una rebaja, aduciendo que no tienen dinero para adquirirlo, y si se accede, sacan un billete de gran denominación.

En la calle, si manejan, porque pocos, conducen correctamente un automóvil, en zona urbana, sin semáforo, muy pocos dan preferencia al peatón, la inmensa mayoría, se hacen desentendidos, cuando en todos lados de una amplia cultura, el peatón siempre es primero, no utilizan las funciones que trae consigo el vehículo automotor, y sobretodo no respetan las filas cuando hay mucho transito vehicular, se quieren pasar primero o hasta adelante, pasando a los que si están respetando para cruzar.

Dice un dicho, que el que no llora no mama, pero hay reglas para hacerlo, sin embargo, mucha gente, pide, cuando saben que por regla general no les corresponde, un pequeño ejemplo, en esta temporada, piden, casi con exigencia, su "aguinaldo" dicen ellos, esto es, un calendario o algún presente que los negocios entregan a sus clientes, pero muchos vivales, solo se hacen clientes cada fin de año y son los que piden, incluso antes de comprar, que me van a dar por hacerles el favor.

En los trabajos, no rinden el cien por ciento, son faltistas, flojos y todo hacen al "ahí se va", al cabo no es de ellos, y aplican su "convenenciera" frase, hacen como que me pagan, yo hago como que trabajo.

Así somos los mexicanos de mediocres, y los que son más son los primeros en quejarse todo, de defender las causas inútiles, de ponerse del lado del más débil, de "proteger" a los animales, cuando ellos no protegen a su propia integridad y viven en un mundo de falsas apariencias donde ellos siente ser las vedettes en medio de tanta comparsa que los observa con incredulidad, porque la mayoría son iguales que ellos.

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