Juventud
sin futuro.
La sociedad mexicana está en una total
descomposición social, transitándose hacia infinidad de vicios que para nada
son ejemplos a seguir.
Con la llegada de la tecnología a nuestro país, la
edad de todos los anti valores han disminuido, hace veinte años, la edad
promedio para que los niños comenzaran a incursionar en el conocimiento de la
pornografía, era entre los doce y catorce años, actualmente, y sin afán de
escandalizarte, amable lector, ronda los seis y siete años. Si leíste bien, no
es broma; esto debido a que desde esa edad o menores, muchos padres les han
comprado celulares, tabletas o computadoras a sus hijos, no porque les interesa
que aprendan tecnología, sino porque así evitan que los estén molestando.
Los sicólogos y algunos profesores alarmados por
la situación que actualmente vivimos, han señalado que los padres de familia
deben vigilar que ven sus hijos, que aplicaciones usan, que páginas ven, que
los entretiene todo el tiempo, etcétera. Porque quienes hemos usado internet
(que somos la mayoría), nos damos cuenta que los videos y páginas llamadas XXX
aparecen de momento y los niños que no saben distinguir entre bueno y malo las
abren, imagínate el golpe emocional que reciben la primera ocasión que observan
esas escenas, los pequeños. Eh ahí porque es importante la supervisión de un
adulto, no se deben dejar solos, ni demasiado tiempo, porque eso en lugar de
beneficiar su mente, la atrofia, impidiendo una maduración correcta del
cerebro. Se dice que el cerebro alcanza su madurez completa alrededor de los
veintiocho años de edad, esto sin que prueben alcohol o sustancias tóxicas que
detienen su crecimiento. Está probado y comprobado que la estupidez de algunos
padres que les ofrecen un traguito a los menores de edad, los detienen en su
maduración cerebral, con estas acciones demuestran lo poco que les interesan
sus hijos.
Esto es muy frecuente en una sociedad como la
nuestra, en la que desafortunadamente, la mayoría, no usa el cerebro y el
razonamiento para algo bueno, es más, ni siquiera para lo malo, simple y
sencillamente no piensan, hacen todo como autómatas, como robots, lo que ha
dado como resultado la actualidad que vivimos hoy: una completa descomposición
social, menores embarazadas, adictos al alcohol, a las drogas, a la internet,
desobligados, sin deseos de estudiar, queriendo ganar mucho dinero con el menor
esfuerzo, sin ambiciones para el futuro, sin interés, acostumbrados a que no
les den ordenes, instrucciones o indicaciones, y si trabajan, deben recibirlas
y sobretodo, acatarlas, por lo que apenas se sienten agredidos, ofendidos o
maltratados, renuncian casi de inmediato. Son de piel delgada.
Los padres de la actualidad, no están
acostumbrados a los sacrificios que los padres de antaño, hicieron por sus hijos,
acciones que hoy los tienen viviendo de una manera más cómoda y segura que como
viven ellos. Los padres de hoy aplauden a la hija menor de edad que sale
embarazada en la secundaria, preparatoria, incluso hay algunos que hasta
registran al hijo a su nombre y por lógica, las hijas se sienten sin
obligaciones y al poco tiempo, se vuelven a embarazar. Para colmo, ese tipo de
mujeres sin interés, sin futuro promisorio, son las que más fertilidad
muestran. Y la frase para atenuar su inmadurez, calentura dirían muchos, es que
tienen mala suerte. Definitivamente, los que tienen mala suerte son los hijos
nacidos.
Un embarazo, antes de contarse con la edad
apropiada, sin tener las bases sólidas para trabajar, rendir lo apropiado y
alcanzar en base a esfuerzo, trabajo y dedicación, un presente seguro y un
futuro mejor, es un lastre que afecta la vida de ambos padres, aunque muchas
veces, el padre se desentiende del producto de la relación, tarde o temprano,
tendrá que verse obligado por las circunstancias, a responder por el hijo que
engendró cuando no tenía conciencia, cuando lo dominó más la hormona que la
neurona. Y las mujeres, desde que resultan embarazadas, comienzan a sentir
dolores físicos, pero más aún, mentales, porque ya su vida jamás volverá a ser
igual, y pocos hombres, las tomarán en serio, la mayoría solo las buscarán para
saciar sus instintos carnales y ellas aprenderán a usar a los hombres, como
cajero automático, porque el sufrimiento, las hace convertirse en mujeres sin
sentimientos, que solo buscan quien las mantenga. Esto se convierte en un
círculo vicioso, donde ambos sexos se usan mutuamente, quedando atrás los
sentimientos y las emociones.
Por eso, y aunque suene repetitivo, amable lector,
dales más atención a tus hijos, si ya son mayores, procura que tus nietos vivan
sus etapas primarias, conforme a su edad, no los hagas convertirse, con tus
acciones, en adultos cuando no lo son. Es ahí donde se debe empezar a cambiar
el presente actual, para frenar la descomposición que estamos observando, debemos
ser más cuidadosos con nuestras acciones, recuerda que los hijos aprenden del
ejemplo, no de las palabras escuchadas. Si quieres tener hijos o nietos,
exitosos, triunfadores, fuertes, responsables, serios, honestos, fieles,
completos, depende de ti y de lo que haces. Después no culpes a otros de lo que
tu creaste, por tu inmadurez.
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