El
tema que hoy trato, sé que a más de uno de los lectores, le provocará una
reacción de incredulidad, pero es cierto y real.
Dicen
los sicólogos y los estudiosos del arte de la personalidad humana, incluso para
los creyentes, la misma Biblia lo señala: que no se debe andar por la vida,
viviendo de las apariencias y las mentiras, creadas o inventadas, que no es lo
mismo, la biblia señala que tu mano izquierda no sepa lo que hace tu mano
derecha y un sinfín de frases existentes al respecto.
México,
concretamente sus habitantes, están ávidos de triunfos, victorias y grandes
logros, por lo que es común que todo el tiempo estén hablando de éstos, y lo
que es peor, intentan engañarse que el mundo, nos reconoce por esa presunta
grandeza.
¿Lo
dudas? Vivimos en un país de mentiras e hipocresía, disfrazada del término
diplomacia o lo que dicen, ser políticamente correcto, es la peor de las
falacias y fantasías nacionalistas de la mayoría.
Se
sabe que la historia la escriben los ganadores, esto es, los que están en el
poder y es común que cada uno le agregue o elimine una parte de esta, por lo
tanto, lo que conocemos está completamente distorsionado. Empiezo con el
surgimiento al mundo civilizado de nuestro continente (y por supuesto país), es
inverosímil, creer que todo lo escrito por los españoles para justificar las
matanzas de indígenas aztecas sea verdad, pero como una cultura más avanzada y
civilizada que nosotros, eso se toma como real. Las raíces indígenas siempre
son negadas por las mayorías, excepto para enaltecer una grandeza que tampoco
está probado como verdad.
Nuestra
historia tiene héroes que distan mucho de serlo y villanos que contribuyeron al
desarrollo de nuestro país. Somos una mezcla rara, porque no se sabe separar lo
correcto de lo incorrecto, no se distingue entre lo bueno y lo malo, todos en
nuestra vida, tenemos momentos positivos y negativos, no todo es mal ni bien,
pero somos una raza cuya filosofía popular indica, puedes hacer mil cosas
buenas, pero haces una mala y por siempre serás un individuo malo. Lo que es
incorrecto.
La
gente de los poblados, municipios, regiones y estados siempre están en franca e
innecesaria competencia, que tal fruto es mejor, que las mujeres son más
bonitas, que los hombres más valientes, que las escuelas mejor calificadas, que
esto y que lo otro.
Lo
que es desgastante y para nada redunda en un verdadero crecimiento como nación,
porque siempre hay excusas y pretextos para disfrazar la grisácea mediocridad
personal, pocas veces se reconocen los errores.
Ante
la falta de gente triunfadora, se recurre a buscar a los que han logrado
sobresalir dentro de los países de centro y Sudamérica, aunque no se
identifiquen con nosotros, solamente en que son países atrasados como México.
Pero
pocos y pocas veces, se idolatra a los que en verdad con esfuerzo y
preparación, lograron superarse; se piden recursos económicos para ayudar a
gente, que posiblemente lo necesiten, pero que no abonan nada en la grandeza de
una colectividad. El mexicano siempre se coloca del lado del débil, del pobre,
del ignorante, esto da como resultado lo que estamos viviendo en la actualidad.
Estamos
en una época de descomposición del tejido social, ha crecido la delincuencia
común: robos, asaltos, secuestros. Esto con la anuencia de las autoridades y
actores políticos; como resultado de que las redes sociales solo vuelven viral
verdades a medias, se publican y comparten videos editados a conveniencia, esto
aunado, a lo que he señalado en otras entregas, la falta de capacidad
individual de razonamiento, análisis y reflexión. Hasta los noticieros de
televisión, carecen de esto y se prestan a trasmitir esas noticias falsas. Un
caso reciente, es la quemada que le dieron a Banamex en Chiapas, porque
llevaron a una anciana en camilla a cobrar su apoyo social de 70 y más. Claro
que el video o la acción, no está completo, porque teniendo dos centímetros de
frente, podemos notar que: todos los beneficiarios tienen una tarjeta
individual para cobrar sus apoyos, que se puede hacer en los llamados cajeros
económicos y no necesariamente en horarios establecidos, que el familiar se
presentó al banco sin ningún documento que acreditara la personalidad de la
beneficiaria, que el gerente o ejecutivo en turno, no quiso dejar sin cobrar a
la señora, porque en México todo se puede alterar o conseguir de manera ilegal,
etc. pero gran parte de la población se enteró de la acción del banco e incluso
más de uno lanzó improperios contra la institución y sus funcionarios, aunque
hoy ya no se acuerden. Porque la grandeza nacional tiene que ver con la memoria
corta, de ahí que esto, sea otro motivo de repetir y repetir acciones que ya
deberían haberse evitado desde hace tiempo.
La
grandeza tiene que ver con acciones, para muchos insignificantes, pero que a
base de repetición, redunda en beneficio de todos: respetar los límites de
velocidad, las señales de tránsito, al peatón, a los demás automovilistas, a
los niños, a los ancianos, hablar con la verdad, aunque sea dura, reconocer
errores y aciertos, educar mejor a nuestros hijos, dejar de vivir de apariencias
y darse una vida de lujos, sin la solvencia económica necesaria que la
sustente, dejar de presumir más y empezar a vivir mejor. Eso, es la verdadera
grandeza.
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