...Cuidado: Con confundir tu amor por ellos, con perder el derecho a ser tratado con respeto. Si tu crees que con amarlos es suficiente...no lo es. No solo hay que amarlos, hay que educarlos.
¿Cómo lo corrijo?
Afronta, deja de tener miedo a educar, de asumir tu papel de adulto, se trata de fomentar que tus hijos crezcan, no de que permanezcan en la infancia.
Si ves que de plano se sale de tus manos, ve a terapia personal para que dejes de proyectar tus temores sobre tus hijos, la sobreprotección no traerá nada productivo.
Trátalos como personas capaces de resolver sus propios problemas y enfrentar sus propios retos de acuerdo con sus respectivas edades y notarás un verdadero crecimiento.
Indiferencia.
"No es necesario golpear para hacer daño. Una palabra, duele. El silencio, duele. Una traición, duele. El desprecio, duele... La indiferencia también"
Los padres indiferentes son aquellos que tienen un bajo o nulo compromiso en la educación de sus hijos, aquellos que no establecen mecanismos para educar ni fomentan su desarrollo; ellos pasan poco tiempo con los hijos, no muestran ningún interés por los problemas o inclusive por los avances, están preocupados por su vida, su egoísmo es más grande que el amor.
La consecuencia de esta baja implicación emocional con los hijos puede ser verdaderamente grave. Esta falta de apoyo emocional perjudica el desarrollo del niño, no puede desenvolverse en sociedad, no son empáticos, crea ansiedad por carencias afectivas, resentimientos, codependencia a sus relaciones afectivas, huella de abandono.
Cuando los hijos se dan cuenta de esto se sienten realmente mal, les transmites que no son importantes, que no hay tiempo para ellos y por supuesto les afecta directamente en la autoestima.
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