Hoy quiero aprovechar
el espacio para preguntarte amable lector semanal ¿conoces que son tus
derechos?, porque es muy diferente a saber cuáles son tus derechos y mucho más
distinto, creer o sentirte con todos los derechos.
Un derecho es una
prerrogativa que todos los individuos tenemos, consiste en poder o dejar de
hacer algo dentro del marco normativo o legal que cada país en su calidad de
soberano engloba en leyes, códigos, reglamentos, decretos o como le quieras
llamar, pero, sobre todo, lo que es más importante, es aplicar el sentido
común, la cultura, el razonamiento, sin vulnerar o abusar de los derechos de
los demás. Hay un principio jurídico que señala: tu derecho termina donde
empieza el mío, algo muy cierto, pero escasamente entendido por la inmensa
mayoría.
México, es un país sui
géneris, me refiero a sus habitantes, mezclamos el presente y el pasado a
conveniencia, somos una raza creada a base de sufrimientos y lástima, nos mueve
a la solidaridad, ver al pobre y desvalido, nos sentimos completos cuando
defendemos o apoyamos al que lo necesita, al más pobre, al más sucio, al más
lloroso, al más pusilánime, al más mediocre; y nos sentimos más fuertes, cuando
atacamos al rico, al poderoso, al patrón injusto, al gobierno que, sea quien
sea, del partido que sea, para nosotros y nuestro pequeño criterio, nunca hace
nada, no ayuda a nadie, no saca de la pobreza a nadie, no brinda oportunidades
mejores a los ciudadanos, no hay fuentes de empleo, no hay salarios justos, en
fin, no hay nada de nada.
Lo cual es falso,
porque, no niego que hay corrupción, pero tampoco niego que poco, regular o
mucho, todos los gobiernos y sus tres niveles, hacen obras en beneficio de los
ciudadanos. Pero estamos acostumbrados a utilizar las palabras nunca, jamás,
nada, de forma lapidaria y aplicamos juicios de valor, sin un verdadero valor.
Ya lo he repetido en
otras entregas, que somos los mexicanos, la especie más repudiada en el resto
del mundo, de quien más se mofan los extranjeros, de indios y nacos no nos
bajan a todos, incluidos aquellos que se sienten hechos a mano y de sangre
azul, que son los que peor han dejado al país y sus nacionales, porque al tener
la oportunidad de salir al extranjero, con dinero limpio o recursos públicos,
con sus acciones, poses baratas y actitudes, han denigrado aún más la imagen
pobre del mexicano. Muchos tenemos un amigo o conocido extranjero, español,
francés, estadounidense, italiano, cubano, peruano, argentino, etcétera, y si
son honestos con nosotros, y les preguntamos cual es la opinión en su país de
los mexicanos, me quedo corto en lo aquí señalado, de lo contrario, dirán lo
que queremos oír.
Ejemplos al interior
hay muchos, la gente se acerca más a los famosos, políticos, ricos, buscando
siempre sacar ventaja, el pobre quiere tu dinero, el débil, fortaleza, el
luchador social, tu apoyo incondicional, si somos atentos y cuando encontramos
a algún conocido en la calle y además del saludo normal, nos detenemos a
preguntarle por su salud, por su familia, pero como un gesto de amabilidad,
muchos antes de responder, lanzan el zarpazo y te piden favores, la mayoría de
veces, en el aspecto económico, cuando son gentes que de lejos se observan
faltos de acción para salir adelante y que si les das dinero, no lo volverás a
recuperar con ellos, porque viven al día y deben en muchos lugares, en cambio,
si no les prestas te dejan de hablar, hablan mal de ti con los demás, se
sienten ofendidos, se hacen los dignos, los incomprendidos y jamás descansarás
de ellos en el aspecto negativo, claro está.
En los trabajos, hacen
escasamente lo que les dicen, no miran más allá de su orden, indicación o
instrucción recibida, no dan un teclazo más en su PC cuando se da la hora de
salida, de receso o para ir a comer, la mayoría hace las cosas al ay se va, una
pequeña frase que nos identifica como un pueblo desobligado, deshonesto, flojo,
de ahí que pocos productos son exportados al extranjero, porque se piensa que
carecen de las mínimas normas y estándares de calidad para ser adquiridos en
otros países. Los empleados que andan en la calle bacheando, colocando
alcantarillas, registros, coladeras, topes, vados, o cualquier señalización,
dejan el montón de tierra, piedra, basura en el lugar donde trabajaron y si
junto hay algo que debe ser arreglado, no lo hacen, porque no se los ordenan.
En fin, así es la
mayoría, pero eso sí, no dan lo mejor de ellos, pero sí se quiere que todos los
privilegios, prebendas, beneficios y salarios altos sean para ellos, aunque por
sus acciones, trabajos o actividades no lo merezcan. Pero sin dar un extra, ni
lo mejor de si mismos. Y lo que es peor, les gusta vivir a expensas de los
demás. Abusando de otros y no respetando sus derechos.
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