Disculpas ¿necesarias?
Estamos
llegando a los 120 días del gobierno federal, y han servido para conocer,
probar y comprobar que mucha gente que creíamos pensante, dista mucho de serlo.
Lo
que algunos ya sabíamos, desde hace 12 años, está siendo mostrado y demostrado;
hay un principio que señala, en política, lo que parece, es, pero
desafortunadamente mucha gente se deslumbró con la perorata y retórica
incendiaria del que ahora es presidente. Quien a raíz de sus comentarios
desafortunados, de él, de su esposa y de muchos de sus seguidores en algún
cargo público o de elección.
Estos
meses hemos tenido innumerables resbalones que por tiempo, y sobre todo, porque
se sentían diferentes, han superado ya a los ocurridos el sexenio anterior, y
la etiqueta que se le había impuesto al expresidente de la República, ya se le
incrustó, totalmente al actual.
Hasta
el momento, la joya de la corona, es la exigencia presidencial, que mediante
cartas enviadas a principios del mes de marzo, cuya existencia, él mismo hizo públicas,
el pasado lunes 25 de los corrientes, tanto al papa Francisco en su carácter de
jefe máximo de la Iglesia católica apostólica y romana, como al rey de España, Felipe
VI, de disculpas, por haber evangelizado a los nativos y por la violación de
sus derechos humanos, durante la conquista, acaecida hace casi 500 años.
Aunque
hay voces a favor (sobre todo de aquellos que no quieren mostrar altura de
miras, al aceptar que se equivocaron al elegir presidente), cuyos fundamentos
son más de ignorancia que de verdad y voces en contra a lo externado por el
primer mexicano, dada su investidura. La realidad es que se equivocó de manera
grotesca, convirtiéndose en el hazmerreír del mundo, por sus ocurrencias y que
Arturo Pérez Reverte, intelectual español, engloba perfectamente en un tuit
publicado el día que se destapó esta ocurrencia. Si López Obrador se cree sus
palabras, es un imbécil, sino se las cree es un sinvergüenza. Sin más comentarios.
Lo
cierto es que, este individuo, está completando el pésimo concepto que el mundo
tiene de los mexicanos, que somos indios (o indígenas, como algunos puritanos
quieren decirlo), porque recordemos que los libros de historia nos decían que
Cristóbal Colón quería ir a las indias por otra vía, además de que
despectivamente así nos llaman, como también lo acaba de hacer Mario Vargas
Llosa al subirse al cuadrilátero de los comentarios. Además de pobres e
ignorantes. Así nos ven y ahora con tantas ocurrencias, ni cómo defendernos.
Tiene
una extraña, falsa, enfermiza fijación con los pueblos nativos, como él dice;
quiero pensar que lo que ha dicho de su infancia, es verdad y de ahí, sus
comentarios en defensa de las comunidades más olvidadas, pero sin acción, como
lo han hecho todos los políticos en los tres niveles de gobierno.
Con
este comentario, se me aclaró el panorama respecto a la multicitada hace unos
días, Yalitza Aparicio, al principio pensé que Alfonso Cuarón había negociado
para ser nominada a los premios Oscar de la Academia, pero ahora estoy seguro
que esa negociación fue directamente desde las entrañas presidenciales, ya que
pocos premios en el mundo, son realmente entregados a quien los merece. La
mayoría son elegidos en la oscuridad de los billetes verdes.
Ya
que, como lo externó en su momento Steven Spielberg, reconocido director
cinematográfico, el formato de la película Roma, no era para ser exhibida en
salas, sino en las plataformas televisivas, como en este caso ocurrió, las
cadenas de cines nacionales: Cinépolis y Cinemex, no la adquirieron y solo se
pudo ver por Netflix, por lo que no debería haber sido nominada a esos premios
y mucho menos con las 10 nominaciones que tuvo, ganando 3. Para quien
acostumbra leer y saber, resultó también extraño. Ahora se comprueba, qué mano
meció la cuna.
El
mundo está en constante evolución y ninguna raza es pura, ya estamos mezclados,
entonces no hay porque andar pidiendo o peor aún, exigiendo disculpas por
habernos llevado a donde estamos, que de por sí, no es un buen lugar social,
cultural, económico, etc. imagínate amable lector, si no se hubiera dado la
mezcla de razas, en qué lugar estaría México, y quizás ni ese nombre llevaría
este país. Seguiría existiendo la barbarie que según la historia existía, los
sacrificios humanos, producto de la ignorancia, las matanzas entre los
distintos pueblos, tendrían un Dios para cada cosa o actividad, etc. sería un
reverendo caos. Además de que ninguno de los países existía en aquel tiempo,
nos conquistó el reino de Castilla y León y los nativos formaban varios
pueblos.
El
mexicano está educado a darle más valor al sufrimiento, a lo malo, que a lo
contrario, y ahora con este personaje como gobernante, se quiere retroceder aún
más, pues en este mes, retrocedimos 500 años. Tenemos un dicho de la filosofía
popular, que voltear atrás ni para agarrar vuelo, entonces no te comportes como
lo que él (o mejor dicho su esposa) quiere, muéstrate como un mestizo, criollo,
nativo, mulato, etc. orgulloso de lo que has sido hasta el día de hoy, no te
enganches en idioteces oficiales, que en lugar de beneficiarte, pretenden
frenar tu lento crecimiento. Estoy seguro que jamás te has sentido orgulloso de
tus raíces indígenas, que no te salga ahora tu falso nacionalismo y ataques a
los españoles, a los católicos, solo por ignorancia, por seguidor y por no
tener la capacidad de reconocer que te equivocaste. Reza un dicho popular, es
mejor parecer idiota quedándote callado, que hablar y confirmarlo.
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