Semanas atrás, señalé que es el dinero, hoy a
manera de continuación, quiero hablar de su valor.
Probablemente, si pregunto a cualquiera cuánto
vale una unidad monetaria de México, contestará asombrado que vale ¡un peso! ¡Cómo
va a decir que no! Sin embargo, esta misma persona que está seguro de contestar
que un peso vale un peso, estará dispuesto a admitir que un peso de hoy vale
mucho menos que un peso de hace diez años. A esto me refiero cuando pregunto el
valor del dinero: no a su precio en dinero, sino a su poder adquisitivo.
Siendo el dinero la unidad de medida de las
cosas, puedo expresar el precio de éstas, de una manera sencilla, en términos
de dinero. Pero cuando se intenta explicar el precio del dinero, habrá
infinitos precios, tantos como cosas.
Por ello, se prefiere expresar el precio del
dinero en términos de un conjunto de todos los bienes o, por lo menos, de un
número elevado de ellos. Definimos así el nivel general de precios, que es un
número que quiere representar el precio medio de un cierto conjunto de los
bienes.
Resulta obvio que, si el maíz sube su precio en
dinero (de 4 a 5 unidades monetarias) bajará el precio del dinero en maíz (de
0.25 a 0.20 kg.). Por tanto, decir que suben los precios es tanto como decir
que baja el precio del dinero en términos de bienes. El precio del dinero es,
por tanto, la inversa del nivel general de precios: cuando éste –el conjunto de
precios—sube, el dinero se deprecia. Por eso se dice que la inflación es una
depreciación del dinero, y que en ella el dinero vale cada vez menos.
Para medirlo se recurre al cálculo de índices
de precios. Se disponen de muchos tipos de índices, los más conocidos son el de
precios al por mayor, el de precios al detall o coste de la vida y el llamado deflactor
implícito del producto nacional (o de la renta nacional).
La diferencia entre dichos índices viene dada,
principalmente, por el conjunto de bienes cuyos precios intenta reflejar el
índice. Así, el de precios al por mayor se refiere a las primeras materias,
productos semimanufacturados, productos terminados y suministros que compran
(al por mayor) las empresas.
El índice de precios al detall o del coste de
la vida pretende medir las variaciones del precio medio del conjunto de
productos (bienes alimenticios, vestido, calzado, vivienda y gastos de casa,
diversiones, Etc.) que constituyen el presupuesto normal de una familia (lo que
es, para ellos, su coste de la vida). El deflactor implícito se refiere al
conjunto de bienes que se incluyen en el concepto de producto nacional bruto o
de renta nacional, y viene a ser un intermedio entre los dos anteriores. El
nombre de deflactor se debe a lo siguiente: el producto nacional
(aproximadamente, el valor del conjunto de bienes listos para uso o consumo, producidos
en un país en un periodo determinado, casi siempre un año) se suele calcular,
lógicamente tomando los precios del año en cuestión. Pero, cuando se compara el
producto nacional así obtenido con, por ejemplo, el del año anterior, no se
puede saber en qué medida la diferencia se debe a que, efectivamente, el
volumen de producción del país ha crecido, y en qué medida lo único que ha
pasado es que los precios han subido.
Los tres índices de precios señalados, no
miden, precisamente, el nivel general de precios, pero permiten conocer cómo ha
evolucionado. Un índice se representa siempre por comparación con un año base.
En años sucesivos, se calcula cuánto han subido los precios de los mismos
productos, a los que se les da la misma importancia que tenían en el año base.
Por lo cual, concluyo que el precio del dinero
tiene tres funciones. 1) Como unidad de medida, lo importante es que el dinero
sea homogéneo. Es decir: que la misma unidad (un peso) con que un mexicano
valora, por ejemplo, su coche al comprarlo, sea la empleada por otro al
venderlo. 2) Como medio de cambio o de pago, lo importante, como vimos, es que
el dinero sea de aceptación universal: el vendedor del coche estará dispuesto a
aceptar pesos a cambio de un coche sólo porque sabe que cualquier otro mexicano
estará dispuesto a aceptar esos pesos a cambio de otra cosa. 3) Como depósito
de valor, lo importante es que el dinero conserve ese valor; que su precio no
se reduzca con el paso del tiempo.
Lo que en nuestro país, es imposible que el dinero
pierda su valor, debido a las fallidas políticas económicas empleadas por los
gobernantes.
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