Drama homosexual.
Recientemente,
esta desviación u orientación (dicen los involucrados) sexual, está en muchas
iniciativas, pláticas, publicaciones cotidianas en los medios de comunicación,
por lo que en esta ocasión, haré un análisis rápido del drama en la vida real
que sufren los homosexuales.
Para
iniciar, aunque hay dos grandes teorías sobre la homosexualidad en las
personas, la de que se nace y la de que se hace. En lo personal, me inclino por
aquella de que el homosexual, en su mayoría, nace.
Desde
la infancia en que se le empieza a notar, los padres, muchas veces de forma
silenciosa, comienzan a sufrir, porque nadie, espera tener en su familia un
homosexual o lesbiana (en el otro sexo), todos queremos tener descendencia y
cuando nace un varón, es maravilloso para un padre. También muchas madres eso
desean, porque no quieren sufrir lo que según ellas, han sufrido por ser
mujeres. Hasta el día de hoy, no conozco a ningún padre o madre que esté feliz
por tener un hijo homosexual, muchos se resignan, incluso, hasta falsamente,
frente a los demás, se sienten orgullosos por tener esa suerte que el universo
les mandó, pero en la soledad de sus pensamientos, jamás lo aceptan. Aunque
claro, no dudo que como en toda regla general, haya excepciones, pero al menos
yo, no conozco alguna.
Muchos
homosexuales, en su propia casa, empiezan a sufrir el rechazo de sus padres, de
sus hermanos, hermanas, golpes físicos y sicológicos (que son los peores), ya
estando en edad escolar, también en los centros educativos son vejados,
maltratados y atacados, por su rara condición, esto va subiendo de nivel,
conforme van creciendo, llegando incluso hasta la muerte, como lo vemos en los
noticieros, de forma frecuente.
Al
margen de lo anterior, algunos, tratan de ser recatados lo más posible, como
dicen coloquialmente, tardan tiempo escondidos en el clóset, se casan, llegan a
tener hijos y, muchos jamás salen, pero su vida es un infierno, porque están
reprimidos en su orientación. Otros, como el cantautor Felipe Gil, hoy Felicia
Garza, tardan años pero salen (él lo hizo después de los 70 años de edad), pero
lo que sí es definitivo, es el odio hacia uno o ambos de sus padres, por
mostrarse estrictos y no dejarlos vivir su sexualidad libremente.
A
otros, esto no les importa y salen del clóset, que es el caparazón familiar,
cuyos padres jamás quisieran se rompiera, desde niños, aprenden y ayudan en las
labores domésticas, sus inclinaciones son hacia tareas, oficios o profesiones
originalmente, diseñadas para las mujeres, aunque las más utilizadas son:
estilismo, diseño de modas, cocina, enfermería, educación.
Y
recientemente, hay muchos exhibicionistas, esos que se visten de mujer, que
incluso, se hacen operaciones para tener senos, glúteos, fisonomía femenina,
cambio de voz y hasta cambio y reconstrucción de genitales. (Según las
posibilidades de cada quien) Esos, de plano abusan de su condición.
Desde
niño, escuché y quizás tu igual, amable lector, decir a los mayores, que no
había jotos, putos, homosexuales, mariscos, etc., actualmente gays, sin dinero,
que son muy trabajadores, productivos. Lo que es verdad, pero estas y otras
cualidades que muestran, son, porque tienen que esforzarse el doble, triple o
más que un hombre o una mujer, para tener amistades, trabajo, cariño, amor.
Sobre todo, “amor”. Por dinero son capaces de mentir, engañar, robar,
prostituirse ellos y prostituir a otros, desfalcar, corromper, porque por su
condición, crecen resentidos con la vida y con los demás.
Antes
de seguir, quiero señalar que por lo menos hay dos grandes divisiones del
homosexualismo, el activo, que es aquel homosexual que si tiene erecciones, que
como dije antes, puede incluso tener esposa e hijos, es el que en la pareja
gay, penetra al otro, el que quiere ser mantenido como príncipe, que
normalmente no trabaja, que da la apariencia de ser hombre, también conocido
como bisexual, pero coloquialmente se les llama mayate. El pasivo, es el
homosexual que no tiene erecciones y si las llega a tener son muy esporádicas,
es el que disfruta cuando es penetrado por su pareja, es el que si tiene
sentimientos, que busca cariño, compañía, amor, pero también, está en el
entendido, que para tener algo de eso, necesita pagar, mantener a su pareja,
mientras él o el otro, no encuentran algo mejor, porque los homosexuales son
más infieles que el hombre y la mujer, tanto el activo como el pasivo, siempre
están buscando otra pareja, uno por dinero, viajes, joyas, bienes; y otro,
porque esté más atractivo física y sexualmente, sobretodo más dotado genitalmente,
porque, aunque, muchas mujeres busquen penes grandes, a muchas generalmente eso
las lastima; un homosexual disfruta más cuando es penetrado por penes largos,
porque les alcanza a tocar la próstata que es el punto anal por el que
disfrutan verdaderamente. De ahí que ambos, anden buscando siempre lo que les
proporcione mayor placer (el activo, dinero y el pasivo, tamaño).
Entre
ellos se identifican, saben quiénes son activos y quienes son pasivos, por eso
es que entre ellos, no se pueden ver, no se quieren. Así como también, no se
puede explicar la gente heterosexual, porque X o Y homosexuales famosos, no son
pareja.
Como
dije antes, un homosexual, jamás es feliz, creen serlo, pero no lo logran, o
por lo menos no por mucho tiempo, en parte por el rechazo, repudio de los
demás, aunque en apariencia los acepten, no es verdad, también, porque al ser
una desviación sexual-sicológica de nacimiento, siempre están envidiando a las
mujeres porque aunque se operen, jamás pueden tener ovulación y embarazos. Los
que se han hecho la operación jarocha, como se dice coloquialmente, no sienten
nada cuando son penetrados “vaginalmente”, por lo que pese a tenerla, siguen
siendo penetrados analmente, eso sin contar con
el gran dolor que trae ese tipo de operaciones, porque siempre se
cortan, y/o se mueven tejidos, vísceras, y aunque el que la realice sea una
eminencia, siempre hay secuelas dolorosas por mucho tiempo.
Un
homosexual, pese a tener compañía forzada, se siente solo, se siente
incompleto, se siente atacado y también ataca, y aquellos que son más
descarados, que por las circunstancias, tienen que trabajar de noche y en
lugares non santos, están condenados a sufrir enfermedades de transmisión
sexual y muertes tempranas, pocos, muy pocos homosexuales de este tipo, mueren
en la ancianidad y así lo muestran las estadísticas.
Eso
y más, es el drama que viven muchos homosexuales, pese a que en la actualidad,
se busque otorgarles más beneficios y se pretende se respeten sus derechos. Da
tristeza, porque aunque haya homosexuales que se hagan por imitación, por moda
o por cualquier razón, la mayoría ya nacen así y nada se puede hacer para
ayudarlos. Únicamente, brindarles respeto y comprensión a los que se comportan
conforme a las reglas de urbanidad y los convencionalismos sociales. Pero como
se dice, entre más lejos de ellos, es mejor, porque para nada son un ejemplo a
seguir y mucho menos son agradecidos, confiables ni leales.
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