3) ¿Qué quieres que pase cuando tú pulses el botón que has llamado limpieza_de_textos, corazón? Si bien es cierto que Word nunca se pone tan tierno, sí es verdad que ahora solo tienes que hacer todas y cada una de las instrucciones de tu lista de B&R, una a una. Word está grabando. Cuando hayas terminado de darle instrucciones, vuelve a la pestaña Vista y en el menú Macros, elige detener la macro. Has terminado. Ahora tienes un superpoderoso botón de limpieza. Y sabes crear más: ¿por qué no le encargas a Word que unifique las voces biacentuales, las palabras que tienen una o dos formas de e3scritura, o variantes de mayúsculas y minúsculas? Con tu Word eres invencible. Mejor que eso: tu Word es rentable,.
Cómo corregir un eBook
Como cualquier otro libro o documento. A poder ser, que se arregle todo lo que se pueda antes de que llegue a convertirse en un eBook. A partir de ahí, ya no pueden quedar erratas]; en todo caso, algún problema derivado de la transformación a este formato. Un corrector debe tener claro que lo que no puede buscar son problemas propios de correcciones previas como errores de contenido o de estilo. Y de la corrección de pruebas tiene que olvidarse de buscar calles, líneas viudas o huérfanas, múltiples guiones, cajas y otros errores de composición clásicos, que en un eBook son incontrolables.
Pero surgen nuevos obstáculos, básicamente de estructura o de restos de composición. Ruega por que a nadie se le haya ocurrido hacer un guiñado a mano, es decir, que hayan partido palabras con guiones a final de línea introduciendo un guion a mano en vez de uno opcional. Tendrás que poner en caza y captura esos guiones que ahora correrán sueltos en medio de una palabra por cualquier parte del texto.
Es absolutamente necesario que compruebes que toda la organización del texto se mantiene en orden: que los epígrafes están donde debe3n, así como las notas y las referencias cruzadas. como cuando se revisan unas pruebas, tienes que verificar la coherencia y la consistencia de los estilos: que el aspecto de los encabezados, títulos, notas siempre sea el mismo y estén siempre en el mismo nivel. Y una cosa más: es esencial que sus tamaños sean proporcionales. La idea de un epígrafe con una fuente a 14 puntos no tiene demasiado sentido si tenemos en cuenta que el contenido digital se debe adaptar a la pantalla de múltiples dispositivos y que el usuario puede ampliar o reducir la fuente que se muestra. Por eso, hay que probarlo. Si se detectan problemas llega el momento de entrar en código XML y ver qué tripa se le ha roto al estilo que da errores.
Que los correctores aprendamos XML empieza a ser una exigencia tan lógica como tener unas sólidas bases de tipografía y composición. Quien no se adapte, no entrará en el juego. No te preocupes: más difícil era manejar un tipómetro.
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