La historia de Cinthya.
Hoy
quiero aprovechar el espacio, como es frecuente, con otra historia de vida,
para que tomen precauciones de lo que deben y sobretodo, no deben de hacer, sus
hijos, nietos o ustedes mismos, porque aunque hay una etapa en la que todos,
nos negamos a escuchar consejos, hay gente demasiado analítica que si lo hace,
y con ello, evitan repetir lo que la mayoría hace y hace mal.
Esta
es la historia de Cinthya, una mujer que tiene actualmente, 27 años de edad, 2
hijos (9 y 2 años, respectivamente), soltera, sin mucho futuro.
Es
la tercera hija de un matrimonio, dividido por las falsas creencias de clases
sociales, aunque sin pertenecer ninguno de ellos a la llamada, por los
ignorantes, clase alta. Ya no la esperaban, pues nació 11 años después de la
segunda hija, digamos que fue un descuido o accidente de la caprichosa vida.
Su
padre, siempre dedicado al trabajo y otras más, al alcoholismo, su madre
siempre cansada, de no hacer nada (jamás ha hecho algo por ayudar a su marido y
beneficiar a la familia), hicieron de esta chiquilla, una cosita seria;
comentan sus profesoras de primaria, que desde tercero o cuarto grado, (comenzó
a menstruar a los 10 años) ya espantaba a los niños, porque los comenzaba a
tocar y no precisamente del hombro, (suponemos todos, que lo aprendió en algún
lado), en la secundaria, la cosa fue más allá (ella lo comenta), siempre en
cualquier escuela grande, hay un salón o espacio donde pocas personas van, (a
veces ni los del aseo, limpian) sin embargo, ella conocía todos los rincones de
la secundaria y ahí perdió su inocencia.
Al
hacerlo, ya no hubo manera de detenerla para que no siguiera acumulando
kilómetros de experiencia sexual. Sus víctimas (muchos quisieran serlo de este
tipo), variaban en extremo, desde adolescentes de su edad, hasta mayores,
incluidos casados y amigos de su papá, afortunadamente, muchas veces el
Universo conspira a favor de los ignorantes y no quedó embarazada, porque jamás
se cuidó o protegió.
Así
transcurrió la vida disipada de Cinthya, a la que sus padres jamás impusieron
correctivos efectivos. A los 17 años, teniendo novio, éste le presenta a un
amigo, al que en alguna visita posterior al antro, sola, se lo encontró y
siendo la segunda vez que lo veía y la primera que platicaba con él, ambos
sabiendo que había un tercero intermedio, tuvieron intimidad en uno de los
baños de la discoteca, y de ahí para adelante, el noviazgo acabó, la amistad
también y el amorío creció, hasta que quedó embarazada, (ella dice que sin
querer, pero conociéndola, lo dudo), el muchacho de nombre Ángel, lo primero
que hizo, dadas las circunstancias conocidas, su reacción primera fue negar ser
el padre del producto, hasta el nacimiento, donde no tuvo más remedio que
aceptarlo, porque es idéntico a él y entre más crece, el parecido es más que
evidente, como dijeran los clásicos: así ni como negarlo. Una vez nacido el
producto de todo, menos del amor, se la llevó a vivir, a donde se las llevan
los que piensan más con la hormona que con la neurona, a casa de sus padres.
Como todo (jarrito nuevo donde te pongo), al principio fue bien recibida, pero
con el paso de las semanas y los meses notaron parte de su verdadera
personalidad, pues es floja, grosera, irresponsable, desatenta y muchos
adjetivos más, aunado esto, a que no se acostumbraba a su nueva vida de estar
encerrada, sin convivir con otros hombres, hizo lo que se esperaba, se regresó
a la casa de sus padres, los que la recibieron sin condición alguna (estoy de
acuerdo en apoyar a los hijos, pero en una circunstancia así, se deben poner
reglas para que, si no se les educó cuando era necesario, por lo menos tratar
de evitar lo vuelvan a hacer, pero en fin), la mamá en lugar de nieto, tenía un
hijo más, ella lo cuidaba, y la hija, seguía haciendo lo mismo de siempre.
Ángel,
jamás dejó de darle dinero para apoyar a su hijo y cada vez que lo hacía, los
venía a ver, porque viven en lugares diferentes y de paso, se quedaba a dormir
con Cinthya, con la anuencia y permiso de sus padres, aunque ella seguía con
otros, me comentó que una noche que el papá de su hijo se quedó en su casa, un
taxista con el que se consolaba en su ausencia, le llevó serenata de pobre (con
el estéreo del automóvil) y se armó un desaguisado, pero como se dice, cuando
se actúa correctamente nada sale mal, total que su “honor” quedó en los suelos,
aunque jamás aceptó tener nada que ver con él.
El
papá de su hijo dejó de acercarse un tiempo, porque se sintió lastimado, hasta
que ella nuevamente lo convenció de su inocencia y gran amor por él,
trayéndoselo, ahora ella, a vivir en casa de sus padres, pero no obstante el
tenerlo cerca, seguía viviendo la vida loca, pero claro, siempre negando todo.
Pasaron
los años, entre pleitos y desconfianzas, hasta que nuevamente quedó embarazada,
surgió, con demasiada razón la discusión de antaño, hasta que se dio el
alumbramiento, ahora de una niña, que demostró el dicho: que suerte tienen los
que no se bañan, porque es idéntica al papá, nuevamente, él le dijo que se
fueran a vivir (pasan los años y los ninis no maduran) a la casa de sus padres,
al principio ella dijo que si, que pasando la cuarentena, pero cuando el plazo
concluyó, le dijo que no, que se quedaba con sus padres, actualmente la niña
cumplió 2 años y siguen separados, solo se juntan cuando ella lo va a buscar
porque necesita dinero, que normalmente es el domingo, a veces los abuelos
vienen por el niño mayor el sábado y ella lo recoge el domingo, Ángel se hizo a
la idea y también él ya comenzó a andar con novias (como ahora le llaman),
ambos se engañan, discuten, se agreden verbalmente y ambos terminan durmiendo
juntos cuando se les ofrece. Y a eso le llaman vida.
Cinthya, tiene varias infecciones vaginales, porque comenta que así le han dicho los médicos, al grado de que ya no le dan medicina hasta que se haga unos estudios, pero no lo hace porque le hace falta dinero, claro, para su salud, porque el fin de semana le hizo fiesta a su hija porque cumplió 2 años. Así es la historia de muchas mujeres promiscuas que a pesar de saberse enfermas minimizan el posible desenlace, y lo que es peor, andan por la vida enfermando a hombres y mujeres que se enredan con ellas, por no haber sido educadas a tiempo, por dejarlas hacer lo que quieren, sin ponerles un correctivo efectivo a tiempo.
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