En el futbol hay muchas cosas que no se perciben. Alrededor del juego hay intereses económicos que deciden cómo, cuándo y dónde se llevan a cabo las competiciones deportivas. En 2015 autoridades suizas irrumpieron sorpresivamente en el hotel Baur au Lac, en Zurich y arrestaron a siete acusados de una investigación que llevaban trabajando las autoridades estadounidenses durante cinco años.
Aquella investigación cimbró las altas esferas del futbol internacional. Directivos de la FIFA y presidentes de confederaciones y federaciones perdieron sus puestos y fueron arrestados por haber recibido sobornos, al igual que otros ejecutivos de empresas de marketing ligadas con los negocios de distintas competiciones por haber realizado los sobornos.
El periodista Ken Bensinger realizó una amplia investigación desde las entrañas del caso mejor conocido como FIFA Gate y escribió un libro que relata la historia al ritmo de una novela policiaca.
¿Qué representa para la historia del futbol la fecha del 27 de mayo de 2015?
Es la fecha más memorable en la historia del deporte, el momento del antes y el después. A las 6 de la mañana, tiempo de Europa, la policía suiza, a petición de la Fuerza de Justicia de Estados Unidos, entró a varios hoteles de Zúrich y empezó a arrestar a figuras de la FIFA y a oficiales del futbol mundial, para ser ser procesados y enjuiciados por delitos de fraude, lavado de dinero y de conspiración. Ese fue el día en que el mundo conoció el caso que estuvo trabajando la fiscalía estadounidense durante cinco años sobre corrupción y por primera vez en la historia se comenzó a impartir justicia.
Llama la atención que esta investigación toma fuerza y se logra, al igual que la de un criminal como Al Capone, por “ser un aburrido caso de impuestos”.
Sí, en realidad la clave para este caso era entender que era cuestión de seguir el sendero del dinero, seguir el camino de la lana, como dicen en México, entender cómo se movía el dinero y revisar si la gente estaba evitando el fisco. A través de un agente del IRS que tenía todas las técnicas y tácticas para rastrear las transacciones sospechosas pudieron agarrar al primer y quizá más importante colaborador del caso, cuyo nombre era Chuck Blazer, un señor que tenía mucho poder en la CONCACAF, robó mucho dinero y nunca pagó un centavo de impuestos.
En el libro mencionas que Joseph Blatter llegó a asegurar que la investigación era una venganza por parte de Estados Unidos por no haber conseguido albergar el mundial de 2022, ¿qué tanta verdad hay en esas declaraciones?
Ninguna. Mi investigación comprueba que en realidad la investigación del FBI, que ahora conocemos como FIFA Gate, empezó cinco meses antes de la famosa votación de 2010, en la que se designó a Rusia y Catar como sedes de la Copa del Mundo 2018 y 2022 respectivamente. Por cuestión de tiempos es imposible, pero estos señores, próceres del futbol, creen que el mundo gira alrededor de ellos. A los investigadores no les interesaba si Estados Unidos albergaría el Mundial o no, simplemente estaban buscando un delito de lavado de dinero y alguien había dado información de que la FIFA podría estar inmerso en algo así.
¿Qué impresión te dio Blatter cuando lo entrevistaste?
Tuve la oportunidad de entrevistarlo en dos ocasiones, una vez en su restaurante favorito de Zúrich y la otra en su casa. En general, él recibe a su gente en el restaurante pero tuve la suerte de que me invitara a su casa el 26 de febrero de 2016, una fecha que tampoco voy a olvidar, porque ese fue el día en que eligieron al nuevo presidente, Gianni Infantino, y estuve con él siguiendo la elección. Él no pudo asistir porque ya le habían prohibido participar en cualquier actividad de la FIFA. Conocí a un señor que era diferente a lo que imaginaba. En los medios era presentado como el demonio, pero no es así, en realidad como el tío o el abuelo que todos queremos tener y creo que es un genio, un hombre que no duda y es muy sensible a los demás, y sobre todo es un político, entiende como interactuar con la gente, cómo provocar cariño, porque es inteligente y carismático, tiene un sentido del humor capaz de burlarse de sí mismo. Terminas queriendo platicar más con él.
El futbol es un deporte que genera demasiados intereses, ¿pero cuáles son los principales que generan la corrupción y los sobornos?
El dinero en el futbol viene de muchas fuentes, pero el principal es la televisión y el patrocinio; luego está la venta de mercancía, los logotipos y propiedad intelectual. En último lugar está la venta de boletos y paquetes de viáticos, como el avión, hotel y salas VIP. Pero los principales son la televisión y los patrocinios. Es un modelo que empezó a finales de los 70, porque antes todos los ingresos de la FIFA venían de los boletos. Después, con el patrocinio de Coca-Cola y otras marcas internacionales empezamos a ver una nueva fuente muy importante, y a principios de los 80, con la mejoría tecnológica de la televisión a color, inició el fenómeno. De ahí surge la corrupción. Empresas de marketing deportivo compraban a mayoreo los derechos y los vendían a diferentes canales de televisión, pero también pagaban sobornos para asegurarse de que no tuvieran oportunidad de entrar al negocio otros competidores y que los precios estuvieran por abajo de su valor. Esto causa que las competencias deportivas pierdan valor, ya que se paga un precio menor de lo que vale y al final el dinero llega a los bolsillos de las empresas y de los directivos, no al desarrollo del futbol infantil, ni se destina para mejorar los estadios o construir nuevas canchas.
