viernes, 9 de marzo de 2018

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Prueba esto en tu PC, con Word, siempre que tengas un teclado con bloque numérico: mantén pulsada la tecla ALT, la que está a la izquierda de la barra espaciadora y mientras la pulsas, teclea 171 en tu bloque numérico. Sueltas el botón ALT, y, alehop, tendrás tu comilla de apertura allá donde tengas el cursor.

¿Cuál es la ventaja de aprenderse unos cuantos códigos? Que podrás tener disponibles esos símbolos en cualquier ordenador, y no solo para word, sino para Excel, PowerPoint, InDesign, tu correo y cualquier programa. Funcionan perfectamente desde hace más de dos décadas y lo van a seguir haciendo. En cambio, es difícil que nuestro Word pase más de dos años sin que algo le pase y se borren nuestros atajos de teclado: una actualización, un virus, un formateo, etc. 

Prueba a usar estos códigos para conseguir estos símbolos:

Las comillas, la raya, el aspa.

Un consejo para recuperar el tiempo de esas largas esperas al teléfono o en reuniones improductivas: mantén pulsada la tecla ALT vete introduciendo códigos. Empieza por el 1 y tendrás sorpresas.

Las joyas de la corona de Word
Una vez que has mejorado tu relación personal con Word tras practicarle esa pequeña lobotomías, llega el momento de descubrirse mutuamente. No te voy a engañar: Word sabe muy poco de ti y solo con eso te adora, te es fiel y leal y está a tu disposición en cuanto se lo pides. Ahora, con más confianza, pídele a Word que te enseñe su buscar y remplazar (B&R entre nosotros). Con esta sencilla herramienta, Word pone en tus manos el acceso y control del texto que estás editando  como nunca antes lo habías hecho, Sé que suena demasiado personal, pero pídele más, un botón que desplegará todas las opciones de esa herramienta. Ahora B&R ya no es solo una función que te sirve para arreglar simples errores repetitivos (en base a por según o traducir por truhan), sino que puedes localizar secuencias tales como los malditos dobles espacios, espacios a principios de párrafo o esos dichosos saltos de línea que aparecen cuando conviertes un PDF A Word. Siguiendo esa lín3ea tan íntima que estás alcanzando con Word, es momento de que le guiñes un ojo y le pidas algo muy especial: pulsa el botón especial, y verás que puedes pedirle que busque elementos del texto tales como saltos de párrafo, tabulaciones, pies de nota, etc.

Por ejemplo, si sitúas el cursor en buscar (al que llamaremos B:) puedes pedirle en el listado de Especial que te busque espacios en blanco; entonces, te aparecerá un acento circunflejo seguido de una uve doble: W. Sitúa ahora el cursor4 en remplazar (R:) y simplemente pulsa la barra espaciadora una vez. No lo dudes: pulsa sobre la opción remplazar todos. De tu documento habrán desaparecido todos esos malditos dobles, triples y hasta óctuples espacios que alguien usó paras centrar un título.

¿Quieres quitar algún espacio que se ha quedado a principio de párrafo, a modo de una tímida e inútil sangría? Con el cursor en B: piden Especial un salto de párrafo (^p) y añade un espacio. Después con el cursor en R, teclea ^p y luego pulsa el botón de remplazar todos. Adiós, espacios a principio de párrafo, adiós. No te cortes: en ese PDF mal co9nvertido, atrévete a pedirle B: ^]R: (espacio). Averigua para que sirve.

Estás hecho el uno para el otro. Solo nos queda descubrir los, tocar botones que nunca habías probado antes y fantasear con nuevas opciones. Sí, es sexy, pero sobre todo es muy productivo: estás quitándote horas de trabajo aburrido. Y lo nuestro no ha hecho más que empezar.

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