Apoyo electoral ciudadano.
En
esta ocasión quiero aprovechar el espacio para hablar un poco de lo que
encierra y provoca tantas pasiones en la ciudadanía: las elecciones.
Se
hizo una reforma, donde los dos tipos de elecciones (locales: gobernador,
alcaldes y diputados locales y federal: presidente de la República, senadores y
diputados federales) tienen que coincidir, porque actualmente hay estados donde
hay elecciones hasta en cuatro años seguidos. Es una medida sana, porque
sinceramente estar saturados de propaganda visual y auditiva es molesto y en
lugar de beneficiar a la democracia, cansa y motiva un mayor abstencionismo,
por el hastío que provoca tanto dispendio y gasto innecesario.
Sin
embargo, hay gente a la que le beneficia este tipo de acciones, como en todo,
recordemos que el voto tiene variantes: voto duro; pertenecen a este grupo,
aquellos militantes de un partido que pese a todo, siguen votando por él. Voto
útil; cuando se sabe que determinado partido o candidato puede superar al de
siempre y la gente vota por él. Voto razonado, etc.
En
esta ocasión, me referiré a los que pertenecen al voto duro. Es común, escuchar
que muchos tienen liderazgo en determinado sector, municipio, colonia, sección
electoral, población, etc. y tal cual es, se acercan a los partidos o
candidatos vendiendo espejitos, que en temporada electoral, casi todos compran,
porque están con la idea de que tienen que ganar y para ello necesitan de todos
y sobretodo, confían en todos y más aún, cuando traen consigo mucho recurso
para la elección.
Reza
la filosofía popular, no tiene la culpa el indio, sino quien lo hace compadre,
y les queda a la medida a los políticos en campaña, por que compran esos
liderazgos falsos, con dinero en efectivo, en especie o solitos se cobran, no
entregando los regalos que se utilizan para convencer voluntariamente al
electorado (despensas, playeras, gorras, sombrillas, lonas, etc.), así como
también con lo destinado para mover a la gente el día de la elección.
Aunque
en apariencia, ese tipo de gente, dicen los políticos, esos “liderazgos”, están
ahí por interés (económico momentáneo y por un empleo, una vez ganada la
elección, aunque en la mayoría de los casos, no sepan hacer nada, por falta de
preparación académica y/o administrativa y desinterés para aprender), los
políticos son presa fácil de sus argucias, artimañas y mentiras y cuando ese
partido pierde el poder en el municipio, en el estado o en el país, se van con
el actual triunfador, vendiéndose al mejor postor, no son confiables, no son
serios, sinceros, mucho menos honestos, porque incluso en un mismo proceso
engañan y reciben dádivas de 2, 3 o más partidos y/o candidatos. Otro refrán
que se aplica es que a pesar de que ya los conocen como son, como actúan, que
no mueven ni a su familia, y sobretodo como engañan, vuelven a tropezar de
nuevo con la misma piedra.
Es
notorio, sobretodo en los partidos ganadores (PRI y PAN, quizás PRD), observar
la desbandada de los miembros, de los militantes que han sido beneficiados, con
cargos públicos, dirigentes de partido a nivel nacional, estatal, ex
gobernadores, ex senadores, ex diputados locales y/o federales, alcaldes,
síndicos, regidores, secretarios de estado federal y/o local, subsecretarios,
directores, oficiales mayores, etc., cuando pierden la presidencia de la
República, y alguna (s) gubernatura (s), con mayor razón los que se acercan
solo cuando hay elecciones y huelen los inmensos recursos que traen los partidos
o determinado candidato. Al verlos derrotados, simple y sencillamente, se van.
Lo
mismo sucede con el ciudadano común, hay una edad en la que el ser humano
madura y por lo mismo, ya no es presa fácil del engaño de los partidos, de los
candidatos, entonces se busca obtener, lograr o alcanzar algo, aportando el
apoyo a esa causa, es falso que alguien esté en un vehículo electoral sin ningún
tipo de interés, que sólo están ahí porque creen en la ideología partidista, en
algún dirigente, etc., es creíble, hasta cierto grado, cuando se es amigo del
candidato, pero en otra situación, es una de dos, o es interés, o inmadurez. El
interés va desde: recibir dinero, despensas, trabajo, recomendación, recursos
para algún proyecto, o simplemente, sentirse parte de un equipo ganador y decir
X funcionario es mi amigo, etc. de todo hay en la viña del señor (la Biblia
dixit).
Así
somos los mexicanos, nunca se deja de aprender de la gente y de la vida, hoy se
está con una idea o creencia, mañana, es todo lo contrario; hoy se defiende una
ideología, mañana se ataca ferozmente; hoy eres rojo, mañana azul, amarillo,
verde, turquesa o moreno. Los sicólogos señalan, pero más los analistas
políticos, que debemos apelar, no como lo hacen los políticos, al
agradecimiento, porque pocos, muy pocos, lo son y sobretodo lo valoran, sino
que se debe apelar al egoísmo de los ciudadanos. De hacerlo así, otra sería la
historia, la democracia y la vida misma, sería tan distinta y menos costosa,
económica y mentalmente.
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