Entonces se puede afirmar que la corrupción en el futbol es un problema endémico.
Sí, esa es la palabra que usaban los fiscales en el caso: “endémico”, porque decían que el problema no es una cuestión aislada que se encuentra en el nivel más alto del deporte. Lo que encontraron es que este tipo de corrupción se encuentra en casi todos los niveles. Hasta en las categorías infantiles encuentras casos de corrupción. Es un problema muy grave.
¿Tienes alguna idea sobre por qué México no salió afectado por esta investigación?
Pues esa es una pregunta que todo el mundo tiene, es muy curioso. Sin exagerar puedo decir que todos los países latinoamericanos, menos México, están involucrados en esto. Bueno, con excepción de algunas islas del Caribe. Cuando yo hablé con gente involucrada en el caso tenían respuestas muy vagas sobre por qué México no estaba involucrado. Posiblemente se debe a que no formaba parte. Lo que es cierto es que ningún mexicano ocupaba un puesto de poder en la CONCACAF, como Chuck Blazer o Jack Warner.
¿Consideras que ha cambiado algo en la gestión de Gianni Infantino como presidente de la FIFA?
Infantino tiene un estilo complicado porque es un señor que se presenta como un agente de cambio, alguien que quiere mejorar el deporte, pero cuando uno estudia su historia, se encuentra con alguien bastante parecido a Blatter: es un hombre suizo, originario de un pueblo que está a 6 o 7 kilómetros de donde creció Blatter. Al igual que su antecesor, su carrera no era deportiva, sino administrativa. El trabajo que los dos tenían antes de ser presidentes de la FIFA era como Secretario General, en el caso de Blatter de la FIFA e Infantino de la UEFA. Es la misma carrera, la misma trayectoria y además, los dos hacen promesas muy parecidas: darle más dinero a cada federación. Ese tipo de sistema es el que muchos critican porque podría estar ligado con la corrupción. Para la Federación Mexicana de Futbol un millón de dólares puede ser muy poco, pero para las federaciones de países pequeños es muy significativo, por lo que se pueden robar ese dinero. Por otro lado, Infantino sí es un hombre que ha efectuado cambios en la FIFA, ha reformado la composición del Comité Ejecutivo, que ahora se llama el Consejo Ejecutivo, en el que por primera vez se aceptó que participaran mujeres, lo cual me parece importante porque el futbol femenil está creciendo cada vez más, y en la Secretaría General por primera vez está una mujer a cargo. Cambiaron el criterio de votar las asignaciones de los Mundiales, ahora los 211 países miembros tienen un voto transparente y ya no es el Consejo Ejecutivo el que vota en secreto. Me parece que estamos viendo pequeños pasos hacia un futuro mejor, pero falta mucho.
¿Cómo fue la experiencia de reportear esta historia?
Fue difícil. Tengo 20 años como periodista y sé que hay temas más complicados que otros, pero jamás me había encontrado con algo tan difícil de investigar como la FIFA. Había demasiadas puertas cerradas y mucha gente no quería responder a mis preguntas. Me tardé un año y medio en encontrar información útil. Fue complicado también porque decidí que el libro tratara sobre cómo las autoridades estadounidenses armaron el caso y la experiencia de los fiscales, con la finalidad de entender mejor cómo se llevaban a cabo los actos de corrupción. Pero como el caso seguía (sigue) abierto, nadie quería hablar conmigo.
Y después de tantos años reporteando esta historia y escribiéndola, ¿qué crees que sea más importante en las altas esferas del futbol mundial, el poder o el dinero?
Son inseparables. Después de conocer a Blatter puedo asegurar que a él le importaba más el poder que el dinero. No era un hombre que quería rodearse de las cosas más finas, era un hombre que quería el poder. Pero luego tenemos a figuras como Jack Warner (ex presidente de la CONCACAF), de Trinidad y Tobago, quien realmente vivía para sacar más y más dinero. Es imposible separar las dos cosas en el futbol: el dinero en el deporte brinda el poder a personas como Blatter.
En el libro te preguntas si la investigación tendrá un impacto en el deporte o todo quedará olvidado en el fervor nacionalista que rodea al deporte en una competencia como el Mundial. A días de que se termine, ¿cuál crees que sea la respuesta a eso?
Lo curioso y frustrante es que en el tiempo entre mundiales, la gente pasa de estar enojada y decepcionada por creer que el deporte les fue robado a estar enajenados y enloquecidos con la fiesta más grande del futbol. A la afición se le olvida todos los problemas y no quieren pensar en las circunstancias que existieron para que el Mundial se llevara a cabo en Rusia. Todas las presiones se olvidan en ese momento y la gente que controla este deporte puede respirar tranquilamente.
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